La incomprendida hiena
Hay pocos animales a los que se haya difamado más que a la hiena. Es cierto que no es una criatura precisamente encantadora. Sus ojos redondos y brillantes, el dorso en descenso y su porte impasible hace que muchas personas la consideren desaliñada e infame. Además, la hiena acostumbra a romper el silencio de la noche africana con su característica y misteriosa risa, que recuerda las carcajadas de un demente. Es muy posible que la combinación de todos estos factores baste para hacerle estremecer.
No obstante, la publicidad negativa que han recibido las hienas es exagerada. Así que tratemos de hacerle justicia en algunos de los cargos que se le imputan. En primer lugar, suele decirse que la hiena es un tipo de perro, pero no es así. Pertenece a una familia diferente y su parecido con el perro es solo superficial.
También es común que se las califique de cobardes. Sin embargo, difícilmente podrían ser cobardes y al mismo tiempo buenas cazadoras. Pero ¿son cazadoras las hienas? Sí, ellas no solo se alimentan de carroña. Tienen los cuartos delanteros más fuertes de lo normal y las mandíbulas más poderosas de todos los carnívoros africanos, lo que les permite cazar muy bien sus propias presas, incluso animales tan grandes como el búfalo. De hecho, están clasificadas entre los grandes predadores de África.
Mientras estudiaba los carnívoros de África meridional, el autor Chris McBride vio bastantes veces cómo las hienas conseguían ahuyentar a leonas que se estaban comiendo la presa que habían cazado. El único que podía resistir el ataque de un grupo de hienas era el león. Si la hiena fuese realmente un animal cobarde, ¿competiría con un enemigo tan temible? No es probable.
¿Por qué ríe?
Quizás le resulten un tanto desagradables las carcajadas de demente que suelta la hiena, pero lo único que hace con ello es comunicarse con otros miembros de su grupo familiar. “Cada hiena manchada [Crocuta crocuta] tiene su propia voz, que puede ser reconocida por otras hienas”, explica el doctor sudafricano G. Mills, experto en la materia. De esta forma, cuando los miembros del grupo se encuentran dispersados, pueden comunicar a los demás dónde están y, de esta forma, reagruparse con rapidez cuando se presenta la necesidad, como por ejemplo, si tienen que defender su territorio o formar un grupo de caza. El entusiasmo que les produce dar muerte a una presa o descubrir carroña lo expresan con sus “risas” de gran alcance.
Sin embargo, no todas las hienas ríen. La hiena parda de la parte meridional de África, no tan común como la manchada, es más pequeña y silenciosa, y prefiere buscar su alimento sola en lugar de en grupos. Esta especie se comunica por medio de los olores.
Cada hiena parda transfiere su olor característico a las briznas de hierba, los arbustos o las rocas, segregando una sustancia de sus glándulas perianales. Su sentido del olfato es tan agudo que, por lo visto, es capaz de deducir de esa sustancia datos como el sexo, la jerarquía social y hasta la identidad de sus compañeros de grupo.
¿Sigue produciéndole aversión la hiena? Hay que reconocer que no es un animal atrayente ni que invite a que se le abrace, pero no todos los animales lo son. Muchos nos impresionan con otras cualidades, como su poder y astucia. Desde ese punto de vista, la hiena tiene muchas cosas para impresionarnos y fascinarnos.