Lo que nadie quisiera ver... ¿pudiera suceder?
A causa de las terribles represalias que pudiera ocasionar, se consideraba inconcebible el que una nación quisiera comenzar una guerra nuclear. Sin embargo, los adelantos recientes en los armamentos han demostrado que este “equilibrio del terror” o “fuerza disuasoria” no constituye una verdadera base para la confianza.
Como ya se ha mencionado, la precisión de los proyectiles intercontinentales ha mejorado dramáticamente durante los pasados últimos años. La revista Nation relata por qué esto sugiere consecuencias espantosas:
“Además, el tipo de armamentos que los Estados Unidos están desarrollando sugiere algo más que simplemente ‘fuerza disuasoria.’ El proyectil crucero, al ser desplegado, da dentro de un radio de 14 a 28 metros de un blanco que esté situado a una distancia de 3.200 kilómetros. . . . El punto de esto es que armas con tal grado de precisión no son necesarias para lanzar el ‘segundo golpe’ de un ataque de venganza contra ciudades y poblaciones. Una bomba que pueda llegar a menos de un kilómetro del blanco es más que adecuada como simple ‘fuerza disuasoria.’ Sin embargo, tal precisión se hace importante cuando alguna nación proyecta un primer ataque por sorpresa que no le permita al adversario responder. Mientras más precisión se logre, menos serán las bombas que se necesiten para demoler almacenes de proyectiles del enemigo endurecidos con miles de toneladas de acero y de concreto.”—27 de mayo de 1978.
Además, va aumentando la cantidad de las naciones que están desarrollando armas nucleares. Se llama atención al peligro patente en The Bulletin of the Atomic Scientists: “Es creencia muy generalizada que, mientras más potencias haya con armamentos nucleares, más será la probabilidad de que estalle una guerra nuclear. . . . La tecnología de las armas nucleares es tan extensamente conocida ahora que la preocupación de hoy es que grupos terroristas —y no simplemente gobiernos— construyan explosivos nucleares.”—Septiembre de 1979.
Cuando usted ve que naciones que poseen arsenales tan espantosos se envuelven en conflictos en los cuales sus intereses vitales están seriamente amenazados, ¿no se siente incómodo al pensar en que una de ellas pudiera usar la potencia de fuego nuclear sin que le importen las consecuencias? No estaría solo al sentirse así.
Conferencias alarmantes
Durante varios días del mes de mayo de 1978, 30 científicos, militares y consejeros gubernamentales de 10 países se reunieron en sesiones privadas en Toronto, Canadá, para dar consideración seria al tema: “El peligro de una guerra nuclear para el año 2000.” “Lo más impresionante en cuanto a esta conferencia,” declaró el presidente de la conferencia, John Polanyi, “era que todos parecían estar de acuerdo en que el peligro de una guerra nuclear va aumentando.” Desde entonces, otras reuniones de expertos, entre éstas “la primera conferencia sobre la guerra nuclear,” celebrada en los Estados Unidos con más de 300 participantes, han llegado a la misma conclusión.
Hasta un “confidente íntimo” del presidente soviético Brezhnev reveló que le preocupaba el futuro cercano, pues informó: “En la Unión Soviética se opina que es necesario tomar medidas urgentes, pues, si no, puede ser que haya guerra.” (El énfasis es nuestro.)
De un ángulo completamente diferente viene un sorprendente número de personas religiosas que igualmente creen que se aproxima una guerra nuclear. Sin embargo, éstas dicen que sus conclusiones están basadas en la Biblia. Por ejemplo, un profesor de religión, comentando sobre un versículo de la Biblia que dice que ‘la tierra actual está guardada para fuego,’ declaró: “Las reservas de artefactos atómicos que existen actualmente dan un toque de realismo a este pasaje.”—2 Ped. 3:7.