Los jóvenes preguntan...
¿Qué puedo hacer con tantas tareas escolares?
Se ha dicho que tener “demasiadas tareas escolares” es uno de los factores más comunes que causan estrés a los jóvenes
“Si no te organizas bien, pierdes mucho tiempo en decidir qué será lo próximo que harás”
‘NO TENEMOS suficiente tiempo.’ Esta era la queja de un grupo de estudiantes de escuela secundaria. ¿Cuál era la causa de su problema? Las exigencias de la escuela y las tareas escolares. “Empiezo las clases a las ocho de la mañana y termino a las cinco y media de la tarde —dice Véronique—. Cuando llego a casa, ya son las seis y media. Resulta duro. Los padres piensan que ir a la escuela es algo maravilloso, pero no comprenden que agota y crea tensión, y que cuando llegamos a casa, todavía tenemos que hacer las tareas escolares.” Sandrine, de 17 años, añade: “Me paso haciendo las tareas escolares de dos a tres horas todas las noches, además de los fines de semana”.
Véronique y Sandrine viven en Francia, donde los estudiantes tienen una de las jornadas escolares más largas de Europa. Los estudiantes de muchos otros países también experimentan tensión nerviosa, frustración y angustia por todo el tiempo de dedicación que se les exige. Se ha dicho que tener “demasiadas tareas escolares” es uno de los factores más comunes que causan estrés a los jóvenes.
En la mayoría de los países resulta más difícil que nunca encontrar empleo, por lo que muchos jóvenes piensan que obtener una buena educación es crucial para su futuro en el mundo laboral. Violaine, una estudiante de escuela secundaria, lo explica así: “Las oportunidades para encontrar un buen trabajo son tan difíciles que los jóvenes de hoy en día se dan cuenta de que solo pueden hacer una cosa: ESTUDIAR”.
¿No tienes suficiente tiempo?
A pesar de todo, los que van bien en la escuela saben que se requiere muchísimo esfuerzo y energía. Y si eres un joven cristiano, tienes que dedicar tiempo también a asistir a reuniones cristianas, estudiar la Biblia y hablar a otros acerca de tu fe. (Juan 17:3; Romanos 10:10; Hebreos 10:24, 25.) La Biblia dice además que hay un “tiempo para reír” y pasarlo bien. (Eclesiastés 3:1, 4; 11:9.) Como les ocurre a la mayoría de los jóvenes, es probable que quieras dedicar por lo menos algunos momentos al descanso y la diversión, pero parece que las tareas escolares te dejan muy poco tiempo para las cosas que tienes que hacer, y mucho menos para las que te gustaría hacer.
No obstante, a menudo el problema no es solo la falta de tiempo. Un estudio reciente reveló que dos de las razones principales por las que los estudiantes de escuela secundaria tenían dificultades académicas eran el “uso deficiente del tiempo” y la “falta de organización”. Como descubrió un joven llamado Olivier, la mala organización personal puede afectar más cosas aparte de tus notas. Él comenta: “Si no te organizas bien, pierdes mucho tiempo en decidir qué será lo próximo que harás”. Ahora bien, ¿cómo te puedes organizar?
Un punto de vista equilibrado de las tareas escolares
En primer lugar, has de ver en la debida perspectiva tus tareas escolares. La Biblia nos dice: “[Asegúrense] de las cosas más importantes”. (Filipenses 1:10.) Cuando piensas en ello, ¿cuál crees que debería ser lo más importante de tu vida? ¿No son las obligaciones espirituales? Después de todo, Jesús dijo a sus discípulos: “Sigan, pues, buscando primero el reino y la justicia de Dios”. (Mateo 6:33.) Eso significa dar prioridad a las reuniones cristianas, la oración, el estudio y la obra de predicar a otros.
¿Quiere decir esto que las tareas escolares carezcan de importancia? De ningún modo. Pero tu objetivo como cristiano al seguir una educación no debería ser prepararte para una carrera seglar, sino aprender habilidades que te resulten útiles en tu carrera como ministro de Dios. Al mismo tiempo, te estás preparando para desempeñar un trabajo y cuidar de tus necesidades y quizás algún día de las de una familia. (1 Tesalonicenses 4:11, 12; 1 Timoteo 5:8.) Saber esto debería contribuir a que te esforzaras al máximo en la escuela. Al mismo tiempo, has de hacer esfuerzos razonables por seguir fuerte en sentido espiritual.
‘Comprarse el tiempo oportuno’ para obligaciones espirituales, tareas domésticas o escolares y diversión puede resultar un verdadero desafío, pero se puede lograr. (Efesios 5:15, 16.)
