Guerreros cantantes
“¡Bendito sea Jehová, mi roca, quien adiestra mis manos para la batalla, y mis dedos para la guerra! . . . ¡Oh Dios! a ti cantaré un cántico nuevo; con salterio de diez cuerdas tañeré salmos a ti.”—Sal. 144:1, 9.
1, 2. Generalmente, ¿existe una conexión estrecha entre el canto y la lucha?
CANTAR y guerrear—¿le parece a usted que ésa es una combinación extraña? En realidad, no es tan discordante como tal vez suene. Aun en conexión con las batallas y las luchas de este mundo a menudo se unen los dos estrechamente. Todavía es más cierto esto del combate mencionado en la Biblia, tanto histórico como profético, donde se lucha bajo la dirección de Jehová y con su aprobación. Y ciertamente es verdad que hoy los de su pueblo son cantantes y luchadores al mismo tiempo.
2 Alguna de la música más excitante del mundo es la música militar, música destinada a hacer que la sangre hormiguee y los pies marquen el compás con ritmo de marcha. Muchas canciones, también, han sido compuestas y cantadas con el objeto de despertar el espíritu combatiente e inspirar confianza en la victoria que se espera conseguir. Luego, también, por supuesto, existe el gran volumen de música y canciones adecuadas para expresar los sentimientos triunfantes de los vencedores después que la pelea se termina. Sin embargo, sin reserva admitimos que raramente ha sido oportuno cantar y luchar al mismo tiempo, especialmente en el holocausto del combate moderno.
3. En cuanto a tiempo, ¿hasta dónde se remonta la primera mención de canto en las Escrituras?
3 A nosotros, sin embargo, nos interesa mucho más la conexión entre el cantar y el guerrear como se registra en las Escrituras, al recordar que “todas las cosas que fueron escritas de antemano fueron escritas para nuestra instrucción”, y especialmente para “nosotros a quienes los fines consumados de los sistemas de cosas han llegado”. (Rom. 15:4; 1 Cor. 10:11, NM) Pero antes de llegar a una discusión directa de este tema, vale la pena observar cuán profundamente arraigada está la mención del canto en el Registro sagrado. Muy remotamente, mucho antes de la creación de la familia humana, ¿qué leemos, cuando Jehová demandó de Job: “¿Dónde estabas cuando yo eché los cimientos de la tierra? . . . ¿cuando a una cantaron las estrellas de la mañana, y gritaron de alegría todos los hijos de Dios?” (Job 38:4, 7) En conexión con esto, y remontándonos todavía más en el pasado, tenemos ese relato intensamente esclarecedor del Hijo unigénito de Dios, en su existencia prehumana, personificado como la sabiduría, donde dice: “Jehová me engendró en el principio de su carrera, antes de sus obras de tiempo antiquísimo. Desde la eternidad fuí yo ungida, desde el principio, antes que existiera la tierra. . . . Cuando ordenó los cimientos de la tierra; entonces estaba yo a su lado, como el arquitecto de todo; y era su delicia de día en día, regocijándome siempre delante de él; regocijándome en su tierra habitada, y mis delicias, el estar con los hijos de los hombres.” (Pro. 8:22, 23, 29-31) Sin duda su compañerismo deleitable con Jehová, y su regocijo delante de él, a menudo hallarían expresión en el más glorioso canto celestial.
4. ¿Qué pregunta surge entonces, y qué se nos sugiere que hemos de esperar concerniente a la respuesta?
4 Estos registros de canto celestial hacen surgir en nuestra mente la siguiente pregunta: ¿Hay alguna mención en las Escrituras de que Jehová mismo haya cantado en alguna ocasión? La respuesta es muy interesante, porque, para nuestro asombro, parece que hay una sola referencia, abarcada en una profecía que ahora tiene cumplimiento, una profecía, además, que está ligada con luchar. Esto hace que la ocasión se distinga como singular y sobresaliente, y recibirá debida consideración en el transcurso de nuestro estudio.
5. (a) ¿Cuán profundamente arraigado en la familia humana está el don de la música? (b) ¿Dónde podemos encontrar algo todavía mejor que la música, y por qué?
