Los jóvenes preguntan...
¿Qué puedo hacer cuando mis padres están de mal humor?
“LO QUE OCURRE es que mi madre se pone nerviosa e irritable —dice Claudia—.a Un día me preguntó qué tal me había ido con la lección de piano. Le contesté sencillamente que me había ido muy bien y me fui a practicar. Entonces entró muy enojada, me dijo que le había contestado de malos modos y salió como un huracán. Yo me enfadé, di un golpe en el piano y me fui corriendo a la habitación. Así que mamá fue y me castigó por haber golpeado el piano.”
Los padres pueden ser muy susceptibles si están de mal humor. En ocasiones quizás te sientas como si tuvieras que pasar de puntillas a su lado y esperes nervioso la próxima vez que te llamen la atención, te griten o te echen la culpa de algo. Sin embargo, el artículo “¿Por qué mis padres cambian tanto de humor?”, que se publicó en el número anterior de esta revista, mostró que es completamente normal que los padres cambien de humor de vez en cuando. La angustia, la fatiga, la mala salud y las presiones de la vida son por lo general las responsables.b Saber esto probablemente te ayude a comprender mejor a tus padres. (Compara con Proverbios 19:11.) No obstante, eso no cambia el hecho de que en ocasiones puede ser difícil tratar con ellos. ¿Qué puedes hacer para mejorar la situación?
Señales de advertencia
Proverbios 24:3 dice: “Con sabiduría se edifica la casa, y con discernimiento resulta firmemente establecida”. En armonía con este principio, puedes tratar de percibir si tus padres están de mal humor. El salmista dijo acerca de su propio estado deprimido: “Todo el día he andado triste”. (Salmo 38:6.) No cabe duda de que una persona observadora habría notado que le pasaba algo. Del mismo modo, en los padres se verán indicaciones claras de que no están del mejor humor.
Los jóvenes autores de The Kids’ Book About Parents (El libro de los hijos sobre los padres) compilaron una lista de señales comunes que los jóvenes pueden tener en cuenta. Algunas de las mencionadas fueron: ‘que los padres coman mucho, no hablen, se vayan a la cama temprano, no saluden cuando vuelven del trabajo, regañen a todo el mundo, no hagan caso de tus preguntas o vean la televisión con la mirada perdida’. En otras familias, los padres se vuelven más susceptibles en ocasiones previsibles, como cuando tienen que pagar las facturas. En cualquier caso, si eres observador, podrás reconocer las señales que indican que tus padres están de mal humor.
‘¿Ocurre algo malo?’
Entonces, ¿qué harás si notas que tus padres están de mal humor? ¿Correrás a esconderte? No necesariamente. Proverbios 15:20 dice: “Hijo sabio es el que regocija a un padre”. Estas palabras no quieren decir que debas cargar con los problemas de tus padres, ya que es el padre quien debe ‘llevar su propia carga de responsabilidad’. (Gálatas 6:5.) Pero al menos puedes mostrar interés en ellos. Por ejemplo, podrías preguntar con tacto: ‘¿Ocurre algo malo?’. (Compara con Nehemías 2:1, 2.) Quizás puedas hacer muy poco o no puedas hacer nada para cambiar la situación, pero tal vez agradezcan tu interés amoroso en su bienestar.
He aquí la recomendación de un adolescente llamado Kama cuando un padre llega malhumorado a casa: “Cuando le hayas saludado, vete a tu habitación durante un rato, hasta que se calme. Luego sal y pregúntale qué ocurre, cómo le fue el día [...] y si quiere que hagas algo”. A veces, con solo mostrar a tu padre la atención o el afecto necesarios, puedes ayudar a que se le pase el mal humor.
En el libro My Parents Are Driving Me Crazy (Mis padres me están volviendo loco), la Dra. Joyce Vedral relata cómo reaccionó al mal humor de su madre una adolescente llamada Deena. Ella misma dice: “Cuando salí [de mi habitación] y vi su mala cara, le di un fuerte abrazo antes de que pudiera impedírmelo. Después le di un beso muy grande y le dije: ‘Mamá, te quiero’. Había que ver cómo cambió su humor de inmediato”. La Dra. Vedral llegó a esta conclusión: “El cariño es un remedio perfecto para un padre enfadado [...], y es muy útil para levantar el ánimo”. La Biblia lo expresa así: “El amor edifica”. (1 Corintios 8:1.)
