La resurrección nuestra esperanza fortificante
1. (a) ¿Por qué medios mantiene el mundo a la gente en el camino de la destrucción? (b) ¿Cómo podría evitar la gente el temor a la muerte”?
EN ESTA lucha para mantener integridad no le es fácil a uno proceder de manera contraria a los caminos y modo de pensar de este viejo mundo. Está lejos de ser éste el proceder del cobarde, aunque puede que el mundo dirija esta acusación falsa contra el cristiano para intimidarlo y obligarlo a obrar de acuerdo con su enloquecida embestida hacia la destrucción. Porque, en vez de influir en el amor y el razonamiento, este mundo influye en las emociones debilitadas del hombre caído. Usa el látigo del temor, o el orgullo, o el egoísmo. Pocas personas en la tierra pueden resistir éstos. A causa de esto los dictadores pueden mantener en sujeción a naciones enteras, temiendo las personas el mantener preciados principios de justicia por medio de hablar claro o declararse abiertamente a favor de ellos. Por su silencio tácitamente aprueban, para su propia seguridad personal, las medidas impías y totalitarias de sus gobiernos y se ponen ellas mismas bajo condenación de comunidad con la nación inicua. El temor de la muerte para ellas mismas o miembros de su familia es su terror. La Biblia describe al Diablo, el gran carcelero, como dominando a “todos los que por temor de la muerte estaban sujetos a la esclavitud durante toda su vida.” (Heb. 2:15, NM) Si la gente tuviera un conocimiento verdadero de la resurrección podría estar libre de tal temor. Por esto el tener este conocimiento viene a ser asunto de vida o muerte. Sin tal entendimiento y fe el cristiano no puede mantener la integridad.
2. ¿Cómo fortaleció la integridad de Jesús el conocimiento sobre la resurrección?
2 Para Jesús, mientras mantenía su integridad en la tierra bajo la gran presión que le impusieron el Diablo y su mundo, la esperanza de la resurrección fué una fuerza sostenedora. Mientras sufría aun la muerte del madero de tormento fué grandemente fortalecido a mantener integridad inquebrantable a su Padre debido a esta fe y esperanza. Está escrito de él: “Además, aun mi carne morará en esperanza: porque no dejarás mi alma en el Hades.” (Hech. 2:26, 27, NM) Jesús sabía que Dios no lo olvidaría, que no dejaría su existencia, su “alma,” borrada en el sepulcro común de la humanidad.
3. ¿Qué otros ejemplos muestran lo necesario que es tener conocimiento sobre la resurrección y fe en ella?
3 Asimismo, Abrahán fué hecho fuerte para pasar la prueba de ofrecer a su hijo Isaac, Job para aguantar intenso sufrimiento y pérdida de todo salvo la vida misma, y la grande nube de testigos de la antigüedad para resistir el ser “atormentados porque rehusaban aceptar la liberación por algún rescate, para que pudieran alcanzar una resurrección mejor.” (Heb. 11:35, NM) Los apóstoles estuvieron llenos de una “esperanza viva” por el hecho de la resurrección de Jesús y la garantía que ésta les dió, prestando una fuerza y entusiasmo a su predicación que ninguna cantidad de persecución pudo desalentar. Los capacitó a aguantar hasta la muerte para asegurarse una resurrección.—Fili. 3:10, 11; 1 Ped. 1:3; 3:21.
ALMA, ESPÍRITU Y TUMBAS MEMORIALESCAS
4. Muestre que la resurrección no consiste de una reunión del cuerpo con un “alma inmaterial.”
4 Queremos estar seguros de que seremos dignos de una resurrección, de que Dios se acordará de nosotros para ejecutar este poderoso milagro a favor nuestro. El tener un entendimiento de los principios sobre los cuales se basa nos ayudará. “Resurrección” se traduce de la palabra griega anástasis, que literalmente significa “ponerse de pie otra vez.” ¿Qué es lo que se pone de pie otra vez a la vida en la resurrección? Es el hombre, la personalidad, la misma persona que entró en la muerte. No es el cuerpo traído de vuelta, en el que se haya insertado un “alma inmaterial” que haya sido archivada en el cielo o en algún otro lugar. Porque no sólo es el cuerpo lo que muere, sino la persona, el alma, que es el humano vivo, que respira y posee sentidos. Cuando una persona muere, el alma muere. La Biblia, en Números 6:6, 7 (NM) dice: “[Un nazareo] no puede venir hacia ninguna alma muerta. Ni siquiera por su padre o su madre . . . puede contaminarse cuando ellos mueren.” El alma no es algo que se separa del cuerpo y va al cielo. Aun de Jesús se dijo: “No dejarás mi alma en el Hades.” (Hech. 2:27, NM) El alma de Jesús no estaba en el cielo o el “paraíso.” Estaba en el Hades, el sepulcro común de la humanidad, y fué de allí que Dios la levantó.
