Capítulo 17
La creación de “nuevos cielos y una nueva tierra”
1. (a) ¿Por qué nos interesa hoy un sueño que tuvo el emperador Nabucodonosor de la antigua Babilonia? (b) Al recordarle al emperador los detalles del sueño, ¿qué dijo Daniel acerca de una “piedra” particular y lo que ésta lograría?
¡LO QUE el gobernante imperial de la Potencia Mundial Babilónica vio en un sueño profético hace más de dos mil quinientos años, nosotros lo vemos cumplirse hoy! Aquel sueño enviado por Dios nos ayuda a entender lo que está sucediendo en nuestro tiempo de angustia mundial cada vez más intensa. Agradecidos podemos estar de que este sueño, olvidado completamente hasta no poder ser recordado de ningún modo por el emperador Nabucodonosor, le fuera revelado al profeta Daniel para que él se lo hiciera recordar y se lo interpretara con la ayuda del Dios Todopoderoso a aquel muy perturbado emperador. Al llegar a la culminación de su relato de la “imagen” del sueño que representaba la sucesión de superpotencias políticas de la historia mundial, desde el Imperio Babilónico hasta la Potencia Mundial Binaria de la Gran Bretaña y los Estados Unidos de hoy, Daniel pasó a decir:
“Seguiste mirando hasta que una piedra fue cortada, no por manos, y dio contra la imagen en sus pies de hierro y de barro moldeado y los trituró. En aquel tiempo el hierro, el barro moldeado, el cobre, la plata y el oro fueron, todos juntos, triturados y llegaron a ser como el tamo de la era del verano, y el viento se los llevó de modo que no se halló ningún rastro de ellos. Y en cuanto a la piedra que dio contra la imagen, llegó a ser una gran montaña y llenó toda la tierra.”—Daniel 2:34, 35.
2. ¿Qué simbolizó aquella “piedra”?
2 No puede haber ninguna otra explicación para el asunto. Aquella “piedra” simbolizó el reino mesiánico en las manos del Hijo ungido del Señor Soberano del universo, Jehová Dios.
3. Explique las conexiones que existen entre este reino mesiánico y el rey David, y además cómo el reino tomó un aspecto espiritual.
3 Este reino mesiánico tenía sus raíces en el reino terrestre de David, a quien Jehová hizo que se ungiera rey sobre la nación de Israel. La sede de su gobierno llegó a ser, finalmente, Jerusalén o Sión. Con él Jehová Dios hizo un pacto para que el reino mesiánico continuara en la línea de su familia y llegara a ser un reino eterno. Al tiempo debido este reino tomó el aspecto de un reino espiritual cuando llegó a la escena terrestre el Heredero Permanente de David. Esto fue porque el Hijo celestial de Dios nació milagrosamente como Jesús en la línea real de David. Al tomar este vínculo natural, Jesús llegó a ser el heredero natural del título al trono del rey David. (Mateo 1:1 a 2:6 inclusive) en armonía con esto, inmediatamente después que Jesús fue bautizado en agua a la edad de treinta años Jehová Dios lo ungió con espíritu santo para que fuera el futuro Rey sobre Israel, “la casa de Jacob.” Dios también lo engendró para que fuera Hijo espiritual de Dios y lo reconoció como tal.—Mateo 3:13-17; Lucas 1:32, 33; 3:21-23; Hechos 10:38.
4. ¿Cómo llegó a ser verdaderamente rey en la región de los espíritus el Heredero Permanente de David?
4 Jesucristo murió como mártir por predicar el reino de Dios, “el reino de los cielos.” Murió en la carne, como sacrificio humano perfecto; pero, dice el apóstol Pedro, “Cristo murió una vez para siempre respecto a pecados, un justo por los injustos, para conducir a ustedes a Dios, habiendo sido muerto en la carne, pero hecho vivo en el espíritu.” (1 Pedro 3:18) Por lo tanto Israel, “la casa de Jacob,” había de tener sobre sí un rey celestial, un rey invisible de la región de los espíritus, a saber, Jesucristo resucitado e inmortal en los cielos. (Romanos 1:3, 4) Así el resucitado Jesucristo es el Heredero Permanente o Heredero Real de David, y su reino es eterno. Este reino mesiánico es el que es cortado de la “montaña” de la soberanía de Jehová sin la ayuda de manos humanas.
5. (a) ¿Cuándo fue cortada de la montaña la “piedra” simbólica? (b) Cuando la “piedra” fue cortada y enviada contra la “imagen” simbólica, ¿qué período empezó para este inicuo sistema de cosas terrestre?
