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  • ¡Despertad! 1991
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  • La importancia de la calidad
  • Construcción de una guitarra paso a paso
  • El trato delicado que recibe la madera
  • La parte que produce la música
  • Un acabado impecable
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¡Despertad! 1991
g91 8/5 págs. 14-17

La guitarra. Según se haga, así sonará

ANDRÉS Segovia, Carlos Montoya y Chet Atkins son nombres conocidos para millones de personas en todo el mundo. ¿Qué tienen en común? Han deleitado a sus auditorios tocando un frágil instrumento de cuerda hecho de madera: la guitarra.

Tanto aficionados como profesionales han hecho oír el sonido de la guitarra por toda la Tierra. Uno de los que contribuyeron a incrementar su prestigio fue el difunto concertista de guitarra Andrés Segovia, quien la sacó de la decadencia y la convirtió en un instrumento de conciertos de música clásica.

¿Por qué es tan popular? Posiblemente porque tanto si se toca música flamenca como clásica o moderna, su sonido puede producir diversos estados de ánimo. Pero otro factor es la facilidad con que se puede transportar.

Sean cuales sean las razones de su popularidad, la manera como está hecha influye mucho en su sonido. Las mejores guitarras suelen estar hechas con verdadero amor y esmero por guitarreros artesanos. Visitemos el taller de un guitarrero de Tennessee (E.U.A.), y veamos cómo fabrica una guitarra.

La importancia de la calidad

Mientras nos da la bienvenida a su taller, nos llama la atención la enorme cantidad de madera que hay. No es madera de cualquier clase: cada pieza ha sido escogida con cuidado y almacenada para futuras guitarras. Picea y cedro para la tapa; palisandro, caoba y arce para la parte posterior y los lados; y caoba y cedro acajú para el mástil. Para las guitarras flamencas se suele utilizar ciprés mediterráneo y plátano para la parte posterior y los lados. Al tomar una pieza de madera, observamos que lleva una fecha, a lo que nuestro amigo guitarrero comenta: “Prefiero dejar secar todas las maderas de forma natural unos cinco años antes de utilizarlas”. ¿Por qué? “Porque los años de experiencia han demostrado que la edad y la calidad de la madera así como la habilidad del guitarrero determinan las características finales de la guitarra.”

Acerquémonos un poco a este artesano para ver cómo fabrica una guitarra clásica. Las guitarras suelen englobarse en dos categorías: la clásica —o española— y la acústica de cuerdas metálicas. ¿En qué se diferencian? “En muchas cosas, pero la manera más sencilla de diferenciarlas es fijándose en el material con que están hechas las cuerdas. Como su nombre indica, las cuerdas de la guitarra acústica son metálicas, y es un tipo de guitarra que se fabrica en muchos tamaños y formas. Por otro lado, en la guitarra clásica se utiliza nailon o tripa animal para tres de las cuerdas y seda con un entorchado metálico para las otras tres”, nos aclara el artesano.

Nuestro guitarrero prefiere que cada cliente acuda a su taller para escucharles tocar y así adaptar la guitarra a su cliente. ¿Cómo? Él explica: “Me fijo en la fuerza con que pulsan las cuerdas, el tipo de sonido que producen. También quiero saber cómo utilizarán la guitarra. De ese modo puedo ajustar ligeramente el procedimiento de fabricación para que el instrumento encaje con la persona que lo va a tocar. ¿Toca con suavidad? Entonces fabrico ciertas partes de la guitarra de un espesor o tamaño menor para que el sonido salga con más facilidad. ¿Toca con energía? Entonces la guitarra tiene que hacerse un poco más pesada”.

Construcción de una guitarra paso a paso

La tabla armónica o tapa de la caja de resonancia: La verdadera construcción comienza con la selección de las maderas que van a utilizarse. Nuestro guitarrero busca con cuidado en un montón de maderas de picea y de vez en cuando toma una pieza, se la acerca al oído y le da unos golpecitos con el dedo. Son varias las cosas que escucha: ¿produce un sonido claro, fuerte, musical y de larga duración o responde con un ruido sordo y apagado? Casi todas las tablas armónicas, así como las tapas posteriores, están hechas de dos piezas de madera que hacen juego. Se cortan de una misma tabla y luego se abren como un libro. De esta forma ambas mitades tienen la misma apariencia y potencial musical. (Véase la foto abajo.)

