El mosquito... ¿amenaza insectil de la noche?
HAN caído las sombras de la noche y reina la oscuridad. Usted se ha acostado temprano, esperando disfrutar de horas de sueño pacífico. Pero un zumbido familiar interrumpe la quietud de la agradable noche veraniega. ¡Su dormitorio ha sido invadido! Tenso, preocupado, temiendo lo peor, espera. No siente nada y piensa que el peligro ha pasado. Pero demasiado tarde comprende que usted ha sido convertido en una víctima. Una picazón incesante revela que usted no ha escapado al aguijón de lo que pudiera sentirse inclinado a apodar ‘la amenaza insectil de la noche’... el mosquito.
Desde ahora hasta el fin del verano, usted está determinado a que toda ventana abierta esté cubierta por una tela metálica. De hecho, quizás use aceites y líquidos pulverizados sobre las partes expuestas de su cuerpo... todo en un esfuerzo por desanimar el asalto del amenazador mosquito. Por supuesto, usted no es el primero en librar esa guerra. Se dice que hace unos treinta siglos los egipcios usaban fuego humoso y mosquiteros por la misma razón.
Sin embargo, su mejor defensa quizás sea saber más acerca de este enemigo. ¿Cómo son realmente los mosquitos? ¿Por qué pican a la gente? ¿Tienen algún propósito útil estos insectos?
De huevo a adulto
Los mosquitos son insectos del orden díptero, que significa “de dos alas.” Hay más de 2.500 variedades y ciertamente se hallan extensamente esparcidas. ¡Los puede hallar criándose en los calientes estanques tropicales o en las frías aguas árticas!
Los mosquitos pasan por cuatro etapas: (1) huevo, (2) larva, (3) ninfa, y (4) adulto. Por medio del oviscapto en el abdomen, la hembra puede poner de 100 a 300 huevos en una sola ocasión. Ciertas especies hacen con los huevos algo parecido a una balsa que se mantiene adherida por una sustancia que emite la hembra. Los huevos se depositan en un pantano o hasta en una charca pequeña en una zanja o en un tronco hueco. La incubación puede ocurrir en unos dos o tres días, salvo en el caso de algunas variedades como la del mosquito del estanque. Algunos de sus huevos, depositados en un estanque seco, no se incuban sino hasta que han sido mojados tres veces. De otro modo, podrían incubarse durante un período húmedo de corta duración y las larvas perecerían cuando el estanque se secara de nuevo. Los mosquitos de inundación ponen sus huevos en el barro que resulta de una inundación, y éstos no se incuban sino hasta que ha ocurrido otra inundación, posiblemente después que hayan pasado años.
La larva del mosquito, por sus movimientos ondulantes dentro del agua, se parece al gusano. Alrededor de su boca hay minúsculos pelos que usa para hacer llegar a ella su alimento... plantas minúsculas, criaturas de una sola célula llamadas protozoarios, y hasta otras larvas de mosquito. Para respirar, algunas larvas de mosquito sacan una especie de esnorkel o tubo para aire por encima del agua. Sin embargo, en una variedad de mosquito de tierra pantanosa el tubo de aire es puntiagudo y la larva lo clava en una espadaña, juncia o alguna otra planta para obtener oxígeno. Muchas larvas de mosquito mudan de piel cuatro veces en unos cuatro a diez días.
Después de la última muda, la criatura se convierte en una ninfa. Respira por unos tubos en su tórax que salen fuera de la superficie del agua. En ciertas especies se usan estos tubos para obtener oxígeno de plantas submarinas. Debido al modo en que ruedan las ninfas de la mayoría de los mosquitos algunos hasta las llaman volteadoras. No comen nada y cambian bastante en unos cuantos días.
Lo que sale del cascarón de la crisálida es un mosquito adulto. Comienza a volar después que se le secan las alas. El Sr. Mosquito puede vivir solo de diez a veinte días y su ‘amiga’ un mes o más. Por supuesto, la duración de la vida varía según las especies. Las hembras de algunos mosquitos pueden salir con vida después de pasar todo el invierno en el garaje o establo.
“Él” conoce a “ella”
El Sr. Mosquito no le presta ninguna atención a su semejante hembra durante el primer día o los primeros dos días de su vida adulta. Se requiere ese tiempo para que los minúsculos pelos en su antena se sequen, permitiéndole oír. ¡Pero entonces que pase volando la ‘joven dama’! El zumbido de sus alas da contra las antenas del macho, e inmediatamente se envían impulsos a su cerebro. En la jerga del mosquito, el mensaje debe ser: “¡Es una muchacha!” Rápidamente, el Sr. Mosquito toma a la hembra y se aparea con ella.
