Las personas sin hogar... ¿existe alguna esperanza para ellas?
“EL ALOJAMIENTO es una necesidad humana prioritaria, como el alimento y el agua, y una condición esencial de la vida civilizada. Cuando se comprendan estas verdades, se reconocerá el problema de estar sin hogar como lo que verdaderamente es: una afrenta contra la dignidad humana y la denegación de un derecho humano básico.”—Lord Scarman, presidente del Consejo del Reino Unido para el Año Internacional del Refugio para las Personas sin Hogar.
Discursos como este demuestran claramente que los funcionarios y los gobiernos son muy conscientes de la necesidad de que se disponga de más y mejores viviendas, y lo cierto es que se está trabajando en esa dirección. No obstante, la pregunta que queda pendiente es: ¿cuánto se está logrando? Consideremos unos cuantos ejemplos.
Análisis de lo que se está logrando
Para satisfacer las necesidades de la creciente población de Bombay, The Times of India dice que se necesitan diariamente 125 nuevas viviendas. Aunque esta quizás no parezca una cifra muy elevada, significa más de 45.000 viviendas al año, y eso únicamente para cubrir las necesidades del aumento de población. Pero, ¿qué sucede con las más de 800.000 chabolas de la ciudad, situadas en barrios pobres, que no reúnen las debidas condiciones sanitarias? Para lograr reemplazarlas en veinte años, se tendrían que construir diariamente otras 110 viviendas. Esto lleva a un total de más de 85.000 viviendas al año. Para conseguirlo, “nuestro porcentaje de producción tendría que subir cuatro veces”, dice el informe. De igual manera, entre 1961 y 1981, Nueva Delhi, la capital de la India, no llegó a construir ni una décima parte de las 450.000 viviendas que tenía programadas.
En África, los gobiernos se ven muy presionados por la crisis de la vivienda debido a la afluencia de la población rural a las ciudades. En algunos países, “los ciudadanos desempleados simplemente han sido deportados al campo”, dice The Star, un periódico de Johannesburgo (África del Sur). En otros, solo se permite que trabajen en las ciudades los residentes establecidos en ellas. A pesar del clamor internacional contra la discriminación, especialmente cuando hay envueltos factores raciales, ¿han tenido éxito tales medidas drásticas? “El problema de proveer empleo y hogar a los refugiados procedentes de las zonas rurales amenaza con descontrolarse en gran parte de África y, de hecho, en todo el Tercer Mundo —dice el informe—. Se ha predicho que las ciudades más importantes de África se encararán al colapso de sus sistemas sociales y educativos, así como al de sus servicios de agua, fluido eléctrico y alcantarillado.”
En Gran Bretaña, dos problemas importantes que exigen atención urgente son el proveer vivienda para los pobres y el reparar o reemplazar las ya existentes que se están deteriorando. “Sin embargo, al mismo tiempo que se nos dice que la nación ‘no tiene recursos suficientes’ para gastar más dinero en solucionar estos terribles problemas, no hay restricción de ningún tipo en la subvención que pagamos a las personas que compran sus casas”, dice el periódico Catholic Herald. Debido a la reducción de fondos para viviendas baratas, la construcción ha bajado a menos de una quinta parte del nivel que tuvo hace unos años. Además, “también tenemos una enorme factura que pagar en concepto de reparaciones, tanto para viviendas subvencionadas como particulares, la cual se calcula en 50 millones de libras esterlinas”, dice el informe. Todavía no se ve claro cómo planea el gobierno afrontar estos gastos.
“En América, el problema de las personas sin hogar no se limita a proporcionar vivienda a los desesperados y los desvalidos”, dice un editorial publicado en el New York Post. Por ejemplo: la ciudad de Nueva York paga un promedio de 1.800 dólares mensuales para mantener a una familia sin hogar en un hotel benéfico, y la factura anual por este servicio asciende a 125 millones de dólares. Además, gasta 250 millones al año en mantener en funcionamiento 28 albergues gratuitos para personas sin hogar. Y aun así, el número de personas sin hogar en la ciudad sigue aumentando. ¿Por qué? “Nadie sabe cómo ayudar mejor a las personas sin hogar —concluye un artículo especial sobre este tema publicado en la revista U.S.News & World Report—. El que haya mejores viviendas, más empleos y más facilidades para conseguir vales de alimentación no ayudará a los que padecen trastornos mentales o están entrampados en la droga o la bebida.”
