Los jóvenes preguntan...
Relaciones sexuales premaritales ¿por qué no?
¿CUÁL es el tema principal sobre el cual escribe la gente a las secciones de consejos de los periódicos? En el caso de por lo menos un periódico de una ciudad grande, se trata de las relaciones sexuales premaritales. Sí, las preguntas al respecto abundan: ‘¿Está bien que lo hagan dos personas que se aman?’ ‘¿Se debería esperar hasta casarse?’ ‘¿Se trata simplemente de una “diversión” inocente?’. Hay muchas preguntas, pero ¡también muchas opiniones! ¿Qué consejo es el correcto y resultará en el mayor bien para ti?
Las relaciones sexuales fuera del matrimonio es el tema de más de la cuarta parte de la primera sección (capítulos 1 a 9) del libro bíblico de Proverbios 1-9. El consejo que se da proviene nada menos que de nuestro Creador. Su consejo puede dar “al [o a la] joven conocimiento y habilidad para pensar”. Los que prestan atención a su consejo adquieren “dirección diestra”, o según el significado de la palabra hebrea original, el “arte de gobernar o dirigir” un barco. (Proverbios 1:4, 5.) ¡Sin duda tú deseas poder dirigir tu vida al evitar cualquier peligro sutil que pudiera hacer “naufragar” tu felicidad!
Es cierto que la mayor parte de los jóvenes no consideran que las relaciones sexuales premaritales pongan en peligro su felicidad. En muchos casos los que tienen relaciones sexuales dicen que lo hacen por razones parecidas a las que se expresaron hace siglos: “De veras ven, saciémonos bebiendo del amor hasta la mañana; sí, gocemos el uno del otro con expresiones de amor”. (Proverbios 7:18.) Están enamorados y, según ellos, el tener relaciones sexuales es la consecuencia natural. O tal vez razonen como un joven llamado Leopold, quien afirmó: “Para demostrar que eres hombre, tienes que tener relaciones sexuales con una muchacha”. Otros lo hacen para ser aceptados en el medio en que se mueven o para probar que no son homosexuales.
Pero francamente, las investigaciones —y un sinnúmero de ejemplos— han demostrado que la mayor parte de los jóvenes no han planeado inicialmente las relaciones sexualesa. En la mayoría de los casos, estas han sido el resultado final de haberse estimulado o acariciado las partes íntimas del cuerpo. Una madre soltera confesó: “En mi caso y en el de la mayor parte de las jóvenes que conozco, las cosas simplemente llegaron cada vez un poco más lejos, hasta que finalmente una deja de ser virgen. Se empieza con unas cuantas caricias, y antes de que una se dé cuenta de lo que está sucediendo ya no se puede parar”.
‘Pero ¿por qué no disfrutar del placer de las relaciones sexuales antes del matrimonio?’, arguyen algunos. ‘¿Qué tienen de perjudicial en realidad, si las dos personas consienten en ello?’
Problemas dolorosos
Algunos de los placeres de hoy pueden causar dolor mañana. “Porque cual panal de miel los labios de una mujer extraña siguen goteando, y su paladar es más suave que el aceite”, dice Proverbios 5:3, 4. “Pero el efecto que de ella viene después es tan amargo como el ajenjo; es tan agudo como una espada de dos filos”.
Un posible efecto amargo es el contraer alguna enfermedad transmitida mediante las relaciones sexuales. Al tener relaciones sexuales premaritales, uno verdaderamente ‘peca contra su propio cuerpo’. (1 Corintios 6:18.) Imagínate lo doloroso que sería llegar a saber años después que la inmoralidad causó algún daño irreversible, como la infertilidad, o cualquier otro problema grave de salud. Como advierte Proverbios 5:11: “Ni tengas que gemir en tu futuro cuando se acaben tu carne y tu organismo”.
Las relaciones sexuales premaritales también pueden resultar en hijos ilegítimos, abortos, o matrimonios prematuros... con las consecuencias dolorosas que cada una de estas situaciones acarrea. Pero otro problema importante es...
Las consecuencias emocionales
Muchos de los que han tenido relaciones sexuales premaritales informan que han experimentado sentimientos de culpabilidad y pérdida de dignidad, pues se sienten perturbados interiormente por haber ido más allá de sus propias normas. Por ejemplo, Dennis, de 23 años de edad, se lamentó: “Fue una gran decepción... no hubo ningún sentimiento de bienestar ni de amor como esperaba. Más bien, me sacudió la comprensión plena de lo malo que había sido aquel acto. Me sentí totalmente avergonzado por mi falta de dominio”.
Muchísimos otros concuerdan tristemente. “Volví a la realidad brutalmente —confesó cierta joven—. Ahora nada era divertido. Había terminado la fiesta y yo me sentía enferma, avergonzada y sucia. No me ayudó en absoluto oírle a él decir: ‘¿Por qué no impediste que llegáramos tan lejos?’”
