Los jóvenes preguntan...
¿Qué puedo hacer si uno de mis padres es alcohólico?
“Detestaba llegar a casa. No estaba seguro de si mamá estaría, y en caso de que estuviese, no sabía si la encontraría borracha y empezaría a despotricar contra mí y a acusarme de ser un mal hijo.”—Robert.
“Me abochornaba mucho llevar personas a casa [...]. Me sentía muy avergonzada de mi familia.”—Patricia.
MILLONES de jóvenes tienen que aguantar la inquietud diaria de vivir con un padrea alcohólico. El libro Teen Troubles (Problemas de la adolescencia) dice: “Vivir con un padre alcohólico significa vivir con estrés, un estrés que te viene de un montón de direcciones”.
Una elevada proporción de padres alcohólicos abusan de sus hijos física o sexualmente.b Y aun cuando la situación no sea tan extrema, el libro Options (Opciones) comenta: “Ya es bastante malo que la bebida convierta al [padre alcohólico] en una persona imprevisible, irresponsable, inconsiderada o malhumorada”.
No es raro, entonces, que a veces te sientas enfadado, abochornado o frustrado. Sin embargo, aunque vivir con un padre alcohólico es difícil, puedes aprender a enfrentarte a la situación.
Procura entender el problema
En primer lugar, algo que te puede servir de ayuda es tener alguna idea de por qué bebe tu padre. “El entendido es el que adquiere dirección diestra”, dice Proverbios 1:5.
Un alcohólico no es simplemente alguien que se emborracha de vez en cuando, ni tampoco tiene por qué ser una persona ebria. Los entendidos definen el alcoholismo como un trastorno crónico relacionado con la bebida que provoca graves problemas que afectan la vida, el trabajo y la salud. El alcohólico está obsesionado con el alcohol, y no puede controlar la bebida. La mayoría de los entendidos concuerdan en que el alcoholismo solo puede controlarse mediante una abstinencia total de alcohol.c
Aunque ciertos rasgos psicológicos pueden hacer a algunas personas más propensas a la adicción al alcohol, también parece haber factores emocionales implicados. Por ejemplo, tras la fachada de un alcohólico muchas veces hay un sentimiento de aversión hacia sí mismo. (Compárese con Proverbios 14:13.) “Personalmente —dice el doctor Abraham Twerski—, nunca me he tropezado con un alcohólico que antes de hacerse adicto al alcohol tuviera un sentido positivo de amor propio, sentimientos de suficiencia y confianza en sí mismo.” En realidad, muchos alcohólicos se criaron en familias con problemas de alcoholismo. A estas personas, la bebida les puede ayudar a adormecer el dolor de las cicatrices emocionales de su infancia.
No obstante, la bebida solo agrava los problemas del alcohólico. Según el libro Under the Influence (Bajo la influencia), sus “acciones, pensamientos y emociones han sido deformados por el alcohol”. Por consiguiente, el alcohólico no solo tiene problemas con la bebida; también tiene problemas mentales, y muy arraigados. Posiblemente necesite bastante ayuda para dejar la bebida; quizás tenga que recurrir a un profesional especializado. De todas formas, si entiendes un poco lo que es el alcoholismo, por lo menos puedes empezar a sentir un poco de compasión por tu padre. (Proverbios 19:11.)
Cómo te afecta
El alcoholismo de uno de los padres afecta a todos los miembros de la familia. (Compárese con 1 Corintios 12:26.) Tu vida puede estar llena de incertidumbre. ¿Regresará tu padre a casa sobrio, o borracho? ¿Recibirás un abrazo, o un golpe? Sí, los padres alcohólicos a menudo se van de un extremo a otro. “Pueden ser amorosos y responsables cuando están sobrios, e irracionalmente violentos y abusivos cuando están borrachos”, dice el doctor James P. Comer. Esa situación tan imprevisible puede desestabilizarte emocionalmente. En un determinado momento amas a tu padre alcohólico, y al siguiente le tienes rencor. “Algunos días llegué a desear que estuviese muerto”, confesó una joven.
A veces pasan años antes de percibirse los efectos de criarse en una familia con problemas de alcoholismo. Los hijos de alcohólicos con frecuencia se hacen también alcohólicos, o se casan con un alcohólico. Una joven cristiana se sentía emocionalmente atraída hacia un hombre al que ella describe como “un alcohólico en ciernes”. Aunque conocía a algunos cristianos muy agradables y estables, no le llamaban la atención. ¿A qué se debía aquella atracción hacia un alcohólico? Hablando en nombre de otras personas como ella, dice: “Estos son los únicos hombres con los que nos hemos relacionado y a los que podemos comprender”.
Un anciano cristiano pudo ayudarla a ajustar su modo de pensar al respecto, rompiendo así el ciclo destructivo del alcoholismo. Está claro que tú no estás condenado a ser desgraciado simplemente por vivir con un padre alcohólico. Se puede minimizar el daño potencial e incluso ayudar a tu padre alcohólico.
¿Qué puedes hacer?
El doctor Stanton E. Samenow dice: “El ambiente del que procede una persona es menos crucial que el modo en que esta reacciona a ese ambiente”. Sí, aun si las cosas en casa parecen estar fuera de control, tú puedes tomar el mando de tu vida. ¿Cómo?