La importancia de crear una rutina
Una forma de comprar el tiempo es tener un método de estudio eficaz. El capítulo 18 del libro Lo que los jóvenes preguntan.—Respuestas prácticas ofrece varias sugerencias útiles.a Por ejemplo, ¿has intentado elaborar un horario o crear una rutina para las tareas escolares? (Compara con Filipenses 3:16.)
Harry Maddox comenta en su libro ¿Cómo estudiar?: “La dificultad más común en el estudio es, con mucho, el simple fracaso en iniciar un trabajo concentrado”. ¿Cuál es tu caso? ¿Pospones las tareas escolares hasta que tienes ganas o cuando te parece más conveniente? Eclesiastés 11:4 dice: “El que está vigilando el viento no sembrará; y el que está mirando las nubes no segará”.
Harry Maddox comenta además: “Es muy fácil dejar pasar el tiempo. Si no os imponéis un horario estricto, estáis abocados a perder el tiempo, que deberíais emplear en estudiar, viendo la T. V., leyendo una revista, conversando tontamente mientras se toma un refresco o un café, o haciendo cualquiera de [esas] innumerables cosas que los estudiantes flojos están dispuestos a hacer antes que ponerse a estudiar. Si tenéis un horario y os proponéis ceñiros al mismo, debe tener toda la fuerza de una ley que no se puede eludir, y, con el tiempo, la sujeción al mismo se hace sin esfuerzo, y empezaréis a considerarlo como una parte natural de vuestra vida”.
Si distribuyes tus tareas escolares de forma organizada y disciplinada, probablemente dispondrás de más tiempo. Una buena planificación puede ayudarte además a que no haya conflictos entre acabar las tareas escolares y cumplir con tus obligaciones cristianas, como asistir a las reuniones de congregación.
Organiza tu tiempo
¿Y qué hay de las otras cosas que quieres y tienes que hacer, como las tareas domésticas? La clave también está en organizarse. Intenta poner en práctica las siguientes sugerencias:
Mantén una lista de lo que queda por hacer. Stephanie Winston, consejera sobre el uso del tiempo, recomienda llevar una agenda de tamaño de bolsillo en todo momento. Úsala para apuntar según surja “cualquier idea, trabajo, llamada telefónica, proyecto, tarea o recado, sea grande o pequeño, más o menos importante”. A primera vista la lista puede parecer abrumadora, pero si sigues las siguientes sugerencias, podrás reducirla a un tamaño más manejable.
Determina un orden de prioridades. Puede contribuir a que te centres en las cosas que realmente merecen la pena. Al mismo tiempo, puedes eliminar las que no urgen o las que simplemente no tienes tiempo de hacer.
Prepara un horario. Sí, transforma tu lista en un plan de acción, un horario escrito. Un pequeño calendario de bolsillo o una agenda pueden serte útiles para este propósito. En vez de restringir tu libertad, un horario equilibrado te permitirá controlar mejor el tiempo.
Sé realista. Descubre mediante tanteo cuál es el mejor modo de hacer ciertas cosas. Por ejemplo, puede que te resulte provechoso programar las tareas escolares para primera hora, cuando tu mente está más despierta.
Sin embargo, recuerda que no tienes por qué planear todo momento de tu vida. Mantén un horario flexible y deja lugar para imprevistos o imponderables. Haz los ajustes necesarios, pero respeta el horario al mayor grado posible. Ten presente que por lo general es mejor calcular tiempo de más para hacer una tarea en particular. Siempre puedes ajustar el horario si terminas pronto.
Ponte tus propios límites. Te ayudará a evitar la inclinación a esperar hasta el último momento para hacer las cosas. Si tienes un proyecto escolar, intenta fijar una fecha para terminarlo con suficiente anterioridad a la fecha de entrega.
Disciplínate para respetar tu horario. Puede resultarte muy tentador ir a casa de un amigo cuando lo que tienes que hacer es quedarte en la tuya y estudiar para los exámenes finales. Pero si siembras parcamente en lo relativo a tus estudios, recogerás una cosecha de malas calificaciones. (Compara con 2 Corintios 9:6.) Además, por lo general disfrutarás más de tu tiempo libre si has terminado las tareas del día. Un principio útil: Primero la obligación y luego la recreación.
Crear un horario y organizarse requiere tiempo, paciencia y autodisciplina considerables, pero se aconseja a los cristianos que ejerzan autodominio en todas las cosas. (1 Corintios 9:25.) Aprender a apegarse a un horario es una buena forma de aplicar este principio. Podrás conseguir la satisfacción del logro, controlar mejor tu vida y tener más tiempo para hacer las cosas que quieres y debes hacer.
[Nota a pie de página]
a Publicado por Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc.
[Fotografía en la página 15]
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