Divirtiéndose con juegos caseros
DE NOCHE, y especialmente durante los meses del invierno, quizás sea preciso limitar las actividades que se realizan al aire libre. ¿Qué puede hacer uno para tener entretenimiento dentro de su propia casa?
El ver la TV es un pasatiempo favorito. Pero, tiende a suprimir la conversación, limitando severamente cualquier verdadero intercambio entre las personas. ¿Cómo, pues, pueden las familias divertirse juntas?
Algunos deportes que se juegan al aire libre pueden adaptarse y jugarse en forma modificada, aminorada, dentro de la casa. El tenis es un ejemplo; en muchos hogares al tenis de mesa es muy popular. Algunas familias han arreglado una mesa en su sótano o en algún cuarto disponible, y esto suministra excelente entretenimiento para toda la familia y los visitantes.
El juego de bolos es otro deporte que es posible aminorar y modificar para jugarlo dentro de la casa. Se pueden usar bolos más pequeños, tal vez de plástico, y las bolas pueden ser de material parecido. Hasta se pueden usar pelotas de tenis si los bolos son suficientemente livianos.
Hace mucho que el juego de billar ha sido popular como diversión bajo techo. Sin embargo, los salones de billar de la localidad generalmente han ofrecido un ambiente malo. De modo que algunas familias han puesto una mesa de billar en su propio hogar, y han pasado muchas horas felices jugando juntos y con sus amigos. A otros les gusta jugar las muchas diferentes clases de juegos de naipes.
El proveer entretenimiento casero es un negocio grande, hecho que fue demostrado cuando en un año reciente las ventas de los fabricantes estadounidenses de juguetes y juegos aumentaron más de 30 por ciento. Son especialmente populares los juegos de video. Millones de personas han comprado aparatos de control remoto que pueden adherir a sus televisores. Esto les hace posible jugar partidas de tenis electrónicas así como también juegos de béisbol, ajedrez y así por el estilo.
Juegos en tableros
Los juegos que se ejecutan en un tablero representan una gran porción de las ventas de los fabricantes de juegos. El Monopolio, un juego de comprar y vender bienes raíces y ferrocarriles, por largo tiempo ha sido el más popular. Desde 1934, cuando el juego se puso en venta por primera vez en Filadelfia, Pensilvania, se han vendido más de 80 millones de estos juegos por todo el mundo. En 1975, en tan solo los Estados Unidos, se imprimió dinero de Monopolio por valor de 40 mil millones de dólares, casi el doble de la cantidad de dinero verdadero que la Casa de la Moneda de los EE. UU. imprimió ese año. Se juega Monopolio en unos 46 países, y según el país, los dólares llegan a ser francos, marcos, pesetas, yenes y así por el estilo.
El juego de chaquete, posiblemente el más antiguo de los juegos que se hacen en tablero, está volviendo a cobrar popularidad. En las ruinas de la antigua ciudad caldea de Ur, los arqueólogos desenterraron un juego de chaquete todavía en condiciones de ser usado. Los egipcios y romanos de la antigüedad también lo jugaban. Un factor contribuyente a la popularidad del chaquete es la facilidad con que se puede aprender a jugarlo, aunque es muy difícil ser perito en él. Y, por supuesto, el ajedrez es otro juego que se hace en tablero que desde antaño viene suministrándoles placer a muchas personas.
Los juegos de palabras también son muy entretenidos, y además son excelentes para aumentar el vocabulario. Un favorito es “Scrabble,” que se desarrolló de la idea de los crucigramas. Fue originado en los años treinta, pero realmente no llegó a ser popular sino hasta 1953. Ahora se venden millones de estos juegos de salón cada año.