El rosetón: La tapa se rebaja hasta dejarla de unos 3,5 milímetros de espesor, y en el agujero abierto con ese propósito se encaja el rosetón. Este hermoso refuerzo está hecho de muchas piezas de madera de diferentes colores y es una de las partes de la guitarra en las que el artesano puede expresar su habilidad artística. Muchas veces se necesita una jornada entera de trabajo para hacer un rosetón y taracearlo en la boca de la guitarra. Cuando la cola del rosetón ya está completamente seca, se rebaja un poco más la tapa hasta dejarla de unos 2,5 milímetros de espesor, se recorta dándole la forma de la guitarra y se le encolan por la parte inferior todas las riostras. Las riostras no solo sirven para reforzar la guitarra, también desempeñan un papel importante en la producción de sonido. La mayoría de los guitarreros concuerdan en que la tabla armónica produce la mayor parte del sonido y es por sí sola la parte más importante de la guitarra.

Para la tapa posterior y los laterales la madera preferida del guitarrero es palisandro de Brasil, tanto por su hermosa veta y variedad de colores como por sus cualidades de resonancia.

El trato delicado que recibe la madera

Los laterales: A continuación el guitarrero rebaja las planchas de palisandro para los laterales de la guitarra hasta dejarlos de unos 2,4 milímetros de espesor. A esto le sigue uno de los pasos más difíciles: doblar los laterales hasta amoldarlos a la forma de la guitarra. Para ello se les suele dejar en remojo con agua durante veinticuatro horas y luego se les da forma presionándolos contra un tubo metálico caliente. El agua que la madera absorbió se convierte en vapor y ablanda la madera permitiendo que con paciencia el artesano dé a los laterales la forma deseada. “He de reconocer —dice nuestro guitarrero— que rompí unos cuantos cuando aprendía.” El guitarrero que hace un número reducido de guitarras prefiere combar los laterales de esta manera porque así puede ajustar ligeramente su curvatura en cada guitarra, y raras veces hace dos ejemplares con una forma idéntica.

El mástil: Ahora empieza a labrarse un poco el mástil. Las maderas que se acostumbran a utilizar para esa parte son caoba y cedro acajú, pues son resistentes, estables y bastante ligeras. Como esta es una guitarra clásica, se elaborará siguiendo la escuela española de fabricación, es decir, se encolarán los laterales a unas muescas abiertas en el mástil, con lo que este no se podrá quitar, como sucede en el caso de otras guitarras. Cuando toda la guitarra esté montada y sus piezas encoladas, se terminará de dar forma al mástil.

Ahora se encola la tapa a los laterales, pero como son tan delgados, se comba una tira de madera dándole la misma forma y se encola a los laterales como revestimiento interior. Para estas tiras suele utilizarse madera de sauce pues es ligera y se dobla con facilidad cuando se remoja en agua.

La tapa posterior: A continuación, nuestro guitarrero empieza a trabajar con la tapa posterior de madera de palisandro de Brasil. La mayoría de los guitarreros prefieren utilizar una madera que se parezca mucho en el color y la veta a la de los laterales. Escuche con atención mientras él rebaja un poco la tapa posterior, la sostiene en la mano, la dobla para comprobar su rigidez, le da unos golpecitos con el dedo, escucha el sonido que emite y luego sigue rebajándola un poco más. Cuando la chapa de madera es lo bastante delgada, suena como si se golpease una lámina de metal. Una vez lista, se encolan a ella los tres travesaños o armazón interno, por lo general de picea o caoba, pues son maderas resistentes, ligeras y estables ante los cambios de humedad. La resistencia de los travesaños es vital, pues la tapa posterior es sumamente delgada. El siguiente paso consiste en encolar la parte posterior a los laterales tal como se encoló la tabla armónica.

¡Por fin empieza a parecerse a una guitarra! Como la tabla armónica y la tapa posterior sobresalían un poco, ahora se terminan de recortar a su tamaño definitivo. Y a fin de proteger los bordes de la guitarra, se encolan alrededor de los bordes de las dos tapas unas delgadas tiras de madera, por lo general de palisandro, debido a su belleza y resistencia.