5 El registro no dice nada en cuanto a si se cantó en el jardín del Edén cuando todo era perfecto. Es difícil imaginar, sin embargo, que no se cantara, especialmente cuando se le dió al hombre su compañera y complemento agradable quien podía responder y unir su voz al acompañamiento de las aves canoras, en aquel escenario ideal. Pero es innegable que el don y el talento para la música están profundamente arraigados en la familia humana, pues, entre los más primitivos descendientes de Adán, a Jubal se le describe como el “padre de todos los que manejan el arpa y la flauta”. (Gén. 4:21) Sí, tan profundamente arraigados como esos otros maravillosos dones del habla y la escritura dados por Dios. Y hasta en nuestro día, aunque tan imperfectos y apartados de su Creador y desgraciadamente cegados por “el dios de este sistema de cosas” (2 Cor. 4:4, NM), no obstante los miembros de la familia humana en todas partes de la tierra todavía evidencian ese deseo profundamente arraigado de expresarse con música y con canto. A menudo pervertido y usado mal, es verdad, pero el don todavía está allí. Hay algunas cosas verdaderamente agradables en la música de este mundo, pero hay cosas mucho más agradables, mucho más grandiosas y más atrayentes, en la Palabra de Dios, donde el nombre de Dios está escrito con líneas más agradables.
LUCHANDO Y CANTANDO EN EL DÍA DE JEHOVÁ
6. ¿A qué tema nos apegaremos al discutir este asunto?
6 Vengamos, entonces, al tema principal de nuestra discusión, y veamos lo que las Escrituras dicen y lo que podemos aprender para nuestro estímulo y guía sobre este tema binario de cantar y luchar. Primero, nos proponemos expresar brevemente cuál es el tema, y luego mostrar cómo lo apoya ampliamente la Palabra de Dios. Para empezar, desde 1914 d. de J.C. hemos estado viviendo en el más trascendental de todos los tiempos, en “aquel día”, “el día grande de Jehová.” (Isa. 26:1; Sof. 1:14; 3:8) Hay mucha lucha que acontece en el transcurso de este día, por la cual Jehová es responsable. El que verdaderamente lucha es Cristo Jesús, quien en la profecía puede corresponder al “brazo” de Jehová. (Sal. 98:1) Bajo él Cristo Jesús tiene fuerzas celestiales colocadas a su disposición. El pueblo de Dios sobre la tierra también tiene su papel que desempeñar. Mediante una serie de victorias que conducen a una derrota completa y final de todos los enemigos de Dios en la batalla del Armagedón, se logra una grande y eterna salvación, vista en el establecimiento seguro de unos “nuevos cielos y una tierra nueva”, y a favor de todos los que obtendrán la vida eterna en ese nuevo mundo. (Isa. 65:17) Esta gloriosa salvación, que ya ha comenzado a lograrse, es el principal estribillo de nuestro canto, el cual, observe usted, da todo el crédito y toda la alabanza a quien justamente pertenece, a Jehová, por medio de su fuerte “santo brazo”.
7. ¿En qué drama profético estuvieron implicados el canto y la lucha, revelando qué propósito particular por parte de Jehová?
7 Casi todos nuestros lectores están familiarizados con la abundancia de evidencia bíblica, que a menudo se ha presentado en detalle en estas columnas, de que 1914 d. de J.C. señaló el comienzo del día de Jehová. Por lo tanto, en vez de tomar tiempo ahora para presentar prueba concerniente a eso, nos proponemos discutir, primero, uno de esos dramas proféticos que se efectuó en la vida real en las guías y tratos de Dios con su pueblo escogido, Israel, en el cual queda mostrado vigorosamente el punto en cuestión del día presente que implica el canto y la lucha. Nos referimos a la ocasión cuando Dios visitó a Egipto para efectuar una poderosa liberación y salvación para los hijos de Israel, como se expresó en esa pregunta hecha por David: “¿Y quién hay semejante a tu pueblo Israel, única nación en la tierra a quien fué la Divinidad a redimir, para serle pueblo suyo propio, y para ganarse renombre?” (2 Sam. 7:23) En armonía con eso, recordamos que Dios hizo que Moisés notificara y amonestara a Faraón acerca del punto en cuestión implicado en esa batalla de los dioses, como se registra en Éxodo 9:16, citado por Pablo como sigue: “Con este mismo propósito te he permitido permanecer, para mostrar en conexión contigo mi poder y para que mi nombre sea publicado por toda la tierra.”—Rom. 9:17, NM.
