BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • g76 8/12 págs. 20-23
  • ¿‘Cuesta demasiado morir’ en el Japón?

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • ¿‘Cuesta demasiado morir’ en el Japón?
  • ¡Despertad! 1976
  • Subtítulos
  • Información relacionada
  • El velatorio
  • Cremación o entierro
  • El nombre póstumo
  • Respeto a los muertos... ¿cómo se manifiesta?
    ¡Despertad! 1977
  • ¿Es sensato planear su propio funeral?
    ¡Despertad! 1976
  • Los funerales cristianos son dignos, modestos y honran a Dios
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 2009
  • ¿Qué piensan los testigos de Jehová acerca de los funerales?
    Preguntas frecuentes sobre los testigos de Jehová
Ver más
¡Despertad! 1976
g76 8/12 págs. 20-23

¿‘Cuesta demasiado morir’ en el Japón?

POR EL CORRESPONSAL DE “¡DESPERTAD!” EN EL JAPÓN

NO IMPORTA dónde viva uno, sea aquí en el Japón o en cualquier otra parte, la muerte no hace acepción de personas.

Tampoco espera la muerte hasta que su víctima pueda permitirse el lujo de morir. A menudo azota inesperadamente y deja a la acongojada familia poca posibilidad de optar por algo que no sea seguir las costumbres funerarias de la localidad a pesar del costo.

¿Por qué no dedicar unos minutos para considerar algunas de las prácticas funerarias y los costos aquí en el Japón? Si usted nunca ha asistido a un funeral japonés, probablemente le resulte interesante compararlo con los funerales en la parte del mundo donde usted vive. Pero, puede que el leer acerca de un funeral japonés le ayude en otro sentido. No es usual el que alguien piense mucho y con anticipación en su propio funeral o en el de una persona querida. No obstante, al conocer lo que está implicado en muchos funerales japoneses, quizás llegue usted a la conclusión de que sería prudente considerar qué opciones le están disponibles en su país.

El coste del funeral depende del nivel de vida de la familia y de la posición social del muerto. Puede ser menos de cuarenta mil yenes o ascender a millones de yenes.a El empresario de pompas fúnebres por lo general sugiere cuánto gastar. En el Japón, los vecinos y otros asisten al funeral y hablan de él después, de manera que se ejerce mucha presión social para dar al difunto “una buena despedida.”

En algunas partes del Japón todavía perduran las costumbres antiguas. Una de ellas es la que dicta que las personas que viven en la misma manzana se encarguen de todos los detalles del funeral. Sin embargo, en las ciudades, lo más común es dejar todo el arreglo al empresario de pompas fúnebres. Él provee el ataúd y el coche fúnebre y (para los budistas) un altar. También, él puede ser el que se encargue del lugar que ha de escogerse para el funeral, de las flores, de los taxis para ir al crematorio y volver de él y de la compra del terreno para la sepultura. También puede ayudar en la adquisición de una lápida adecuada y de un altar familiar, si es que la familia budista no lo tiene ya.

La mayoría de estos empresarios están registrados en el Ministerio de Comercio e Industria Internacionales, pero esto no es obligatorio. Un folleto bastante representativo circulado por un empresario de pompas fúnebres registrado anuncia dos clases de altares, ataúdes y accesorios funerarios. La clase “A” cuesta hasta 200.000 yenes, mientras que la “B” vale aproximadamente la mitad de ese precio. De todos los accesorios, solo tres cosas materiales quedan después del funeral: un registro que contiene los nombres de los dolientes, una tablilla en la que se halla inscrito el nombre póstumo del difunto, y una urna cineraria dentro de una caja de madera en que se guardan las cenizas.

Por supuesto, no es preciso que uno se limite a los precios que se muestran en el folleto. Algunas personas posiblemente crean que el nivel de vida de la familia o la posición social del difunto exigen algo más costoso. Por ejemplo, un ataúd ordinario hecho de madera roja de lauán con un revestimiento de paulonia cuesta 20.000 yenes. Uno de madera más costosa, como el ciprés, puede costar 200.000 yenes.

Hay cada vez más empresarios de pompas fúnebres privados, y cada uno fija su propio precio. No tienen arreglos para pagar a plazos como sus contrapartes que están registrados, y empiezan en 300.000 yenes como el precio más bajo. Sabiendo esto, no sorprende oír que en el caso de un funeral reciente tan solo los honorarios del empresario de pompas fúnebres hayan ascendido a 2.000.000 de yenes.

