¿Tiene dificultades para dormir?
BIEN se ha dicho que “el sueño es para el hombre, lo que la cuerda es para el reloj.” Restaura la energía al cuerpo, al cerebro y al resto del sistema nervioso. Después de una buena noche de sueño nos despertamos de buen talante, ansiosos de sumergirnos en el trabajo que nos espera; no solo sintiéndonos mejor sino también con mejor aspecto.
Además, el sueño nos brinda un respiro de las preocupaciones y tensiones de la vida. En el sueño no solo descansa el cuerpo, sino que descansamos de pesos como la pobreza, la soledad, la mala salud y las injusticias. Como dijo hace siglos, concerniente al sueño, el autor español Cervantes, es carne para el hambriento, bebida para el sediento, calor para el que tiene frío, y frío para el que tiene calor.
Ciertamente, pues, es vital que durmamos un sueño apropiado. ¿Pero, qué hay si no es así? Antes de considerar este problema, será útil considerar algunos hechos básicos acerca del sueño.
Clases de sueño
El sueño es una condición natural que ocurre con regularidad y en la cual se pierde el conocimiento de lo que nos rodea. Sin embargo, en su mayor parte todavía es un misterio lo que el sueño es en realidad. Con todo ello, se sabe que hay básicamente dos clases de sueño.
En una clase, que comienza con la somnolencia y se hace cada vez más profundo, tiene lugar un profundo proceso restaurador. En esa clase de sueño la respiración y el ritmo cardíaco se hacen más lentos, la presión sanguínea desciende y los miembros se relajan completamente. Se cree que este sueño es una ayuda para la memoria. Dura alrededor de noventa minutos.
Después de ello, uno vuelve al sueño menos profundo en algunos aspectos, y más profundo en otros. Se denomina la etapa MRO debido a que está marcada por Movimientos Rápidos de los Ojos en sentido lateral. El ritmo cardíaco fluctúa enormemente y los miembros se ponen tensos, lo cual indica que no solo la mente sino también el cuerpo están envueltos en el sueño. Después de unos diez minutos de esta etapa MRO se recupera el sueño profundo por otros noventa minutos y luego la otra etapa, y así sucesivamente durante toda la noche.
Muchos investigadores del sueño sostienen que ambas clases de sueño son esenciales para la salud mental y física; una no puede tomar el lugar de la otra. En cuanto a la cantidad de tiempo que uno duerme, la calidad es más importante que la cantidad.
El insomnio, un mal común
Si usted tiene problemas para dormir, tiene abundante compañía, especialmente en los países altamente industrializados. La falta de sueño o insomnio es muy común en los Estados Unidos, donde se dice que hasta el 50 por ciento de los adultos hasta cierto grado tienen dificultades con él, especialmente después de llegar a los treinta años de edad. Por lo general, las mujeres tienen más dificultades para dormir que los hombres.
También parece que el insomnio está aumentando. De modo que, de 1952 a 1963, las ventas de drogas de todas clases aumentaron un 6,5 por ciento en los Estados Unidos; pero las ventas al por menor de hipnóticos, es decir, de píldoras para dormir, y tranquilizantes aumentaron en 535 por ciento.
Por lo general el insomnio adquiere una de tres formas. Algunos tienen enorme dificultad en dormirse enseguida. Otros se duermen rápidamente pero se despiertan temprano por la mañana y no pueden recuperar el sueño. Con aún otros el problema es que se siguen despertando intermitentemente.
Las causas del insomnio
¿Cuál es la causa del insomnio? Pudiera ser cualquiera de muchas cosas. Puede ser hereditaria, un defecto genético en el cual el cerebro deja de producir serotonina, una sustancia parecida a hormonas. Se dice que esta sustancia actúa como un “jugo de sueño” que se vierte en la sangre y hace que el organismo tenga sueño. Dolores agudos, como los que tuvo el patriarca bíblico Job, podrían neutralizar este “jugo de sueño,” porque él habla acerca de estar “harto de desasosiegos hasta el crepúsculo de la mañana.”—Job 7:4.
Quizás no sea un defecto genético, sino que el problema puede ser causado por un dolor de poca intensidad que se pasa por alto mientras se está ocupado durante el día. No obstante, puede ser lo suficientemente persistente durante la noche como para hacernos despertar de vez en cuando. O la dificultad para dormir quizás se deba a una habitación poco ventilada, o a que el colchón es demasiado duro o demasiado blando.
Por otra parte, la dificultad para dormir pudiera ser ocasionada por un estimulante como el café, el té o a una bebida de cola. Además, quizás uno tenga el hábito de comer una comida pesada o alimentos difíciles de digerir poco antes de ir a la cama. O, quizás sea lo opuesto, el hambre nos puede mantener despiertos, así como el estreñimiento interfiere a veces con el sueño.
Las emociones negativas, como los sentimientos de culpa, la ambición desmedida, la inseguridad emocional, y especialmente la ansiedad o las preocupaciones pueden quitarnos el sueño. Como lo dice la Biblia: “La abundancia que le pertenece al rico no le está permitiendo dormir.” O, “debido a la abundancia de ocupación hay sueños.”—Ecl. 5:7, 12.
