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¡Despertad! 1996
g96 22/8 págs. 18-20

La extracción del látex: trabajo que enriquece su vida

Por el corresponsal de ¡Despertad! en Nigeria

A LAS cinco de la mañana, la selva tropical de Nigeria es un sitio lúgubre y frío. En una casa de adobe, en medio del bosque, John despierta y se viste con presteza. Se interna en la oscuridad llevando una linterna, un balde de plástico y un pequeño cuchillo curvo. Durante las siguientes cuatro horas, va de árbol en árbol haciéndoles incisiones en la corteza.

Este es el primero de una serie de pasos que finalmente le beneficiarán a usted. ¿De qué forma? Pues bien, la corteza en la que John incide es la de un árbol de caucho, nombre derivado de la voz indígena del Perú cáuchuc (árbol que llora). De este útil y valioso árbol se extrae el látex, a partir del cual se elabora el caucho.

Miles de productos

Piense en el papel que desempeña el caucho, o hule, en su vida. Tal vez las suelas y los tacones de sus zapatos sean de caucho. El tejido de fondo de la alfombra y el mobiliario de su hogar quizá contengan caucho alveolar. El elástico de su ropa posiblemente proceda del látex. Cuando llueve, tal vez usted busca un impermeable y unas botas de hule. ¿Va a bucear? Los trajes de neopreno, los anteojos para nadar y las aletas contienen caucho. ¿No quiere nadar? Quizá prefiera flotar en un colchón inflable de hule o jugar con un balón de playa de caucho. Es probable que en varias partes de su casa haya bandas elásticas, gomas de borrar y cintas adhesivas hechas a base de látex. Esta noche quizá duerma sobre un colchón y una almohada que contengan productos del látex. Y si tiene frío, tal vez se lleve a la cama una bolsa de caucho llena de agua caliente.

Además de estos productos, hay muchos otros que no funcionarían bien sin componentes de caucho: arandelas o empaques, correas (bandas), juntas, mangueras, rodillos o válvulas. Un auto típico, por mencionar un ejemplo, tiene unos seiscientos componentes de caucho. En total, según la obra The World Book Encyclopedia, se fabrican entre cuarenta mil y cincuenta mil productos de caucho.

¿Por qué es tan útil el caucho? Porque además de ser resistente al desgaste, al calor y al agua, es elástico, hermético y amortiguador. Piense, por ejemplo, en un neumático de bicicleta, automóvil o avión. Al ser de caucho, no se desgasta rápidamente por el contacto continuo con el asfalto, ni se quema por el calor de la fricción. Si conduce por donde hay charcos, no teme que se pudra o se oxide a causa de la humedad. El caucho no solo evita que el agua penetre en la cámara del neumático, sino que impide que el aire escape. Por otra parte, su capacidad amortiguadora contribuye a que usted no sienta las sacudidas causadas por los baches de la carretera. La verdad es que sin el caucho, los fabricantes difícilmente podrían producir neumáticos.

Por tanto, es posible que usted coincida con la opinión de que los extractores del látex, como John, realizan un trabajo que enriquece nuestra vida. Pero no todo el caucho procede de los árboles. La elaboración de caucho artificial a partir de sustancias químicas constituye un ramo importante de la industria. Ambos tipos de caucho tienen ventajas e inconvenientes, y su utilización en diversos artículos depende con frecuencia del costo de producción. Algunos productos emplean mezclas de cauchos sintéticos y naturales. La mayoría de los neumáticos contienen más caucho sintético que natural. No obstante, los de autos de carreras, camiones, autobuses y aviones llevan una mayor proporción de caucho natural, pues es más resistente a las altas temperaturas.

Las sangrías

Los árboles cauchíferos se desarrollan mejor en los climas cálidos y húmedos cercanos al ecuador. Gran parte de la producción mundial de caucho natural procede de las plantaciones del sudeste asiático, especialmente de Malaysia y de Indonesia. El resto proviene de Sudamérica y del África occidental y central.

John no practica incisiones a los árboles sino hasta que tienen unos seis años. A partir de entonces, el árbol producirá látex durante los siguientes veinticinco o treinta años y crecerá hasta alcanzar unos 20 metros de altura. Después de “jubilarse”, el árbol del caucho puede continuar creciendo hasta llegar a 40 metros de altura, y convertirse en un viejo de más de cien años.

El látex que se extrae de los árboles se parece más a la leche que al caucho de un neumático. Esta sustancia lechosa contiene finas partículas de caucho, en una proporción de un 35% aproximadamente. El resto es principalmente agua.

Para extraer el látex, John practica una incisión diagonal en la corteza abarcando media circunferencia del árbol. Tiene cuidado de no incidir con mucha profundidad, pues podría dañarlo. En cuanto se hace el corte, el látex comienza a fluir por el surco de la incisión para depositarse en un recipiente de bambú que John ha colocado en el árbol. Después de dos o tres horas, el flujo se interrumpe.

Uno o dos días después, John hará otra incisión justamente debajo de la anterior, y así sucesivamente. Con el tiempo habrá cortado una faja del corcho del árbol, así que comenzará a hacer sangrías en el lado opuesto, permitiendo que la sección anterior sane completamente para extracciones futuras.

John trabaja con rapidez en la soledad del silencioso bosque, practicando las incisiones que le darán el látex. Después, regresa a cada árbol y recoge el líquido acumulado. El paso siguiente consiste en añadirle ácido fórmico y agua; esta solución se vuelve espesa y se coagula, como cuando el vinagre corta la leche. John se coloca el recipiente sobre la cabeza y se dirige al camino principal para entregar su cargamento al camión recolector de la procesadora de caucho cercana.

Ahora John vuelve a casa, se baña, come y descansa. Por la tarde, cuando sale nuevamente de casa, va muy bien vestido y lleva un maletín de libros. Esta vez no va de árbol en árbol, sino de casa en casa. Como ministro precursor regular, John participa de tiempo completo en la obra de predicar y hacer discípulos.

Mientras dirige su primer estudio bíblico del día, el látex que recolectó llega a la planta procesadora, donde tras extraérsele el agua, se seca el caucho, se comprime, se embala en pacas y se envía rápidamente a Inglaterra, Japón o Estados Unidos. La producción mundial de caucho natural es de cinco millones de toneladas anuales. Aunque no es muy probable, cabe la posibilidad de que el caucho de las suelas de su próximo par de zapatos proceda de uno de los árboles de John.

[Ilustración de la página 18]

John trabajando en la extracción del látex

[Ilustración de la página 20]

John participando en el ministerio cristiano

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