El porqué del deterioro y la decadencia familiar
HACE unos 80 ó 90 años la mayoría de la gente vivía en granjas pequeñas o en comunidades rurales. La sociedad actual, principalmente urbana, con sus muchas maravillas tecnológicas, representa un cambio radical en el modo de vivir de la gente. ¿Pudiera este cambio estar relacionado con el deterioro y la decadencia de la familia?
Bueno, frecuentemente la vida se ha hecho muy impersonal en las ciudades modernas. Hay menos interés en el bienestar de otros que en años pasados. Como ilustración: En la ciudad de Oklahoma un hombre de edad avanzada estaba tendido en la acera a punto de morir. Sangraba profusamente y la lengua le salía de la boca. Un periódico dio el siguiente informe:
“Centenares de peatones pasaron por su lado. Algunos pasaron por encima de su cuerpo. Veintenas de automovilistas pasaron sin detenerse.
“Un automovilista que iba pasando, el abogado Henry W. Nichols Jr., se detuvo para administrar primeros auxilios a la víctima, a quien se identificó más tarde como Clinton Collins, de 77 años de edad, residente de las cercanías de Betania. Y mientras él lo atendía, las muchedumbres iban pasando sin prestar atención, sin hacer caso de las súplicas por ayuda.”
¡Qué triste! ¿verdad? Sí; desafortunadamente, sucesos como este se han hecho muy comunes. Y la actitud de indiferencia de las personas no puede menos que afectar a sus familias. ¿Por qué hay tan poco interés en el bienestar de otros?
Cambio de actitudes
Esto se debe a un cambio básico en las actitudes de la gente. Y la tecnología moderna ha contribuido a estos cambios de actitud. ¿Cómo? Pues, a fin de vender sus muchos productos nuevos, el mundo hace creer a la gente que la felicidad depende de tener estas cosas. El mensaje que se proclama por todas partes es: ‘Solo se vive una vez, de modo que consiga todo lo que pueda AHORA.’
Así se enseña a la gente a pensar primero en su propia satisfacción y placer. El resultado es la sociedad egocéntrica de hoy día. Las consecuencias de este modo de pensar evidentemente tenían preocupados a algunos eminentes filósofos que se reunieron en una conferencia el verano pasado con el fin de investigar ciertas ideas. “Demasiados individuos consideran que el futuro es cosa de solo uno o dos años y no piensan en lo que está más allá,” explicó el presidente de la conferencia Alfred E. Koenig. “Realmente se dedica muy poco esfuerzo o interés a lo que queda por delante a buena distancia en el camino.”
Sí, el futuro se ha hecho tan inseguro que muchos ‘viven para el momento’ y se esfuerzan por conseguir todo lo que puedan de la vida ahora. ¿Qué efecto ha tenido en la familia esta búsqueda de placer inmediato?
Efecto en la familia
Pues bien, debido a la propaganda mundana, sucede que muchas personas de la actualidad, al casarse, piensan principalmente en su propio placer personal. A menudo el disfrute de las relaciones sexuales llega a ser el interés primordial. Por consiguiente, las expectativas de felicidad marital se elevan a un nivel que la realidad no puede satisfacer. Por lo tanto, las parejas se divorcian rápidamente y buscan placer en otra relación.
Hasta personas que por largo tiempo han estado casadas han sido víctimas del énfasis que la sociedad egocéntrica, con énfasis en el “yo,” da a la satisfacción personal. A muchos se les hace creer que se están perdiendo algo, que pueden hallar verdadero placer con otro compañero sexual. El Dr. Robert Taylor, quien ha escrito extensamente sobre este asunto, dijo: “Creo que la filosofía del ‘yo’ está contribuyendo a la alta proporción de divorcios que tenemos ahora.”
Tal vez los que más han sufrido como resultado de esto son los hijos. Muchos padres, preocupados con satisfacerse a sí mismos, han tendido a hacer muy poco sacrificio personal para el bien de sus hijitos. Hace unos años el Free Press de Detroit señaló lo siguiente:
“Una madre que vive en las afueras, y cuyos hijos son casi adultos, dice que ella nota una diferencia en los matrimonios jóvenes, los que se aproximan a la edad de 30 años. Parecen demasiado egoístas, demasiado envueltos en lo suyo propio, dice ella. El dinero, la carrera y el yo vienen primero. A las parejas no les interesan los hijos, dice ella; solo se interesan en cosas.”
