HERODES
Nombre de una familia de políticos idumeos—edomitas—que gobernaron sobre los judíos. En realidad, eran judíos nominales, puesto que, según Josefo, el gobernante macabeo Juan Hircano en el año 125 a. E.C. había obligado a los idumeos a circuncidarse.
Quitando la breve mención que aparece en la Biblia acerca de los Herodes, la mayor parte de la información acerca de ellos la encontramos en la historia registrada por Josefo. El antepasado de los Herodes fue Antípater, a quien Alejandro Janeo, el rey asmoneo (macabeo), había hecho gobernador de Idumea. El hijo de Antípater, llamado también Antípater o Antipas, fue el padre de Herodes el Grande. Según Josefo, el historiador Nicolás de Damasco afirmaba que Antipas era del linaje de los judíos principales que salieron de Babilonia hacia la tierra de Judá. Pero, como dice Josefo, la afirmación de Nicolás fue meramente para agradar a Herodes, el cual era edomita tanto por parte de su padre como de su madre.
Antipas, que era un hombre muy rico, estaba mezclado en política e intrigas, y tuvo grandes ambiciones para sus hijos. Apoyó a Hircano II—hijo de Alejandro Janeo y Salomé Alejandra—para el puesto de sumo sacerdote judío y rey, en contra de Aristóbulo, el hermano de Hircano; aunque, en realidad, estaba buscando de manera ambiciosa sus propios intereses. Con el tiempo, Julio César le otorgó la ciudadanía romana y la gobernación de Judea. Antipas nombró a Fasael, su primogénito, gobernador de Jerusalén, y a Herodes, otro de sus hijos, gobernador de Galilea. Su carrera finalizó cuando murió envenenado por un asesino.
1. Herodes el Grande. Segundo hijo de Antipas (Antípater) por medio de su esposa Cipros. La historia corrobora la veracidad del breve apunte que la Biblia da acerca del carácter de este hombre: falto de escrúpulos, astuto, desconfiado, inmoral, cruel y criminal. Poseía la habilidad de su padre como diplomático y oportunista. Sin embargo, ha de puntualizarse que fue un hábil organizador y comandante militar. Josefo lo describe como un hombre de gran fuerza física, con destreza para la equitación y en el uso de la jabalina y el arco. Probablemente la construcción fue su faceta positiva más sobresaliente.
REY DE JUDEA
Herodes sucedió a su padre, Antipas, y aproximadamente en el año 39 a. E.C. el senado romano le nombró rey de toda Judea. Sin embargo, no llegó a ser rey de facto hasta que, tres años más tarde, tomó Jerusalén y destronó a Antígono, hijo de Aristóbulo. Después de esta victoria, Herodes tomó medidas para reafirmar su posición. Con este fin persuadió a Marco Antonio para que matase a Antígono, y luego persiguió y dio muerte a cuarenta y cinco de los miembros principales de su partido.
Como astuto político que era, Herodes creyó que sus mejores intereses yacían en el apoyo a Roma. Pero tuvo que ser muy diplomático y cambiar frecuentemente de bando para mantenerse al paso con la suerte de los gobernantes romanos. Herodes apoyó primero a Julio César, siendo amigo íntimo de Sexto, para, más tarde, ponerse del lado de Casio, el asesino de César. Asimismo, pudo obtener el favor de Marco Antonio, enemigo de Casio y vengador de César, en parte debido a sustanciosos sobornos. Cuando, más adelante, Octavio (César Augusto) derrotó a Antonio en la batalla de Actium, Herodes hábilmente obtuvo el perdón de Augusto por haber apoyado a Antonio, y posteriormente mantuvo su amistad. Debido a su apoyo a Roma, a su liberalidad en el uso del dinero en forma de regalos a los césares, así como a su habla melosa, Herodes siempre salía airoso cuando los judíos, otras personas, o hasta miembros de su propia casa, llevaban a Roma quejas o cargos contra él.
La gobernación de Galilea fue el primer dominio de Herodes. Después, Casio le hizo gobernador de Celesiria, y posteriormente el senado romano, por recomendación de Antonio, le nombró rey de Judea. A esto, el emperador Augusto le añadió: Samaria, Gadara, Gaza, Jope y, más tarde, las regiones de Traconítide, Batanea, Auranítide y Perea (una región que estaba más allá del Jordán y que correspondía aproximadamente con Galaad). Idumea estuvo también bajo su dominio.
