“El árbol más útil para el hombre”
Por el corresponsal de ¡Despertad! en Kenia
PARA la mayoría de la gente, la palmera cocotera tiene un aspecto indolente, la viva imagen del descanso y la tranquilidad. Sin embargo, para los habitantes de la isla de Mombasa, en la costa de Kenia, significa mucho más. Algunos se refieren a este gigante plácido como “el árbol de la vida”. Para los habitantes de la costa, la palmera es sorprendente no solo porque añade belleza al paisaje, sino también porque cubre muchas de las necesidades básicas del hombre.
La palmera cocotera tiene una gran variedad de usos prácticos, por lo que no sorprende que se la haya llamado “el árbol de la abundancia”, “la botella de leche a la puerta del mundo” y “el árbol más útil para el hombre”. El libro The Coconut Palm—A Monograph (Monografía: la palmera cocotera) observa: “Quizás sea el árbol que más productos útiles suministra a la humanidad”.
Hechos de coco
Los habitantes de la costa keniana se han valido de la palmera cocotera de muchas formas ingeniosas. Considere el caso de Kadii, un ama de casa local. Ha vivido en este entorno tropical desde su niñez. Le preguntamos: “¿Ha desempeñado siempre el cocotero un papel importante en su hogar?”.
Kadii contesta: “Recuerdo muy bien cómo utilizábamos los cocos en la cocina cuando era niña. Como la corteza es muy resistente y duradera, nos iba muy bien para hacer tazas, cucharas y cucharones. Las cortezas más grandes se utilizaban de soperas y cazos. Parte de nuestra educación escolar consistía en aprender a diseñar y hacer estos artículos de uso doméstico”.
El esposo de Kadii, Mbagah, que también se crió en la costa, tiene mucho que contar sobre otros usos de la palmera cocotera, aparte de la cocina. “Durante mi niñez y adolescencia —recuerda Mbagah—, veía este árbol como una parte indispensable de la vida.”
Por ejemplo, de la madera de la palma, que es dura y recia, dijo: “La utilizamos para hacer vigas, soportes, pilotes, postes y diversos elementos de construcción”.
¿Qué se hace con el ramaje de la palmera? “En la mayoría de los pueblos hay mujeres que se ganan la vida trenzando a mano las hojas y haciendo con ellas piezas grandes similares a tablillas que se utilizan para techar”, explicó Mbagah. Así, aunque una casa esté totalmente expuesta al ardiente sol tropical, los ocupantes se sentirán frescos y cómodos en el interior. El techo de paja no solo los protege del sol, sino que permite que la brisa entre y refresque la casa. Es difícil imaginarse un techo más eficaz. Las hojas de palmera trenzadas hacen bien la función de paredes, verjas y puertas.
“No hay que olvidarse de las cáscaras del coco —añade Mbagah con una sonrisa orgullosa—. Para obtenerlas se clava el coco en una pica afilada de hierro o madera fija sobre el suelo, se sujeta el coco con ambas manos, se empuja hacia abajo contra la pica y se retuerce hasta que la cáscara se desprende del fruto.” De la cáscara se obtiene una hermosa fibra dorada, que se puede utilizar para hacer felpudos, alfombras, moquetas, cepillos, escobas e incluso relleno para colchones.
“Más delicioso que el vino”
El coco constituye además una parte importante de la dieta, y se consume en casi todas las etapas del crecimiento. El coco verde (llamado dafu en el idioma local, el kiswahili) contiene una bebida pura, sana y nutritiva, de sabor muy agradable. Puede servirse en su envase natural con tan solo hacer un agujero en la parte superior del coco: la bebida indicada para la sed tropical. Se afirma que el famoso explorador Marco Polo dijo de esta bebida: “El líquido es tan claro como el agua, fresco y de mejor sabor, y es más delicioso que el vino o que cualquier otra bebida”.
Los turistas suelen expresarse de forma similar la primera vez que la prueban. Y cuando se acaba el líquido, se puede partir un trozo de la corteza y utilizarlo para extraer la pulpa gelatinosa, que es tierna, dulce y refrescante. Aunque este manjar del coco verde es una novedad para los visitantes, para los habitantes de la costa es una bebida cotidiana, muy apreciada cuando escasea el agua potable.
Cocina con cocos
La parte más valiosa del coco maduro es su carne, o pulpa. Se puede comer recién extraída o rallada en diversos platos, o se puede triturar para obtener su deliciosa leche.
Kadii recuerda: “Cuando era niña, debía asegurarme de que siempre hubiera leche de coco disponible para cocinar”. Tradicionalmente, se añade leche de coco para potenciar el sabor del pescado, el pollo, los frijoles, el arroz, las papas, la mandioca y el pan. También hace maravillas con el sabor del curry. Pero sentimos curiosidad por saber cómo obtenía Kadii la leche.
Ella nos explica: “Utilizábamos el mbuzi”. Mbuzi es una expresión coloquial que se usa en kiswahili para aludir a un banquito de madera que levanta unos 15 centímetros del suelo. Tiene una pieza dentada y afilada que sobresale, ideada específicamente para rallar el coco a mano. “Cuando éramos niños, nos divertía sentarnos en el mbuzi. Tomábamos la mitad de un coco y rallábamos la pulpa en la pieza dentada hasta que la corteza quedaba totalmente limpia de carne. El siguiente paso era recoger el coco rallado y ponerlo dentro de un cedazo largo con forma de embudo hecho de hojas de palmera. A continuación lo exprimíamos y sacábamos la deliciosa leche de coco.”
El coco es en realidad una fruta, muy compatible con otras frutas tropicales. Las papilas gustativas segregan líquido con solo contemplar una macedonia de papaya, piña, mango, plátano, naranja y granadilla coronada de coco recién rallado o incluso de crema de coco.
Un antiguo proverbio dice: “El que planta una palmera planta [...] alimento y bebida, un hogar para sí y una herencia para sus hijos”. Aunque el aspecto de la palmera es indolente, no tiene nada de eso. Cierto es que podría discutirse si es o no el árbol más útil para el hombre, pero, desde luego, constituye un cuerno de abundancia en este país africano.