5 ¿Cuándo fue cortada esta “piedra” real y enviada contra la “imagen” simbólica de potencias mundiales terrestres? Fue “cortada” al fin de los Tiempos de los Gentiles para el 4/5 de octubre de 1914, cuando Jehová, el Hacedor de Reyes, instaló como Rey en poder en los cielos al resucitado Jesucristo. (Lucas 21:24; Salmo 2:1-6; Revelación 11:15; 12:5-10) Entonces fue que las palabras proféticas de Salmo 110:2 aplicaron a Jesucristo ya instalado: “La vara de tu fuerza Jehová enviará desde Sión, diciendo: ‘Ve sojuzgando en medio de tus enemigos.’” Por esa razón empezó el “tiempo del fin” para este inicuo sistema de cosas terrestre. (Daniel 12:4) Correspondientemente, las cosas que Jesucristo predijo que sucederían durante la “conclusión del sistema de cosas” han estado aconteciendo desde el fin de los Tiempos de los Gentiles en 1914.—Mateo 24:3 a 25:33 inclusive.
6. (a) ¿Qué hay de significativo en el hecho de que la piedra dé contra la imagen “en sus pies de hierro y de barro moldeado”? (b) ¿Cuándo da esta piedra contra la “imagen” simbólica?
6 El hecho de que, en el sueño del rey, la piedra hiere a la imagen semejante a un hombre “en sus pies de hierro y de barro moldeado” es significativo. Muestra que el reino mesiánico de Dios da contra la verdadera “imagen” de potencias mundiales en los días de la Séptima Potencia Mundial, la Potencia Mundial Binaria de la Gran Bretaña y los Estados Unidos, en los días finales de ésta. Es en este tiempo que las gobernaciones humanas de este mundo están divididas entre los gobiernos férreos imperiales y los gobiernos radicales semejantes al barro. Las dos clases no se mezclan. No se da contra la “imagen” simbólica al principio de la “grande tribulación,” inminente ahora, cuando se destruye a la religiosa Babilonia la Grande. Más bien, se da contra ella después de eso en la “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” en Har-Magedón. (Mateo 24:21, 22; Revelación 7:14; 16:14, 16; 17:1-18; 18:20 a 19:3 inclusive) Es entonces que las naciones mundanas, no estando ya bajo la influencia religiosa de Babilonia la Grande, están unidas en oposición franca y declarada a la Soberanía Universal de Jehová Dios y su reino mesiánico.
7. En el sueño de Nabucodonosor, ¿se muestra que la “piedra” dé contra gobernantes que estén en la región de los espíritus y los triture?
7 El sueño profético de Nabucodonosor no muestra que la “piedra” o reino mesiánico dé contra enemigos políticos en los cielos invisibles de los espíritus, como el “príncipe de la región real de Persia” que era un espíritu y el “príncipe de Grecia” que era un espíritu. (Daniel 10:13, 20) La “piedra” real da contra algo terrestre, visible, humano, a saber, los gobiernos políticos de este mundo, sean imperiales, democráticos, radicales, socialistas o comunistas.
8. De manera similar, en los capítulos 17 y 19 de Revelación, ¿contra quiénes y contra qué se muestra que pelea la “piedra” real?
8 Así, también, Revelación 17:12-14 revela que la “piedra” mesiánica pelea contra los representantes militarizados de la Octava Potencia Mundial, las Naciones Unidas, que para entonces se habrán librado de todo dominio ejercido por Babilonia la Grande: “Estos combatirán con el Cordero, pero, porque es Señor de señores y Rey de reyes, el Cordero los vencerá.” De igual manera, el relato detallado de la “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” en Har-Magedón según se da en Revelación 19:11-21 revela que la “piedra” mesiánica real no se mueve en guerra contra fuerzas espirituales en los cielos invisibles, sino contra el sistema político mundial en la Tierra, con todos sus gobernantes humanos y sus ejércitos, y secuaces.
9. ¿Cómo afectará a la tierra habitada todo este guerrear?
9 Este guerrear resulta en el peor tiempo de angustia que la tierra habitada experimenta en toda su historia. Al predecir esto, Daniel 12:1 nos dice: “Y durante aquel tiempo [del fin] se pondrá de pie Miguel, el gran príncipe que está plantado a favor de los hijos de tu pueblo [el pueblo de Daniel, Israel]. Y ciertamente ocurrirá un tiempo de angustia como el cual no se ha hecho que ocurra uno desde que hubo nación hasta aquel tiempo.”