Con respecto a las obras de construcción de Herodes, la más notable, particularmente desde el punto de vista bíblico, fue la reconstrucción del templo de Zorobabel en Jerusalén. El costo de esta obra, descrita por Josefo como magnífica, fue enorme. Los judíos, debido al odio que sentían por Herodes, así como al hecho de que desconfiaban de él, no le permitieron derribar de antemano el templo que ya existía, sino que primero tuvo que reunir los materiales de construcción y colocarlos sobre el terreno antes de que pudiese iniciar la demolición. Según Josefo, el santuario del templo fue reedificado en dieciocho meses, mientras que otras estructuras importantes fueron erigidas en ocho años. Sin embargo, en el año 30 E.C. los judíos afirmaron que el templo había sido edificado en cuarenta y seis años. Esta declaración se hizo durante una conversación mantenida con Jesucristo, cuando se aproximaba el tiempo de la primera Pascua después de su bautismo. (Juan 2:13-20.) En realidad, el trabajo continuó en el templo (añadiéndole algunas cosas) hasta seis años antes de su destrucción en 70 E.C.
PROBLEMAS EN LA FAMILIA
Prácticamente toda la familia de los Herodes era ambiciosa, desconfiada, muy inmoral y una fuente de problemas. Herodes tuvo que hacer frente a los mayores problemas y pesares dentro de su propia familia. Cipros, su madre, y Salomé, su hermana, constantemente agravaban la situación. Él estaba casado con Mariamne, la hija de Alejandro (hijo de Aristóbulo) y nieta de Hircano II. Esta era una mujer extraordinariamente hermosa y Herodes la amaba mucho; pero se fue desarrollando un odio entre ella y la madre y la hermana de Herodes. Por su parte, Herodes siempre tenía envidia y sospechaba que miembros de su familia, particularmente sus hijos, estaban conspirando en su contra. En algunos casos sus recelos estaban justificados. Su ambición de poder y sus sospechas le impulsaron a ordenar el asesinato de Mariamne, su esposa, de tres de sus hijos, del hermano y del abuelo de ella (Hircano), de algunos de sus mejores amigos, así como de muchas personas más. Empleó la tortura para arrancar por la fuerza confesiones de cualquiera de quien sospechase que tenía información que pudiera confirmar sus recelos.
SU ENFERMEDAD Y MUERTE
Muy posiblemente debido a su vida licenciosa, Herodes, contrajo con el tiempo una enfermedad repugnante acompañada de fiebres. Fue en el transcurso de esta mortal enfermedad cuando mandó asesinar a su hijo, el intrigante Antípater. Además, sabiendo que los judíos se regocijarían al enterarse de su muerte, Herodes ordenó que se reuniese en una plaza llamada El Hipódromo, en Jericó, a los hombres más ilustres de la nación judía, y que los encerrasen allí. Entonces mandó a aquellos que estaban a su lado que, cuando él muriese, la noticia acerca de su muerte no se hiciese pública hasta que estos líderes judíos hubiesen sido primero ejecutados. De esta manera, según él mismo dijo, de seguro toda familia en Judea lloraría en su funeral. Sin embargo, esta orden nunca se llevó a cabo. Salomé, la hermana de Herodes, y Alexas, su esposo, libertaron a estos hombres y los enviaron a sus casas.
MATANZA DE NIÑOS
El relato bíblico de la matanza de todos los niños varones de dos años de edad para abajo en Belén y sus distritos está en armonía con los otros registros históricos que hablan acerca de Herodes y su disposición inicua. Este suceso ocurrió poco tiempo antes de su muerte; en vista de que Jesús escapó al ser llevado por sus padres a Egipto, pero al poco tiempo regresaron y se establecieron en Galilea después de la muerte de Herodes. Estos dos acontecimientos fueron profetizados por Jehová a través de sus profetas Jeremías y Oseas. (Mat. 2:1-23; Jer. 31:15; Ose. 11:1.)