Inventando sus propios juegos
Sin embargo, para entretenerse no es preciso depender de juegos que otros han inventado. Usted puede idear los suyos propios. Aunque no es exactamente un juego, un señor de edad media relata que cierto entretenimiento que se originó con la familia le causó placer especial a él. Dice: “Mis cuatro sobrinos y sobrinas, de entre 10 y 15 años de edad, nos anunciaron que la noche siguiente iban a hacernos una representación teatral. Prepararon un programa de canciones y bailes bien ideados, y el niño de 10 años de edad fue el maestro de ceremonias. Nos entretuvieron cabalmente por una hora o más.”
Un matrimonio del norte de Alemania se decidió a instruir a sus hijos acerca de la gente de otros países y hacerlo en forma de juego. Hacían como que iban de viaje a diferentes lugares. Como atracción especial, tenían una comida típica del país que habían escogido de antemano. Entonces esa noche hablaban acerca de ese país, veían cuadros de él, y les decían a sus hijos algo acerca de las características y costumbres de esa tierra.
Según su horario se suponía que cierta noche esta familia “volara en avión de reacción” al Japón. Se les enseñó a los hijos a sentarse en el suelo al estilo japonés, y a comer con palillos chinos. Por supuesto, todos los que han comido alguna vez con estos palillos, o que por lo menos han tratado de comer con ellos, saben que el primer esfuerzo no es fácil. Habiendo llegado a cierto punto, la chiquilla Andrea de cuatro años de edad rogó: “Papaíto, ¡por favor volemos de regreso a Alemania!” Aunque la mayoría de las familias pasan por alto posibilidades como ésta de entretenerse, ¿no se percata de lo interesantes que pudieran ser?
En muchos países es popular presentar relatos bíblicos en pantomima, permitiendo que los invitados adivinen de quién o de qué se trata. Noé trabajando en la construcción del arca, David venciendo a Goliat, Rut trabajando en el campo de Booz, y un sinnúmero de otros relatos populares pueden presentarse en pantomima fácil y brevemente. El que identifica correctamente lo que se representó puede presentar la siguiente dramatización, sin que nadie presente dos hasta que todos hayan tenido un turno.
Otra posibilidad es el usar sonidos grabados en la cocina, en el lugar de su empleo o en algún otro lugar, y entonces tocarlos para que el grupo los identifique. O puede que el juego requiera que se identifique la fuente del sonido que una persona hace detrás de una cortina. ¿Está rompiendo un pedazo de papel, abriendo una botella, partiendo una nuez y así por el estilo?
El cantar en grupo también puede ser verdadero entretenimiento. Y en vez de estar satisfechos con solo conocer y cantar la melodía, ¿por qué no ampliar su canto y aprender las otras voces —contralto, tenor, bajo— de una canción? El aprender a cantar en armonía las cuatro voces puede ser muy entretenedor y beneficioso.
“Juegos de cartas” hechos por uno mismo
Muchos se han divertido con los siguientes juegos: Primero, de un pedazo de cartón o papel grueso corte 20 o más cartas de jugar. Entonces pegue sobre ellas cuadros de modo que tenga parejas que hagan juego, unas 10 parejas, o, si los participantes tienen más experiencia, es preferible tener más parejas que hagan juego. Después de mezclar las cartas, se colocan boca abajo. Por turnos, se le permite a cada jugador escoger dos. Si escoge dos que tienen el mismo cuadro, puede quedarse con ellas. De otro modo, tiene que devolver las cartas a su posición original. Cuando el jugador no recoge dos cartas con cuadros que hacen juego, es turno del siguiente jugador. La meta es recoger el mayor número de cartas que hacen juego. Así se pone a prueba su habilidad de recordar dónde vio qué cuadro.
Esta es otra posibilidad: Aliste en cada carta la ocupación de cierto personaje bíblico, algunas de sus cualidades o características sobresalientes, también algunos acontecimientos en los que participó o estuvo envuelto. Algunos de los indicios pueden ser fáciles, otros más difíciles. Por turno, cada jugador lee un indicio tras otro de su carta hasta que alguien del grupo acierte el individuo de quien se trata.