El mosquito opifex de Nueva Zelanda apenas puede esperar para aparearse. ¡Los machos siguen volando sobre las aguas de cría esperando que las ninfas salgan a la superficie! De hecho, los ansiosos machos se aparean con las hembras antes que éstas puedan salir del recién abierto cascarón de la crisálida.
Un reconocimiento físico
El cuerpo de un mosquito adulto se compone de cabeza, tórax y abdomen. En la cabeza hay dos ojos compuestos que tienen miles de cristalinos, cada ojo pudiendo funcionar independientemente. Entre los ojos hay dos antenas, con las cuales el insecto oye y huele.
La parte amenazante de la anatomía del mosquito es una boca en forma de embudo. Ancha en la cabeza, se angosta en una trompa tubular. Incidentalmente, solo la Sra. Mosquito puede picar. Los “muchachos” de la “familia” no están equipados para causar esa tortura. Pero, hablaremos de eso más tarde.
Un pescuezo corto une la cabeza al tórax. A éste están adosados los tres pares de patas del insecto, así como dos alas en las cuales se pueden ver claramente las venas que transportan la sangre. Escamillas, a veces muy coloridas, cubren los bordes de las alas y las venas. El zumbido que oye uno cuando se acerca un mosquito es el ruido de sus alas en movimiento. Las partes como varillas (balancines) detrás de las alas le permiten al insecto mantener el equilibrio. Durante el vuelo, éstas vibran a la misma velocidad que las alas. Además, se dice que por medio de desarrollar vibraciones armónicas en el aire y en su tórax, el mosquito consigue “más aleteos de sus alas de lo que sus nervios o músculos podrían sostener de por sí.”
En el largo abdomen que se parece a un tubo están situados el estómago y los intestinos del mosquito. El insecto respira por pequeños hoyos llamados espiráculos. Hay ocho pares de éstos en el abdomen y dos pares en el tórax.
El cuerpo del mosquito está cubierto de un cascarón elástico. Y estos insectos fastidiosos vienen en una variedad de colores. La mayoría de ellos son negros, pardos, tostados o grises, pero hay algunos verdes o azules. Muchas especies tienen marcas en blanco o en colores claros sobre la espalda, alas o patas, pero no es muy probable que uno esté admirando su decorado al estar bajo ataque.
¿Son todos los mosquitos portadores de enfermedades?
Bien se puede hacer esa pregunta, puesto que casi toda persona ha oído que estos insectos transmiten varias enfermedades. Cuando estalló la fiebre amarilla en Nueva Orleáns, Luisiana, el “culpable” resultó ser una clase de mosquito que aparentemente prefería poner sus huevos en los floreros. ¡Pues estos insectos estaban criándose en el agua de los floreros que se habían puesto sobre las tumbas de las víctimas de la fiebre amarilla!
Allá en 1878, se descubrió que el mosquito Culex quinquefasciatus transmitía la filariasis, una enfermedad que hace que se hinchen las glándulas y las extremidades y a veces hasta resulta en elefancía. En el transcurso de nueve años se identificaron ciertas variedades de mosquitos Anopheles como los portadores de la malaria o paludismo. Para 1900 se sabía que la fiebre amarilla era transmitida por el Aëdes aegypti.
Ciertos mosquitos sí son transmisores de más de una docena de enfermedades humanas. Sin embargo, en realidad son muy pocas las especies que son portadoras de enfermedades. Por eso cuando este insecto lo ataque, no es preciso que se preocupe por ello. No obstante, usted posiblemente esté preguntándose por qué estas criaturas lo escogen a usted en primer lugar. De hecho, se pudiera preguntar:
¿Qué hace a uno tan atractivo?
Los investigadores han llegado a la conclusión de que el calor corporal y la humedad de la piel humana son factores que atraen a los mosquitos. También son atraídos por el ácido láctico en la transpiración y en el aliento del individuo, así como por el anhídrido carbónico que exhalan los animales y las personas. De hecho, los aminoácidos y las hormonas en los líquidos del cuerpo humano pueden atraer a los mosquitos. No hay nada que uno pueda hacer acerca de estas cosas, a menos que deje de respirar.
A las mujeres les puede ser de algún consuelo saber que por lo general la Sra. Mosquito halla más atractivos a los hombres. En cuanto a eso, los insectos por lo común atacan al individuo más “atractivo” del grupo. Así es que, posiblemente uno escape mientras que un asociado está siendo virtualmente “devorado.” Por supuesto, esta atracción no tiene nada que ver con la belleza o la buena apariencia. Pero, después de todo, ¿cómo pudiera alguien sentirse desilusionado porque no lo consideran atractivo los amenazantes mosquitos?