FECHA DE SU MUERTE
Con respecto al tiempo de la muerte de Herodes surge un problema: algunos cronólogos sostienen que murió en el año 5 ó 4 a. E.C., y su cronología se basa, en gran parte, en la historia de Josefo. Al fechar el tiempo en que Herodes fue nombrado rey por Roma, Josefo usa una “datación consular”, es decir, coloca el acontecimiento durante la gobernación de ciertos cónsules romanos. De acuerdo con esto, el nombramiento de Herodes como rey debió acontecer en el año 40 a. E.C., pero a Josefo le contradice otro historiador, Apiano, cuyos datos situarían el acontecimiento en el año 39 a. E.C. Siguiendo el mismo método, Josefo emplaza la captura de Jerusalén por parte de Herodes en el año 37 a. E.C., pero también dice que esto ocurrió veintisiete años después de la captura de la ciudad por Pompeyo (lo cual sucedió en el año 63 a. E.C.), lo que haría que la fecha en que Herodes tomó la ciudad de Jerusalén fuese el año 36 a. E.C. Ahora bien, Josefo dice que Herodes murió a los treinta y siete años de haber sido nombrado rey por los romanos y treinta y cuatro años después que tomó Jerusalén. Por este cálculo, si Herodes tomó la ciudad en el año 36 a. E.C., su nombramiento tiene que haber sido tres años antes, es decir, en el año 39 a. E.C. La fecha de su muerte, según este último cálculo, sería por lo tanto el año 2 ó, quizá, el 1 a. E.C.
Es probable que el historiador judío Josefo contase los reinados de los reyes de Judea por el método del año de ascensión al trono, tal como se había hecho con los reyes de la línea de David. Si Herodes fue nombrado rey por Roma en el año 39 a. E.C., su primer año de reinado habría comenzado en Nisán del 38 a. E.C. De igual manera, si se cuenta desde su toma de Jerusalén en el año 36 a. E.C., su primer año de reinado comenzaría en Nisán del 35 a. E.C. Por lo tanto, si, como dice Josefo, Herodes murió treinta y siete años después de su nombramiento por Roma y treinta y cuatro años después de capturar Jerusalén—y si estos años se cuentan en cada caso desde el comienzo del año de reinado en el siguiente Nisán—, su muerte debió producirse el año 1 a. E.C. W. E. Filmer, argumentando a este respecto en The Journal of Theological Studies, octubre de 1966, escribe que la evidencia de la tradición judía indica que la muerte de Herodes ocurrió el 2 de Sebat (el mes de Sebat coincide con enero-febrero de nuestro calendario).
Según Josefo, Herodes murió no mucho después de un eclipse de Luna y antes de una Pascua. Puesto que hubo un eclipse en la noche del 12 al 13 de marzo del año 4 a. E.C., calendario juliano (noche del 10 al 11 de marzo, calendario gregoriano), algunos han llegado a la conclusión de que este era el eclipse al cual hizo referencia Josefo.
Por otra parte, hubo un eclipse de Luna en el año 1 a. E.C., aproximadamente tres meses antes de la Pascua. Además, este eclipse fue total, mientras que el del 4 a. E.C. fue solamente parcial. El eclipse del año 1 a. E.C. se produjo el 9 de enero, calendario juliano (7 de enero, calendario gregoriano), quince días antes del 2 de Sebat, el día tradicional de la muerte de Herodes. Otro eclipse (parcial) ocurrió el 29 de diciembre del año 1 a. E.C., calendario juliano (2 7 de diciembre, calendario gregoriano).
Otra forma de establecer el cálculo gira en torno a la edad de Herodes al tiempo de su muerte. Josefo dice que murió aproximadamente a los setenta años. Asimismo, también dice que Herodes recibió su nombramiento como gobernador de Galilea (acontecimiento fechado habitualmente en el año 47 a. E.C.) cuando tenía quince años, aunque los doctos lo han considerado un error, entendiendo que se quiso decir veinticinco años. De acuerdo con esto, la muerte de Herodes ocurrió en el año 2 ó 1 a. E.C. Sin embargo, debemos tener en cuenta que Josefo es muy poco consecuente al fechar los acontecimientos, y por lo tanto no es la fuente más confiable. Para hallar la evidencia más fidedigna debemos acudir a la Biblia.