No son raras dichas reacciones, según el Dr. Jay Segal, quien realizó un estudio nacional basado en las “autobiografías sexuales” de 2.436 estudiantes universitarios. En el informe que publicó, concluyó: “Las experiencias iniciales [de relaciones sexuales] insatisfactorias y decepcionantes superaron a las satisfactorias y apasionantes en una proporción de casi dos a uno. Tanto los hombres como las mujeres recuerdan haberse sentido muy decepcionados”.
Cierto, parece que no todos los jóvenes se sienten culpables o descontentos. Pero la Biblia advierte: ‘La fornicación [...] quita el buen motivo’. (Oseas 4:11.) El que participa en relaciones sexuales premaritales, o fornicación, se da cuenta de que sus motivos pueden cambiar gradualmente. La pasión sexual puede convertirse sutilmente en la emoción dominante y el centro de la relación. Pero dicha pasión es voluble y fácilmente puede terminar en aburrimiento.
En el caso de algunos jóvenes, su “buen motivo” ha llegado a embotarse a tal grado debido a la fornicación que han procurado hallar satisfacción sexual con varios compañeros cada mes. El investigador Robert Sorensen califica a tales jóvenes de “aventureros sexuales”. Indica que estos pagan un precio por sus ‘aventuras’. Sorensen escribe: “En nuestras entrevistas personales, muchos aventureros revelan [...] que creen que están viviendo con poco propósito y se sienten poco contentos de sí mismos”. El 46% concordó con la siguiente opinión: “Con mi modo de vivir actual estoy desperdiciando la mayor parte de mis aptitudes”. Sorensen halló además que estos jóvenes libertinos tenían poca “confianza en sí mismos y poco sentido de dignidad”. Es tal como dice Proverbios 5:9: los que participan en la inmoralidad ‘dan a otros su dignidad’.
Con todo, algunos jóvenes sostienen: ‘Somos diferentes. Las relaciones sexuales nos unirán más’. Pero, ¿es realmente así?
La mañana siguiente
Una vez que una pareja ha llegado hasta el final, suele verse de modo diferente. Puede que él ya no sienta lo mismo por su compañera. Después de haberla poseído, puede que incluso la encuentre menos atractiva. Por otra parte, ella puede sentirse explotada. De cualquier modo, al tener relaciones sexuales la pareja traspasa cierta línea y nunca puede volverse atrás.
En tiempos bíblicos, Amnón se sentía enfermo de amor por Tamar, una muchacha virgen. Sin embargo, después de haber tenido relaciones sexuales con ella, “Amnón empezó a odiarla con un odio sumamente grande”. (2 Samuel 13:15.) De igual manera, una muchacha llamada María, después de haber cometido fornicación, admitió: “Me odiaba a mí misma (por mi debilidad), y odiaba a mi amigo. De hecho, las relaciones sexuales que nosotros creíamos que nos unirían más, acabaron con nuestra relación. Yo ni siquiera quería volver a verle”.
Por supuesto, no todos reaccionan como María o Amnón. “Puede fortalecer la relación temporalmente, pero los efectos de largo alcance tal vez sean muy diferentes”, concluyó Paul H. Landis, una autoridad en el tema, después de evaluar los resultados de estudios en los que participaron varios centenares de jóvenes. Una razón por la cual las parejas que tienen relaciones sexuales premaritales propenden más a separarse que las que se abstienen es que tal intimidad resulta en celos y falta de confianza. Un joven admitió: “Algunos muchachos, después de tener relaciones sexuales, piensan: ‘Si ella las ha tenido conmigo quizás las haya tenido con otro’. De hecho, ese era mi parecer. [...] Yo me sentía sumamente celoso, inseguro y desconfiado”.
¡Qué diferente del amor genuino, que “no es celoso, [...] no se porta indecentemente, no busca sus propios intereses”! (1 Corintios 13:4, 5.) Solo esta clase de amor puede resultar en una relación confiable que lleve a un matrimonio duradero. Con razón la Biblia advierte: “Que el matrimonio sea honorable entre todos [...] porque Dios juzgará a los fornicadores”. (Hebreos 13:4.)
Esto nos lleva al argumento más importante en contra de las relaciones sexuales premaritales: Son un grave pecado contra Dios. “Esto es voluntad de Dios —dice 1 Tesalonicenses 4:3— que se abstengan de la fornicación”. El que obedezcas este consejo inspirado te protegerá de un sinnúmero de angustias.
[Nota a pie de página]
a Según un estudio, el 60% de las mujeres entrevistadas dijeron que el acto fue espontáneo y no planeado.
[Comentario en la página 10]
Algunos de los placeres de hoy pueden causar dolor mañana
[Comentario en la página 12]
Hay más compromisos rotos entre las parejas que tienen relaciones sexuales premaritales
[Comentario en la página 12]
Una vez que una pareja tiene relaciones sexuales, traspasa cierta línea y nunca puede volverse atrás
[Ilustración en la página 11]
Las relaciones sexuales premaritales pueden resultar en la angustia de un compromiso roto