Lo que usted debería saber sobre los piojos
EL SOBRESALTO, la vergüenza y la culpabilidad suelen ser las reacciones típicas de los padres que descubren que sus hijos tienen piojos en la cabeza. Una madre dijo: “Es bochornoso, pues crees que la gente dirá que no eres limpia”.
Pero, ¿hay razón para sentirse avergonzado si su familia se infesta de piojos?
Tres variedades
Los piojos de la cabeza (Pediculus humanus capitis) son unos insectos pequeños y sin alas que miden entre uno y dos milímetros, el tamaño aproximado de una semilla de sésamo. Su color es entre blanco grisáceo y castaño. El estigma asociado con tener piojos se origina del concepto erróneo de que solo infestan a las personas que no tienen una buena higiene personal. La realidad, sin embargo, es que prefieren un entorno limpio, por lo que pueden tenerlos hasta los que se bañan con frecuencia.
Aparte de estos, al hombre le afectan otros dos tipos de piojos: el de los vestidos (Pediculus humanus corporis) y la ladilla (Phthirius puber). Esta última, transmitida por contacto sexual, se localiza entre los pelos del pubis, en las axilas, en la barba y bigote y a veces hasta en las pestañas. Es más pequeña y su forma es como la de un pequeño cangrejo.
A diferencia del piojo de la cabeza y de la ladilla, el de los vestidos no vive parásito en las partes vellosas del cuerpo humano, sino en los pliegues de la ropa, desde donde se dirige al cuerpo para picar. Aparece con frecuencia entre las personas que viven hacinadas en condiciones sucias. En el pasado estos piojos fueron portadores de varias enfermedades, como el tifus, la fiebre de las trincheras y la fiebre recurrente, pero estas pestes rara vez se esparcen hoy día a través de los piojos.
Un problema muy generalizado
La revista médica Archives of Dermatology dijo que “la pediculosis capitis [parasitación con piojos de la cabeza] se ha convertido en un problema muy generalizado en Estados Unidos, alcanzando en algunas zonas proporciones epidémicas”. Las autoridades sanitarias calculan que en ese país, todos los años se ven afectadas entre seis millones y diez millones de personas.
Según estudios llevados a cabo por el Centro para el Control de la Enfermedad de Estados Unidos, una cantidad significativa de los estudiantes que se examinaron tenían piojos. El profesor David Taplin, de la Escuela de Medicina de la universidad de Miami, dice: “En algunas zonas la incidencia es de hasta el 40%”.
Sin embargo, la preocupación por la alta incidencia de la parasitación con piojos no se limita a Estados Unidos. La revista científica Discover informa: “Desde Canadá y Chile, desde Inglaterra, Francia, Italia, Alemania occidental, la Unión Soviética y hasta Australia, llegan informes de que en algunas escuelas hasta el 50% de los niños o más tienen piojos”.
Cómo se transmiten
Como los piojos no vuelan ni saltan, se transmiten principalmente por contacto directo con una persona infestada, por lo general por el contacto de una cabeza con otra. Una investigación llevada a cabo en ciertas aulas de Pensilvania reveló que el 73% de todos los contagios se producían de esta manera, aunque hay quienes opinan que la cifra es mucho mayor. Dennis White, director del Programa de Enfermedades Portadas por Artrópodos, del Departamento de Sanidad del Estado de Nueva York, dice: “El contacto directo da cuenta de aproximadamente el noventa por ciento de todos los contagios”.
También se contagian los piojos cuando se comparte un peine, un pasador del pelo, un pañuelo de la cabeza, un sombrero, una cinta para el pelo, una toalla, los auriculares del aparato de música, un gorro de baño u otros artículos personales. Esto se debe a que los piojos son capaces de sobrevivir hasta veinte horas (hay quienes afirman que cuarenta y ocho horas) sin un huésped.
Otra razón por la que hay tantos piojos hoy día es que muchos padres no abordan el problema. Deborah Altschuler, directora ejecutiva de la Asociación Nacional de Pediculosis, dice que “la gente suele estar demasiado ocupada para acordarse de dedicar el tiempo y hacer el esfuerzo de examinar el cabello de sus hijos en busca de liendres [huevos de piojos]”. La lamentable verdad es que la parasitación con piojos en la década de los ochenta viene de la ignorancia y la apatía.
Cómo proteger a la familia
El principal síntoma de la parasitación con piojos es el prurito. La picadura del piojo irrita el cuero cabelludo, y causa picor y, en ocasiones, rojeces. Debe sospechar si sus hijos se rascan la cabeza con frecuencia. Para examinarles bien la cabeza, hace falta buena luz y una lupa. Como los piojos se mueven bastante y evitan que se les detecte, busque sus huevos (liendres), los cuales están firmemente adheridos a los cabellos, cerca del cuero cabelludo. El color de las liendres varía entre amarillo pálido y castaño. En vista de que los dermatólogos han identificado por lo menos doce afecciones que suelen confundirse con las liendres, debe utilizarse la lupa para inspeccionar bien la cabeza. Dé especial atención a la zona de las orejas y la nuca.