Lo que preparó la escena para esta filosofía egocéntrica fue la llamada nueva moralidad, que afirma: “Nada de por sí puede clasificarse siempre como ‘incorrecto.’” Según este punto de vista, el tener relaciones sexuales antes del matrimonio puede ser correcto, como también lo puede ser el tenerlas con personas que no sean el cónyuge de uno. Según se alega, todo depende de la situación. Pero el efecto de estos puntos de vista ha sido desastroso... ha contribuido a una verdadera decadencia familiar.
Por qué es un factor el origen de la familia
Las maravillosas invenciones de la tecnología moderna han hecho posible el disfrute de muchos placeres, y la nueva moralidad supuestamente “libraría” a la gente para que disfrutara plenamente de ellos. Sin embargo, hoy hay menos familias felices y contentas de las que había años atrás antes del advenimiento de la tecnología moderna. ¿Cuál es el problema?
Básicamente es éste: Los seres humanos, sintiéndose halagados con su propia sabiduría y logros, promulgaron la idea de que el matrimonio y la familia son simplemente de origen humano, que en cierto modo vinieron evolucionando a través del tiempo para satisfacer una necesidad humana. Pero tal idea es un error grave que está a la mismísima raíz de la desastrosa desintegración de la familia.
¿Por qué? Porque el amor y el matrimonio, junto con la familia y los hijos, tienen un origen más elevado. Aquel que creó al primer hombre y a la primera mujer les dio facultades de reproducción y los unió para formar una familia. (Gén. 2:21-24; Mat. 19:4-6) El propósito declarado de Jehová Dios era que esta familia aumentara y produjera muchas otras familias hasta que la Tierra quedara llena.—Gén. 1:28.
¿No es razonable que el Originador de la familia conozca mejor que nadie cómo hacer que la vida de familia tenga éxito? En realidad, una causa básica de la infelicidad de las familias es que los seres humanos no aplican la guía práctica que nuestro Creador ha hecho que se registre para ellos en la Biblia. ¿No es muestra de sabiduría el que uno por lo menos examine los problemas de la familia a la luz de lo que dice este Libro?
El papel de un enemigo invisible
La Biblia predijo que nuestra generación experimentaría un espantoso ‘aumento del desafuero,’ incluso la ‘desobediencia a los padres’ y la falta de “cariño natural.” (Mat. 24:3-12; 2 Tim. 3:1-5) Además, la Biblia señala a una fuerza invisible y poderosa como una causa principal de estos problemas que están arruinando a las familias. Respecto a nuestro día, la Biblia dice: “Ay de la tierra . . . porque el Diablo ha descendido a ustedes, teniendo gran cólera, sabiendo que tiene un corto período de tiempo.”—Rev. 12:9, 12.
Pero, ¿quién es este Diablo? No es ningún personaje mítico. Es una persona verdadera, invisible, de la misma manera que Dios es una persona verdadera e invisible. Y la Biblia muestra que el Diablo ejerce influencia en la mente de los seres humanos y los incita a cometer actos de desafuero.—1 Juan 5:19; 1 Ped. 5:8.
Posiblemente algunos se nieguen a aceptar esta idea. Sin embargo, ¿qué explicación pueden ofrecer ellos para el modo inhumano, frecuentemente feroz y depravado, en que se comporta la gente, muchas veces para con sus propios esposos, esposas, hijos y padres? Tal comportamiento horrible, y tan contrario a lo que normalmente se esperaría, solo puede atribuirse a la influencia invisible del Diablo y fuerzas espirituales aliadas con él.
En el pasado parecía que la historia se repetía y una civilización tras otra subía y luego se desintegraba, con la disolución de la familia como rasgo de la caída. Pero hoy día la situación es diferente. La Biblia identifica nuestros tiempos como los “últimos días,” no simplemente de una civilización griega o romana, sino del entero sistema de cosas. Además, se pondrá fin a la actividad del Diablo y sus demonios. Jehová Dios promete poner término a toda la iniquidad e introducir un sistema de cosas completamente nuevo.—2 Ped. 3:13; 1 Juan 2:17; Rev. 20:1-3.
Entretanto, mientras vivimos en estos tiempos difíciles, ¿qué podemos hacer para lograr felicidad en nuestra vida familiar?