No asumas la responsabilidad de que tu padre beba. “Mis padres me dijeron que era culpa mía”, explicó Beth, una jovencita de trece años. Decían que su problema con la bebida se debía a que la niña era ingobernable. “Me sentía muy culpable”, admitió ella. Sin embargo, el único responsable del alcoholismo de tu padre alcohólico es él mismo. “Cada uno llevará su propia carga de responsabilidad”, dice Gálatas 6:5.
Por consiguiente, tú no puedes curar el alcoholismo de tu padre. Aunque vociferes, te encolerices, llores y discutas con él, no conseguirás mucho. Por otro lado, no estás obligado a escudarlo de las consecuencias de su problema con la bebida mintiendo por él o entrándolo a rastras del porche cuando se caiga desplomado por los efectos de la bebida.
Anímalo a buscar ayuda. Para esto normalmente se requiere la cooperación de tu progenitor no alcohólico y de tus hermanos.d La revista ¡Despertad! del 22 de marzo de 1983 presentó sugerencias específicas sobre cómo pueden los familiares 1) ayudar al alcohólico a encararse a las consecuencias de su hábito y 2) confrontarlo directamente con los hechos respecto a su hábito de beber. Si aplicas estas sugerencias quizás logres animarle a buscar ayuda.
Aléjate del lugar de la pelea. Proverbios 17:14 dice: “Antes que haya estallado la riña, retírate”. No te pongas en peligro metiéndote en medio de una riña entre tu padre y tu madre. (Proverbios 26:17.) Si es posible, retírate a tu habitación, o vete a casa de algún amigo. Si hay amenaza de violencia, quizás sea necesario recibir ayuda de fuera.
Admite tus sentimientos. Algunos jóvenes se sienten culpables porque a veces guardan rencor a su padre. Pero es muy normal sentirse así, especialmente si por culpa de la bebida tu padre no te presta el cuidado y el apoyo que necesitas. Es cierto que la Biblia te impone la obligación de honrar a tu padre y a tu madre. (Efesios 6:2, 3.) Pero “honrar” significa respetar su autoridad paterna tal como respetas a un policía o a un juez; no significa aprobar su alcoholismo. (Romanos 12:9.) Tampoco indica que seas una mala persona el hecho de que te repela su hábito; ¡la borrachera es repulsiva! (Véase Proverbios 23:29-35.) No obstante, quizás puedes aprender a centrar tu odio en su alcoholismo y no en su persona. (Compárese con Judas 23.)
Busca compañías edificantes. Si la vida en la casa es un verdadero caos, puedes perder de vista lo que es una vida de familia normal. Por eso es importante que te relaciones con personas de un buen nivel espiritual y equilibradas emocionalmente. En la congregación cristiana hay un buen número de “hermanos, y hermanas, y madres” que pueden ayudarte en tu formación y apoyarte. (Marcos 10:30.) También pueden darte de vez en cuando un poco de respiro del estrés familiar. Además, la compañía de familias cristianas te proporcionará un buen modelo de vida de familia que puede modificar el modelo distorsionado que ves en casa.
Busca ayuda. Una gran ayuda es contar con un adulto maduro en quien confíes y a quien puedas explicar tus sentimientos. Los ancianos de congregación muchas veces desempeñan ese papel. “Prescindiendo de lo mal que te sientas —dice el doctor Timmen Cermak—, recuerda que no tienes por qué sufrir solo.”
Es cierto que posiblemente no puedas cambiar la situación de tu casa. Pero, como escribió la doctora Claudia Black: “Los miembros de la familia sí pueden cambiar la forma en como les influye [dicha situación]”. En lugar de tratar de controlar al alcohólico, céntrate en quien sí puedes controlar: a ti mismo. Atiende tus necesidades espirituales. (Mateo 5:3; 24:14; Hebreos 10:24, 25.) “Sigan obrando su propia salvación”, dice la Biblia en Filipenses 2:12. Si te esfuerzas en este sentido, mantendrás un punto de vista positivo, y hasta podrías estimular a tu padre a buscar ayuda para vencer su problema.
[Notas a pie de página]
a Para facilitar la redacción, en este artículo nos referiremos a la persona alcohólica en género masculino. Pero los principios aplican también a las mujeres alcohólicas.
b Si estás sufriendo los abusos de un padre alcohólico, necesitas ayuda. Recurre a algún adulto en quien confíes. Entre los testigos de Jehová, por ejemplo, los jóvenes pueden sentirse libres de abordar a los ancianos de la congregación o a otros cristianos maduros. En ¡Despertad! del 8 de octubre de 1991, se dan valiosos consejos para ayudar a las víctimas de ese tipo de abusos.
c Para más información sobre el alcoholismo, puedes consultar los números de ¡Despertad! del 22 de mayo de 1992 y del 22 de noviembre de 1982, así como La Atalaya del 15 de octubre de 1983.
d Si el padre alcohólico afirma ser cristiano, tu familia posiblemente quiera contar también con la ayuda de los ancianos de la congregación.
[Fotografía en la página 17]
Abre tu corazón a un adulto en quien confíes