El registro bíblico indica que Herodes murió en el año 1 a. E.C. o, posiblemente, dentro del año 1 E.C. El historiador bíblico Lucas nos dice que Juan empezó a bautizar en el decimoquinto año de Tiberio César. (Luc. 3:1-3.) A su vez, Tiberio había llegado a ser emperador del imperio romano a la muerte de Augusto, el 19 de agosto del año 14 E.C., calendario juliano (17 de agosto, calendario gregoriano). Los romanos no usaban el sistema de año de ascensión al trono, por consiguiente, el decimoquinto año transcurriría desde el 19 de agosto del 28 E.C. hasta el 18 de agosto del 29 E.C. (calendario juliano). Juan era seis meses mayor que Jesús y empezó su ministerio antes que él—todo parece indicar que en la primavera de aquel año—, siendo su precursor y preparándole el camino. (Luc. 1:35, 36.) Según indica el registro bíblico, Jesús nació en el otoño, y cuando se presentó a Juan para ser bautizado, tenía aproximadamente treinta años. (Luc. 3:21-23.) Por lo tanto, lo más probable es que fuese bautizado en el otoño, hacia el mes de octubre de 29 E.C. Si contamos treinta años atrás, llegaremos al otoño del año 2 a. E.C. como la fecha del nacimiento como humano del Hijo de Dios. (Compárese Lucas 3:1, 23 con la profecía de Daniel de las “setenta semanas” en Daniel 9:24-27. Véase SETENTA SEMANAS.)
Los astrólogos que visitaron a Jesús
El apóstol Mateo nos dice que después del nacimiento de Jesús en Belén, “en los días de Herodes el rey”, unos astrólogos de las partes orientales vinieron a Jerusalén diciendo que habían visto su estrella cuando estaban en el Oriente. Inmediatamente se despertaron en Herodes temores y sospechas, y averiguó por medio de los principales sacerdotes y escribas que el Cristo tenía que nacer en Belén. Entonces llamó a los astrólogos y a través de ellos se informó del tiempo en el cual apareció la estrella. (Mat. 2:1-7.)
Debe notarse que esto fue algún tiempo después del nacimiento de Jesús, puesto que ya no estaba en un pesebre, sino con sus padres en una casa. (Mat. 2:11; compárese con Lucas 2:4-7.) Al no regresar los astrólogos, que deberían ser portadores de noticias sobre el paradero del muchacho, Herodes ordenó la matanza de todos los niños de dos años de edad para abajo en todo Belén y sus distritos. Entretanto, y debido a la advertencia de Dios, Jesús fue llevado a Egipto por sus padres. (Mat. 2:12-18.) La muerte de Herodes difícilmente pudo haber acontecido antes del 1 a. E.C., puesto que en ese caso Jesús, que nació alrededor del 1 de octubre, habría tenido menos de tres meses de edad.
Por otra parte, no era necesario que Jesús tuviera dos años cuando ocurrió la matanza de los niños; podía incluso haber tenido menos de un año, puesto que Herodes hizo el cálculo desde el tiempo en que se les apareció la estrella a los astrólogos mientras estaban en el Oriente. (Mat. 2:1, 2, 7-9.) Esto muy bien pudo haber sido un período de algunos meses. Herodes razonó que matando a todos los niños de dos años de edad para abajo con toda seguridad acabaría con aquel que había nacido “rey de los judíos”. (Mat. 2:2.) El hecho de que Jesús aparentemente no permaneciera largo tiempo en Egipto, indica que Herodes murió poco después de acontecer estos sucesos. (Mat. 2:19-21.)
Por lo tanto, podemos llegar a la conclusión de que la cronología bíblica, los datos astronómicos y los registros históricos disponibles parecen indicar como fecha para la muerte de Herodes el año 1 a. E.C. o, posiblemente, los comienzos del 1 E.C.
2. Herodes Antipas. Hijo de Herodes el Grande y Maltace (una mujer samaritana). Fue criado en Roma con su hermano Arquelao. Herodes, en su testamento, había nombrado a Antipas para recibir la regencia. Sin embargo, finalmente cambió su testamento y nombró a Arquelao. Antipas impugnó el testamento delante de César Augusto, quien apoyó el derecho de Arquelao pero dividió el reino, dándole a Antipas la tetrarquía de Galilea y Perea. El término “tetrarca”, que significa “gobernante sobre una cuarta parte” de una provincia, se aplicaba a un gobernante de un distrito menor o a un príncipe territorial. No obstante, y a nivel popular, puede que se le haya llamado rey, como a Arquelao. (Mat. 14:9; Mar. 6:22, 25-27.)
Antipas se casó con la hija de Aretas, rey de Arabia, cuya capital estaba en Petra. En uno de sus viajes a Roma, Antipas visitó a su hermanastro Filipo, el hijo de Herodes el Grande y Mariamne (II) (no Filipo el tetrarca). En el transcurso de esta visita se apasionó por Herodías, la esposa de Filipo, la cual ambicionaba una posición. Antipas se la llevó a Galilea y se casó con ella, divorciándose de la hija de Aretas y enviándola de regreso a su casa. Esta acción insultante promovió una guerra: Aretas invadió los dominios de Herodes Antipas y le infligió tremendas pérdidas, casi hasta el punto de derrocarlo. A Antipas le salvó una petición hecha a Roma, la cual provocó una orden del emperador para que Aretas detuviese la guerra.
