Los testigos de Jehová permanecen firmes en Albania
A LA mano está una carta escrita por un hermano que se escapó de Albania hace unos dos años, en la cual cuenta de la situación que ha prevalecido allí durante los diez años anteriores a su escapatoria. La presentamos a continuación:
“En 1939 los fascistas se apoderaron del país y leyes locales proscribieron la obra de los testigos de Jehová. Sin embargo, la obra continuó con pocos obstáculos hasta junio de 1940, cuando un decreto ministerial proscribió a los testigos de Jehová y confiscó su literatura. Quince mil libros, folletos y otro material fueron confiscados. Nueve personas fueron arrestadas y recibieron condenas de uno a tres años. Para 1944 otros seis habían sido arrestados y dos fueron encarcelados en Alemania, donde uno murió. (De 1946 a 1949, veinte más fueron arrestados, algunos de los cuales recibieron condenas de cinco años.) Durante este tiempo la obra se llevó a cabo ocultamente por medio de hojas escritas a máquina y los pocos folletos que se habían podido esconder del gobierno. Estos se prestaban a las personas interesadas con el entendimiento de que los habían de devolver.
“En 1945 se hicieron esfuerzos para revivificar la obra pero no pudo lograrse mucho, por falta de material con qué imprimir. Ese año los comunistas estuvieron demasiado ocupados para fijarse en los testigos de Jehová. Pero en 1946 toda la literatura que había sido escondida de los fascistas y nazis fué recogida por los comunistas, quienes también se llevaron todo nuestro equipo, declarando que ‘el material que ustedes tienen nos pertenece’. Repetidamente los hermanos se dirigieron al gobierno para obtener papel para imprimir el mensaje del Reino. Finalmente los echaron fuera enérgicamente con amenaza de violencia si regresaban con su petición. El hermano les contestó: ‘Jehová, nuestro Dios, colocó sobre nosotros la responsabilidad de informar al pueblo albanés tocante al propósito divino que la gente tiene que oír en este día. Pero ustedes nos están prohibiendo hacer esta obra rehusándonos el papel y no dejándonos dar testimonio de la verdad de la manera que los testigos de Jehová lo están haciendo en todo el mundo. ¡Ahora la responsabilidad descansa sobre ustedes!’
“Ellos contestaron: ‘Aquí en Albania, nosotros somos los señores de la tierra; no permitiremos que ustedes trabajen para su Teocracia como sus compañeros lo están haciendo en otros países. Si quieren estar libres para esta obra vayan, si pueden, a esos países donde pueden estar libres para trabajar junto con sus compañeros. En cuanto a nosotros, ni les damos permiso ni papel para sus impresos; ¡no queremos preocuparnos por ustedes y Jehová su Dios, a quien no conocemos!’
“En 1946 se aprobó una ley que exigía que toda literatura que no tuviera el espíritu del comunismo fuera entregada al gobierno, y esto incluía la Biblia así como todas las publicaciones de la Watch Tówer. El mismo año un decreto parlamentario prohibió todas las reuniones de los testigos de Jehová, el que se reunieran en mayores números que dos o tres, y que predicaran a la gente.
“En 1947 los hermanos de la capital emprendieron una campaña usando únicamente la Biblia. Fueron arrestados inmediatamente, les rompieron sus Biblias, y los sometieron a mucho tormento y finalmente los libertaron, pero se les negó el derecho de viajar lejos de su casa sin permisos policíacos. Esta restricción pronto fué aplicada a todos los testigos de Jehová.
“En 1949 la policía disolvió una reunión de los testigos de Jehová que se celebraba con el propósito de conmemorar la cena del Señor, y maltrataron a los hermanos. Unas cuantas semanas después arrestaron al que había conducido la reunión, y después de atormentarle por muchas horas el jefe de policía le preguntó: ‘¿Por qué quebrantaron la ley del estado reuniéndose?’ El hermano contestó: ‘Somos cristianos . . . Cristo mandó que conmemoráramos su muerte. No podemos poner la ley del estado por encima de la ley de Dios.’ Al oír eso el oficial golpeó al hermano en la mejilla, y se preparaba para darle al hermano una golpiza, cuando observó que el hermano le estaba presentando la otra mejilla. Por eso le preguntó: ‘¿Por qué ha puesto usted la otra mejilla?’ El hermano respondió: ‘Le dije a usted que nosotros somos cristianos, y Cristo Jesús nos mandó hacer así.’ Al oír esto el jefe respondió: ‘Pues porque su Señor manda eso, no le voy a obedecer pegándole a usted más. ¡Váyase! ¡No quiero volver a verle la cara!’
“En 1948 un soldado de Tirana conoció la verdad, y dejó las armas. Cuando un oficial le preguntó por qué había hecho esto, él contestó: ‘Hasta hoy era libre para llevarlas, pero de ahora en adelante estoy de parte de Jehová Dios, quien me prohibe llevar y adorar tales emblemas. . . . ’ Después de mucho tormento le sentenciaron a cinco años. A través de todo eso el hermano permaneció firme.
“En 1940 había 50 testigos de Jehová en Albania; en 1949, 71. Cuatro de éstos eran mahometanos, dos católicos romanos, y los demás católicos griegos. En comparación con la población de este país este número es muy pequeño, y también muy pequeño comparado con el número de personas de buena voluntad. Tres clases de religión predominan: mahometana, 700,000; ortodoxa griega, 300,000; católica romana, 200,000. Unos 20,000 hablan el idioma griego. El más enconado de los enemigos religiosos es el clero católico romano, luego el clero ortodoxo griego. Los mahometanos son más amigables que los otros. Cuando los testigos de Jehová les hablan los reciben con una sonrisa. Algunos dicen: ‘Nosotros los albaneses somos una sola raza, y todos tenemos un solo idioma. ¿Por qué debería dividirnos la religión, produciendo enemistad entre nosotros? Seguramente que Dios no ha mandado tantas clases de religión. Debe haber sólo un camino de verdad.’
“La votación es obligatoria, y debido a que los hermanos han rehusado votar frecuentemente han sido golpeados y encarcelados. La situación económica está muy mala, la gente no puede viajar aun cuando les es necesario. La fuerza policíaca es muy grande y fuerte, domina las palabras y movimientos de toda persona. Se dice que los que están en cárceles y campos de concentración ascienden a 50,000, y el trato que reciben a veces es peor aún que el administrado por la gestapo nazi. Más del 90 por ciento de la gente no simpatiza con los comunistas.
“Los comunistas frecuentemente juntan a las personas de una localidad en un lugar donde un orador se dirige a ellas tocante a las victorias rojas. Entonces deben gritar ‘¡Que viva . . . !’ Muchas veces traen a los testigos de Jehová por fuerza a estas reuniones. Mientras la muchedumbre grita y aplaude éstos permanecen erguidos y no dicen nada, lo que hace que la muchedumbre se pregunte qué clase de personas son éstas y cómo se atreven a adoptar tal posición. Luego el orador o uno de sus compañeros contestará: ‘¡Déjenlos, porque ellos son ésos de Jehová, hombres en cuya mente se ha arraigado profundamente la vieja cultura de la Biblia!’
“La censura es muy estricta dentro del país. Los hermanos han enviado informes detallados a la oficina matriz de la Sociedad en Brooklyn; seguramente deben haber sido detenidos por el censor. Son muy celosos y testifican según tienen la oportunidad, mientras esperan el tiempo cuando Jehová abra de nuevo el camino para que ellos lleven el mensaje a la gente antes del Armagedón.”