5. ¿Qué se da a entender por Eclesiastés 12:7: “El espíritu se vuelva a Dios, que lo dió”?
5 Es cierto que la Biblia dice: “El espíritu se vuelva a Dios, que lo dió.” (Ecl. 12:7) Pero note que éste es el espíritu, no el alma. El apóstol muestra que existe una distinción entre los dos cuando refiriéndose a la Palabra de Dios dice que ésta puede penetrar “hasta la división entre alma y espíritu.” (Heb. 4:12) “Espíritu” significa aquí el principio de vida, la fuerza de vida. El que vuelva a Dios significa que la habilidad y el poder para hacer que la persona viva de nuevo reside entera y exclusivamente en las manos de Dios. Así como una máquina complicada pudiera sufrir una avería y requerir los servicios de su inventor y diseñador para ser reparada o reedificada, nadie más tendría la habilidad y capacidad para reparar o reedificar esa máquina y hacerla trabajar de nuevo.
6. ¿Sobre qué base juzga Dios si no que está muerto merece una resurrección o no?
6 Jesús manifestó cuál es la base sobre la que Dios hace su determinación en cuanto a quién recibe resurrección. Él dijo: “Todos los que están en las tumbas memorialescas oirán su voz y saldrán.” (Juan 5:28, 29, NM) Los que están en la memoria de Dios, que antes de la muerte tuvieron una tendencia y amor a la rectitud y justicia, o un derecho legal bajo las provisiones de Dios de mérito de familia, son los que Dios trae de vuelta por medio de una resurrección. Podríamos expresarlo de otra manera: Dios tiene un registro o transcripción del modelo de vida, la cual transcripción queda bajo su juicio como dando a esa persona o personalidad el derecho a una resurrección. No que persona alguna merezca en sí misma una resurrección. No, pero en la misericordia de Dios y por medio de la provisión del sacrificio de rescate de su Hijo él juzga a éstos como merecedores.
NUESTRO MODELO DE VIDA
7. ¿Qué factores dan forma a nuestro modelo de vida como cristianos dedicados?
7 Ahora bien, ¿qué es lo que introducirá a cualquiera de nosotros en esa condición feliz? Habiendo tenido fe en Jehová Dios y la sangre de su Hijo Jesucristo, y habiéndonos dedicado a él, tenemos que formar un adecuado modelo de vida, edificando sobre esta base. Consideremos qué factores hacen de nosotros la personalidad o individuo que somos, el modelo de vida que manifestarnos. Cuatro cosas dan forma a nuestro modelo de vida: (1) Nuestros rasgos heredados. Mediante las casi ilimitadas combinaciones posibles en el mecanismo de genes al tiempo de la concepción, el niño hereda ciertas cualidades mentales, rasgos, tendencias y talentos, generalmente reflejando a un grado notable algunas de las cualidades de sus padres. Por esta razón el niño cuando nace posee en cierto grado un modelo de vida. Su cerebro tiene ciertos “circuitos” ya vagamente formados, además de los rasgos instintivos naturales de supervivencia tal como el instinto de mamar. Dios, conociendo estas combinaciones en el niño, podría decir en este punto cuáles serían sus tendencias, y cuán fuertes son para resistir el medio ambiente posterior u obrar de acuerdo con él. (2) El medio ambiente, que incluye las experiencias que sobrevienen durante la vida. (3) Nuestra propia voluntad o selección como individuos que tenemos libre albedrío. (4) La influencia del espíritu santo de Dios y su Palabra y organización.
8, 9. (a) Bosqueje el proceder que le asegura al cristiano una resurrección. (b) ¿En qué resulta tal proceder?