Si localiza piojos o liendres, mátelos aplicando un tratamiento de champú, crema o loción especial contra los parásitos. Para evitar que se esparzan, todos los afectados deberían recibir el tratamiento al mismo tiempo, de modo que examine a toda la familia antes de empezar con él.
Los antiparasitarios no siempre matarán las liendres adheridas a los cabellos. Todos los huevos que queden eclosionarán a los siete o diez días, de modo que es posible que sea necesario un segundo tratamiento con un antiparasitario para matar los piojos sobrevivientes. Una nota de precaución: todos los antiparasitarios contienen pequeñas cantidades de insecticida, por lo que si no se utilizan bien, producen graves efectos secundarios. Por consiguiente, aténgase estrictamente a las indicaciones del envase.
Si en el lugar donde vive no se dispone de antiparasitarios, es posible utilizar otros tratamientos alternativos. Muchas autoridades recomiendan eliminar las liendres con un peine especial de púas muy juntas. Además, el libro de texto médico Clinical Dermatology: A Color Guide to Diagnosis and Therapy sugiere: “La sustancia que adhiere las liendres a los cabellos se disuelve con compresas de vinagre aplicadas al cabello durante quince minutos”.
Desde luego, lo más efectivo es afeitar la cabeza, pero hay a quienes les ha ido bien aplicar una pequeña cantidad de queroseno al cuero cabelludo durante quince o veinte minutos, pues así se matan tanto los piojos como las liendres. Ahora bien, hay que tener cuidado, ya que el queroseno irrita la piel y, cuando se mete en los ojos, es doloroso. Además, si se inhala es tóxico y podría arder si hubiese alguna llama cerca.
No hay que olvidar la ropa de las camas ni la ropa y demás artículos personales. Lávela y séquela en una secadora a alta temperatura durante por lo menos veinte minutos para matar los piojos y las liendres. A fin de librarse de todo piojo o liendre vivos, pase la aspiradora por los colchones, la tapicería de los muebles y otros artículos que no se puedan lavar. Este es un proceso bastante complejo, pero necesario si se desea impedir que los piojos se perpetúen en la familia.
Aunque no es posible ser inmune a la parasitación con piojos, se puede reducir mucho la probabilidad de contagiarse si se siguen unas sencillas pautas. Aconseje a sus hijos que no compartan el peine o el cepillo ni ningún otro artículo que transmita los piojos con facilidad; si es posible, haga que sus hijos duerman en camas separadas, peine el cabello largo de sus hijas con trenzas o con una cola de caballo a fin de reducir el contacto que pueda tener con la cabeza de otro niño, y, finalmente, si su hijo viene con piojos, no se asuste. La pediculosis raramente es una afección seria. Además, es muy común y uno de los secretos mejor guardados en la ciudad.
[Fotografía en la página 27]
Piojo de la cabeza (muy aumentado)
[Reconocimiento]
Foto por cortesía de Beecham Products E.U.A.
[Recuadro en la página 26]
Un problema antiquísimo
Los piojos han plagado al hombre por miles de años. El periódico canadiense The Medical Post, del 15 de noviembre de 1988, informa: “Se han encontrado piojos adheridos al cabello de momias egipcias, de indios precolombinos de Perú y de indios prehistóricos del sudoeste americano.
”Al igual que ahora, entonces los piojos no respetaban ni la realeza ni el rango ni la devoción religiosa.
”En los peines y muestras de cabello procedentes del palacio de Herodes, de los antiguos asentamientos que hay en los alrededores de Masada y de las cuevas de Qumrán, donde se descubrieron los Rollos del mar Muerto —los manuscritos bíblicos más antiguos que se conocen—, se encontraron cantidades considerables de piojos.”
Los peines para despiojar utilizados hace miles de años tienen un sobresaliente parecido a los que se utilizan hoy día. Por lo general estaban hechos de madera, pero en el antiguo palacio de Meguidó se encontraron peines de este tipo hechos de marfil. Se han examinado a fondo ciertos peines para despiojar pertenecientes a colecciones de museos, y se han visto en ellos muchos piojos y liendres.
El doctor Kosta Mumcuoglu, de la escuela médica Hadassah de la Universidad Hebrea, comentó: “Teniendo en cuenta las cantidades de piojos y huevos encontrados en los peines para despiojar, parece ser que eran muy eficaces”.