LEVADURA
Substancia que se añade a la masa o a ciertos líquidos para que fermenten; particularmente, una porción de masa leudada de una amasadura anterior y que se emplea en la fermentación de nuevas amasaduras. Este tipo de agente leudante se designa con la palabra hebrea se·’ór (“masa fermentada” [Éxo. 12:15]) y con la palabra griega zý·me (“levadura” [Luc. 13:21]). Mientras que para algo que ha sido leudado se emplea la palabra hebrea ja·méts. (Lev. 2:11.)
EN LA LEY DE DIOS A ISRAEL
Ninguna de las ofrendas de grano que los israelitas presentaban como ofrendas hechas por fuego a Jehová debía ser “cosa hecha con masa fermentada”. (Lev. 2:11.) No obstante, en las ofrendas de comunión por acción de gracias, en las cuales el que presentaba la ofrenda lo hacía de manera voluntaria y como muestra de su gratitud por las muchas bendiciones de Jehová, se podía utilizar levadura. Aquella comida tenía que ser una ocasión de alegría, y el pan leudado normalmente se comía en ocasiones felices. La persona debía presentar tortas anulares de pan leudo junto con la carne (es decir, el animal) para el sacrificio y las tortas no fermentadas, las cuales no se colocaban sobre el altar sino que eran para que las comieran el que presentaba la ofrenda y el sacerdote que oficiaba. (Lev. 7:11-15.)
El día del Pentecostés, cuando se presentaban los primeros frutos de la cosecha del trigo, el sumo sacerdote mecía delante de Jehová dos panes de harina de trigo con levadura. (Lev. 23:15-21.) Es digno de mención que el día del Pentecostés del año 33 E.C. los primeros miembros de la congregación cristiana, los discípulos de Jesucristo escogidos de entre los judíos, fueron ungidos con espíritu santo. Jesucristo, en calidad de gran Sumo Sacerdote de Jehová, pudo presentarlos delante de Dios como los primeros de sus hermanos engendrados por espíritu. Estos fueron tomados de entre la humanidad pecaminosa. (Hech. 2:1-4, 41.) Unos tres años y cuatro meses después, Cornelio y su casa, los primeros gentiles incircuncisos convertidos al cristianismo, fueron ungidos con espíritu santo, siendo presentados así delante de Dios. Ellos también procedían de la humanidad pecaminosa. (Hech. 10:24, 44-48; Rom. 5:12.)
La fiesta de las tortas no fermentadas abarcaba los siete días siguientes al día de la Pascua, es decir, los días 15 al 21 de Abib o Nisán. Durante aquellos días no debía hallarse, ni siquiera “verse” en las casas israelitas nada leudado ni ninguna masa fermentada. (Éxo. 12:14-20; 13:6, 7; 23:15.) Esto sirvió para recordarles su apresurada liberación de Egipto por la mano de Jehová, cuando no tuvieron tiempo de esperar a que su masa leudara, sino que, con las prisas, se la llevaron junto con sus artesas. (Éxo. 12:34.)
SIGNIFICADO SIMBÓLICO
En la Biblia a menudo se utiliza la palabra “levadura” para referirse a pecado o corrupción. Jesucristo dijo a sus discípulos: “Guárdense de la levadura de los fariseos y saduceos” y “guárdense de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía”. Al principio, los discípulos no entendían que Jesús estaba utilizando un simbolismo, pero finalmente discernieron que les estaba advirtiendo de que se guardaran de las doctrinas falsas y de las prácticas hipócritas, “la enseñanza de los fariseos y saduceos”, enseñanza que tenía un efecto corruptor. (Mat. 16:6, 11, 12; Luc. 12:1.) En una de sus advertencias, también mencionó a Herodes (incluyendo probablemente a sus partidarios): “Mantengan los ojos abiertos, cuídense de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes”. (Mar. 8:15.) Jesús denunció denodadamente a los fariseos por su hipocresía y afán de ostentación. (Mat. 23:25-28.) Puso al descubierto el punto de vista doctrinal incorrecto de los saduceos y expuso la hipocresía y la traición política de los partidarios de Herodes. (Mat. 22:15-21; Mar. 3:6.)
El apóstol Pablo utilizó el mismo simbolismo cuando mandó a la congregación cristiana de Corinto que expulsase a un hombre inmoral de la congregación. Dijo: “¿No saben que un poco de levadura hace fermentar toda la masa? Quiten la levadura vieja, para que sean una masa nueva, según estén libres de fermento. Porque, en realidad, Cristo nuestra pascua ha sido sacrificado”. A continuación indicó claramente a lo que se refería con la palabra “levadura”: “Por consiguiente, guardemos la fiesta, no con levadura vieja, ni con levadura de maldad e iniquidad, sino con tortas no fermentadas de sinceridad y verdad”. (1 Cor. 5:6-8.) Aquí Pablo estaba recurriendo al significado pictórico de la fiesta judía de las tortas no fermentadas, fiesta que venía inmediatamente después de la celebración de la Pascua. Así como un poco de levadura hace que toda la masa u hornada de pan fermente pronto, si la congregación como cuerpo no removía aquella influencia corrupta del hombre inmoral, pronto llegaría a estar inmunda a los ojos de Jehová. Tal como los israelitas no podían tener levadura en sus casas durante la fiesta, ellos tenían que remover la “levadura” de en medio de la congregación.
Además de los hebreos, otros pueblos de la antigüedad también asociaban la levadura con corrupción. Por ejemplo, Plutarco, un biógrafo griego, habló de ella como “producto de la corrupción, que corrompe la masa con la que está mezclada”.
En los días de Amós, Jehová dijo con ironía a los transgresores israelitas: “De lo que esté leudado hagan humear un sacrificio de acción de gracias, y proclamen ofrendas voluntarias”. (Amós 4:5.) De esa manera, Dios les hizo saber que toda la adoración que le rendían en Betel y en Guilgal era una transgresión contra Él, de modo que no importaba que junto con el pan sin fermentar ofreciesen también sobre el altar pan leudado, no había razón para retenerse de hacerlo. De todas formas, como estaban cometiendo idolatría, de nada les valdría.