Prescindiendo de que el difunto haya sido budista, sintoísta o “cristiano,” el lugar donde se acostumbra llevar a cabo el funeral es la casa del muerto. Pero puede que la gente que vive en apartamentos pequeños crea que le es necesario alquilar un lugar más grande. Por preferencia personal o por esperar que concurra mucha gente, algunas personas alquilan un cuarto en un templo. Recientemente una familia pagó 6.000.000 de yenes para el uso de un cuarto en un templo famoso. Las salas de exposición y los gimnasios son muy aptos para los funerales grandes.

El velatorio

Sea la noche en que ocurrió la muerte o la noche antes del funeral, los miembros de la familia inmediata, los demás parientes y los amigos allegados permanecen despiertos para velar al muerto. En el antiguo Japón esta vigilia duraba una semana. Durante ese período había mucho festejo y danza con la esperanza de que el alma del muerto retornara. Un motivo similar dio origen a la costumbre que persistió hasta hace muy poco: el trepar al techo de la casa del difunto y llamarlo por nombre a voz en cuello.

El funeral se celebraba de noche. En aquellos días debe haber sido una experiencia pavorosa tomar parte en una procesión fúnebre, muy lejos de las casas de la gente, caminando con lentitud en dirección a la sepultura en la montaña, a la luz de unos cuantos faroles y al son de pequeñas campanas que uno o dos sacerdotes budistas hacían sonar a la vez que cantaban. Hoy día los funerales se celebran a plena luz del día, y en las ciudades la procesión se ha transformado en una caravana de automóviles que marcha hasta el crematorio. Solo se conserva el velatorio que ha sido reducido a una sola noche.

Si usted ha visto un funeral budista, puede decir que prácticamente ha visto a todos. En la habitación está el altar con una fotografía del muerto. El ataúd está detrás del altar, mientras que enfrente de él están la naveta y el incensario.

Los miembros de la familia inmediata, luego otros parientes, y después los amigos y conocidos se turnan para presentar al muerto sus últimos respetos. En los funerales muy concurridos se hace una lista de los asistentes y se leen los nombres en voz alta para que esta parte de los servicios se lleve a cabo sin asperezas. ¿Qué se espera que haga el que asiste a un servicio fúnebre budista? Con un rosario en la mano izquierda, primero se inclina ante los sacerdotes y los miembros de la familia inmediata. Luego se vuelve hacia el altar y se inclina en dirección a la fotografía del muerto. Acercándose, toma un poco de incienso de la naveta y lo echa en el incensario. Finalmente, con las manos a los lados de su cuerpo, se inclina y así se despide por última vez del difunto.

Esta parte del servicio a menudo se lleva a cabo en medio del canto de la sutra budista por uno o dos sacerdotes. Por su participación en el servicio, un sacerdote recibe una comisión que varía mucho según el templo, la secta y el rango del sacerdote. En un funeral que se celebró hace poco, el sacerdote recibió 10.000 yenes, mientras que en otro funeral un sacerdote recibió 500.000 yenes.

Cremación o entierro

Al concluir el servicio, se coloca el ataúd en un coche fúnebre adornado y se lleva el cadáver para ser incinerado o, muy rara vez, para ser enterrado. Aun cuando usan la cremación, los restos por lo general se entierran en una tumba pequeña.

¿Cuánto cuesta una sepultura? Bueno, en el Japón la tierra es escasa y costosa. Una porción de terreno de 90 x 90 centímetros, que se considera la medida convencional, cuesta alrededor de 200.000 yenes. Y ése no es el final del asunto, porque luego viene la piedra sepulcral. Dependiendo de su tamaño, su forma, lo trabajada que esté y el tipo de piedra que sea, puede costar de 200.000 a 800.000 yenes. El tipo más común tiene cuatro partes cuadradas. La superior es un prisma rectangular en el que se graba el nombre de familia en la cara del frente y el nombre póstumo al lado.

El nombre póstumo

“¿Un nombre póstumo?” quizás se pregunte usted. Sí, el nombre que se da a alguien después de muerto. Es costumbre que un sacerdote budista dé ese nombre a una persona muerta. Pero, es bastante costoso cumplir con esta costumbre. Un nombre budista póstumo, al cual los japoneses llaman kaimyo, puede costar de veinte mil a un millón de yenes o más. El precio depende de los caracteres chinos que se escojan, así como de la secta y el rango del sacerdote que los escriba en una tablilla que se compra al empresario de pompas fúnebres. Se imaginan que el nombre beneficiará al muerto en otro mundo, pero algunas personas están comenzando a preguntarse si es necesario seguir una costumbre tan costosa.