10. (a) En la culminación del “día de Jehová,” ¿qué le sucederá a la “imagen” simbólica? (b) ¿Cuándo es que se ha de encadenar y arrojar al abismo a Satanás y sus demonios?
10 Entonces es que se cumple la parte final del sueño de Nabucodonosor, que la “piedra . . . trituró el hierro, el cobre, el barro moldeado, la plata y el oro.” Estas sustancias fueron, ‘todas juntas, trituradas, y llegaron a ser como el tamo de la era del verano, y el viento se las llevó de modo que no se halló ningún rastro de ellas.’ (Daniel 2:45, 35) Esa es la culminación del “día de juicio y de la destrucción de los hombres impíos.” ¡Ese día es el “día de Jehová, por el cual los cielos estando encendidos serán disueltos y los elementos estando intensamente calientes se derretirán!” Además, la “tierra y las obras que hay en ella serán descubiertas [como cosas combustibles].” (2 Pedro 3:7, 10, 12) Es solo después de esta “destrucción de los hombres impíos,” según el libro de Revelación, que Satanás el Diablo y sus ángeles demoníacos son encadenados y arrojados al abismo por mil años. Este atarlos y abismarlos, según se describe, ocurre después y como cosa separada de la “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” en Har-Magedón.—Revelación 19:11 a 20:3 inclusive.
11. ¿Cómo muestran las Escrituras quiénes han sido el poder invisible detrás de los “cielos” gubernamentales entre los hombres?
11 Es verdad que Satanás el Diablo ha sido lo que Jesucristo lo llamó, “el gobernante de este mundo.” (Juan 14:30; 16:11) Además de eso, el apóstol Pablo aludió a Satanás el Diablo llamándolo “el dios de este sistema de cosas” y “el gobernante de la autoridad del aire.” (2 Corintios 4:4; Efesios 2:2) Pablo también dijo que los cristianos tienen una lucha con las “fuerzas espirituales inicuas en los lugares celestiales.” (Efesios 6:12) Innegablemente éstos han sido los controladores y el poder invisible detrás de esos “cielos” gubernamentales entre los hombres.—Revelación 13:1, 2; Lucas 4:5-7.
12. (a) ¿Casa la descripción que se encuentra en 2 Pedro 3:10-12 con lo que les sucede a Satanás y sus demonios cuando son arrojados al abismo? (b) ¿Qué significa el que se les ate y eche en el abismo?
12 No obstante, permanece cierto que Satanás y sus ángeles demoníacos no sufren la disolución que se describe en 2 Pedro 3:10-12. No son destruidos en el “gran día de Dios el Todopoderoso” en Har-Magedón. Después de eso simplemente se les quita del camino en condición de estar privados de acción, en el abismo, con la Tierra fuera de alcance. El atar y encerrar en el abismo a estas fuerzas espirituales inicuas no se describe como una pelea o guerra, a la manera que se describe el acontecimiento de echar o desalojar del cielo a Satanás y sus ángeles demoníacos.—Revelación 12:7-13.
“NUEVOS CIELOS Y UNA NUEVA TIERRA” ESPERADOS
13. ¿Qué esperan ahora con intenso anhelo los testigos cristianos de Jehová?
13 Los testigos cristianos de Jehová están haciendo ahora más que solo ‘tener muy presente la presencia del día de Jehová’ durante el cual son disueltos, destruidos, los simbólicos “cielos,” “elementos” y “la tierra y las obras que hay en ella.” Con fe anhelan intensamente lo que viene inmediatamente después de este “día” en que se disuelve este sistema de cosas y se encierra en el abismo a Satanás y sus ángeles demoníacos. Dicen junto con el apóstol Pedro: “Pero hay nuevos cielos y una nueva tierra que esperamos según su promesa, y en éstos la justicia habrá de morar.”—2 Pedro 3:13.
14. ¿Cómo encaja el cumplimiento de esa promesa registrada por Pedro con el cumplimiento del sueño de Nabucodonosor?
14 Es al entrar los “nuevos cielos y una nueva tierra” que acontece el cumplimiento de la parte final del sueño profético de Nabucodonosor, a saber: “Y en cuanto a la piedra que dio contra la imagen, llegó a ser una gran montaña y llenó toda la tierra.” (Daniel 2:35) De esta manera se representa al reino mesiánico celestial por el símbolo de una montaña en la Tierra, que ‘llena toda la tierra.’