Cómo pica la Sra. Mosquito
Puesto que usted probablemente ha sido víctima del mosquito en alguna ocasión, merece saber cómo sucedió. Bueno, la fuente de la irritación no es una boca que se abre y cierra como la suya. Más bien, lo que causa el tormento es la trompa del mosquito hembra. Formando el centro de ésta hay seis estiletes, trompetillas como agujas dispuestas en seis minúsculas ranuras. Para ser más específicos, dos estiletes son mandíbulas, dos son maxilares, uno es el labio superior y el último es una trompetilla con un canal para la saliva. Cuando no están en uso, estos estiletes están cubiertos por el labio inferior que prontamente se quita de en medio cuando la Sra. Mosquito decide entrar en acción. Cuando lo pica a usted, lo hace con su trompa armada, y es posible que usted ni siquiera se dé cuenta de la herida a menos que le toque en un lugar sensible, porque la “dama” le suministra una anestesia de acción rápida.
Completada la picadura, la saliva de la Sra. Mosquito fluye libremente dentro de la herida. Puesto que esto diluye la sangre de usted e impide que se coagule, el insecto no tiene dificultad en chuparla a través de la ranura en su labio superior, tal como uno sorbería una gaseosa por una paja. Habiéndose terminado el festín, la “dama” quita su “aguja” y se va volando muy satisfecha con quizás tres a cuatro veces su propio peso en la sangre que le ha sacado. Sin saberlo, usted ha contribuido al aumento de la población de los mosquitos, porque la Sra. Mosquito necesita la sangre que le quitó para desarrollar los huevos dentro de su cuerpo.
Puesto que solo las hembras de los mosquitos atacan a los seres humanos y a los animales, quizás usted le abrigue un sentimiento más amistoso al macho. Este se alimenta del néctar de las plantas. De hecho, esos jugos también son el principal alimento del mosquito hembra, pero tal vez usted dude eso después de un encuentro que lo deja con una roncha picante.
Contendiendo con el enemigo
Para resguardarse de la amenaza insectil de la noche, la gente que vive en los trópicos a menudo duerme bajo mosquiteros. Además, toman varias otras medidas para evitar las enfermedades que transmiten los mosquitos. Un modo en que se puede evitar la fiebre amarilla es por el uso de la vacuna. El control de la malaria se extiende desde el uso de los insecticidas hasta el desagüe de los pantanos y el esparcimiento de sustancias químicas pulverizadas o petróleo sobre las zonas de cría. Una delgada capa de petróleo sobre el agua impide que las larvas respiren porque no pueden obtener aire en la superficie.
El control de la filariasis depende mayormente del uso de los insecticidas y sustancias repelentes que apartan los insectos. El hombre ha combatido los mosquitos por medio de secar las tierras pantanosas o esparcir insecticidas sobre zonas amplias de bosques y campo. Los individuos esparcen insecticidas en sus casas con la esperanza de poner fin a las incursiones de los mosquitos.
¿Cómo actúan las sustancias repelentes? Bueno, la corriente de aire cargado de la humedad, calor y anhídrido carbónico alrededor de uno atrae a los mosquitos. Los pelos sensorios en sus antenas detectan la corriente y los insectos finalmente localizan la fuente. Pero las mixturas repelentes por lo general desconciertan a la Sra. Mosquito porque parece que impiden que la parte sensoria de humedad en sus palpos funcione normalmente. De modo que ella cree que ha errado su objetivo y por eso vuela a otra parte.
Los experimentos que el Dr. W. A. Brown ha llevado a cabo en la Universidad de Ontario Occidental indican que la clase de ropa que uno lleva afecta su calidad de “atractivo” en lo que tiene que ver con los mosquitos. Allen Rankin escribe: “En sus experimentos el Dr. Brown descubrió que diez veces más mosquitos se posaron sobre las telas oscuras que sobre las blancas. En general, cuanto más claro el color, menos atraía a los mosquitos. El tejido que más evitaban... el luminiscente satín.”—Marvels & Mysteries of Our Animal World.
¿Sirven para algún buen propósito?
Esa es una buena pregunta, y probablemente muchas personas dirían: “No. ¡Los mosquitos no sirven!” Pero algunos investigadores han sugerido que el mosquito macho, cuyo alimento es el jugo de las plantas, desempeña un papel en la polinización de algunas clases de flores silvestres. Además, se dice que los mosquitos son una importante fuente de alimento para ciertos animales, aves, otros insectos y hasta peces.
No todos los mosquitos son villanos peligrosos. Pues, por más molestos que sean estos insectos, sí sirven para propósitos útiles. Por lo menos no hay por qué temer a todo mosquito, aunque uno considere a los de su género como la amenaza insectil de la noche.