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  • Los trasplantes son esenciales
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¡Despertad! 1981
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Cultivemos un crisantemo gigantesco

Por el corresponsal de “¡Despertad!” en el Japón

ES DURANTE la primavera o el verano cuando la mayoría de los capullos florecen, pero en la zona templada hay una flor que espera hasta que ninguna otra compita con ella. ¡Esta es el crisantemo!

Aquí en Japón hay una manera singular de cultivar los crisantemos, y quisiéramos compartir la información con usted. Este método produce lo que llamamos el “crisantemo gigantesco,” u “ōgiku” en japonés.

En Japón uno puede ver los crisantemos en muchas casas desde septiembre hasta fines de noviembre. Muchas personas, especialmente hombres, hacen del cultivo de los ōgiku su pasatiempo. Por eso, no es raro hallar una casa donde, a la entrada, se exhiban desde tres hasta 20 macetas de hermosos ōgiku. Por lo general a estas plantas se les ha cuidado y “entrenado” de modo que formen tres tallos que se elevan hasta una altura de 90 centímetros, coronado cada tallo por una flor inmensa. A veces en una sola maceta se pueden ver siete tallos, cada uno con una hermosa flor de 10 centímetros parecida a una bola de color púrpura pálido o de algún otro color. Las flores se hallan en muchos colores y son de diversas formas.

Cuando yo era joven pasaba mis vacaciones del verano trabajando en unos viveros de Ohio, y uno de éstos se especializaba en crisantemos. Pero éstos eran de los crisantemos robustos que crecen fuera de la casa y se usan como arriatas y en jardines paisajistas alrededor de las casas. Su cultivo es relativamente fácil. En la primavera se desarraigan las plantas del año anterior, y los nuevos brotes se separan de la planta y se vuelven a plantar para el nuevo cultivo. Por otra parte, el ōgiku requiere más atención y cuidado. Según la Encyclopœdia Britannica, se han clasificado más de 3.000 variedades de crisantemos por nombre, y de continuo se están produciendo nuevas formas.

Cómo cultivar un “ōgiku”

Un conocido nuestro, el Sr. Asano, cultiva ōgiku cada año, de modo que le pedimos que nos explicara el método que se emplea para cultivar los hermosos crisantemos gigantescos. Habíamos recibido como regalo una maceta de magníficos ōgiku amarillos, y preguntamos a nuestro amigo:

“Asano-San [Sr. Asano], nos gustaría tener crisantemos gigantescos el año que viene. ¿Les saldrán simplemente nuevos brotes a la planta y volverá a florecer como lo hizo este año?”

El Sr. Asano sonrió y contestó: “No es así de sencillo. Si se deja que el ōgiku crezca naturalmente, empieza a volver a su estado más sencillo. Es decir, produce muchísimas flores, pero mucho más pequeñas que las tres flores grandes parecidas a bolas que ustedes recibieron este año.”

“¿Qué debemos hacer para volver a conseguir las flores gigantescas?” preguntamos.

Los pasos necesarios

“Después que la planta haya dejado de florecer, corten el tallo justamente debajo de la rama. Entonces plántenla afuera para durante el invierno, cubriéndola con pajote para que no se vaya a helar. En marzo, cuando vean que están saliendo brotes nuevos alrededor de la base del tallo muerto, deben desarraigar la planta. Separen los brotes nuevos y plántenlos en un cuadro de grava fina y dejen que crezcan en el aire cálido de la primavera. Para mediados de mayo estos brotes deben haber crecido hasta unos 20 centímetros. Ahora deben tomar esquejes o tallos cortados de estos brotes. Estos esquejes deben ser de unos siete centímetros de largo. Si ustedes quieren tener tres tallos, deben estar seguros de que haya tres yemas en los esquejes sobre la arena húmeda en la cual deben plantarlos ahora. (Tendrán que guiar el crecimiento con estacas y cordón para que las flores tengan espacio.) Una vez que hayan plantado los esquejes, deben mantenerlos en la sombra y regarlos por la mañana y al anochecer. No vayan a descuidar ese riego. Es una parte esencial en la producción de ōgiku. En unas dos semanas deben haberse formado raíces.”

“Entonces lo plantamos en nuestra maceta y en el otoño tendremos nuestro nuevo ōgiku, ¿verdad, Asano-San?” preguntamos con entusiasmo.

“¡No, no! ¡No es tan fácil!” dijo Asano-San con una risa. “Tienen razón en cuanto a que deben trasplantarlo ahora de la arena a una maceta con tierra, pero éste solo es el primero de tres trasplantes.”

Los trasplantes son esenciales

“¿Tres trasplantes?” preguntamos sorprendidos.

“Sí, pues aunque es nuestro deseo tener como resultado final una planta de unos 90 centímetros de alto, queremos retrasar su desarrollo. De modo que los trasplantes actúan como un choque y aguantan algo su crecimiento. Así, cuando se hace el trasplante final a una maceta grande, toda la energía va a la flor,” contesta Asano-San.

“Entonces hay que hacer cada trasplante a una maceta más grande, ¿no es verdad?”

“Correcto,” afirmó Asano-San. “Pero esto envuelve cierto trabajo. Si la planta que ustedes están cultivando es de un solo tallo, es decir, de una sola flor ōgiku, tendrán que cortar los botones que vayan apareciendo a los lados del tallo. Obviamente, si ustedes están cultivando un ōgiku de tres tallos, estarán tres veces más ocupados cortando estos botones laterales. Estos son los botones que crecen precisamente poco más arriba de donde la hoja y el tallo se unen. Es buena práctica cortarlos cada dos días, empleando un instrumento puntiagudo semejante a tijeras. Pero tengan cuidado para no causar daño a la hoja. La hoja es lo que hace el alimento, pues convierte la luz en energía; por eso, ¡si no hay hojas, no habrá flor!

“Durante este tiempo tendrán que vigilar la planta para que no la ataquen insectos, como los áfidos. Consulten con una florería para conseguir el insecticida apropiado. Aquí en Japón tenemos la estación de las lluvias desde mediados de junio hasta mediados de julio, y por eso tenemos que tener cuidado de que la planta esté seca cuando la rociamos, para no causarle daño.”

Cuándo hacer los trasplantes

“¿Cuándo debe hacerse cada uno de estos trasplantes?”

“No hay fecha fija, pero puesto que ustedes ponen la planta en maceta por primera vez en junio y esperan que florezca en octubre, hay aproximadamente 100 días. De modo que se pudiera hacer el segundo trasplante hacia el fin de julio y el trasplante final a fines de agosto o a principios de septiembre. Pudiera añadir aquí que el ōgiku requiere tierra margosa, fibrosa. Y como fertilizante se recomienda estiércol vegetal.”

“Gracias, Asano-San; agradecemos su explicación. Creo que voy a poner en práctica lo que dice.”

¿Le gustaría a usted ‘ponerlo en práctica’? Esto exige cierta cantidad de tiempo y esfuerzo, pero eso solo aumentará el placer que tendrá al ver los resultados cuando ‘Dios lo haga crecer.’

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