Se tratan los síntomas
Es evidente que resolver los actuales problemas de vivienda y hacer frente a las necesidades futuras es una tarea agobiante para los gobiernos de todo el mundo. ¿Por qué? Porque el problema de la escasez de vivienda y de las personas sin hogar no es una cuestión aislada. Está muy entrelazada con otros problemas que también son extremadamente graves, como la explosión demográfica, la pobreza, el desempleo y la inflación. Si no se atajan con éxito estos otros problemas, es poco probable que pueda mejorarse la cuestión de la vivienda. Pero, ¿hay alguna nación en la Tierra hoy que esté libre de alguno de los problemas mencionados? O ¿hay siquiera un gobierno que los esté resolviendo con verdadero éxito? No, no lo hay.
A la luz de lo que acabamos de analizar, los esfuerzos que se están efectuando por resolver los problemas de las personas sin hogar se pueden asemejar a poner parches en las grietas y goteras de una casa que se está derrumbando. Aunque las intenciones pudieran ser buenas, solo se estarían tratando los síntomas. Lo que se necesita es derruir toda la estructura carcomida y edificar una nueva casa a partir del fundamento mismo.
Este punto de vista ciertamente no es nuevo. Se expresó hace diecinueve siglos, y fue una idea tan adelantada para su tiempo que les resultó difícil de aceptar a los líderes tradicionalistas de aquellos días. “Nadie zurce un vestido viejo, echándole un remiendo de paño nuevo sin tundir; pues el parche añadido tira de la tela y resulta una rotura peor”, dijo Jesucristo. (Mateo 9:16, Franquesa y Solé.) ¿A qué se refería?
La solución permanente
En lugar de tratar los síntomas, Jesús se interesó en la raíz del problema. Enseñó a sus discípulos a recurrir al Reino de Dios en busca de una solución permanente, no solo para los problemas de vivienda, sino también para todos los males que están plagando actualmente a la humanidad. Les instó a orar: “Venga tu reino. Efectúese tu voluntad, como en el cielo, también sobre la tierra”. (Mateo 6:10.) Ese Reino, que llevará a cabo la voluntad de Dios sobre la Tierra, no se limitará a poner un parche sobre el presente sistema de cosas, un sistema acabado y hundido. Lo reemplazará.
¿Cómo repercutirá todo esto en usted? Lea lo que Isaías, un profeta hebreo de la antigüedad, dijo por inspiración: “Edificarán casas y las habitarán, plantarán viñas y comerán su fruto. No edificarán para que otro habite, no plantarán para que otro coma, pues cuanto vive un árbol vivirá mi pueblo, y mis elegidos disfrutarán del trabajo de sus manos”. (Isaías 65:21, 22, Biblia de Jerusalén.)
¿Notó que en lo que se hace hincapié no es sencillamente en la edificación de más casas, sino, más bien, en la imparcialidad, la igualdad y la justicia? ¿No anhela vivir bajo un gobierno así? Usted no solo podrá disponer de una casa propia, lo cual es más de lo que la mayoría de las personas hoy en día siquiera puede soñar, sino que podrá vivir en un entorno pacífico, con suficiente alimento, aire puro, agua limpia y buenos vecinos. Todo esto, y aún más, es lo que logrará la justa administración del Reino de Dios.
En obediencia al mandato de Jesús, en la actualidad los testigos de Jehová están hablando a todo el mundo sobre “estas buenas nuevas del reino”. (Mateo 24:14.) A través de las páginas de esta revista y de su compañera, La Atalaya, así como mediante sus visitas personales, los Testigos intentan informarle de la maravillosa perspectiva que tenemos a las puertas. Le instamos a que dedique el tiempo necesario para descubrir cómo puede estar entre los que vivirán bajo ese justo gobierno que restaurará toda la Tierra hasta convertirla en un hogar paradisiaco eterno para la humanidad.
[Comentario en la página 12]
“Edificarán casas y las habitarán.” (Isaías 65:21, Biblia de Jerusalén.)