Los jóvenes preguntan...
¿Por qué leer la Biblia?
‘¡Un simple carpintero, Jesús de Nazaret, sacudió el mundo con su mensaje!’, exclamó el profesor. No, él no estaba enseñando la Biblia, sino que estaba comparándola con la obra literaria llamada Don Quijote. No obstante, Aarón (de 20 años de edad) escuchó atentamente. Pues este profesor, aunque no era religioso, apreciaba la Biblia como obra literaria... como dijo él, un libro que ‘todo hombre educado y toda mujer educada debe haber leído’.
¿PODÍA la Biblia realmente educar a alguien? Y ¿qué tenía de sacudidor el mensaje de un carpintero? Aaron quería saber las respuestas a estas preguntas, así que decidió leer la Biblia.
George (de 12 años de edad) encontró la siguiente cita bíblica: “Acuérdate, ahora, de tu Magnífico Creador en los días de tu mocedad” (Eclesiastés 12:1). Así que se preguntó a sí mismo: ‘¿Cómo puedo acordarme del Creador si, en primer lugar, no lo conozco?’. Él, también, comenzó a ver la necesidad de leer la Biblia.
Kelvin (de 21 años de edad) es testigo de Jehová y participa con regularidad en la predicación de casa en casa. Le gusta hablar a otras personas de lo que ha aprendido de la Biblia. Pero ha hallado que algunas de las personas con quienes se encuentra ya han leído porciones de la Biblia. Y puesto que Kelvin quiere tener conversaciones inteligentes con ellas, se prepara por medio de estudiar diligentemente la Biblia. En sus propias palabras: “Uno tiene que haber leído la Biblia para saber de qué están hablando ellos”.
Aaron, George y Kelvin llegaron a estudiar la Biblia en serio. Pero ¿qué hay de ti? ¿No deberías tú también leer la Biblia? Como muchos jóvenes, quizás contestes:
‘¿No es aburrida la Biblia?’
Hay quienes opinan así. Pero en realidad no saben lo que se están perdiendo. La Biblia es la revelación de Dios al hombre. Nos dice cómo llegamos aquí y adónde nos estamos dirigiendo. ¿Cómo puede ser eso aburrido?
Es cierto que algunas partes de la Biblia aparentemente se pueden leer más rápidamente que otras. David (de 19 años de edad) comenta: “En los libros bíblicos de Números y Deuteronomio se narran algunos acontecimientos, pero mayormente se trata de leyes y las razones por las cuales se dieron éstas. No es que estos libros sean aburridos, pero en Josué, el siguiente libro, se narran más acontecimientos; uno se ve envuelto en las escenas. Desde Josué en adelante, la lectura de la Biblia realmente cobra velocidad”. No obstante, a medida que David progrese en su lectura es probable que cambie su opinión respecto a las partes que él considera lectura lenta. ¿Por qué? Considera tu propia experiencia.
¿Has vuelto a ver alguna vez una película que habías visto por primera vez cuando eras mucho más joven? En aquel tiempo, tú probablemente no entendías mucho de lo que ocurría, y a causa de ello pocas escenas te parecían emocionantes. Pero ahora que eres mayor puedes entender mucho más. La historia adquiere mayor significado y las escenas se mueven más rápidamente. Sucede algo parecido cuando entiendes mejor el libro de mayor venta del mundo (Hebreos 5:14). Con cada lectura, esas leyes y las razones por las que fueron dadas adquieren mayor significado. Llegas a apreciar los detalles.
Pero... ¿por qué son tan importantes los detalles? Bueno, considera a un locutor deportivo de radio. Su labor consiste en hacer vivir el juego de béisbol para su auditorio. ¿Y cómo lo hace? Da muchos detalles... cómo el bateador batea la pelota, la distancia que recorre, la jugada que se hace, las carreras que se han anotado, las estadísticas, relatos sobre los jugadores. ¿Es eso aburrido? ¡Claro que no! De igual manera, la Biblia es rica en detalles... genealogías, cifras, medidas, leyes. ¡Cómo hacen vivir los relatos estos detalles!
Además, estas leyes revelan la personalidad de Dios. Por ejemplo, en Éxodo 22:21, 22 y Levítico 19:32 Dios manda que se trate justamente a las viudas, a los huérfanos y a las personas de edad avanzada. Sí, Jehová quiere que a todos se les trate con respeto, prescindiendo del sexo o la edad de la persona. ¿No contribuye esto a que quieras conocerlo mejor? Este es el sentir de una joven llamada Georgie. Respecto a su lectura de la Biblia, ella dice: “Hace que una se sienta más allegada a Jehová”.
Tú también puedes descubrir que la Palabra de Dios es “viva y ejerce poder” (Hebreos 4:12). ¿Cómo puedes hacerlo?
