El nuevo folleto legal bien nombrado
HABLANDO acerca del tema “Defendiendo y legalmente estableciendo las buenas nuevas” el 31 de julio de 1950 en la Asamblea del Aumento de la Teocracia celebrada en la ciudad de Nueva York, el abogado de la Sociedad Wátchtower dió mucho énfasis a la necesidad de estar preparados para la persecución mundial que seguramente vendrá antes del Armagedón. Dijo: “Les advierto que siempre estén listos para la batalla. . . . El odio aumentará febrilmente contra nosotros.” Entonces presentó por primera vez el nuevo folleto legal en inglés Defendiendo y legalmente estableciendo las buenas nuevas.
Justamente cinco semanas después el valor de este nuevo instrumento, provisto oportunamente por Jehová mediante su organización, fué demostrado en conexión con una asamblea de circuito que se celebró en Decatur, Alabama, del 8 al 10 de septiembre. Preocupados debido a las actividades de los agitadores comunistas, los funcionarios municipales les negaron a los testigos de Jehová el derecho de predicar públicamente en las calles o de puerta en puerta. Para justificar dicha negación citaron un estatuto local que prohibe la venta o distribución de literatura sin tener el permiso del alcalde.
Después que la policía le había dicho a muchos de estos ministros que dejaran de predicar, representantes de los testigos fueron a ver al alcalde y al jefe de policía. El alcalde declaró que tenían que parar su trabajo. El jefe de policía dijo, “Voy a arrestarlos aun si tengo que llamar a todos los policías para hacerlo, incluso los que no están trabajando hoy y los que estén durmiendo.” Se hicieron esfuerzos para explicar la validez de la obra de predicar citando argumentos del folleto Defendiendo y legalmente estableciendo las buenas nuevas, pero fué en vano. Vez tras vez trataron de ponerse en contacto con el fiscal municipal sin conseguirlo.
Sábado por la tarde, la policía arrestó a cuatro de los testigos de Jehová; dos estaban predicando en las puertas, uno estaba en la acera distribuyendo invitaciones para la reunión pública del día siguiente, y el cuarto estaba andando por la calle en dirección a su territorio. En la jefatura de policía apuntaron la acusación hecha en su contra y los libraron bajo fianza hasta tiempo para el juicio y sentencia el lunes por la mañana. El sábado, tarde por la noche, con la policía amenazando arrestar a otros, le pareció al siervo de distrito que debería hacer un informe y procurar consejo e instrucciones de la Oficina Legal de la Sociedad en Brooklyn. Se le dijo que se apegara estrictamente al consejo en el folleto legal y que instruyera a los hermanos a seguir dando el testimonio como de costumbre. El domingo las amenazas de arrestar a otros no se materializaron.
El lunes, temprano por la mañana, los acusados se presentaron para el juicio. El juez se dió prisa en decirles que el fiscal municipal había pedido un aplazamiento hasta las cuatro de la tarde. Cuando volvieron a esa hora el fiscal les dió las buenas nuevas de que él estaba dando las instrucciones para declarar la acusación sin lugar. Fueron puestos en libertad y les devolvieron toda su propiedad menos un folleto, Defendiendo y legalmente estableciendo las buenas nuevas. Cuando se lo pidieron al fiscal municipal, él rogó que se lo dejaran para estudiarlo más detenidamente, diciendo que el domingo temprano por la mañana había hablado por teléfono con ‘el abogado de ustedes en Nueva York’ que le había convencido que le convenía leer lo que contenía acerca de derechos. Había conseguido un ejemplar de uno de los hermanos que habían arrestado y lo había estudiado, quedando convencido de que la ley era inválida y que deberían retirar las acusaciones. Habló muy favorablemente del consejo que contiene, diciendo al concluir, “Esto siempre podría prevenir que tengan más dificultad de esta suerte. Si pudiera haberlo recibido sábado por la tarde tal vez toda esta dificultad podría haberse evitado.”