15, 16. ¿De qué manera son los nuevos cielos y una nueva tierra “según su promesa,” es decir, la promesa de Jehová?
15 El apóstol Pedro dice que los esperados “nuevos cielos y una nueva tierra” son “según su promesa,” la promesa de Jehová, a quien Pedro alude en el versículo anterior. Una promesa divina de esta clase, en la cual se encuentra específicamente la expresión que utilizó Pedro, está ubicada en Isaías 65:17, 18 y Is. 66:22. Allí está escrito bajo inspiración divina:
16 “Porque aquí estoy creando nuevos cielos y una nueva tierra; y las cosas anteriores no serán recordadas, ni subirán al corazón. Pero alborócense y estén gozosos para siempre en lo que estoy creando. Porque aquí estoy creando a Jerusalén una causa para gozo y a su pueblo una causa para alborozo.” “‘Porque tal como los nuevos cielos y la nueva tierra que estoy haciendo subsisten delante de mí,’ es la expresión de Jehová, ‘así seguirá subsistiendo la prole de ustedes y el nombre de ustedes.’”
17. ¿Dónde y cuándo tuvo un cumplimiento en escala menor esa profecía de Isaías?
17 Esta profecía de Isaías, escrita para 732 a. de la E.C., aunque aplicada por el apóstol Pedro al futuro, tuvo un cumplimiento en escala menor o en miniatura un par de siglos después de la profecía de Isaías. Esto fue cuando terminaron los setenta años de desolación y observación de sábado de la tierra de Judá y de Jerusalén y un resto fiel de judíos que habían estado en el exilio regresaron de Babilonia a su país dado por Dios en 537 a. de la E.C. Jerusalén estaba reconstruida y su templo estaba reedificado para el año 515 a. de la E.C., el tercer día del mes de Adar. (Esdras 6:13-22) En el año 455 a. de la E.C. las murallas de Jerusalén fueron reconstruidas mientras Nehemías era gobernador, y en esta ocasión hubo una gozosa celebración. (Nehemías 6:15) Con el tiempo Jerusalén llegó a ser de nuevo una ciudad de renombre mundial.—Daniel 9:24, 25.
18. En aquel cumplimiento en miniatura, ¿qué fueron los “nuevos cielos”?
18 En este cumplimiento en miniatura de la profecía de Isaías, los “nuevos cielos” fueron el nuevo gobierno justo del gobernador Zorobabel y sus sucesores. Este gobierno con su central en la Jerusalén restaurada reemplazó al gobierno corrupto de los reyes Joaquim, Joaquín y Sedequías, que fue derribado por los babilonios en 607 a. de la E.C. El gobernador Zorobabel fue usado como tipo del Zorobabel Mayor en la siguiente profecía de Ageo 2:23: “‘En aquel día,’ es la expresión de Jehová de los ejércitos, ‘te tomaré, oh Zorobabel hijo de Sealtiel, siervo mío,’ es la expresión de Jehová; ‘y ciertamente te pondré como anillo de sellar, porque tú eres aquel a quien he escogido,’ es la expresión de Jehová de los ejércitos.”
19. (a) ¿Qué fue la “nueva tierra” en aquel tiempo? (b) ¿Se cumplió completamente la profecía allí en la tierra de Judá habitada de nuevo?
19 Aquellos “nuevos cielos” típicos que se extendieron como un gobierno sobre la tierra nuevamente habitada de Judá tenían una “nueva tierra” bajo ellos. Esa “nueva tierra” era el resto judío limpiado, restaurado, que había salido de Babilonia y que reconstruyó a Jerusalén y su santo templo por medio del cual se podía dar adoración pura según la Ley Mosaica a Jehová en armonía con Su pacto. (Isaías 66:8) Puesto que aquel cumplimiento antiguo de la profecía fue simplemente un cumplimiento ilustrativo, en escala menor, fue solo a un grado limitado que se realizó esta profecía acerca de las condiciones de vida bajo los “nuevos cielos” y en la “nueva tierra”: “‘No harán daño ni causarán ruina en toda mi santa montaña,’ ha dicho Jehová.” (Isaías 65:19-25) Los “nuevos cielos” y la “nueva tierra” en el cumplimiento en escala mayor de Isaías 66:22 eran los que habían de seguir subsistiendo delante de Jehová Dios permanentemente.
20, 21. (a) ¿Qué son los “nuevos cielos” que estamos esperando según la promesa de Dios? (b) ¿Cómo llega a ser el reino mesiánico ‘una gran montaña que llena toda la tierra,’ según lo predijo Daniel?
