La dura carrera de trineos de Alaska
Por el corresponsal de “¡Despertad!” en Alaska
¿PUEDE usted imaginarse lo que sería cruzar sobre los patines de un trineo tosco el equivalente de un tercio de la distancia a través de los Estados Unidos, o desde Londres hasta Roma? El cruzar esa distancia en un viaje de día y noche a través de un desierto yermo, azotado por el viento y cubierto de nieve ciertamente sometería a prueba la fortaleza, perseverancia y aguante de la persona que lo intentara. Sesenta y dos dueños de trineos y sus tiros de perros estuvieron listos para emprender el viaje, y yo quise verlo.
Con un amigo, fui en avión a Nome, Alaska, aquel pueblo hecho famoso por la fiebre del oro. Aquí, en la costa del mar de Bering, terminaría la Carrera de la Ruta de Idítarod.
Alguna nostalgia
Idítarod es el nombre de un pueblo minero que fue abandonado hace mucho, y también de una vieja ruta del correo que seguía una red de veredas que se usó a fines del siglo pasado. Estas sendas se extendían por más de 3.200 kilómetros desde Seward, en el golfo de Alaska, hasta Nome, en la costa del mar de Bering. Durante el verano el tráfico por la ruta de Idítarod solía efectuarse principalmente en barco y barcaza por el río Yukon. Pero en el invierno el medio de transporte cambiaba a trineos tirados por perros. Por eso se le dio a la carrera el nombre de la Carrera de la Ruta de Idítarod.
Solo ha sido en los últimos años que medios motorizados de viajar han reemplazado al trineo tirado por perros. Eso explica por qué la carrera de Idítarod es para muchos ancianos un recuerdo nostálgico de un tiempo en que los hombres dependían mucho de sus perros para abrir una nueva frontera.
El ir en trineos tirados por perros es muy popular en muchas partes de la Tierra. Durante la larga temporada de invierno de Alaska esa actividad tiene buena acogida como diversión. Puede aliviar el deprimente estado de ánimo conocido como la “fiebre de la cabaña,” que ataca a los que permanecen encerrados en casa demasiado tiempo. También es un deleite al espectador ver a los perros tirar de un trineo. La escena que los hermosos huskies siberianos y los malamutes alaskanos crean al tirar de un trineo en el mundo encantador del invierno es emocionante.
Se celebran varias carreras cada año, y cada una es una invitación para que miles de personas se coloquen a lo largo de la ruta por donde los trineos pasan a una velocidad de entre 29 y 32 kilómetros por hora. La mayoría de las carreras se celebran por dos o tres días y consisten en 40 a 48 kilómetros por día. Sin embargo, en contraste con estas carreras, la Carrera de la Ruta de Idítarod de trineos tirados por perros es como una carrera de maratón. Es una llamada a salir al ambiente natural y hacer frente a los elementos del invierno, que someten a hombres y perros a severas pruebas, pues a veces la temperatura baja a -45,6 grados centígrados y hay vientos de 30 nudos, ventiscas, soledad y fatiga debido a noches sin dormir.
Nuestro avión venía acercándose a la hermosa pero desolada orilla del mar de Bering, la costa de Nome. Por la costa, hasta donde alcanzaba la vista, solo se veía hielo y nieve. Raspé la escarcha de la ventana para poder ver mejor. Directamente debajo de nosotros, trotando a la luz del brillante sol del mediodía, iba el orgulloso y airoso tiro de perros que encabezaba la carrera. Adelantando en sus guarniciones acolchonadas, aquellos perros se daban cuenta de que iban a la delantera respecto a los demás aspirantes, y se dirigían a un fin victorioso.
¿Cuánto cuesta participar?
En el cuartel general de las carreras, en Nome, aprendí mucho acerca de lo que cuesta participar en una carrera. Hay mucho más envuelto en ello que simplemente enganchar 14 perros a un trineo y gritar la orden de marchar: “¡Mush!”
Un fornido joven de unos 18 años de edad me dijo que un año atrás él había sido el más joven conductor de trineo en la carrera de Idítarod. Le había costado 7.000 dólares preparar su tiro para la carrera. Me informó que algunas personas pagan 500 ó 600 dólares por un buen perro de trineo. Un perro valioso que sepa encabezar el tiro, que obedezca los mandatos y se quede enfrente del tiro, puede costar mucho, como de 2.000 a 4.000 dólares. ¡Con razón muchos dueños de trineos crían sus propios perros!
El alimento para los perros también cuesta dinero. Las reglas de la competición exigen 0,9 kilos por perro por cada día que están en la ruta. Es preciso que el alimento se envíe por avión a ciertos lugares que se hallan en el camino. Se varía lo que se les da de comer según las instrucciones del conductor. Los perros devoran pescado o carne de res, manteca, aceite del germen de trigo, miel y aceite vegetal. Puesto que es mejor que tengan una comida caliente, los ingredientes se mezclan y se cuecen.
También hay peligros durante la carrera... y no todos son ocasionados por las condiciones del tiempo. Este año un alce se resintió por la intrusión en su dominio. El inmenso animal se mantuvo firme y embistió a tres tiros... 42 perros que gruñían y aullaban. Un conductor se encaramó a un árbol cercano en busca de seguridad. La confrontación se puso tan grave que otro conductor por fin tuvo que matar al alce.
