Cómo se hace un suéter en la Patagonia
De nuestro corresponsal en la Argentina
“¡TENGO frío!” ¿Qué habitante de las regiones templadas no ha hecho alguna vez esta exclamación? Y quizás la reacción haya sido preguntar: “¿Dónde está mi suéter?”.
Si usted es uno de los millones de usuarios del suéter, ¿se ha preguntado cómo se fabrica? ¿Cómo se hila la lana? ¿De dónde se obtienen los colores? Aquí en la Argentina hay indios que lo hacen todo a mano. Visitémoslos y veamos cómo.
Método a la antigua
En el sur de la Patagonia habita una comunidad de indios mapuche, tribu del pueblo araucano, que sigue los métodos tradicionales para el hilado y el tinte de la lana. En la primavera del hemisferio sur, hacia fines de noviembre y principios de diciembre, los indios esquilan las ovejas con tijeras de acero especiales. El esquileo es un arte digno de verse.
Como es obvio, la lana sale acompañada de tierra y materias vegetales, por lo que hay que lavarla a fondo; para ello, se sumerge en agua caliente y se pone a secar al aire. A continuación, se eliminan las impurezas que puedan subsistir, proceso que recibe el nombre de escardado. De efectuarse debidamente este paso, la lana quedará limpia, seca y sedosa; esto significa que está lista para transformarse en hilo.
Existen dos procedimientos tradicionales para el hilado. En uno se emplea el huso (véase la foto 1). La hilandera transforma la lana en hilo enrollando la hebra en el huso mientras va frotándola contra la pierna con una mano y retorciéndola; el hilo producido se acumula en el huso. El grosor del hilo se controla por la cantidad de lana que se devane.
El otro método de hilado utiliza una rueca accionada mediante un pedal. La lana se introduce en la rueca por un orificio, y la hilandera va controlando el grosor del hilo (véase la foto 2). Una vez obtenido este, se forman las típicas madejas de lana que compran la mayoría de las mujeres. Ahora bien, ¿cómo se tiñe la lana de distintos colores?
Los mapuches usan como colorantes ciertas raíces o plantas que hierven por unos treinta minutos en agua ligeramente salada. Este tratamiento se parece al que emplean en Estados Unidos algunos indios navajos de Arizona, quienes fabrican los tintes de las mantas que tejen. Para obtener el color amarillo, los mapuches hierven las raíces del arbusto michai, nombre indio del Berberis darwinii; para el castaño con motas blancas, utilizan las hojas del radal, o nogal silvestre; para el rojo, emplean la remolacha. Aunque el método es laborioso, los colores no se destiñen fácilmente. Una vez teñidos los hilos, podemos empezar a tejer el suéter.
Varias clases de tejido
Por siglos, las mujeres se han valido de agujas para convertir la lana en tejido plano con el cual confeccionar prendas de vestir. Con cuatro agujas pueden tejerse calcetines, mangas y piezas tubulares. Según una fuente, el tejido de punto probablemente apareció en Arabia hacia el año 200 E.C. Este arte se difundió por Europa, y los españoles lo introdujeron en América Central y del Sur en el siglo XVI, aunque es probable que ya lo practicaran algunos de los habitantes nativos.
Nuestra amigable tejedora pregunta de qué grosor queremos el suéter, a fin de determinar el ancho de las agujas y el grosor de la hebra que usará. Luego pregunta qué colores queremos. Tomada la decisión, ya puede empezar a tejer.
Algo que sorprende al profano es que el arte del tejido de agujas puede reducirse a dos puntadas principales: el derecho y el revés. Con esta última es posible obtener un efecto acanalado o de cordoncillo. Combinando estas dos puntadas se consigue una gran variedad de diseños.
Nuestra tejedora hace el suéter por partes que luego cose juntas —la delantera, la espalda, las mangas y el cuello—, hasta que queda terminado. Por supuesto, su elaboración puede llevar varias horas o hasta días. De modo que si alguna vez le regalan un suéter, no lo infravalore. Su confección requirió mucho trabajo y paciencia.
Métodos modernos
Desde la llegada de la revolución industrial se han inventado máquinas que tejen miles de suéteres en muy poco tiempo. Hoy día estas tejedoras industriales a menudo son controladas por computadoras. Muchas mujeres utilizan una máquina más pequeña en casa, lo que les economiza mucho tiempo.
En la Patagonia, los tejidos siguen siendo una empresa familiar en la que la madre teje la prenda y el esposo y los hijos ayudan a terminarla. Con frecuencia usan una tejedora casera y luego venden la producción sobrante a una fábrica de tejidos. Así contribuyen al presupuesto familiar.
¿Va a comprar un suéter?
¿Qué debe tener en cuenta al adquirir un suéter? Si lo desea hecho a mano, probablemente le costará más; así que procure conseguirlo de la mejor calidad posible. Escójalo con cuidado, según sus necesidades, y compruebe la calidad. ¿Cómo? Revise las terminaciones de las costuras y vea si el cuello se mantiene erguido. Observe la textura y la composición del hilo. ¿Es de pura lana, o una mezcla? Al estirarlo, ¿cede fácilmente y permanece estirado, o recobra su forma original? Cada vez que se lo ponga, piense en todo el trabajo que requirió, especialmente si fue hecho a mano en la Patagonia.
[Mapa de la página 22]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
SUDAMÉRICA
ARGENTINA
Patagonia
[Reconocimiento]
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[Ilustraciones de la página 23]
1. Hilando con el huso.
2. La rueca es el método más rápido de hilar.
3. Primer plano de la introducción de la lana en la rueca.
4. Tejiendo al modo tradicional.
5. Partes delanteras de un suéter.
6. Tejedora moderna controlada por computadora