Los jóvenes preguntan...
‘¿No podemos ser simplemente amigos?’
“NO EXISTE nada entre nosotros —alega Maríaa—. Lo único que hacemos es conversar. ¿En qué va a parar el mundo si tenemos que pensar mal de toda persona? ¡Sería mejor entonces que viviéramos encerrados!” Estas fuertes declaraciones de María se produjeron a consecuencia de que alguien le advirtió de los peligros que hay en pasar ratos a solas con un joven de su misma edad en un auto. Es obvio que ella no apreció la advertencia. Según ella, ‘¿Qué peligro puede haber en solo ser amigos?’.
Michel tiene un punto de vista algo más sensato, especialmente después de la experiencia que tuvo con Luisa, la atractiva vecina de al lado. Este joven explica lo siguiente: “Teníamos una relación muy estrecha, pero sin pensar en matrimonio. Sin embargo, pronto me encontré muy confuso, no podía dejar de pensar en Luisa. Estaba perdiendo el control de mis emociones. Entonces, una noche hablé de mis problemas con un amigo que me permitió pasar la noche en su casa”. Fuera de la ‘zona de peligro’, Michel pudo pensar con un poco más de claridad en cuanto a la dirección que estaba tomando su amistad con Luisa.
Es tal como dijo hace unos años la Dra. Marion Hilliard en la revista The Ladies’ Home Journal: “Una amistad que vaya a unos dieciséis kilómetros por hora puede cambiar sin previo aviso a una pasión ciega que va a 160 kilómetros por hora”.
Las consecuencias emocionales
La Biblia insta a los jóvenes varones a tratar ‘a las mujeres de menos edad como a hermanas, con toda castidad’. (1 Timoteo 5:2.) Muchos han aplicado este principio con éxito y como resultado disfrutan de una amistad limpia y sana con personas del sexo opuesto. Se cuidan de mantener sus relaciones amistosas dentro de límites razonables. Pero ¿qué sucede cuando tales relaciones se salen fuera de control? Un artículo anterior advirtió de las consecuencias morales que esto pudiera acarrearb. Afortunadamente, la mayoría de los jóvenes cristianos no permitirían que la situación llegara a tal extremo. No obstante, también pueden haber consecuencias emocionales.
Un joven de 16 años de edad llamado Miguel aprendió lo siguiente de la amistad que desarrolló con una joven de 14 años: “Al principio solo queríamos ser amigos. Pero pronto descubrí que dos personas no pueden seguir siendo exclusivamente amigos si se ven muy a menudo. Nuestra relación siguió creciendo cada vez más. En poco tiempo desarrollamos sentimientos especiales el uno para con el otro, y todavía los tenemos”. Dado que ninguno de los dos está preparado para el matrimonio, esos sentimientos les son causa de mucha frustración. No sorprende entonces que Miguel se pregunte: “¿Debería romper esta relación?”.
‘Pero eso no es lo que yo siento por mi amigo [o amiga] —pudiera alguien alegar—. No siento ninguna atracción por él [o ella] y nunca me enamoraría de él [o ella].’ Tal vez tengas razón. No obstante, el proverbio advierte: “El que está confiando en su propio corazón es estúpido”. (Proverbios 28:26.) Nuestro corazón puede ser traicionero, engañoso y puede cegarnos impidiendo que veamos nuestros verdaderos motivos.
Por medio del profeta Jeremías Dios nos advierte: “El corazón es más traicionero que cualquier otra cosa, y es desesperado. ¿Quién puede conocerlo? Yo, Jehová, estoy escudriñando el corazón, examinando los riñones, aun para dar a cada uno conforme a sus caminos, conforme al fruto de sus tratos”. (Jeremías 17:9, 10.)
Una joven cristiana se hizo muy amiga de un joven de la escuela. Ella concluyó que esto estaba bien ya que podría compartir con él lo que ella sabía de la Biblia. Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes que se hiciera evidente que el muchacho estaba interesado en algo más que en solo hablar de la Biblia. “No es culpa mía —alega ella— que él se haya interesado cada vez más en mí.” Ella, por su parte, no compartía sus sentimientos.
Es interesante notar que la muchacha reconoce que ‘su madre insiste en creer que ella sí se enamoró del joven’. Las madres pueden discernir mucho. Y sin duda esta madre vio que su hija se estaba engañando a sí misma. Después de todo, ¿sería razonable pensar que la muchacha persistiría tanto en sostener esta relación si no sintiera algo por él? Aun dando por sentado que el interés de ella era el de ayudar a su amigo, ¿puede ella decir que ‘no tiene ninguna culpa’ por los fuertes sentimientos que él haya desarrollado? El libro The Family, Society, and the Individual (La familia, la sociedad y la persona) hace notar “que es el varón quien se siente atraído con mayor prontitud”. El que una muchacha, aun inocentemente, se muestre muy femenina puede estimular a un varón emocional y sexualmente.