Sin embargo, a veces tus padres parecen estar irritados contigo. Si no estás seguro del motivo, intenta que expresen abiertamente su preocupación. (Compara con Proverbios 20:5.) Por ejemplo, una joven llamada Ruth observó que ella y su padre “cada vez estaban más distantes” y que él se había vuelto demasiado crítico con respecto a sus notas escolares. Tras estudiar como familia un artículo de “Los jóvenes preguntan...”, Ruth preguntó a su padre qué le preocupaba. “Descubrimos que papá intentaba triunfar a través de sus hijos, pues él se había visto obligado a dejar la escuela. Quería que nosotros tuviéramos notas excelentes.” Cuando las calificaciones de Ruth eran más bajas de lo que esperaba, se enfadaba. ¿Cuál fue el resultado de la conversación? “Me ayudó a ver las cosas desde su óptica”, dice ella. Naturalmente, su padre también tuvo que hacer algunos cambios en su forma de pensar. Ruth comenta: “La situación está empezando a mejorar”.
Mantener una conversación similar puede que te permita descubrir que tus padres tienen razones válidas para estar enfadados contigo. Tal vez se trate de algo tan simple como haber olvidado hacer alguna de tus tareas domésticas. Proverbios 10:5 nos recuerda: “El hijo que actúa con perspicacia recoge durante el verano; el hijo que actúa vergonzosamente está profundamente dormido durante la siega”. El que seas más diligente quizás pueda contribuir a mejorar el humor de tus padres.
Actúa con prudencia
Sin embargo, a veces un padre sencillamente no está dispuesto a conversar, y todos los intentos de animarle tropiezan con su enfado o resistencia. ¿Qué hacer entonces? La Biblia nos cuenta cómo David se enfrentó con una situación igual de delicada cuando era joven. Era músico de la corte de Saúl. Sin embargo, Saúl experimentaba cambios de humor y estallidos de cólera imprevisibles. En una ocasión incluso intentó clavar a David a la pared con una lanza. Pero observa lo que dice la Biblia en 1 Samuel 18:14 sobre la conducta de David: “Y David estaba actuando prudentemente de continuo en todos sus caminos, y Jehová estaba con él”.
Pocos padres tienen un carácter tan variable como el del rey Saúl. De todas formas, debes ser prudente al tratarlos. Por ejemplo, un joven llamado Sam dice: “Mi padre no es cristiano, y tiene mal genio. Cuando se enfada con alguien, grita muchísimo. Hay que tener mucho cuidado con lo que uno dice y hace y procurar no enfadarle”. La Biblia lo expresa de esta forma: “Sagaz es el que ha visto la calamidad y procede a ocultarse”. (Proverbios 22:3.)
Claro, lo antedicho no significa que tengas que rehuir el contacto con tus padres. Procura ser todo lo amable y sociable que puedas. Si importunas a un padre malhumorado con preguntas innecesarias o con asuntos triviales que podrían tratarse en otra ocasión, quizás estés buscándote problemas. (Compara con Proverbios 15:23; 25:11.) De hecho, si están tensos y cansados, tal vez se sientan como el justo Job cuando preguntó: “¿Hasta cuándo seguirán ustedes irritando mi alma?”. (Job 19:2.) Por lo tanto, harías bien en evitar cualquier hábito irritante que sepas que altera los nervios de tus padres, como masticar chicle o chasquear los dedos. De igual forma, sería poco considerado que pusieras el equipo estereofónico o la televisión a todo volumen.
Otra forma de actuar con prudencia es tomar la iniciativa. ¿Está mamá de mal humor siempre que vuelve del trabajo? Si llegas antes a casa, ¿por qué no pones la mesa, sacas la basura o lavas los platos? Saluda a tu madre con cariño. Tales gestos pueden lograr que ella desee llegar a casa. Así actúa una muchacha adolescente llamada Julie. Dice: “Mi madre conduce un autobús escolar, y por lo general llega a casa enfadada. Así que procuro pasar inadvertida. Simplemente me mantengo al margen hasta que se calma. Después atiendo a mis hermanos menores, limpio o hago algo para ella”.
Por más que te esfuerces por evitarlo, es casi seguro que surja algún problema cuando tus padres estén enojados o se pongan de mal humor. Si sucede así, aplica los principios bíblicos para evitar que la situación empeore. Por ejemplo, Proverbios 15:1 declara: “La respuesta, cuando es apacible, aparta la furia, pero la palabra que causa dolor hace subir la cólera”. En Proverbios 17:27 se ofrece este otro consejo: “Cualquiera que retiene sus dichos posee conocimiento, y un hombre de discernimiento es sereno de espíritu”. Recuerda también que aunque tus padres tienen malos ratos, en muchas ocasiones son agradables, están de buen humor y disfrutan de tu compañía. Valora estas ocasiones y úsalas como una oportunidad para cultivar buenas relaciones con ellos. Así conseguirás que los momentos difíciles no sean tan malos.
[Notas a pie de página]
a Se han cambiado algunos nombres.
b Este artículo habla de los cambios de humor normales que todo el mundo experimenta. Los padres que sufren angustia emocional como resultado de depresión crónica, adicción al alcohol o a las drogas u otras dolencias físicas y emocionales graves quizás necesiten ayuda profesional.
[Fotografía en la página 17]
Los padres que trabajan agradecen que sus hijos ayuden en las tareas domésticas