8. ¿Cómo se cumplió el propósito anunciado de Jehová, particularmente en cuanto a la parte desempeñada por Moisés y los hijos de Israel?
8 Sírvase observar en particular cómo se cumplió esa declaración. Fué, principalmente, por los poderosos actos y lucha de Dios a favor de su pueblo, comenzando con una serie de plagas en Egipto, y culminando con esa destrucción aparatosa de todas las huestes de Faraón en el mar Rojo. Esto hizo que el nombre y la fama de Jehová se esparcieran por todas partes, como se testificó por Rahab y los gabaonitas. (Jos. 2:10; 9:9) Sí, pero esos actos poderosos en sí mismos no identificaron por nombre a aquel a quien se debía el crédito. Allí es donde Moisés entró en el cuadro, además de todos los hijos de Israel. Primero, en la presencia de Faraón, se declaró ese santo nombre y se fijó el punto en cuestión, como se registra en Éxodo 5:1, 2. Empezó como una batalla de palabras, una guerra fría. (¿Quién diría que Moisés no fué un luchador?) Pero, después que se llegó a la culminación del drama, e Israel estaba a salvo a través del mar Rojo, habiendo aun cruzado por tierra seca por en medio de él, y ahora pudiendo mirar atrás y presenciar la destrucción completa de las fuerzas enemigas, entonces se prorrumpió en una grandiosa canción de alabanza triunfante a Jehová, tomando Moisés la delantera con esas incomparables frases de apertura: “¡Cantaré a Jehová, porque se ha ensalzado soberanamente; al caballo y a su jinete ha arrojado en la mar! Mi fuerza y mi canción es Yah, y él ha sido mi salvación: éste es mi Dios, y le celebraré; Dios de mi padre, y le ensalzaré. ¡Jehová es Varón de guerra; Jehová es su nombre!”—Éxo. 15:1-3.
9. ¿Qué puntos han de observarse en el registro del capítulo 15 de Éxodo?
9 Al leer usted las palabras de esta canción en el capítulo 15 de Éxodo, observe cuánto énfasis se le da al hecho de que toda la gloria y alabanza por esta grandiosa salvación han de darse a Jehová. Observe, también, la belleza y el poder del lenguaje, y el sentido de poesía y música que comunican las breves y sencillas palabras y frases, aunque no estamos leyendo en el hebreo original. También nos enteramos de que “María, la profetisa, hermana de Aarón, tomó un pandero en su mano, y salieron todas las mujeres en pos de ella, con panderos y con danzas. Y María les respondía a ellas [continuando con el estribillo principal]: ¡Cantad a Jehová, porque se ha ensalzado soberanamente, al caballo y a su jinete ha arrojado en la mar!” (Éxo. 15:20, 21) Quizás cantaron y bailaron hasta tarde en la noche, y podemos imaginarnos la escena de ese elevado salón de baile al aire libre, bajo un dosel de terciopelo negro tachonado de estrellas y una luna ascendiente ahora pasada de llena, y con aquel dramático fondo de aguas oscuras y agitadas que enterraban profundamente a todas las huestes de Egipto.
10. ¿Cómo vemos el cumplimiento moderno de este drama, conduciéndonos a qué conclusión?