Lo mismo sucede cuando un joven presta atención especial a una joven. Puede que las mujeres respondan con más lentitud que los hombres a la atención que reciban del sexo opuesto, pero cuando finalmente responden, los sentimientos con frecuencia son muy profundos. Por lo tanto, cualquiera que permita que una amistad con alguien del sexo opuesto se haga demasiado estrecha se está engañando. Porque aunque los sentimientos de uno no sean afectados, los de la otra persona pueden serlo.
El decir: ‘Seamos amigos’ puede prolongar —lo que sucede con frecuencia— la agonía de un afecto no correspondido. La publicación Tu juventud... aprovechándola de la mejor manerac explica: “Por lo común, es el hombre quien inicia el cortejo, expresando interés en la mujer. Si él es honrado y serio en cuanto al asunto, ella tiene el derecho de creer que por lo menos él está pensando en casarse”. Una asociación continua podría fácilmente entenderse como cortejo con miras a matrimonio.
El decir a una amiga enamorada (o a un amigo) que uno no siente lo mismo por ella puede resultar ser un golpe emocional devastador. Pero el continuar la relación solo prolongaría el día en que hay que hacerle frente a la situación. La Biblia dice: “Tal como alguien demente que anda disparando proyectiles ardientes, flechas y muerte, así es el hombre que ha embaucado a su semejante y ha dicho: ‘¿No lo hice por broma?’”. (Proverbios 26:18, 19.) La palabra original hebrea que se vierte como “embaucar” también significa “engañar, equivocar”. Si una amistad es solo para divertirse sin ningún compromiso ni responsabilidad, ¿no se presta esto a falsas apariencias? Cuando alguien da demasiada atención a alguien del sexo opuesto sin pensar en matrimonio, ¿no es esto engañoso? Es cierto que puede que no hayan motivos maliciosos. Pero ¿no revela esto cierto grado de egoísmo y falta de interés por los sentimientos de la otra persona? El intentar evadir la cuestión diciendo: ‘Pero solo éramos amigos’ o ‘Nunca prometí nada’ no le será muy aceptable a la persona rechazada.
Cómo evitar problemas
Proverbios 2:7 aconseja a los jóvenes que ‘atesoren sabiduría práctica’. Por lo tanto, los jóvenes sensatos evitan tener una amistad demasiado estrecha con alguien del sexo opuesto, hasta que estén listos para contraer matrimonio. Las actividades en grupo pueden resultar ser una manera sana de evitar el problema de que se desarrollen sentimientos románticos. Aun así, ¿por qué limitarte a tener un reducido círculo de amigos? Después de todo, aun en un grupo pueden desarrollarse sentimientos románticos. Otra protección es el incluir una o dos personas mayores en las actividades del grupo.
Pero ¿qué debes hacer si a pesar de haber tomado precauciones parece que alguien ha desarrollado sentimientos románticos para contigo? Aclara el asunto lo antes posible para que ambos sepan la posición de cada cual. “Hable verdad cada uno de ustedes con su prójimo”, recomienda la Biblia. (Efesios 4:25.) Si el expresar tus sentimientos con franqueza no pone coto al asunto, entonces lo mejor es mantenerte alejado de esa persona. No concluyas: ‘Bueno, el asunto ya está aclarado y podemos considerar cerrado el caso. No hay nada que impida que permanezcamos como buenos amigos’. Por lo general, los sentimientos románticos persisten, y la persona sigue esperando que la otra cambie de parecer.
Puede que no sea fácil seguir estas recomendaciones. Pero recuerda que el Creador ha decretado que la intimidad verdadera con alguien del sexo opuesto está reservada para el matrimonio. “Jehová Dios pasó a decir: ‘No es bueno que el hombre continúe solo. Voy a hacerle una ayudante, como complemento de él’. Por eso el hombre deja a su padre y a su madre, y tiene que adherirse a su esposa, y tienen que llegar a ser una sola carne.” Jesús citó esas palabras y subrayó la seriedad del matrimonio: “Por lo tanto, lo que Dios ha unido bajo un yugo, no lo separe ningún hombre”. (Génesis 2:18, 24; Mateo 19:5, 6.)
Por lo tanto, mantén tu amistad con personas del sexo opuesto dentro de límites razonables y así evita muchas penas y sufrimientos.
[Notas a pie de página]
a Algunos nombres se han cambiado.
b Lee el artículo “¿Qué hay de malo en ser ‘solo amigos’?”, de ¡Despertad! del 22 de junio de 1985.
c Publicada en 1976 por la Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc.
[Comentario en la página 19]
El enterarse de que los sentimientos de uno no son correspondidos puede ser un golpe emocional devastador
[Ilustración en la página 18]
Dos personas no pueden seguir siendo solo amigos si se ven muy a menudo