Antipas se granjeó el favor del sucesor de Augusto: Tiberio César. Siendo constructor como su padre, aunque en una escala mucho menor, levantó una ciudad en el lago Genesaret (el mar de Galilea o Tiberíades) y la llamó Tiberíades, debido al emperador. (Juan 6:1, 23.) A otra ciudad, Julias, la llamó así en honor a Julia (conocida más comúnmente como Livia), la esposa de Augusto. También construyó fortalezas, palacios y teatros.
MATA A JUAN EL BAUTISTA
Juan el Bautista censuró la relación adulterina de Herodes Antipas con Herodías. Apropiadamente, él podía corregir a Antipas acerca de este asunto, puesto que el monarca era judío nominal y profesaba estar bajo la Ley. Antipas encerró a Juan en prisión con el deseo de matarle, pero tenía miedo del pueblo, ya que creía que Juan era profeta. Sin embargo, durante una celebración del cumpleaños de Antipas, la hija de Herodías le agradó tanto que juró darle cualquier cosa que solicitase. Herodías le dijo a su hija que pidiera la cabeza de Juan. Aunque esto no le complacía, Herodes, cobardemente, condescendió para quedar bien delante de los que asistían a la celebración, y debido a su juramento (aunque bajo la Ley, él no estaba obligado por un juramento a realizar un acto ilegal, como el asesinato). (Mat. 14:3-12; Mar. 6:17-29.)
Posteriormente, cuando Antipas oyó del ministerio de Jesús (de su predicación, de que hacía curaciones y expulsaba demonios), quedó aterrorizado, temiendo que Jesús fuese realmente Juan que había sido levantado de entre los muertos. A partir de entonces tuvo gran interés en ver a Jesús, no para oír su predicación, sino debido a que no estaba seguro de su identidad. (Mat. 14:1, 2; Mar. 6:14-16; Luc. 9:7-9.)
Al parecer fue en una ocasión en que Jesús estaba cruzando Perea camino de Jerusalén cuando los fariseos le dijeron: “Sal y vete de aquí, porque Herodes quiere matarte”. Puede que Herodes iniciase este rumor, confiando que, por temor, esto hiciese que Jesús huyera de su territorio, puesto que quizá no se atreviera a alzar su mano otra vez para matar a un profeta de Dios. Jesús, en respuesta, y obviamente haciendo referencia a la astucia de Herodes, le llamó “esa zorra”. (Luc. 13:31-33; véase HERODES, PARTIDARIOS DE.)
SE BURLA DE JESÚS
Cuando en su último día de vida como humano Jesús fue llevado delante de Poncio Pilato y este supo que era galileo, lo envió a Herodes Antipas—el gobernante de distrito (tetrarca) de Galilea, que entonces estaba en Jerusalén—, ya que Pilato había tenido dificultades con los galileos. (Luc. 13:1; 23:1-7.) Al ver a Jesús, Herodes se regocijó; no porque estuviese interesado en su bienestar o desease hacer un intento sincero por ver si eran verdad o no los cargos que los sacerdotes y los escribas hacían en contra de él, sino porque quería ver a Jesús ejecutar alguna señal. Jesús rehusó hacerlo, y permaneció en silencio cuando Herodes le interrogó “con muchas palabras”. Jesús sabía que el comparecer delante de Herodes le había sido impuesto solamente en son de burla. Herodes, decepcionado de Jesús, le desacreditó y se burló de él, vistiéndole con una prenda vistosa y enviándole de regreso a Pilato, que era la autoridad superior en lo que concernía a Roma. Aparentemente fue debido a ciertas acusaciones que Herodes había levantado en contra de Pilato que ambos habían estado enemistados. Pero este gesto por parte de Pilato le agradó a Herodes y se hicieron amigos. (Luc. 23:8-12.)
Tras la liberación de Pedro y Juan, poco después del Pentecostés de 33 E.C., los discípulos, en oración a Dios, dijeron: “Tanto Herodes [Antipas] como Poncio Pilato con hombres de naciones y con pueblos de Israel realmente fueron reunidos en esta ciudad contra tu santo siervo Jesús […]. Y ahora, Jehová, da atención a sus amenazas, y concede a tus esclavos que sigan hablando tu palabra con todo denuedo”. (Hech. 4:23, 27-29.)