La depresión mental también puede causar insomnio y en particular el agotamiento nervioso. Lo mismo se puede decir de sentimientos hostiles o agresivos, aunque sean inconscientes. Por otra parte, demasiado placer y excitación, o la búsqueda de emociones violentas, pueden robarnos el sueño.
¿Qué hay de las píldoras?
El tomar píldoras para dormir parece ser la solución más fácil, ¡pero cuidado! Úselas solamente en casos de emergencia. Pueden ser útiles durante una semana o dos, pero después probablemente harán más daño que bien. Por eso el Dr. F. R. Freemon declara en Sleep Research: “La prescripción promiscua de medicamentos para dormir es el error más común en la práctica de la medicina.”
Entonces, ¿por qué sigue tomando píldoras la gente? Bien podría ser porque sirven de placebo; las víctimas se imaginan que las píldoras las están ayudando. Pero lo más probable es que, una vez que uno se haya habituado a ellas, los “síntomas de abstención” sean muy graves. Por lo tanto, los médicos aconsejan a eliminar gradualmente el uso de hipnóticos.
Derrotando al insomnio
Es posible derrotar al insomnio sin recurrir a las píldoras. Hay que empezar con las cosas más elementales, asegurarse de que el dormitorio esté apropiadamente ventilado y que el colchón no sea demasiado duro ni demasiado blando para uno. ¿Podrían estar manteniéndolo despierto los ruidos, o lo despiertan después que se ha quedado dormido? Entonces podrían ser útiles los tapones para los oídos. Una autoridad recomienda dejar el ventilador eléctrico andando toda la noche, con tal que su tono regular sea calmante y amortigüe los ruidos.
El control de las comidas y las bebidas a menudo es vital para el buen sueño. Quizás sea necesario que evite beber café o bebidas de cola después del mediodía, o del todo si es necesario. También, disminuir la ingestión de golosinas si uno es aficionado a ellas. También es recomendable, al menos para la mayoría de las personas, no comer comidas pesadas o alimentos fuertemente condimentados tarde en el día. Coma cosas que sean fáciles de digerir.
El beber algo antes de acostarse ayuda a muchas personas a obtener un buen sueño... leche caliente, una bebida malteada, té de menta endulzado con melaza o miel, u otras bebidas de hierbas conocidas por su poder soporífero. Algunos han hallado que el jugo de uva caliente, y otros un vaso de cerveza o de vino, inducen el sueño. A otros les han ayudado los tratamientos quiroprácticos u osteopáticos. Algunos matrimonios han resuelto su problema de falta de sueño dándose un masaje el uno al otro.
El ejercicio apropiado también puede ser útil para vencer el insomnio. Si se tiene la ocupación sedentaria, ‘aumente gradualmente la cantidad de ejercicio diario,’ dice el Dr. A. Kales, en el Medical Tribune del 4 de septiembre de 1974. En armonía con ese consejo la Biblia hace notar: “Dulce es el sueño del trabajador.” (Ecl. 5:12, Versión Moderna) Sin embargo, es necesario evitar el ejercicio extenuante poco antes de irse a dormir, puesto que además de cansarlo, también lo estimulará. El mejor ejercicio para hacer poco antes de la hora de dormir sería una caminata o algunos ejercicios de extensiones.
Si hay dificultades en relajarse, bien podría valer la pena comprar un libro que diga cómo tratar con esa dificultad, desde relajar los dedos de los pies, las piernas y los brazos hasta relajar los músculos de la garganta y los ojos. Una autoridad recomienda el practicar varias clases de respiración, como unas pocas aspiraciones profundas, sostener la respiración y luego cortas aspiraciones.
También es útil fijar una hora regular para acostarse, y al acercarse esa hora, relajarse evitando la actividad mental compleja. Un baño tibio puede ayudar a relajarlo, y también puede hacerlo la música suave.
Tan importante como los factores anteriores, si no más, es tener una actitud mental y emocional correcta. Así, lo peor que se puede hacer es preocuparse, irritarse o acalorarse cuando uno no se queda dormido enseguida o si se despierta durante la noche. De modo que no tome demasiado en serio el insomnio; no esté demasiado determinado a dormir; ¡eso lo mantendrá despierto!
En muchos aspectos se podría decir que el sueño profundo es la remuneración por el vivir correcto. Ejerza sabiduría divina; entonces como dice Salomón, “te acostarás, y será grato tu sueño.” (Pro. 3:24, Mod) Sí, el producir los frutos del espíritu de Dios, es decir, “amor, gozo, paz, gran paciencia, benignidad, bondad, fe, apacibilidad, gobierno de uno mismo,” es conducente a un buen sueño.—Gál. 5:22, 23.
Por eso, si tiene dificultades para dormir, no se desanime. Hay varios remedios posibles, o ajustes en su vida, que podrían resolver su dificultad. Y no hay que pasar por alto el papel que la fe en Dios puede desempeñar para gozar de un buen sueño, como fue la experiencia del salmista bíblico: “En paz ciertamente me acostaré y también dormiré, porque tú, sí, tú solo, oh Jehová, me haces morar en seguridad.”—Sal. 4:8.
[Ilustración de la página 12]
CAFÉ, TÉ, COLA
PREOCUPACIONES Y ANSIEDADES
SENTIMIENTOS DE CULPA
COLCHÓN INCÓMODO