10 Hoy estamos presenciando el desenvolvimiento de ese drama profético en su cumplimiento delante de nuestros mismos ojos. Faraón y sus poderosos hombres y huestes militares apropiadamente representan a los enemigos de Dios y del pueblo de Dios, a saber, a Satanás y sus representantes principales, su “simiente”, y todas las fuerzas del viejo mundo. Por otra parte, Moisés y los hijos de Israel, incluyendo a María y todas las mujeres que tomaron parte, apropiadamente representan a Cristo Jesús (el profeta predicho mayor que Moisés) y las fuerzas del nuevo mundo del pueblo de Dios sobre la tierra, incluyendo a todos los que participan en cantar “el cántico de Moisés el esclavo de Dios y el cántico del Cordero”. (Hech. 3:22, 23; Apo. 15:3, NM) Así como en ese tiempo Faraón y sus huestes, bajo la influencia de sus dioses, se burlaron de Jehová y por persistir en dicha actitud fueron conducidos a esa catástrofe del mar Rojo, igualmente ahora “los reyes [gobernantes y caudillos] de toda la tierra habitada” desafían a Jehová y su propósito anunciado y su amonestación, y bajo influencia demoníaca son conducidos al Armagedón. (Apo. 16:13-16, NM) Considerando el drama en conjunto, podemos ver que Moisés y los hijos de Israel, por su posición en contra de Faraón y por su resistencia a sus demandas y opresión, y por la proclamación del nombre y propósito de Jehová y por su canción final de alabanza, pueden apropiadamente ser descritos como luchadores cantantes, aunque no pelearon con armas militares. ¿No se hallan los del pueblo de Jehová exactamente en la misma posición hoy y no pueden ser descritos de la misma manera?
11. ¿Qué pregunta surge concerniente al tiempo de cantar el cántico de Moisés?
11 Pero oímos que alguien dice: ‘Puesto que esa canción, en la que Moisés tomó la delantera, no se cantó sino hasta después de la destrucción de las huestes de Egipto en el mar Rojo, ¿no indicaría eso que no podemos unirnos en una canción de alabanza triunfante a Jehová sino hasta después que se haya peleado el Armagedón y todos nuestros enemigos hayan sido destruídos?’ Para obtener el punto de vista correcto sobre esta pregunta importante, consideremos otros pasajes de las Escrituras que tienen conexión con el mismo tema.
LA CLAVE DE LA SITUACIÓN
12. (a) ¿Dónde y de qué manera se describe en las Escrituras el nacimiento del Reino? (b) ¿Qué proclamación exacta siguió a la guerra en el cielo?
12 Regresando a 1914 d. de J. C., el punto de partida en que convenimos para el comienzo del día de Jehová, se nos recuerda que en el capítulo 12 del Apocalipsis este punto decisivo en el desarrollo del propósito de Dios fué señalado por el nacimiento del Reino, el niño varón dado a luz por la mujer simbólica que “se vió en el cielo”. “Estalló guerra en el cielo” inmediatamente después, como resultado de la cual guerra Satanás y sus ángeles fueron arrojados del cielo hacia abajo a la tierra. (Apo. 12:3, 5, 7, NM) Eso se completó para 1918 d. de J. C., como a menudo se ha explicado bíblicamente en estas páginas. Escuche cuidadosamente la fraseología exacta del alegre grito de triunfo que entonces retumbó a través de las cortes celestiales: “¡Ahora han acontecido la salvación y el poder y el reino de nuestro Dios y la autoridad de su Cristo!”—Apo. 12:10, NM.
13. ¿Cómo es esa proclamación la clave de la situación, y a qué conduce?
13 Ahí tenemos la clave de toda la situación. Esa fué la primera de una serie de victorias que traían salvación a Sión y aseguraban el establecimiento de los “nuevos cielos” y la “nueva tierra”. No estamos confundiendo esa guerra en el cielo con la batalla del Armagedón, pero debido a esa victoria inicial y debido a nuestra fe ilimitada en Jehová y su rey entronizado, Cristo Jesús, sabemos sin una sombra de duda que la vitoria final por ese guerrero “fiel y verdadero” está absolutamente garantizada. (Apo. 19:11, NM) De nuevo, debido a esa victoria, y debido a nuestra fe y dedicación de nosotros mismos, de nuestras vidas, a Jehová, entonces la siguiente expresión también ha venido a ser nuestra experiencia feliz: “Y ellos lo vencieron debido a la sangre del Cordero y debido a la palabra de su testificación, y no amaron sus almas aun a pesar del peligro de muerte.” Por lo tanto, como sigue diciendo: “¡Alégrense [regocíjense y canten] por causa de esto, ustedes cielos y los que residen en ellos!” ¿Quién podría hacer otra cosa que cantar?—Apo. 12:11, 12, NM; vea también 1 Juan 5:4; Efe. 2:6, NM.
