Todo el mundo paga por el contrabando
Por el corresponsal de “¡Despertad!” en Nigeria
FUNCIONARIOS gubernamentales de un país africano quedaron sorprendidos cuando descubrieron que un contenedor que, según se creía, estaba lleno de envases de leche, resultó ser el escondite de un automóvil Mercedes Benz. Se acusó a tres oficiales de la aduana de aceptar sobornos para que el automóvil entrara de contrabando en el país.
Mientras tanto, funcionarios de China y Taiwan tomaron medidas enérgicas contra una red de contrabandistas en la que participaban capitanes de barcos pesqueros de los dos países. ¡Los pescadores de Taiwan vendían copias falsas de plumas Parker y relojes Rolex, y los pescadores chinos pagaban por éstos con barras de oro falsas que en realidad eran plomo con una capa de oro!
En los Estados Unidos oficiales de la aduana calculan que tan solo en Florida se pasan anualmente de contrabando drogas por valor de 3.000.000.000 de dólares.
Se ve claramente que el contrabando es un fenómeno de alcance mundial. Lo practican los criminales profesionales y los turistas que desean “burlarse del sistema” mediante evitar el pago de unos cuantos dólares. Los turistas puede que contrabandeen en algún licor o alguna ropa. Los contrabandistas profesionales contrabandean en café, drogas, armas, municiones, oro, diamantes o cualquier cosa para la cual haya mercado.
Piernas huecas y ataúdes falsos
Los contrabandistas profesionales son tanto audaces como ingeniosos en lo que hacen. Un periódico africano declaró que los contrabandistas en esa parte del mundo idean métodos nuevos tan rápidamente como se descubren los viejos. Entre los métodos de contrabando que prefieren últimamente están ‘las cajas de doble fondo, el ocultar bienes como joyas en sopas, pan y toda suerte de artículos comestibles, y en ataúdes,’ así como también en varias partes del cuerpo humano. Los contrabandistas orientales también tienen sus trucos. ¡En China, un hombre tenía una pierna artificial llena de relojes de contrabando! Otra persona llevaba docenas de relojes amarrados a la cintura.
Contrabandistas refinados del mercado de drogas de la Florida utilizan barcos y aviones veloces y de gran potencia. La revista Time declaró lo siguiente: “Por ejemplo, aviones de tipo Constellation de cuatro motores están reemplazando a los aviones de dos motores.”
En Asia, más y más turistas se están envolviendo en introducir por contrabando artículos de Hong Kong a las Filipinas. Una técnica favorita consiste en dirigir un envío de artículos de contrabando a personas imaginarias.
¿Hace daño realmente?
Al regresar de una visita que ha hecho a otro país, ¿ha sentido usted la tentación de “olvidar” que tiene en su equipaje unos cuantos artículos que están sujetos al pago de impuestos? Muchas personas se han sentido tentadas a hacer eso. Piensan: ‘De todos modos el gobierno me saca demasiados impuestos. No hace daño a nadie el que yo pase unos cuantos artículos sin informarlo a los oficiales de la aduana.’ Pero sí hace daño.
Esta clase de contrabando es realmente una forma de evasión de impuestos. ¿Es usted cristiano? Entonces medite en el consejo bíblico de ‘rendir a todos lo que les es debido, al que pide impuesto, el impuesto.’—Rom. 13:7.
Sea usted cristiano o no, puede darse cuenta del efecto que produce en el gobierno de su país el que se pierdan valiosos ingresos que provienen de los impuestos. Usted quizás piense que sus actos son de menor importancia, pero tales actos se acumulan. En un país africano los granjeros de fincas pequeñas pasan sus cosechas de café de contrabando a países vecinos donde el café se vende a un precio más alto. Es probable que cada granjero pase de contrabando sólo un poco de café, pero el resultado final es que cada año el erario pierde el 30 por ciento de los ingresos de la entera cosecha de la nación.
Si el país en que usted vive depende, como la mayoría de los otros países, de los ingresos de aduana para ayudar a pagar por los servicios que rinde el gobierno, entonces mediante su contrabando “inofensivo” usted realmente está robando a sus conciudadanos. ¿Por qué? Porque ellos tendrán que pagar más impuestos para contrarrestar los ingresos perdidos. Además, como resultado de que hay ciudadanos faltos de honradez, los gobiernos toman medidas costosas para registrar con más cuidado a las personas. Los contribuyentes tienen que pagar la factura. Por ejemplo, Nigeria gastó recientemente más de 3 millones de dólares en barcos para capturar a los contrabandistas, y otros 12,4 millones de dólares en la construcción de puestos de aduana colocados en lugares estratégicos.
Armas y drogas
No todos los artículos que se pasan de contrabando se pasan con el fin de evitar el pago de impuestos. En la mayoría de los países no se impondrían impuestos sobre armas, municiones y drogas; todo esto sería confiscado. El contrabando de esta clase es un negocio muy grande en todo el mundo, y sin duda contribuye a los aumentantes problemas mundiales del delito y la inestabilidad política. Tal clase de contrabando envenena y amenaza a la sociedad misma. Es triste decirlo, pero a menudo tal contrabando criminal es posible debido a oficiales de aduana corruptos.
Irónicamente, con frecuencia sucede que países ricos y pobres obran cada uno contra los intereses del otro cuando se ven envueltos en el contrabando. En países pobres, donde se cultiva la marihuana y las adormideras, los gobiernos quizás no estén anuentes a eliminar las cosechas que traen divisas valiosas a su economía. Las naciones acaudaladas se quejan del problema de las drogas, pero continúan fabricando armas que se pasan de contrabando a países pobres y que contribuyen allí al desorden social.
¿Qué puede hacer usted?
El contrabando es una triste realidad de la vida en un mundo ambicioso. Usted no puede cambiar el mundo. Se acerca el tiempo en que Dios hará eso.—Mat. 6:10; Pro. 2:20-22.
Sin embargo, usted puede resolverse a no contribuir al problema del contrabando. No obtenga artículos si cree que han sido pasados de contrabando. No se deje convencer por los que le ofrecen dinero fácil a cambio de que les traiga un paquete cuando regrese de sus vacaciones. Sepa cuáles son los requisitos de aduana del país donde usted vive y respételos, aunque conozca una manera infalible de evadirlos. Como ciudadano honrado, tendrá algo que ningún contrabandista puede obtener para usted... ¡una conciencia limpia!