Esta carrera es solamente para personas que están dispuestas a hacer frente al costo... en dinero, peligro y resistencia.
Tratamiento apropiado para los perros
¿Le sorprende enterarse de que estos perros que tiran de trineos llevan puestos “zapatos de corredor”? Si usted observa de cerca, verá que llevan calzados de cuero, detalle que exigen las reglas de las carreras. Es preciso que el conductor tenga disponibles dos juegos de estas almohadillas para proteger las patas de los huskies, especialmente cuando corren por las zonas heladas que se hallan en las secciones de la ruta azotadas por el viento.
Los dueños no se muestran propensos a tratar con severidad a sus animales. A veces los conductores hasta se niegan a poner sus tiros en la ruta, o se cancela una carrera, debido a las malas condiciones de la ruta.
¿Qué pasa si un perro se cansa demasiado en el camino? ¿Qué hay si enferma o se lesiona? Se le pone en el canasto del trineo y se le lleva a uno de los 28 lugares de control, donde un veterinario o jefe de las carreras puede encargarse de que reciba atención. Cada conductor tiene que dar razón de todos los perros de su tiro en la línea de llegada. El conductor que no pueda hacer eso queda descalificado. Se hace un verdadero esfuerzo por dar a los perros tratamiento apropiado.
Los conductores... gente robusta
¿Es preciso que uno sea persona de tipo especial para ser conductor de un trineo en Alaska? Bueno, considere la energía y resistencia que se necesitan para empujar o tirar de un trineo en pendientes empinadas bajo condiciones como las que ya hemos mencionado. ¿Estaría usted dispuesto a dormir al aire libre en un saco de dormir o sobre un colchón de ramos de picea cuando la temperatura baja a menos de cero? Ciertamente eso requiere una persona muy fuerte. Entre los que participaron en la carrera este año estuvo un conductor veterano de 75 años de edad. ¡Y él terminó el viaje de 1.600 kilómetros!
Siete mujeres también figuraron entre los participantes. Hace unos años, una mujer, como parte de su entrenamiento para la carrera, se puso un traje de baño, salió a un lago helado, cortó un agujero en el hielo y se metió en el agua glacial. Quería saber si podría soportar semejante experiencia lejos de su hogar en caso de que su trineo rompiera por el hielo. ¿La desanimó pensar en los rigores? Esa misma mujer participó en la carrera a Nome. Seis de las siete mujeres que entraron en la carrera lograron terminarla.
Entrenándose para la competición
Aunque los perros que tiran de los trineos son perros criados para correr, y su alegría está en correr, tienen que estar en buenas condiciones para una carrera. Tal como la criatura humana tiene que fortalecer su capacidad cardiovascular y fuerza, también tiene que hacerlo el perro. El que los animales pesen demasiado puede serles perjudicial, tal como el exceso de peso lo es para las personas. Por eso, se pasa mucho tiempo durante los meses del verano entrenando el tiro para que los perros estén en buenas condiciones.
Antes de la primera nevada, se pueden ver tiros de perros enganchados al parachoques delantero de una camioneta vieja. El conductor, encaramado en la capota del vehículo, aguanta las riendas al salir los perros corriendo por la carretera como tirando de un antiguo carro de guerra. Por supuesto, si él mismo quiere estar en buenas condiciones para la carrera, más le convendría bajarse y correr con el tiro, porque el ser buen conductor exige que tenga energía y resistencia para empujar el trineo y para impulsarlo dando con un pie repetidas veces en el suelo.
La Carrera de la Ruta de Idítarod de 1980 duró desde el 1 hasta el 25 de marzo. Se inscribieron 62 tiros para correr por el primer premio de 12.000 dólares, y la suma total de los premios fue de 52.500 dólares, que habrían de distribuirse entre los primeros 20 corredores que llegaran a Nome. Treinta y seis tiros terminaron la carrera. El número de perros que componen un tiro varía de 10 a 20. Los huskies siberianos son la cría favorita de perros. Son más pequeños, más fuertes, más veloces y también más mansos que los malamutes alaskanos, que son más pesados y tienden a pelear entre sí. A veces se lleva a cabo la cría con perros indios (parte lobo) o labradores (con patas más fuertes).
Había unos 1.500 espectadores alineados a lo largo de la calle Front de Nome cuando Joe May, de 44 años de edad, residente de Trapper Creek, Alaska, cruzó la línea de llegada, andando lentamente con su tiro de 10 cansados perros. El sonido gemidor de la sirena de incendios anunció la llegada del ganador, al presentarse éste para recibir el primer premio de 12.000 dólares. Ciertamente mereció el premio, todo centavo de él, pues estableció una nueva marca de tiempo... 14 días, 7 horas y 11 minutos.
¿Volverá a participar Joe May en la carrera de Idítarod? “Esta es mi última carrera,” dijo el ganador al terminar. Luego añadió: “Bueno, quizás lo sea.” Para el año que viene el premio se ha aumentado a 100.000 dólares.
[Mapa/Ilustración en la página 25]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
NOME
Lago Nancy
ANCHORAGE