20 Así, pues, los “nuevos cielos” que los testigos cristianos de Jehová estuvieron esperando por largo tiempo según Su promesa se realizan en el reino mesiánico de Dios, en las manos del Heredero Permanente del rey David. Puesto que este reino es la “piedra” de realeza que tritura a todos los reyes terrestres y sus gobiernos en la “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” en Har-Magedón, no deja en existencia ninguna gobernación humana política sobre nuestro globo terráqueo. Por ende, este reino del Mesías asemejado a una piedra tiene que llegar a ser como una gran montaña que llene y cubra la Tierra entera. ¿Significa esto que el reino israelita de David será restablecido por Cristo aquí mismo en la Tierra? ¡No! No habrá siquiera una manifestación terrestre del reino de David en la superficie de la Tierra. Jesucristo, su Heredero Permanente, no reinará en la carne, visiblemente, en una ciudad de Jerusalén allá en el Oriente Medio.
21 Su sede de gobierno será la “ciudad del Dios vivo, . . . Jerusalén celestial.” (Hebreos 12:22; Revelación 14:1) Su gobierno semejante a montaña toma el lugar de todos los gobiernos políticos humanos que eran los “cielos” simbólicos del viejo sistema de cosas. (Isaías 34:3-5) Así habrá nuevos “cielos” gubernamentales que en realidad estarán en los cielos invisibles espirituales.
22, 23. (a) ¿Cómo eliminará Jesucristo la influencia satánica que ha dominado los “cielos” gubernamentales de este sistema de cosas? (b) ¿Por qué es especialmente preciosa para los que son cristianos ungidos por espíritu la promesa de los “nuevos cielos”? (c) En Revelación 21:1-4, ¿qué son el “cielo anterior,” la “tierra anterior” y el “mar,” a los cuales alude y qué los reemplaza?
22 Satanás el Diablo ha sido el “gobernante” invisible que ha dominado los “cielos” gubernamentales de este sistema de cosas en la Tierra. El “fuego” destructor del “día de Jehová” disolverá, destruirá, esos “cielos” gubernamentales y dejará a Satanás el Diablo sin esos “cielos” sobre los cuales ha dominado por milenios. (Revelación 13:1, 2; 19:19-21) Él ciertamente no gobernará sobre los “nuevos cielos.” Su posición invisible de gobernación sobre cosas terrestres será reemplazada por la gobernación sobrehumana invisible del Heredero Permanente de David, Jesucristo, quien, por resurrección de entre los muertos, fue hecho un espíritu inmortal, incorruptible, mucho más poderoso que Satanás el Diablo y todos sus ángeles demoníacos. Satanás y sus ángeles serán removidos de su ubicación en la vecindad de la Tierra bajo restricción y serán aprisionados en el abismo desde el cual no puedan ejercer ningún control sobre “cielos” algunos que dominen la Tierra. (Revelación 20:1-3) Puesto que Jesucristo es ahora un Rey celestial, espíritu, sus “nuevos cielos” serán cielos en sentido muy literal. No existirán otros cielos gubernamentales. El apóstol Pedro y compañeros cristianos ungidos y engendrados por espíritu podían esperar con anhelante expectativa el establecimiento de aquellos prometidos “nuevos cielos.” ¿Por qué? Porque tienen la ‘preciosa y grandiosísima promesa’ de Dios de que ellos, si son fieles hasta la muerte, formarán parte de esos “nuevos cielos” con Jesucristo. Son herederos de Dios y coherederos de Jesucristo. (2 Pedro 1:4; Romanos 8:16, 17) La entera congregación de ellos compondrá la “novia” semejante a reina del Rey Jesucristo. Así, más de ocho siglos después que Dios utilizó a Isaías para profetizar acerca de los “nuevos cielos y una nueva tierra,” Dios dio otra promesa de esas cosas gloriosas por medio del apóstol Juan, quien escribió:
23 “Y vi un nuevo cielo y una nueva tierra; porque el cielo anterior [los gobiernos políticos junto con Satanás y sus ángeles demoníacos] y la tierra anterior [la sociedad humana impía] habían pasado, y el mar [las masas inquietas y agitadas de la humanidad] ya no existe. Vi también la santa ciudad, la Nueva Jerusalén, que descendía del cielo desde Dios y preparada como novia adornada para su esposo. Con eso oí una voz fuerte desde el trono decir: ‘¡Mira! La tienda de Dios está con la humanidad, y él residirá con ellos, y ellos serán sus pueblos. Y Dios mismo estará con ellos. Y él limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado.’ . . . Habló conmigo y dijo: ‘Ven acá, te mostraré la novia, la esposa del Cordero.’ De modo que me llevó en el poder del espíritu a una montaña grande y encumbrada, y me mostró la santa ciudad Jerusalén que descendía del cielo desde Dios.”—Revelación 21:1-4, 9, 10.
