El tic que no se puede cambiar
“Se puede entrenar a un corredor de velocidad para que sea un corredor de larga distancia, pero no se puede entrenar a un corredor de larga distancia para que sea un corredor de velocidad”, dice el Dr. Bengt Saltin, fisiólogo de Dinamarca. El no estaba hablando acerca de estrategia atlética, sino acerca del “tic”.
El “tic”, o la contracción, es el modo en que reaccionan las fibras musculares para producir la energía que se necesita. Algunas fibras reaccionan rápidamente y producen descargas de energía, pero éstas también se cansan con rapidez. Otras funcionan más despacio, pero duran más tiempo. El lector tal vez conozca mejor las fibras que producen el tic rápido y las que producen el tic lento en forma de la carne blanca [el tic rápido] y la de color oscuro [el tic lento] de la gallina o del pavo.
En la mayor parte de las personas hay casi la misma cantidad de cada tipo de fibra muscular. Pero los músculos de las piernas de los mejores corredores de larga distancia tienen un promedio de 80 por 100 del tipo de fibra de tic lento, y los corredores de velocidad experimentados tienen un promedio de más de 75 por 100 del tipo de tic rápido. Parece que las proporciones están fijas en los genes y no pueden cambiarse mediante ejercicios. Es interesante que por medio de entrenamiento en resistencia se puede hacer que las fibras de tic rápido funcionen más lentamente o duren más tiempo, pero parece que el entrenamiento no tiene efecto alguno en las fibras de tic lento. Este es el tic que no se puede cambiar.