En Hechos 13:1 se habla de que un cristiano, Manaén, había sido educado con Herodes el gobernante de distrito. Puesto que este último fue criado en Roma con cierto ciudadano, la declaración bíblica puede indicar que Manaén recibió su educación en dicha ciudad.
DESTERRADO A LA GALIA
Cuando Cayo César (Calígula) nombró a Agripa (I) rey de la tetrarquía de Filipo, Herodías, la esposa de Antipas, se lo reprochó a su esposo, diciéndole que si no recibía rango real era debido únicamente a su indolencia. Razonó que, como él ya era un tetrarca y Agripa no había tenido ningún puesto en absoluto, Antipas debería ir a Roma y solicitarle a César la dignidad real. Antipas acabó cediendo a la insistente presión de su esposa. Pero a Calígula le irritó la ambiciosa solicitud de Antipas, y, haciendo caso de las acusaciones de Agripa, le desterró a la Galia (a la ciudad de Lyon, Francia). Finalmente, Antipas murió en España.
3. Herodes Agripa I. Hijo de Aristóbulo y nieto de Herodes el Grande y de Mariamne (I) (nieta del sumo sacerdote Hircano II). Aristóbulo había sido ejecutado por Herodes el Grande. Agripa fue el último de los Herodes que llegaría a ser rey de toda Palestina, tal como lo había sido su abuelo.
Un buen número de artimañas y la ayuda de sus amigos en Roma le proporcionaron a Agripa su posición como “Herodes el rey”. Se educó en Roma con Druso, el hijo del emperador Tiberio, así como con su sobrino, Claudio, convirtiéndose en una figura familiar en los círculos importantes de la capital. Era extremadamente temerario y extravagante. Tenía grandes deudas, debiendo dinero incluso al tesoro romano. Acabó abandonando Roma y huyendo a Idumea. Más tarde, con la ayuda de su hermana Herodías y su esposa Cipros (hija del sobrino de Herodes el Grande que estaba casado con una hija de Herodes) halló residencia durante un tiempo en Tiberíades. Estando allí, surgió una disputa entre él y Antipas, provocando su marcha. Finalmente, regresó a Roma, y llegó a tener de nuevo el favor de Tiberio César.
Sin embargo, una declaración imprudente puso a Agripa en una posición difícil con el emperador Tiberio: en un descuido, le expresó a Cayo (Calígula), con el cual había cultivado cierta amistad, su deseo de que pronto llegase a ser emperador. Oído por casualidad por el sirviente de Agripa, sus observaciones llegaron a Tiberio, el cual le encerró en prisión. Su vida estuvo en la balanza durante varios meses, pero al año siguiente Tiberio murió y Calígula llegó a ser emperador, soltando a Agripa y elevándole a la posición de rey sobre los territorios en los cuales habían gobernado Filipo, su difunto tío, y Lisanias.
Cuando ocurrió el asesinato de Calígula, fechado por los historiadores en el año 41 E.C., Agripa estaba en Roma, y pudo actuar como enlace entre el Senado y su amigo: el nuevo emperador Claudio, quien le mostró su aprecio por medio de concederle el territorio de Judea y Samaria. De esta forma, el rey Herodes Agripa I llegó a ser gobernante de aproximadamente el mismo dominio que había tenido su abuelo Herodes el Grande. Durante este tiempo, Agripa solicitó y recibió de Claudio el reino de Calcis para su hermano Herodes. (Este Herodes recibe mención en la historia únicamente como rey de Calcis, un pequeño territorio en la ladera occidental de las montañas del Antilíbano.)
Agripa fue aceptable para los judíos debido a su ascendencia asmonea por la línea familiar de su abuela Mariamne. Mientras defendía la causa de los judíos bajo el yugo romano, se hizo un registro poco envidiable de persecución de cristianos, los cuales, generalmente, eran odiados por los judíos incrédulos: “Con la espada eliminó a Santiago hermano de Juan”. (Hech. 12:1, 2.) Viendo que esto agradaba a los judíos, arrestó y encarceló a Pedro. La intervención de un ángel trajo la liberación del apóstol. Este acontecimiento originó un gran revuelo entre los soldados de Agripa y ocasionó el castigo de los guardas de Pedro. (Hech. 12:3-19.)