UNA “NUEVA TIERRA” JUSTA
24. ¿Qué será la “grande muchedumbre” en la “nueva tierra,” y con qué circunstancias favorables se pondrán a trabajar?
24 Con intenso anhelo, la “grande muchedumbre” de los que esperan pasar vivos a través de la “grande tribulación” también esperan los “nuevos cielos y una nueva tierra.” Esta “nueva tierra” será la nueva sociedad humana que viva bajo los “nuevos cielos.” (Revelación 7:9-14) Tal como Noé y su familia pasaron vivos a través del diluvio global y formaron el núcleo de la nueva sociedad humana en la Tierra, así la “grande muchedumbre” pasará viva a través de la “grande tribulación” que se acerca y formará el núcleo permanente de la nueva sociedad humana, la simbólica “nueva tierra.” Comenzarán en el paraíso espiritual que pasa ileso a través de la “grande tribulación” junto con ellos, pero ellos entonces se pondrán a trabajar en la obra de convertir a la Tierra literal en un paraíso terrestre por todo el globo terráqueo. Los animales, tanto salvajes como domésticos, estarán en paz con ellos.
25. ¿Por qué será mucho más favorable la situación entonces de lo que fue la de los israelitas restaurados cuando la profecía de Isaías se cumplió en miniatura?
25 El privilegio de vivir entonces en la Tierra limpiada sin contaminación bajo los “nuevos cielos” justos será un privilegio incomparable, que sobrepasará por mucho lo que experimentaron los israelitas restaurados en el cumplimiento en miniatura de la profecía de Isaías en la provincia persa de Judá. ¡Oh, imagínese el vivir en la Tierra cuando las “cosas anteriores” hayan pasado, cuando ya no haya más muerte, cuando ya no haya más duelo por personas que hayan muerto, ni clamor ni dolor de corazón!
26. En aquel tiempo, ¿qué hará Jehová aun a favor de los muertos?
26 Bajo el reinado del Padre Eterno, Jesucristo, y sus coherederos del Reino, los miembros de la “grande muchedumbre” estarán en vías de alcanzar vida sin fin en un paraíso global de hermosura, abundancia, felicidad y paz. No habrá necesidad de estar de duelo por amados que hayan muerto, porque por medio de los “nuevos cielos” el Dios Todopoderoso Jehová producirá una resurrección de los muertos humanos para los cuales cuenta el sacrificio de rescate de Jesucristo. (Juan 11:25, 26; 5:28, 29; Hechos 24:15; Revelación 20:11-14) Estos resucitados, incluso los hombres y mujeres de fe desde Abel hasta Juan el Bautista, tendrán la oportunidad de llegar a ser parte de esa “nueva tierra.”
27. (a) ¿Por qué podemos estar seguros de que, a pesar de lo triste de las condiciones mundiales, realmente habrá tal salvación para el hombre? (b) ¿Qué es necesario que hagamos individualmente ahora para prepararnos para recibir el beneficio de esa salvación?
27 Parece casi increíble el que una expectativa tan consoladora para el corazón esté en el futuro cercano de nosotros los de esta generación. ¡Pero lo está! Las condiciones mundiales jamás han sido tan tenebrosas. La angustia mundial se va haciendo más profunda. Se hace cada vez más claro que el hombre no se puede ayudar a sí mismo. El socorro procedente de fuentes humanas se hace imposible. Sin embargo habrá para el hombre un salir a salvo de la angustia de la tierra en su peor momento. La familia humana no morirá. No se le matará. Habrá representantes de la familia humana que saldrán de la angustia mundial y pasarán a un nuevo orden justo en el cual nunca jamás se levantará una angustia mundial como ésa. Tenemos la propia palabra del Dios Todopoderoso, en cuanto a eso. El que vivamos ahora ejerciendo plena fe en esa palabra divina preparará el camino para que seamos salvos de la angustia mundial. ¡Estamos al umbral de esa salvación!—Mateo 24:21, 22; Nahúm 1:9.