La parte que produce la música

El tablero de notas y el puente: Solo quedan por encolar el tablero de notas de ébano y el puente de palisandro. El tablero de notas se rebaja hasta dejarlo de 6 milímetros de espesor y se corta hasta darle su forma definitiva. Se cortan en él unas ranuras con una separación precisa de una a otra y en ellas se introducen los trastes metálicos, o resaltos. La separación entre los trastes se determina según una fórmula matemática y es vital que estén ubicados en su lugar exacto. Si se sitúan mal, el oído captará inmediatamente el fallo y la guitarra será inaceptable. El tablero de notas se encola al mástil, que por ahora solo ha sido labrado un poco, y comienza el trabajo con la última pieza vital: el puente.

El puente es una pequeña pieza de palisandro, encolada a la tabla armónica, y a la que se atan las cuerdas. Su situación es igual de importante que la separación entre los trastes y se determina mediante la misma fórmula matemática. Sin embargo, nuestro guitarrero no tiene que calcular todo eso cada vez que hace una guitarra; se limita a hacer todas las guitarras del mismo tamaño y así puede utilizar la misma separación para todas. Pero la forma de encolar el puente es vital. Algunos guitarristas han tenido la bochornosa experiencia de que se les suelte el puente. Y ¡vaya experiencia!, pues las cuerdas tensas de la guitarra pueden ejercer una fuerza de más de 45 kilogramos, y a eso hay que añadir la fuerza producida por la vibración de las cuerdas.

Un acabado impecable

Pero nos estamos adelantando un poco. No olvidemos que el mástil solo se había labrado de forma tosca, y ahora ha de tallarse hasta darle la forma definitiva. Nuestro artesano explica: “Me gusta que en esta etapa esté presente el guitarrista que vaya a utilizarla para que apruebe la forma del mástil, pues un buen guitarrista puede notar una diferencia de 1 milímetro de espesor”.

Nuestra guitarra ya está casi terminada. Solo queda la limpieza final, el cepillado y el toque de papel de lija. Cuando nuestro guitarrero está satisfecho con la suavidad y la forma de su obra, aplicará un acabado especial para protegerla.

Existen diversas opiniones en cuanto a cuál es el acabado óptimo. La mayoría de los guitarreros modernos pulverizan sobre la guitarra una laca de secado rápido, de forma que en unas dos semanas está lista para tocarla. ¿Qué técnicas de acabado resultan en que la guitarra suene mejor? Nuestro amigo responde: “Las opiniones varían, pero a muchas de las magníficas guitarras antiguas de España se les daba un acabado de barniz de muñeca. Sin embargo, este acabado hay que volver a aplicarlo cada cinco años por lo menos”.

¡Por fin suena la música!

Nuestra emoción aumenta a medida que llega la hora de la verdad. Las cuerdas se atan por un extremo al puente y por el otro a los mecanismos de tensado o clavijas, en la cabeza. Finalmente viene la comprobación del sonido. Las cuerdas dejan de extenderse y se quedan afinadas, sosteniendo las notas correctas. ¡Por fin, tras un largo y paciente proceso, tenemos una guitarra!

Pero todavía no está lista para uso profesional. El guitarrero explica: “Una guitarra nueva no suele alcanzar su estado óptimo hasta que se ha tocado por unos seis meses. Aunque, por lo general, tan pronto como termina de fabricarse una guitarra, ya puede decirse mucho de su potencial. ¿Son las notas bajas profundas y resonantes? ¿Tintinean las notas altas como pequeñas campanillas de cristal? ¿Responde la guitarra con un sonido equilibrado, prescindiendo de dónde se pisen las cuerdas en el tablero de notas? La calidad de los sonidos producidos por el músico dependerá mucho de la habilidad del guitarrero en escoger materiales óptimos y ensamblarlos en un diseño que acreciente al máximo todo su potencial”.

De modo que la próxima vez que escuche extasiado a algún guitarrista brillante, recuerde que, en gran medida, según se haga la guitarra, la selección de materiales y la habilidad del guitarrero, así sonará.—Contribuido.

[Fotografía en la página 17]

Se encajan los trastes al mástil

[Fotografías en la página 15]

Izquierda: Bloque de madera del que se elaboran las dos mitades de la tabla armónica

Derecha: Se encaja el rosetón y se da forma a los laterales

[Fotografías en la página 16]

Arriba: se encajan las riostras a la tapa de la caja de resonancia. Abajo: se sujetan los laterales

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