14. ¿Hay buena evidencia para creer que la guerra en el cielo ya ha acontecido?
14 ¿Pregunta alguien al llegar a este punto: ¿Cómo pueden ustedes estar tan seguros acerca de estas cosas y de que la guerra en el cielo ya se ha efectuado? Contestamos: La evidencia concreta vista en la preservación y prosperidad y aumento del pueblo de Jehová que le ha estado sirviendo en unidad bajo la dirección de su organización desde 1918 d. de J. C., a pesar de todo el odio y la persecución que ha sufrido a manos de sus enemigos, es prueba tan convincente de que esa guerra tuvo buen éxito como la venida del espíritu santo en el Pentecostés fué prueba de que el sacrificio rescatador de Jesús fué aceptado en las cortes celestiales.
15. ¿Son fuertes las razones para concluir que los del pueblo de Dios ahora pueden ser descritos como luchadores cantantes?
15 No hay duda de que los del pueblo de Dios, “los cuales observan los mandamientos de Dios y tienen la obra de dar el testimonio de Jesús,” ahora están ocupados en una guerra contra el “dragón”, aunque “las armas de nuestra guerra no son carnales”, militaristas. (Apo. 12:17; 2 Cor. 10:4, NM) Con la ayuda y maravillosa provisión de Jehová por medio de su organización, Sión, continuamente están manifestando que son vencedores y que se regocijan en la salvación de Jehová. ¿Quién negará que los del pueblo de Dios hoy pueden ser descritos apropiadamente como guerreros cantantes?
16. ¿Qué personaje bíblico se destaca por el canto y la lucha, yendo el crédito a quién?
16 Hay tanto en las Escrituras que confirma lo susodicho que hallamos difícil el escoger los pasajes más apropiados. Pero dirijamos nuestra atención en seguida a ese otro personaje bíblico quien, quizás más sobresalientemente que Moisés, fué afamado como un dulce cantante y gran guerrero, de seguro más afamado en lo que tocaba a canto y lucha literales. Nos referimos, por supuesto, a David, quien, bajo inspiración, se describió a sí mismo como “el dulce salmista de Israel”. Pero, en armonía con nuestro estudio, observe cómo él dió todo el crédito a Jehová, quien le enseñó a ‘tañer [el arpa] diestramente’, porque inmediatamente él sigue diciendo: “El espíritu de Jehová habló por mí, y su palabra estuvo en mi lengua.” También concerniente a su proeza como guerrero él escribe: “¡Bendito sea Jehová, mi roca, quien adiestra mis manos para la batalla, y mis dedos para la guerra!”—2 Sam. 23:1, 2; Sal. 33:3; 144:1.
17. ¿Quién escribió la mayor parte de los Salmos, y cómo han de ser considerados?
17 Bajo inspiración, David escribió la mayoría de los Salmos, en su mayor parte basados en sus propias experiencias, y prefigurando las experiencias de Jesucristo, también las de los seguidores de Cristo como clase. No sólo son hermosas canciones, compuestas de poesía rica, sagrada, sino que principalmente son profecías, una parte de ‘todas las cosas que fueron escritas de antemano para nuestra instrucción’; y teniendo esto presente, queremos considerar el Salmo 118. Este confirma notablemente el hecho de que ahora mismo, antes del Armagedón, es el tiempo de cantar y regocijarse ‘y [públicamente] contar las obras de Jehová’ a causa de la salvación que ya se ha logrado en favor nuestro.—Sal. 118:17.
18. ¿Cuál es el tema del Salmo 118 y qué conexión hay entre él y el Apocalipsis 12:10?