Otro juego pudiera llamarse “Hallemos un texto bíblico.” Se distribuyen cartas, cada una de las cuales tiene una situación, como las siguientes: Un compañero de trabajo se queja del alto costo de la vida; a una madre le es difícil dominar a su hijo ingobernable; un amigo escolar piensa en probar las drogas. Cada persona lee la situación anotada en su carta y todos tratan de hallar un texto bíblico que sería apropiado para tratar con ella. Para que el juego no se prolongue demasiado se puede imponer un límite de tiempo, después de lo cual se pueden considerar los diferentes textos recomendados.
Otro juego popular en las reuniones sociales puede describirse con el título “¿Quién soy?” Se escriben los nombres de los personajes bíblicos en cartas o pedazos de papel grandes y se prende uno en la espalda de cada persona que desea jugar. La persona no sabe qué nombre lleva prendido a su espalda. Tiene que averiguar el nombre que lleva en la espalda haciendo preguntas como: “¿Viví antes de nacer Jesús?”; “¿Fui un rey?”; “¿Un rey fiel?” y así por el estilo. Las únicas respuestas que se permite dar son “sí,” o “no” y “no sé.”
Conviene hacer una advertencia. El anfitrión debe asegurarse de que sus convidados se sientan cómodos. Posiblemente no todos quieran participar en los juegos. Quizás prefieran observar; esto puede causarles más gozo. Por lo tanto no insista en que todos participen. Además, escoja juegos adecuados para las personas presentes. Los juegos no deben ser demasiado complejos o difíciles. Y trate de evitar el desarrollo de un espíritu de rivalidad, pues esto hace que algunos se sientan abochornados o desalentados por no poder hacer las cosas tan bien como otros.—Gál. 5:26.
Juegos de palabras y letras
Se puede iniciar un juego sencillo de palabras al mencionar alguien el nombre de un personaje bíblico. La persona que sigue tiene que responder con un personaje bíblico cuyo nombre empieza con la última letra de la persona previamente mencionada. Por ejemplo, si la primera persona dice Adán, entonces la siguiente pudiera decir Nehemías, la siguiente, Saúl, y así uno tras otro. Puede hacer el juego más excitante si pide que no se use el mismo nombre dos veces. En un juego parecido, los participantes van de una letra a otra del alfabeto, y cada persona dice el nombre de un personaje bíblico cuyo nombre empieza con las letras sucesivas del alfabeto, a-b-c, etcétera.
Si está preparado para pasar a cada uno un pedazo de papel y lápiz, puede jugar un juego popular en Suecia que se llama un cuadrado de palabras. Cada participante traza cuatro líneas horizontales y cuatro verticales dentro de un espacio cuadrado, así dividiendo el espacio en 25 casillas. Entonces, por turno, cada jugador anuncia una sola letra del alfabeto, la cual cada jugador entra en una de las 25 casillas de su cuadrado. Estas no se pueden transferir a otra casilla después. El objeto es formar cuantas palabras sea posible, tanto horizontal como verticalmente. Estos juegos de formar palabras pueden tener un efecto provechoso en su habilidad para deletrear.
Un juego o dos pueden ser suficientes para avivar una reunión nocturna y suministrar material para más conversación. ¡No canse a sus convidados jugando por demasiado tiempo o jugando un solo juego por largo tiempo! Esto puede aburrir y cansar tanto como el dejar que el tiempo pase lentamente sin hacer nada.
Ciertamente hay muchas formas de entretenimiento de entre las cuales escoger. La clase correcta puede refrescar la mente y el corazón, ocasionando placer y acabando con el aburrimiento. Por lo tanto no deje de reconocer que hace falta el entretenimiento. Pero, al mismo tiempo, no se convierta en amador de placeres más bien que amador de Dios. (2 Tim. 3:4) Mantenga el entretenimiento en su debido lugar.