De nuestros lectores
El dulce mezquite
De no haber sido por el artículo sobre el mezquite (22 de julio de 1988), estoy segura de que no me habría percatado de este exquisito manjar en la tienda y nunca lo habría probado. Tengo que concordar en que la miel de mezquite es sumamente suave y, al mismo tiempo, muy sabrosa. ¡Qué agradecida me siento a nuestro Creador por esta sobresaliente planta y por la variedad que Él nos concede! Muchas gracias.
S. B., República Federal de Alemania
SIDA
En mi calidad de médico quiero decirles que estoy totalmente de acuerdo con lo que explican en su revista sobre el SIDA (8 de octubre de 1988). Soy el fundador del Blood-Free Surgical and Medical Center (Centro médico y quirúrgico sin sangre). Como suministramos un servicio que prácticamente excluye el peligro de contraer el SIDA, estos artículos son muy útiles tanto para mí como para mi equipo y mis pacientes. Sírvanse enviarme un centenar de estas revistas, pues quisiera que todos mis colegas recibieran un ejemplar.
F. G., director médico de quirófano, Estados Unidos
Solo una tarjeta de agradecimiento por los artículos tan científicos sobre el SIDA publicados en un ejemplar de ¡Despertad! sucio y embarrado que encontré en la calle. Jamás había hallado en ninguna otra fuente de información tantos datos sobre el SIDA y el alcance que tiene. Hace poco recibí dos transfusiones de sangre, y espero que el virus del SIDA no esté “durmiendo” en alguno de mis tejidos o células.
G. T., Estados Unidos
Encontré su artículo muy interesante, por no decir más (y eso a pesar de ya haber oído y leído mucho sobre el tema). No obstante, quisiera hacerles una observación. Se da a entender que si aceptamos “las normas de comportamiento humano dictadas por el Creador”, podemos permanecer libres del virus del SIDA. Sin embargo, en un programa de noticias se dijo que en los lugares donde la densidad de población y la cantidad de personas portadoras del virus del SIDA sea suficiente, cabe la “posibilidad” de que se transmita mediante las picaduras de mosquitos. De modo que posiblemente NO sea razonable que algunas personas esperen estar exentas de contraer una enfermedad tan difundida en la sociedad humana que les rodea. Definitivamente, la única manera de estar absolutamente a salvo del SIDA sería que TODOS aceptasen y viviesen según “las normas de comportamiento [...] dictadas por el Creador”.
D. B. S., Estados Unidos
Concordamos con D.B.S. No quisimos dar a entender que el vivir según las normas de comportamiento dictadas por el Creador libre por completo a la persona de contraer el SIDA. Lo que sí afirmamos es que tal comportamiento es la mejor manera de evitarlo.—La dirección.
Valor para enfrentarse a los impedimentos físicos
Mi padre lleva veinte años luchando contra la enfermedad de Parkinson. El artículo “Vivir con la enfermedad de Parkinson” (8 de enero de 1988) fue una gran fuente de ánimo. Cada vez se le hace más difícil caminar. Como sus andares son apresurados y camina con la cabeza inclinada hacia adelante, a veces choca con algún tabique de cristal. Hace unos meses empezó a tener una actitud negativa tocante a la vida, pero el artículo de ¡Despertad! le proporcionó el valor que le faltaba.
T. N., Japón
Cuando leí el artículo “El cuerpo... ¡maravillosamente hecho [...]!” (8 de junio de 1988), sentí la obligación de darles las gracias. Estoy impedida de la mano y la pierna derechas debido a una parálisis cerebral infantil, y he dejado que eso me afecte hasta el grado de utilizarlo como razón para estar deprimida. Por supuesto, a veces eso me ocasiona una gran molestia, pero a partir de ahora, en lugar de dejar que me deprima, quiero cambiar mi forma de pensar y expresar gratitud a Aquel que me creó.
T. T., Japón