El Tercer Mundo... ¿va cerrando la brecha del analfabetismo?
Por el corresponsal de “¡Despertad!” en Nigeria
MÁS de 800.000.000 de personas —una tercera parte de la población adulta del mundo— no pueden leer estas palabras. Son analfabetas. Y en el África, solo alrededor de 40 por 100 de la población sabe leer y escribir. Sin embargo, las oportunidades de educarse están aumentando en las naciones africanas. Por ejemplo, en Nigeria hay centenares de escuelas primarias y secundarias, y más de 20 universidades. No obstante, el analfabetismo persiste.
Por miles de años, en el norte de África ha habido comunidades de personas que saben leer y escribir. La influencia de los musulmanes del África septentrional también llevó la alfabetización a la parte de África que colinda con el sur del Sáhara. Pero, por lo general, la alfabetización se limitaba a los que efectuaban estudios religiosos en árabe. La enorme mayoría de los demás era analfabeta.
Ya para el siglo XVI los comerciantes portugueses comenzaron a introducir el estilo europeo de leer y escribir. Pero no fue sino hasta el siglo XIX, cuando los territorios africanos llegaron a estar bajo el régimen colonial, que los misioneros católicos romanos y protestantes establecieron escuelas. Al igual que en la Europa de aquel tiempo, los estudios escolares se limitaban a unas cuantas personas. La sociedad agrícola sencillamente tardó en ver el valor de aprender por medio de libros. Los niños eran una parte vital de la mano de obra, y las comunidades no estaban dispuestas a permitirles asistir a clases.
Se interponen cuestiones religiosas
Puesto que no querían que sus hijos llegaran a estar bajo una influencia religiosa diferente, los líderes musulmanes también rechazaron los intentos por introducir escuelas misionales. Los emires del norte de Nigeria ni siquiera aceptaron las escuelas del gobierno, sino hasta que la administración colonial consintió en no enseñar religión en estas. Aun así, a las niñas no se les permitía matricularse.
Pero gradualmente hubo progreso y expansión en los sistemas escolares. Se establecieron escuelas para niñas. La educación escolar penetró hasta las zonas lejanas. Pero el grueso de la gente permaneció sin educarse. Por eso, las naciones africanas que se han hecho independientes recientemente heredaron una población en que las masas sabían leer y escribir un poco o eran totalmente analfabetas.
Progresos recientes
La mayoría de los gobiernos han iniciado programas para la educación en masa. El 60 por 100 de la población de Tanzania, que asciende a casi 20.000.000 de habitantes, sabe leer y escribir. También Etiopía informa buenos resultados. Sin embargo, los programas del África occidental han fracasado debido a los frecuentes cambios de gobierno y las condiciones económicas inestables. El señor Alfred Kwakye, ministro testigo de Jehová de Ghana, dice que “el nivel de aprovechamiento ha descendido tanto que el niño promedio casi no sabe leer ni escribir en ningún idioma después de cursar diez años en la escuela”. Abiola Medeyinlo, estudiante de universidad de Nigeria, también se lamenta de que muchas veces “los que se han graduado de escuela secundaria no saben deletrear palabras básicas en inglés”.
El sistema de la UPE (siglas en inglés de Enseñanza Primaria Universal), de Nigeria, ilustra cómo paralizan frecuentemente los planes de educación gratuita el financiamiento inadecuado, así como la escasez de edificios escolares, equipo docente y maestros capacitados. Es cierto que desde que comenzó el programa de la UPE, en 1976, la población en las escuelas primarias aumentó de 8.200.000 estudiantes a 16.500.000 para 1983. Sin embargo, poco después del comienzo del programa, las clases estaban atestadas, y los estudiantes tenían que asistir a la escuela mediante un sistema de turnos o tomar lecciones debajo de los árboles. Muchos de ellos tenían que sentarse sobre piedras o traer sus propios bancos y otro equipo de escuela. Se contrató a millares de maestros incompetentes para suplementar a los maestros competentes, que, relativamente, eran pocos. Sin embargo, a pesar de todo esto, el nivel de alfabetización entre los niños de Nigeria ha aumentado.
Los programas de alfabetización de adultos que se llevan a cabo en Nigeria están plagados de problemas similares. Por eso, comunidades, familias y maestros han tenido que establecer por su cuenta programas de ayuda propia. A los miembros de la familia que saben leer y escribir se les anima a que ayuden a los que son analfabetos, sobre la base de que ‘cada uno enseñe a uno’. A todos los grupos religiosos, organizaciones sociales y medios informativos —radio, televisión y prensa— se les pide que auspicien programas que ayuden a la gente a aprender a leer y escribir.
Pero ¿cómo se puede enseñar a alguien que solo habla uno de los 250 idiomas de Nigeria si en dicho idioma hay muy poco material de lectura disponible o no hay ninguno? Y aun si tal persona aprende a leer y escribir, ¿cómo puede retener esta capacidad si no hay libros ni periódicos que leer en su idioma? Estas son algunas razones por las cuales no hay muchas personas que se esfuercen por tratar de aprender a leer y escribir y por las cuales aquellas que sí aprenden vuelven a ser analfabetas. No es de extrañar que todavía haya unos 27.000.000 de adultos analfabetos en Nigeria. Puesto que tales adultos no pueden ayudar a sus hijos a hacer las lecciones escolares, puede que también estos niños vuelvan a ser analfabetos después que terminen la escuela.
Sin embargo, Nigeria tiene la meta, la cual es bastante ambiciosa, de eliminar el analfabetismo para el año 1992. No obstante, hay poca base en el pasado para tal optimismo.
[Recuadro en la página 9]
La lucha de la India contra la corrupción escolar
La periodista india Salome Parikh escribió recientemente: “La educación escolar de la India está adquiriendo poco a poco un ambiente de bazar. Es un mercado favorable al vendedor, y cada año aumentan la indiferencia y corrupción que surgen como consecuencias inevitables de cualquier situación de escasez”.
Un corresponsal de la India también informa: “Hay mucha corrupción. Los funcionarios escolares disfrutan del próspero negocio de aceptar sobornos y ‘donativos’ públicos de padres que quieren matricular a sus hijos en la escuela. El engaño por parte de los estudiantes es público y desenfrenado. En las zonas rurales, los maestros frecuentemente desaparecen de 10 a 15 días enteros para ir a atender a sus fincas. Pero reaparecen cuando el supervisor viene a inspeccionar la escuela. Entonces estos supervisores esperan recibir como soborno grandes cantidades de trigo, arroz y azúcar de los aldeanos y de los maestros. A cambio, ¡escriben informes entusiásticos sobre cómo se está eliminando el analfabetismo en la aldea!”.
[Recuadro en la página 9]
La escuela secundaria y el Tercer Mundo
El escritor Gene Maeroff dice que “no hay suficientes escuelas secundarias para atender a la población de muchos de los países del mundo. [...] La proporción de adolescentes en las escuelas secundarias es de:
19 por 100 en Argelia,
18 por 100 en el Brasil,
9 por 100 en Gambia,
28 por 100 en la India,
20 por 100 en Indonesia,
38 por 100 en Iraq,
15 por 100 en Kenia,
17 por 100 en Paquistán,
26 por 100 en Tailandia”.
[Fotografías en la página 9]
En una escuela de Bhután...
[Reconocimiento]
Foto de FAO⁄F. Mattioli
...y una de Suazilandia
[Reconocimiento]
Foto de FAO⁄F. Botts