EJECUTADO POR EL ÁNGEL DE DIOS
La gobernación de Agripa tuvo un final abrupto. En Cesarea, en el transcurso de una fiesta en honor a César, Agripa se vistió con un magnífico ropaje real y empezó a dar un discurso a un auditorio de Tiro y Sidón que se había congregado y que le estaban haciendo una súplica de paz. La muchedumbre clamó: “¡Voz de un dios, y no de un hombre!”. La Biblia registra la ejecución inmediata de este hipócrita condenado: “Al instante el ángel de Jehová lo hirió, porque no dio la gloria a Dios; y llegó a estar comido de gusanos, y expiró”. (Hech. 12:20-23.) Los cronólogos sitúan la muerte del rey Herodes Agripa I en 44 E.C., a la edad de cincuenta y cuatro años, después de haber reinado durante tres años sobre toda Judea.
4. Herodes Agripa II. Bisnieto de Herodes el Grande. Era hijo de Herodes Agripa I y su esposa Cipros. Según los historiadores, fue el último de los príncipes de la línea herodiana. Agripa tenía tres hermanas: Berenice, Drusila y Mariamne (III). (Hech. 25:13; 24:24.) Fue educado en la casa imperial de Roma. Cuando tenía diecisiete años, murió su padre, pero los consejeros del emperador Claudia pensaron que era demasiado joven para asumir la gobernación de sus dominios. Por esta razón, Claudia asignó gobernadores sobre estos territorios. Después de permanecer en Roma durante un tiempo—y tras la muerte de su tío Herodes, rey de Calcis—, recibió el reino de este, el pequeño principado situado en la ladera occidental de la cordillera del Antilíbano.
Poco tiempo después, Claudia le nombró rey sobre las tetrarquías que habían pertenecido a Filipo y Lisanias. (Luc. 3:1.) También se le dio la superintendencia del templo de Jerusalén, y entre 48 y 66 E.C., aproximadamente, fue investido con autoridad para nombrar a los sumo sacerdotes judíos. Posteriormente, sus dominios fueron ensanchados por Nerón, el sucesor de Claudia, quien le concedió Tiberíades y Taricaea en Galilea, y Julias en Perea, así como sus pueblos dependientes.
Agripa mantenía una relación incestuosa con su hermana Berenice, la cual había abandonado a su esposo, el rey de Cilicia. Esta relación inmunda (condenada en la Biblia) con su propia hermana fue un gran escándalo. (Lev. 18:9, 29; Deu. 27:22.)
Cuando se hizo evidente que la rebelión de los judíos contra el yugo romano (66-70 E.C.) únicamente habría de significar desastre nacional, Agripa trató de persuadirlos de que emprendiesen un derrotero más moderado. Sus llamadas no sirvieron de ningún provecho: abandonó a los judíos y se unió al ejército romano, siendo herido por una piedra lanzada con una honda durante la batalla.
DEFENSA DE PABLO DELANTE DE ÉL
Las Escrituras presentan al rey Herodes Agripa II y a su hermana Berenice en el momento de su visita de cortesía al gobernador Festo, probablemente en el año 58 E.C. (Hech. 25:13.) Festo había sucedido al gobernador Félix. Durante la gobernación de este último, el apóstol Pablo fue acusado por los judíos, pero Félix, al dejar el poder, deseando ganarse el favor de los judíos, dejó a Pablo en cadenas. (Hech. 24:27.) Dicho sea de paso, Félix era cuñado de Agripa, al haberse casado con su hermana Drusila. (Hech. 24:24.) Pablo había apelado a César, y mientras esperaba ser enviado a Roma (Hech. 25:8-12), el rey Agripa le hizo saber al gobernador Festo su deseo de oír lo que Pablo tenía que decir. (Hech. 25:22.) Pablo se alegró de hacer su defensa delante de Agripa, de quien dijo que era “perito en todas las costumbres así como también en las controversias entre los judíos”. (Hech. 26:1-3.) El poderoso argumento de Pablo impulsó a Agripa a decir: “En poco tiempo me persuadirías a hacerme cristiano”. A lo cual Pablo respondió: “Desearía de Dios que, fuera en poco tiempo o en mucho tiempo, no solo tú, sino también todos los que me oyen hoy llegaran a ser tales hombres como lo que yo también soy, a excepción de estas cadenas”. (Hech. 26:4-29.) Agripa y Festo coincidieron en que Pablo era inocente, pero que, puesto que había apelado a César, tenía que ser enviado a Roma para juicio. (Hech. 26:30-32; 25:11, 12.)