18 El tema de este salmo, tema que recurre vez tras vez, se encuentra en la expresión: “Porque para siempre es su misericordia.” Esto da la base para la llamada de apertura del salmo: “Dad gracias a Jehová.” (Sal. 118:1) Por lo tanto es un salmo, o canción, de acción de gracias, no a alguna criatura, ni siquiera a David mismo, quien fué usado tan poderosamente para sojuzgar a los enemigos de Israel, sino a Jehová, el verdadero Guerrero y Salvador poderoso de Israel. Esta idea halla repetida expresión a través del salmo, al contar David cómo sus enemigos numerosos, “todas las naciones,” trataron de abrumarlo a él y al pequeño reino de Israel, como aptamente dice en un lugar: “cercáronme como abejas.” Luego añade: “Pero Jehová me ayudó,” y esto le conduce a la expresión particular que atrae nuestra atención: “Jehová es mi fortaleza [como luchador] y mi canción, y él se ha hecho mi salvación.” (Sal. 118:10-14) Un clamor que corresponde exactamente al del Apocalipsis 12:10, NM.
19. ¿En conexión con qué sucesos en particular prosperó David como luchador?
19 Observe, también, que correspondiendo con el argumento ya presentado, David no alcanzó su muy fuerte posición de superioridad sobre todos sus enemigos mediante una sola victoria desintegradora, prefigurando al Armagedón, sino que fué mediante una serie de victorias. Esto es semejante a lo que se dice de Cristo Jesús, el Mayor David: “Él salió venciendo y para completar su victoria.” (Apo. 6:2, NM) Tampoco esperó David hasta la victoria final antes de empezar a cantar. El registro muestra que la clave de la situación en cuanto a la prosperidad de David como rey de Israel está firmemente conectada con el tiempo cuando capturó la colina de Sión y allí estableció su trono, y después subió el arca, el centro de la adoración verdadera para Israel. (Vea 2 Samuel, capítulos 5 y 6.) De allí en adelante él prosperó, mientras todavía seguía luchando, y al mismo tiempo cantando que Jehová “se ha hecho mi salvación”. Como el registro dice: “Así siguió David haciéndose más y más grande; porque Jehová el Dios de los Ejércitos era con él,” hasta que “Jehová le había dado descanso de todos sus enemigos en derredor”.—2 Sam. 5:10; 7:1.
20. Teniendo estos sucesos como base, ¿cómo revela el Salmo 118 su significado profético para nuestro propio día?
20 Es desde este punto en el tiempo, desde el tiempo del establecimiento seguro de Sión, después de un período de angustia, que el Salmo 118 es verídico, tanto en la experiencia de David como en lo que fué prefigurado con eso. La guía segura en este salmo, fijando este punto de tiempo en el grandioso cumplimiento en nuestro propio día, se encuentra en la expresión: “La piedra que desecharon los arquitectos ha venido a ser cabeza del ángulo.” (Sal. 118:22) Uniendo esto con Isaías 28:16 y 1 Pedro 2:6, 7, La Atalaya del 15 de marzo de 1952 ha dado prueba detallada de que la colocación de la piedra angular en Sión en el cumplimiento completo aconteció en 1918 d. de J.C., cuando Cristo fué presentado como Rey, correspondiendo al cumplimiento en miniatura de su primera venida. (Vea Mateo 21:4-9, NM.) Ese fué verdaderamente un período de tiempo, o “día”, muy especial. En contraste con un día de 24 horas, que parece seguir a su predecesor como cosa natural, este día profético fué hecho especialmente por Jehová, y es causa de gran regocijo y canto, ya que dice: “Este es el día que ha hecho Jehová; ¡alegrémonos y regocijémonos en él!” (Sal. 118:24) Observe, también, cómo David no sólo habla para sí mismo, como cuando dice: “Jehová es mi fortaleza y mi canción,” sino que incluye a todos los israelitas verdaderos que participan con él, como cuando en seguida dice: “La voz de gozo [canto] y de salvación se oye en las moradas de los justos.” Por eso, regocijémonos todos y cantemos fuertemente de la salvación de Jehová efectuada en Sión en éste, su propio día.—Sal. 118:14, 15.
