El cuidado de los padres cuando envejecen
“ESTABA en pie de día y de noche, pero eso no impidió que lo viera como un privilegio.” Así se expresó cierta mujer sobre los cuidados que dio a su anciana madre. Para ella, así como para muchas otras, cuidar a los padres cuando envejecen es una experiencia positiva.
Además, esta situación es cada vez más común. Se dice que el grupo coetáneo que más deprisa aumenta en Estados Unidos es el de las personas que sobrepasan los 75 años. En 1900 había menos de un millón de estadounidenses de 75 años o mayores, mientras que para 1980 casi diez millones tenían esas edades. La longevidad de los ancianos va en aumento, y aproximadamente un tercio de los que tienen 85 años o más necesitan asistencia constante.
Aunque cuidar a una persona puede ser remunerador, también produce estrés. Si uno de sus padres, o ambos, está envejeciendo y necesita sus cuidados, comprobará que algunos aspectos de la situación le resultarán difíciles de sobrellevar. Simplemente ver cómo se debilita su salud ya es motivo de sufrimiento. Y si recibe poca ayuda de otros miembros de la familia, o no recibe ninguna, entonces casi todo el peso de la responsabilidad recae en usted.
Quizás también descubra que cuando está con sus padres, usted nunca se siente adulto, sea cual sea su edad. Ellos posiblemente tiendan a tratarlo como a un niño, y usted, a reaccionar como tal. La falta de apoyo emocional por parte de sus amigos puede añadir un elemento estresante a la tarea de cuidar a sus padres.
Sin embargo, los retos relacionados con dar la debida atención a los padres no tienen por qué interferir en su buena relación con ellos. Las Escrituras animan claramente a los adultos “a practicar devoción piadosa en su propia casa y a seguir pagando la debida compensación a sus padres y abuelos, porque esto es acepto a vista de Dios”. Por otro lado, el que “ahuyenta a una madre, es un hijo que actúa vergonzosa y afrentosamente”. (1 Timoteo 5:4; Proverbios 19:26.)
La devoción piadosa expresada mediante la atención que se da a los padres puede ser una vivencia remuneradora. Pero primero usted tiene que saber el tipo de ayuda que sus padres realmente necesitan. Los siguientes artículos pueden ayudarle a identificar y satisfacer dichas necesidades. Y aunque dichos artículos se centran en lo que se puede efectuar en el hogar, se entiende que en algunos casos una salud muy delicada o la edad avanzada pueden hacer necesaria la atención profesional que se ofrece en una residencia para ancianos.