Después de la destrucción de Jerusalén en 70 E.C., Herodes Agripa se trasladó a Roma con su hermana Berenice y allí recibió el cargo de pretor. Agripa murió sin hijos, alrededor del año 100 E.C.
5. Herodes Filipo. Hijo de Herodes el Grande por medio de Mariamne (II) (hija del sumo sacerdote Simón). Filipo fue el primer esposo de Herodías, la cual se divorció de él para casarse con Herodes Antipas (hermanastro de Filipo). En la Biblia se le menciona de paso en Mateo 14:3; Marcos 6:17, 18 y Lucas 3:19.
El nombre “Herodes Filipo” se usa para distinguirlo de Filipo el tetrarca, puesto que, según Josefa, este último era también hijo de Herodes el Grande por medio de otra esposa: Cleopatra de Jerusalén.
Parece ser que Filipo estaba en la línea de sucesión al trono de su padre como el siguiente después de sus hermanastros Antípater, Alejandro y Aristóbulo, a los cuales Herodes había mandado ejecutar. En un testamento previo de Herodes, se le nombró a él después de Antipas. Pero en el testamento final fue pasado por alto, y el reino llegó a ser de Arquelao. Josefo registra que Herodes eliminó el nombre de Filipo de su testamento debido a que Mariamne (II), la madre de Filipo, era consciente del compló de Antípater contra Herodes, pero no lo había revelado.
Filipo tenía una hija por medio de Herodías, Salomé, la cual bailó delante de Herodes Antipas y aleccionada por su madre pidió la cabeza de Juan el Bautista. (Mat. 14:1-13; Mar. 6:17-29.)
6. Filipo el tetrarca. Hijo de Herodes el Grande por medio de su esposa Cleopatra de Jerusalén. Fue educado en Roma. Se casó con Salomé, la hija de Herodes Filipo y Herodías. Cuando murió su padre, César Augusto dividió el reino, dándole a Filipo la tetrarquía de Batanea, Traconítide, Auranítide y cierto territorio cerca de Jamnia, así como una pensión anual de cien talentos. (Es posible que Iturea fuese añadida más tarde, y por eso Josefo no hace mención de ella.) Gobernó por más de treinta años.
El nombre de Filipo se menciona una vez en la Biblia, con relación a la fecha del ministerio de Juan el Bautista. (Luc. 3:1.) Este texto, junto con la información histórica acerca de los reinados de Augusto y Tiberio, muestra que el ministerio de Juan empezó en el año 29 E.C.
[Gráfico de la página 717]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
GENEALOGÍA PARCIAL DE LOS HERODES
(Los nombres propios de varón están con mayúsculas) ANTÍPATER
ANTÍPATER (ANTIPAS) y Cipros (su esposa)
FASAEL
HERODES EL GRANDE (Mat. 2:1-22; Luc. 1:5)
JOSÉ
FERORAS
Salomé
ESPOSAS DE HERODES EL GRANDE
Dori
ANTÍPATER
Mariamne (I)
ALEJANDRO
ARISTÓBULO
HERODES Rey de Calcis
AGRIPA I Rey de Judea (Hech. 12:1-6, 18-23)
AGRIPA II Rey de Calcis; más tarde se le dio el territorio que antiguamente fue de Filipo el tetrarca y otras zonas (Hech. 25:13, 22-27; 26:1, 2, 19-32)
Mariamne (III)
Drusila Esposa de Félix (Hech. 24:24)
Berenice (Hech. 25:13, 23; 26:30)
Herodías Madre de Salomé (Mat. 14:3)
Salampsio
Cipros
Mariamne (II)
HERODES FILIPO Primer marido de Herodías (Mat. 14:3)
Salomé
Cleopatra de Jerusalén
FILIPO Tetrarca de Iturea y Traconítide (Luc. 3:1)
Maltace
ARQUELAO
Rey de Judea; más tarde etnarca (Mat. 2:22)
ANTIPAS Tetrarca de Galilea, popularmente conocido como “rey”; segundo marido de Herodías (Mat. 14:1-12; Mar. 6:14-29; Luc. 3:1, 19, 20; 13:31, 32; 23:6-15; Hech. 4:27; 13:1)
(Herodes el Grande tuvo otras cinco esposas, y quince hijos en total)