“¡No temo a la muerte!”
CHRISTOPHER HESLOP, un niño de nueve años de edad, era testigo de Jehová, así como su hermano, Matthew, de catorce años. Junto con su tío, su tía y sus dos primos, habían pasado aquella mañana de octubre haciendo visitas domiciliarias cerca de Manchester (Inglaterra), como parte de su ministerio cristiano. Por la tarde fueron todos juntos a visitar la cercana ciudad turística de Blackpool, situada en la costa. Los seis estuvieron entre las doce personas que murieron instantáneamente en un terrible accidente ocurrido en la autopista y al que la policía describió como un “verdadero holocausto”.
La noche antes de la tragedia, se había tratado el tema de la muerte en una reunión de estudio de la Biblia que se celebraba en el vecindario y a la que asistía la familia Heslop. “Christopher —dijo David, el padre del muchacho— siempre fue un chico reflexivo. Aquella noche habló con lucidez sobre un nuevo mundo y la esperanza que tenía para el futuro. Luego, mientras seguíamos con nuestra consideración, Christopher dijo repentinamente: ‘Lo bueno de ser testigo de Jehová es que, aunque la muerte produce dolor, sabemos que algún día volveremos a vernos en la Tierra’. Poco nos imaginábamos los presentes lo memorables que llegarían a ser aquellas palabras.”
Después del accidente, un titular del Manchester Evening News leía: “No temo a la muerte, dijo un niño que murió en el accidente”, y el artículo citó las palabras exactas de Christopher. ¿Cómo pudo hablar con esa confianza un niño de nueve años? ¿Qué creencias se le habían enseñado a Christopher?
La resurrección: una esperanza segura
“La característica que más llama la atención de la predicación de los primeros cristianos es el énfasis que daban a la resurrección”, dice el New Bible Dictionary, y añade: “Los primeros predicadores estaban seguros de que Cristo había resucitado y, por consiguiente, tenían plena certeza de que los creyentes también resucitarían al debido tiempo. Esto los distinguió de todos los demás maestros del mundo antiguo”.
Hoy día, los cristianos verdaderos son igualmente diferentes. No se dejan influir por las enseñanzas de la filosofía griega, que atribuye al hombre un “alma inmortal”. Por el contrario, derivan fuerza de la declaración de Jesús de que ‘los que estén en las tumbas conmemorativas, al oír mi voz, saldrán’. Esa es la base de la fe cristiana: los muertos que están en la memoria de Dios resucitarán para vivir en una Tierra paradisiaca. (Juan 5:28, 29; véase también Hechos 17:31; 1 Corintios 15:14.)
David Heslop y su esposa, Ailene, habían enseñado a sus dos hijos esta doctrina básica de la Biblia, y ellos mismos derivan mucho consuelo de ella en estos momentos. “Naturalmente, ahora pensamos mucho en la resurrección —dice David—, y si alguna vez nos sentimos desanimados, como a veces nos sucede, en seguida empezamos a pensar en el futuro y vemos nuestra pérdida como algo temporal.” Ailene añade: “Es como si un ser querido emigrara al extranjero. No se sabe cuánto tiempo estará lejos, pero se está a la expectativa de verlo de nuevo cuando regrese”.
Una sincera invitación
¿Le gustaría compartir esa clase de fe? No es difícil de conseguir.
En nuestro artículo de apertura mencionamos una encuesta que recientemente se llevó a cabo en Inglaterra. Es interesante el hecho de que cuando se preguntó a los que no asisten a ninguna iglesia qué lugar de adoración escogerían si algún día decidían ir a uno, el 27% (el colectivo más amplio) especificó el Salón del Reino de los testigos de Jehová.
Además, como respuesta a la pregunta: “Si tuviese mucho interés en saber algo de la Biblia, de la fe cristiana, etc., ¿a quiénes preguntaría?”, el 19% respondió: “A los testigos de Jehová”.
Sin importar el lugar donde usted viva, los testigos de Jehová tendrán mucho gusto en ayudarle a edificar su fe en las enseñanzas que se encuentran en su propia Biblia. Todas las reuniones que celebran en sus Salones del Reino, así como la instrucción bíblica personal que ofrecen en los hogares, son gratuitas. ¿Por qué no toma la iniciativa y los aborda? En poco tiempo no solo hallará consuelo, en lo relacionado con adquirir conocimiento sobre la muerte y la resurrección, sino también la esperanza de un nuevo mundo de justicia en el que “la muerte no será más”. (Revelación 21:4.)
[Recuadro en la página 11]
¿Regresan de la muerte?
No es raro oír de casos de personas “clínicamente muertas” que han sido revivificadas. Cuando han vuelto en sí, algunas han afirmado haber tenido experiencias extraordinarias en la “otra vida”. No obstante, existe una explicación médica para ese fenómeno. El periódico londinense “The Independent” dice: “Parece probable que esas alucinaciones ocurran cuando la persona está a punto de morir porque los altos niveles de dióxido de carbono o los bajos niveles de oxígeno que transporta la circulación de la sangre afectan a las mismas zonas del cerebro”. Cuando se recobra el conocimiento, estas alucinaciones pueden dar origen a la sensación de haber muerto y regresado a la vida.