La grulla coronada: una bailarina multicolor
POR EL CORRESPONSAL DE ¡DESPERTAD! EN KENIA
LA GRULLA coronada, de aspecto majestuoso, colorido elegante y forma exquisita, es una de las aves más bellas del mundo. Mide algo más de un metro de longitud, y posee una enorme envergadura y un cuello largo y delicado, característico también de otras especies de grullas.
El macho y la hembra son muy parecidos. Las plumas oscuras del dorso enmarcan bellamente las de las alas, blanquísimas, que descienden por ambos costados y presentan un tono dorado cerca de la cola. Otras plumas de las alas son de un color castaño intenso.
La cara de la grulla coronada es preciosa. Las mejillas, de color marfil, están rodeadas por las plumas negras y aterciopeladas de la frente y la garganta. Los ojos son de un bello tono azul claro. Del plumaje negro de la garganta sobresale una carúncula o papada larga y roja, que pende como un colgante escarlata cuando el ave estira el cuello hacia adelante. Lo que más se destaca es el espectacular penacho de plumas filiformes doradas que, a modo de magnífica y simétrica corona, reluce como el oro cuando le da el sol. Toda esta profusión de colores llamativos y contrastantes se sostiene sobre dos patas negras, largas y delgadas.
El trompeteo de la grulla coronada constituye uno de los inolvidables sonidos de África: ¡O-uang! ¡O-uang! ¡O-uang! Es un fuerte grito que se puede oír a gran distancia. Muchas veces, la grulla emite esta llamada a la par con su pareja cuando ambas vuelan hacia los árboles donde se posan o cuando se alejan de ellos. En ciertas épocas del año se congregan hasta treinta grullas coronadas y producen una algarabía que es una delicia escucharla.
El cuidado de las crías
Parece que la grulla coronada se empareja de por vida. Habita en muchas partes del África oriental, especialmente en zonas encharcadas y pantanosas, donde nidifica y cría a sus polluelos. El nido consiste en un gran montón de hierba y juncos apilados en forma de cono sobre el que la hembra pone dos o tres huevos grandes y de color azul verdoso. El macho y la hembra se turnan para incubarlos durante unos treinta días, plazo tras el cual nacen los polluelos. Ambos progenitores cooperan en la alimentación y el cuidado de sus aterciopeladas crías, y las protegen con intrepidez.
La grulla coronada se alimenta principalmente de insectos, ranas, serpientes pequeñas y semillas. Golpea el suelo con sus larguiruchas patas y enormes pies, y se come los animalillos que salen asustados de entre la hierba.
El ballet de la grulla
Esta especie de grulla es una bailarina entusiástica y divertida. Bate sus grandes y coloridas alas para alzarse verticalmente y luego desciende flotando con suavidad como si llevara un paracaídas. Hace cabriolas, corre y brinca, describe círculos en torno a su pareja e inclina la cabeza con jocosas y rápidas sacudidas. Extiende totalmente las alas y se mantiene erecta luciendo los hermosos colores de las plumas de las alas.
A veces el macho y la hembra contorsionan el cuello con elegancia y se quedan mirándose el uno al otro a los ojos. En esta posición, con los picos frente a frente, emiten una serie de notas bajas y resonantes como si se estuvieran dando una serenata mutuamente. Luego vuelven a enderezarse y reanudan su complicado ballet.
La lucha por sobrevivir
La grulla coronada se acostumbra fácilmente a la presencia del hombre y puede ser domesticada. Debido a la encantadora forma y colorido de su cuerpo y a sus entretenidas danzas, es un ave popular en los zoológicos y muy buscada para adornar fincas y jardines particulares. Con semejante demanda, no es de extrañar que su población esté menguando. El aprovechamiento humano de los humedales y el uso de venenos e insecticidas, que contaminan lagos y ríos, supone otra amenaza para la supervivencia de la especie.
Sería lamentable que llegara el día en que ya no se viera ni oyera a la espectacular grulla coronada. No obstante, la Biblia promete que pronto la Tierra entera será hecha nueva. (Compárese con 2 Pedro 3:13.) Entonces todos los habitantes del planeta se deleitarán con la creativa maestría del Divino Hacedor, Jehová Dios, y con sus magníficas bailarinas multicolores.