Para los que sí siguen esta costumbre, la tablilla especial con el nombre póstumo se coloca en el Butsudan. ¿Qué es eso? Un altar budista familiar, que también puede ser muy caro. Aunque un Butsudan común cuesta 300.000 yenes, el precio puede elevarse a treinta millones de yenes. Antes que hiciera su aparición este altar familiar portátil, se construía un lugar de adoración en una de las habitaciones de la casa. Este se llamaba tokonoma. Muchas casas todavía tienen un tokonoma, pero este nicho, que a menudo ocupa la mitad de una pared, se usa ahora mayormente para colocar un simple arreglo floral.

Si usted ha ido tomando nota de los diversos costos que pueden acumularse en un funeral japonés usual, quizás piense: “Eso ciertamente representa una carga financiera pesada para la familia.” Tiene razón. Pero hay una costumbre japonesa que, tal vez con el deseo de aliviar a la familia un poco, hace posible que otros compartan la carga. Esto se logra mediante las ofrendas de dinero que otros hacen, llamadas koden, que literalmente quiere decir, “ofrenda de incienso.”

Fuera de la casa donde se lleva a cabo el funeral, se levanta una pequeña tienda de campaña y se coloca una mesa. Allí es donde el recepcionista recibe los koden. Después se usa parte del dinero para comprarle un regalo al donante en prenda de reconocimiento. El saldo se usa para sufragar parte de las expensas del funeral. Es cuando se recibe el koden que se hace el registro de los dolientes.

A veces se pide a los empresarios de pompas fúnebres registrados que tomen a su cargo el funeral de una persona que recibía pagos del seguro social. Por este tipo de servicio el gobierno paga una tarifa fija de 51.700 yenes. Como es fácil de comprender, estos funerales son sencillos. Y, aparte de no estar exentos de dignidad, tienen la ventaja de no dejar a la familia que está de duelo abrumada por las deudas.

Los funerales que celebran los testigos de Jehová por lo general son mucho menos costosos que los funerales budistas tradicionales. Esto se debe al entendimiento que tienen de lo que la Biblia dice en cuanto a los muertos, aunado a la modestia y racionalidad que la Biblia recomienda. Tomemos como ejemplo un funeral que se llevó a cabo recientemente en un Salón del Reino de los testigos de Jehová.

Se pidió al empresario de pompas fúnebres que proveyera solamente el ataúd y un camión pequeño para llevar el cuerpo al crematorio. Aunque la mayoría de los budistas que hacen incinerar y enterrar a sus difuntos amados gastan una gran suma de dinero en lápidas, en este caso, a la familia cristiana en cuestión eso no le pareció necesario. Comprendió que lo más importante es la posición de la persona delante de su Creador, quien a su debido tiempo resucitará a todos a quienes el sacrificio de Cristo redimió. Otra razón es que la familia no va a hacer peregrinaciones anuales al lugar del entierro, como las hacen los budistas.

“¿Pero se celebró algún tipo de servicio fúnebre?” acaso pregunte usted. Sí, después de la cremación, a una hora conveniente para la mayoría, se pronunció una conferencia de memorial en el Salón del Reino. No hubo un altar costoso, fotografía o incienso para adoración. Tampoco fue necesario que los visitantes ofrecieran koden. El ministro que presentó el discurso sobre la esperanza cristiana no esperaba recibir paga por sus servicios. Las hermosas flores en la plataforma fueron contribuidas anónimamente por los miembros de la congregación. Muchos parientes y conocidos budistas expresaron su aprecio por la ceremonia sencilla, la cual, después de haberse cantado una canción acerca de la esperanza de la resurrección, culminó con una oración a Aquel que puede resucitar a los muertos.

Nuestra breve consideración de lo que es un funeral budista tradicional verdaderamente sirve para ilustrar por qué se podría decir que, para muchas personas, cuesta demasiado morir. No obstante, se puede ver que no todos los gastos que resultan de observar las costumbres son necesarios. Es cierto que, actualmente, la muerte es ‘parte de la vida.’ Sin embargo, cuando las personas toman sus decisiones según lo que es realmente necesario o lo que es mejor, y no simplemente de acuerdo con la costumbre, no hay razón para que los parientes tengan que llevar, además de su dolor, la pesada carga de la deuda.

[Nota]

a Como ayuda para entender los precios, un dólar vale alrededor de 300 yenes.

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir