Preguntas de los lectores
● En el número del 1 de mayo de La Atalaya se contesta la pregunta procedente de Etiopía, “¿Debemos adorar a Jesús?” En el párrafo 5 se cita Hebreos 1:6 en relación a los ángeles de Dios adorando a Jesús, pero en el párrafo final dice: “La respuesta a la pregunta que se considera aquí tiene que ser que ninguna adoración distinta ha de rendirse a Jesucristo ahora glorificado en el cielo. Nuestra adoración ha de dirigirse a Jehová.” ¿No contradice esto la declaración de Hebreos 1:6?—T. P., Estados Unidos.
En respuesta a las varias preguntas sobre este punto en unas cuantas cartas que se han recibido, preguntamos: ¿Es usted un ángel de Dios en el cielo? Si usted lo es, entonces Hebreos 1:6 aplica a usted. Si usted no es un ángel de Dios en el cielo, entonces Hebreos 1:6 no se dirige a usted, porque en Hebreos 1:6 y sus dos versículos precedentes el escritor dice concerniente al glorificado Jesús: “De modo que ha llegado a ser mejor que los ángeles al grado que ha heredado un nombre más excelente que el de ellos. Por ejemplo, ¿a cuál de los ángeles dijo él alguna vez: ‘Tú eres mi Hijo; hoy he llegado a ser tu Padre’? Y otra vez: ‘Yo le seré Padre a él, y él me será Hijo’? [6] Pero cuando él vuelve a traer a su Primogénito a la tierra habitada, él dice: ‘Y que todos los ángeles de Dios le adoren.’”) (Heb.1:4-6, NM) Aquí el apóstol Pablo cita del Salmo 97:7, el cual, en las palabras de Una Traducción Americana, dice: “Todos los que sirven a imágenes forjadas son avergonzados, ellos que se enorgullecían de sus nulidades. ¡Adórenle, todos ustedes los dioses!” En la Versión de los Setenta (LXX) griega estas palabras cursivas dicen: “Adoradlo [proskyneo], todos vosotros sus ángeles.” (Edición de Bágster; también Thomson) El apóstol también puede haber estado citando de la Versión de los Setenta Deuteronomio 32:43, la parte de apertura del cual dice: “Regocijaos, vosotros los cielos, con él, y que todos los ángeles de Dios le adoren; regocijaos vosotros gentiles, con su pueblo y que todos los hijos de Dios se fortalezcan en él . . . ” (Bágster; semejantemente Thomson) Examinando el contexto del Salmo 97:7 y Deuteronomio 32:43 notamos que la referencia es a Jehová Dios como el que ha de ser adorado. ¿Significa esto que Jesús es el mismo que Jehová debido a la manera en que el escritor de Hebreos 1:6 aplica la cita?
Al traducir Hebreos 1:6 Una Traducción Americana no va de acuerdo con la traducción del Salmo 97:7 que usa “adoren” sino que dice: “Y que todos los ángeles de Dios se inclinen ante él.” La Traducción del Nuevo Mundo dice: “Y que todos los ángeles de Dios le adoren.” ¿Es inferior la Traducción del Nuevo Mundo aquí, o ha violado su regla general de esforzarse hasta donde es posible por traducir cada palabra griega de las Escrituras cristianas griegas por un equivalente inglés? La respuesta a estas preguntas es ¡No! ¿Por qué razón entonces, dice “adorar” en vez de “inclinarse” o “rendir homenaje a”?
Como ya se declaró en el artículo de La Atalaya al que se ha hecho referencia, la palabra griega aquí traducida “adoren” es la palabra proskyneo. Por más extraño que parezca, esta palabra se deriva de la palabra griega para “perro,” kýon, y por lo tanto significa, adecuadamente, “agacharse arrastrarse, acariciar,” como un perro lo haría a los pies de su amo. Prácticamente aplicada, por lo tanto, la palabra fundamentalmente significa “postrarse, inclinarse, o rendir homenaje.” Y en los países que la Biblia menciona ésta era la actitud adecuada tanto en el caso de veneración y homenaje civiles como de adoración religiosa. Esto se da a ver en la Biblia, tanto en el texto original hebreo como en el griego.
En la Versión del rey Jaime o Autorizada de la Biblia proskyneo se traduce “adorar,” sin excepción, en sus 60 apariciones. Sin embargo, en la Traducción del Nuevo Mundo proskyneo se traduce “rendir homenaje” y “adorar.” Por ejemplo los magos de Oriente y el rey Herodes dijeron que querían “rendir homenaje” (proskyneo) al bebé que había nacido rey de los judíos. “Rendir homenaje” es preferible aquí porque ni los magos ni el rey Herodes tenían la idea de adorar al bebé como Dios. (Mat. 2:2, 8, 11) Proskyneo se vierte adecuadamente “rendir homenaje” a veces, porque frecuentemente en la Versión de los Setenta griega de la Biblia la acción de este verbo se dirige a hombres; por ejemplo, cuando el patriarca Abrahán se inclinó (proskyneo) ante los nativos paganos de la tierra de Canaán, los heteos, los hijos de Het. (Gén. 23:7, 12, LXX) O, como cuando el patriarca Jacob y sus esposas y sus hijos todos se inclinaron repetidamente (proskyneo) ante su hermano gemelo Esaú, a quien Jehová Dios dijo que Él odiaba. (Gén. 33:3, 6, 7, LXX) O, como cuando el emperador Nabucodonosor se inclinó (proskyneo) ante el profeta Daniel. (Dan. 2:46, LXX) Podrían darse otros ejemplos, tal como Apocalipsis 3:9, en que proskyneo no se vierte correctamente al traducirse “adorar” sino debe traducirse “inclinarse” o “rendir homenaje.”
En la Traducción del Nuevo Mundo de las Escrituras cristianas griegas cuando esta palabra proskyneo se dirige a Dios, entonces se traduce correctamente “adorar,” como cuando Jesús contestó al Tentador y dijo: “¡Márchese, Satanás! Porque está escrito: ‘Es a Jehová tu Dios que tienes que adorar [proskyneo], y es a él solamente que tienes que rendir servicio sagrado.’” (Mat. 4:10, NM) A la mujer samaritana Jesús dijo: “Los adoradores genuinos adorarán al Padre con espíritu y verdad, porque, en verdad, el Padre está buscando que tal clase le adore. Dios es un Espíritu, y los que le adoran tienen que adorarle [proskyneo] con espíritu y verdad.” (Juan 4:23, 24, NM) En cada uno de estos casos proskyneo pudiera haberse traducido “inclinarse” o “rendir homenaje,” pero ciertamente cuando nos inclinamos a o rendimos homenaje a Jehová Dios no lo hacemos en el mismo sentido en que lo hicieron Abrahán, Jacob y otros cuando se inclinaron o rindieron homenaje a hombres. En Juan 4:23, 24, que se acaba de citar, aun la traducción literal del Dr. Young de la Biblia cambia de “inclinarse” a “adorar.” Por eso la Traducción del Nuevo Mundo no es más inconsistente que la traducción literal de la Biblia del Dr. Young. El inclinarse ante hombres no significa necesariamente adoración.
En la Traducción del Nuevo Mundo notamos que cuando este verbo griego proskyneo se aplica a Jesús como hombre sobre la tierra o materializado como hombre después de su resurrección, se traduce “rendir homenaje.” Sin embargo, cuando se refiere al glorificado Jesús en los cielos invisibles en la presencia de los santos ángeles, la Traducción del Nuevo Mundo hace un cambio y vierte proskyneo al ser aplicada a él con la palabra “adorar.” (Heb. 1:6) Esto se hace correcta y consistentemente. Este verbo griego aparece sólo dos veces en el libro de Hebreos, aquí en Hebreos 1:6 y en Hebreos 11:21 donde se describe que Jacob adoraba a Jehová Dios: “Por fe Jacob, cuando estaba por morir, bendijo a cada uno de los hijos de José y adoró [proskyneo] apoyándose en la parte superior de su báculo.” (NM; refiriéndose a Génesis 47:31, donde la LXX también usa proskyneo) Así en el libro de Hebreos proskyneo se traduce “adorar” las dos veces y a los ángeles de Dios se les manda “adorar” al glorificado Jesús. ¿Por qué es esto? Porque Jesús ha sido hecho tanto más alto que los ángeles, aun más alto de lo que era antes de llegar a ser hombre sobre la tierra. (Fili. 2:5-11) Es mandato de Jehová Dios el que ellos hagan esto hacia su Hijo. ¿Qué significa esto? Esto, que aun los ángeles han de rendir su adoración a Jehová Dios por medio de Jesucristo, a quien Jehová Dios ha hecho la Cabeza de su organización universal. Por eso se declara en la página 85 del libro “Make Sure of All Things” (“Asegúrense de todas las cosas”), columna 1: “Cristo ha de ser adorado como espíritu glorioso, victorioso sobre la muerte en el madero de tormento,” con tres textos bíblicos concomitantes para probar que ahora es un espíritu glorificado, y ya no es carne.
Es a causa de que el glorificado Jesucristo actúa como el representante asignado de Jehová Dios que la adoración tiene que dirigirse a Dios mediante él, aun por parte de los ángeles. Esto explica por qué el Salmo 97:7 y Deuteronomio 32:43, los cuales, conforme a su contexto, evidentemente se refieren a Jehová Dios, son aplicados por el escritor de Hebreos al Hijo de Jehová, Jesucristo. El Hijo de Dios es el Sumo Sacerdote de Jehová, por consiguiente subordinado a Jehová Dios; pero como Sumo Sacerdote según la semejanza de Melquisedec el glorificado Jesucristo guía a toda la creación en la adoración de Jehová Dios. Por lo tanto la adoración de toda la creación tiene que dirigirse al único Dios vivo y verdadero, Jehová, por medio de él. En el cumplimiento actual de Deuteronomio 32:43 y el Salmo 97:7, el Sumo Sacerdote Jesucristo actúa como el representante directo de su Padre Jehová y, por lo tanto, Hebreos 1:6 adecuadamente implica a Jesucristo glorificado en la aplicación de estos textos bíblicos. Bien, entonces, dado que los ángeles reciben órdenes de adorar al glorificado Jesús en su segunda venida, ¿no debemos nosotros, que, como humanos, somos mucho menores que los ángeles, adorarlo también? En respuesta decimos: Tenemos que rendirle a él lo que la Palabra de Dios dice que tenemos que rendirle.
En el Apocalipsis 19:10 y 22:9 el ángel que el glorificado Jesús envió al apóstol Juan dijo a Juan: “¡Adora [proskyneo] a Dios!,” queriendo decir Jehová Dios. El ángel de Jesús (Apo. 1:1, 2; 22:16) dijo a Juan, un hombre sobre la tierra, que adorara, no a Jesús, sino a Dios, Jehová Dios el Padre de Jesús. Ese es al que los testigos de Jehová adoran. Pero recordamos que dicha adoración tiene que rendirse a Jehová Dios por medio de su Sumo Sacerdote Jesucristo. Por eso es que los testigos de Jehová siguen la instrucción de Filipenses 2:10, 11: “Para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en el cielo [ángeles] y de los que están en la tierra y de los que están debajo del suelo, y confiese toda lengua abiertamente que Jesucristo es Señor [no el Dios Todopoderoso, sino Señor] para gloria de Dios el Padre.” (NM) Los testigos de Jehová ‘honran al Hijo así como honran al Padre,’ porque, “el que no honra al Hijo no honra al Padre que lo envió.” (Juan 5:23, NM) Los testigos de Jehová dan a Jesús toda la honra, respeto, consideración, obediencia, imitación, amor y lealtad que Jehová Dios pide que se rinda a su Hijo Jesucristo. En el nombre de Jesús rinden sus oraciones y adoración a Jehová Dios. Y los ángeles del cielo obedecen el mandato de Dios y “adoran” a su Hijo sólo en cuanto su adoración al Hijo está relacionada con la adoración de su Padre Jehová Dios. Pero, manteniendo las cosas en sus posiciones relativas, los ángeles y los testigos de Jehová adoran a Jehová Dios como el único Dios Todopoderoso, increado, no engendrado, “desde la eternidad hasta la eternidad.”—Sal. 90:2.
A la luz de lo susodicho será provechoso volver a leer el artículo en La Atalaya de referencia, páginas 286, 287, en respuesta a la pregunta “¿Debemos adorar a Jesús?”