¡La Biblia es viva!
“El leer la Biblia no es como leer un periódico o una revista”, comenta Marvin (de 19 años de edad). “Los pensamientos tienen que estar canalizados en lo que se está leyendo. La mente no puede estar simplemente vagando mientras se pasan las páginas. El leer la Biblia requiere esfuerzo concertado. Cuando leo acerca de la división del mar Rojo o que los cielos se abren y Jehová habla, trato de hacerme un cuadro de la escena e imaginarme que estoy allí.”
¡Tú puedes hacer eso! Al leer el relato acerca de cuando Daniel estuvo en el foso de los leones, ¡imagínate que estás allí! ¡Imagínate cómo sería estar solo y desarmado en un foso de leones hambrientos! (Daniel 6:16-23.) ¿O qué hay del relato de la reina Ester? Su pueblo está a punto de ser víctima de un asesinato en masa. ¡Qué situación desesperada! Para salvar a su pueblo ella tiene que emplear una serie de maniobras que ponen en peligro su propia vida y resultan en una confrontación entre ella y el enemigo. ¿Puedes sentir la tensión? (Ester 3:6–5:4; 2:10; 8:3-6.)
Hay algo más que puedes hacer para que la Biblia sea más emocionante y mentalmente estimuladora. Mientras lees, nota cómo se relacionan las diferentes partes de la Biblia. Por ejemplo, ¿qué tienen en común los relatos de Daniel y Ester? Ambos prueban la veracidad de Salmo 34:7: “El ángel de Jehová está acampando todo alrededor de los que le temen, y los libra”.
Otro tema que conecta diferentes partes de la Biblia es el del Reino de Dios. Daniel 2:44 dice: “El Dios del cielo establecerá un reino”. ¿Pero qué hará este Reino? Desde el principio hasta el fin, la Biblia muestra que Jehová usará este Reino —su gobierno— para hacer que haya paz permanente. “Está haciendo cesar las guerras hasta la extremidad de la tierra”, dice Salmo 46:9. Y por medio del Reino, “él limpiará toda lágrima de sus ojos y la muerte no será más ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor”. (Revelación 21:4.)
Todo está vinculado. El gobierno de Dios pondrá fin a las enfermedades, el sufrimiento y hasta la muerte. La injusticia será cosa del pasado. Toda persona será tratada con justicia y respeto. ¡No es de extrañar que Jesús haya dicho que se pidiera en oración: “Venga tu reino”! (Mateo 6:10.) ¡Ese mensaje del Reino sacudió al mundo en aquel entonces y lo está sacudiendo ahora! Por lo tanto, ¿no vale la pena examinar este mensaje dador de vida? ¡Puedes hacerlo si lees la Biblia!
‘Pero ¿cómo puedo leerla toda?’
Si estás en la escuela, tal vez te parezca que estás demasiado ocupado con las tareas escolares. Pero ¿es realmente tan difícil hacer las tareas escolares y leer la Biblia? No lo es para Richard (de 17 años de edad): “Por las tardes, cuando tengo tareas escolares, me pongo a hacerlas hasta terminarlas. En casa no miramos la televisión durante la semana”. Si haces lo mismo, quizás te sorprenda ver cuánto tiempo te queda para leer la Biblia. Pues, ¡si la lees por solo 15 minutos al día, puedes terminar toda la Biblia en aproximadamente un año!
¡Te puede ayudar ahora mismo!
Te estás criando en tiempos que son verdaderamente “difíciles de manejar” (2 Timoteo 3:1). No obstante, la Biblia está ayudando a los siguientes jóvenes a enfrentarse a situaciones difíciles:
“A veces me deprimen las condiciones del mundo. Consulto textos como el de Revelación 21:4, y estos me dan algo en lo cual tener esperanza”.—Prentice.
“El leer la Biblia es muy beneficioso, especialmente si tengo algún problema. Muchas veces hay algún personaje bíblico que tuvo ese mismo problema, y eso me ayuda a enfrentarme al mío”.—Myrtie.
“Considero que voy creciendo mediante la lectura de la Biblia”.—Theresa.
Tú también puedes notar que vas creciendo. Experimenta la satisfacción de empezar algo que valga la pena, de apegarte a ello y terminarlo. Aun más remunerador es el llegar a conocer al Magnífico Creador (Eclesiastés 12:1). Con el tiempo, querrás usar la Biblia para ayudar a otros. Verdaderamente, ¡el leer la Biblia es uno de los proyectos más valiosos que puedes emprender!
[Comentario en la página 20]
“El leer la Biblia es muy beneficioso, especialmente si tengo algún problema”
[Ilustración en la página 19]
Trata de hacerte un cuadro de los sucesos mientras vas leyendo