21. ¿A qué modo de proceder nos impulsa la apreciación de estas verdades?
21 A medida que apreciamos que Jehová nos ha dado la luz de la verdad sobre su Palabra, no sólo al entenderla y ver que se está cumpliendo en este día maravilloso, sino también teniendo el privilegio de tener parte en esto, entonces alegremente ‘damos gracias a Jehová por su misericordia y bondad amorosa’. No sólo eso, sino que estamos llenos del espíritu combatiente de la determinación de observar “los mandamientos de Dios” en “la obra de dar el testimonio de Jesús”, “aun a pesar del peligro de muerte.” Nosotros altruístamente nos dedicamos y obligamos a este modo de proceder. Vea cuán bellamente se expresa esto: “Poderoso es Jehová, y él nos ha dado luz: ¡atad la víctima con cuerdas, y traedla hasta los cuernos del altar!”—Apo. 12:11, 17, NM; Sal. 118:27.
22. ¿Cómo se relaciona Isaías 12:1-6 con nuestro estudio?
22 Pero ¿advirtió usted especialmente esa observación (§ 20) acerca del establecimiento de Sión “después de un período de angustia”? Esto se menciona en el Salmo 118, versículo 18: “Gravemente me ha castigado Jehová; mas no me ha entregado a la muerte.” Pero ahora diríjase al capítulo 12 de Isaías y vea cómo esta breve profecía en cada palabra suya confirma abundantemente los puntos principales de nuestro estudio. Como frecuentemente se ha explicado en La Atalaya, la ira de Jehová contra su pueblo en la parte temprana de “aquel día” se debió a que no cumplieron con la comisión de ser luchadores cantantes. Pero Dios, en su bondad amorosa, remedió la situación y consoló a su pueblo trayendo salvación a Sión. “Porque una cosa espléndida ha hecho él,—bien conocida es ésta en toda la tierra.” (Isa. 12:5, Ro) Por eso de nuevo entra el estribillo: “Porque mi fortaleza y mi canción es Yah Jehová; el cual también se ha hecho mi salvación. Por tanto con regocijo sacaréis agua de las fuentes de salvación.” (Isa. 12:2, 3) Sí, como Jesús indicó en su conversación con la mujer samaritana al lado de cierto pozo literal, el agua de verdad dadora de vida ahora puede sacarse libre y gozosamente para todos los sedientos que desean rendir servicio sagrado con el espíritu de la adoración verdadera. Una respuesta poderosa por lo tanto ahora está surgiendo de todas partes como reacción al mandato retumbante: “Exultad, jubilad, moradores de Sión, porque grande es en medio de vosotros el Santo de Israel.”—Isa. 12:6, NC; Juan 4:14, 23; Apo. 22:17, NM.
23. ¿Dónde en las Escrituras se menciona a Jehová como cantando, y por qué razón y con qué estímulo para nosotros?
23 Finalmente, usted recordará que al principio de este artículo mencionamos que hay un caso en las Escrituras donde se hace referencia a Jehová mismo como cantando. Este se encuentra en Sofonías 3:14-17. Primero, para nuestro estímulo como cantantes, viene el mandato de ‘cantar y prorrumpir en aclamaciones, y alegrarse y regocijarse de todo corazón’. ¿Por qué? Porque “¡Jehová ha apartado tus juicios [adversos], ha echado fuera a tu enemigo [los opresores babilonios y semejantes a Faraón]! ¡El rey de Israel, Jehová, está en medio de ti; no tienes que temer jamás mal [“calamidad,” Ro] alguno!” Luego, para nuestro estímulo como luchadores, viene el mandato conmovedor: “En aquel día será dicho a Jerusalem: ¡No temas! ¡oh Sión, no se aflojen tus manos! ¡Jehová tu Dios está en medio de ti; el que es poderoso te salvará [del enemigo]: se regocijará sobre ti con alegría, descansará en su amor, y saltará de gozo sobre ti, cantando!” ¿Con qué nota más excitante y exaltada podríamos concluir este estudio?—Compare con el Salmo 132:13-18.