8 De esto podemos ver que una persona puede tener ciertas inclinaciones desde su nacimiento. Su medio ambiente temprano y la educación que recibió de sus padres durante los primeros años pueden dar mayor fuerza a estas inclinaciones o impedirlas. Es por esto que es tan importante que sean adecuados el ambiente y la enseñanza y disciplina del niño. Entonces llega el tiempo cuando ejerce su propia voluntad en la selección de un rumbo de prácticas buenas o malas. ¿Puede adoptar un derrotero de prácticas buenas apoyado enteramente en su propia fuerza? No, porque dado que es descendiente imperfecto del pecador Adán, la regla aplica a él: “La inclinación del corazón del hombre es mala desde su juventud en adelante.” (Gén. 8:21, NM) Y el medio ambiente de este viejo mundo con su propaganda e iniquidad está arremetiendo contra él de todos lados. Por eso tiene que dirigirse a la Palabra de Dios, la Biblia, para ser guiado. Tiene que tener el espíritu santo o fuerza activa de Dios dirigiéndolo. Ese espíritu inspiró la Biblia. También necesita la ayuda de la organización de Dios y tiene que andar en armonía y a compás con ella para continuar como la Biblia dirige. Haciendo estas cosas, reaccionará adecuadamente hacia su medio ambiente y procederá de la manera correcta a medida que se le presenten puntos en cuestión. Podrá desarrollar cualesquier cualidades y talentos buenos que tenga, para usarlos en el servicio de Dios. Podrá vencer tendencias incorrectas. Su mente será rehecha de concordancia con el mundo a concordancia con los caminos del nuevo mundo.—Rom. 12:2.
9 ¿Cuál será el resultado? El será una nueva personalidad, creada conforme a la voluntad de Dios. (Efe. 4:24) Él manifestará un modelo de vida en armonía con la voluntad y Palabra de Dios. Las cosas que él haga corresponderán, coincidirán con las cosas escritas en la Biblia. Como un inspector en una fábrica confronta los productos acabados con el modelo original y rechaza los que no están en debida conformidad, así Dios, al observar el modelo de vida que manifestamos, hace un examen para ver si hemos seguido su modelo justo. De esto depende nuestra esperanza individual, como cristianos dedicados, de una resurrección. La Palabra de Dios usa como ilustración a un alfarero que escoge o rechaza vasos de barro según están éstos o no en conformidad con el modelo que él desea.—Rom. 9:19-24.
FALSO EL “DESARROLLO DEL CARÁCTER”
10. ¿Es esto “desarrollo de carácter”? Explique.
10 Esto no es “desarrollo de carácter.” En el tal llamado “desarrollo de carácter” la persona confía en la vanagloria de su rectitud propia, desarrollando una personalidad “dulce” que lo hará digno de la vida. No, los cristianos acuden a la rectitud de Dios y confían en su espíritu a medida que tratan de copiar el modelo de Cristo, manteniendo integridad. Aun entonces, en ellos mismos no tienen ningún mérito. Todavía están imperfectos, pero mediante fe y obediencia esperan recibir la misericordia de Dios. Tratan de engrandecer la bondad inmerecida y rectitud de Dios, no las de ellos. Fué sobre este punto que los judíos fracasaron: “Porque, a causa de no conocer la justicia de Dios sino de tratar de establecer la suya propia, ellos no se sujetaron a la justicia de Dios.”—Rom. 10:3, NM.
11. (a) ¿Qué les pasa a los que son voluntariosamente inicuos? (b) ¿Qué muestra esto tocante a si hay un “alma inmaterial” o un estado intermedio de los muertos, estado entre la muerte y la vida?
11 Conforme a la ilustración del alfarero, los voluntariosamente inicuos y los que mueren bajo condenación de familia o comunidad serán rechazados. Son “olvidados” por Dios, borrados de su memoria. (Pro.10:7; 11:7, Abd. 16) A los que Dios recuerda los considera vivos; los que son inicuos los olvida como permanentemente muertos. (Luc. 20:38; Rom. 4:17; Isa. 26:14) Todo esto manifiesta, incidentalmente, que no existe ninguna “alma inmaterial” separada ni hay un estado consciente intermedio para los muertos. No, sólo existe el registro que Dios tiene, el cual si es indigno se borra, se olvida, como si no hubiera sido.
NINGUNA RESURRECCIÓN DEL CUERPO
12. ¿Qué muestra Pablo tocante a los cuerpos de los resucitados?
12 Dado que no hay alguna “alma inmaterial” que exista aparte del cuerpo, la resurrección no es la ‘unión de nuevo del alma y el cuerpo.’ Sin embargo, espiritual o terrenal, el individuo tiene que tener un cuerpo u organismo, porque todas las personas, celestiales o terrenales, poseen cuerpos. La Biblia dice: “Si es que hay cuerpo físico, también lo hay espiritual.” Pero ¿se reúnen las partes del cuerpo para formarlo de nuevo? o ¿es una réplica del cuerpo anterior, hecha exactamente como fué cuando la persona murió? No, las Escrituras contestan: “No obstante, alguien dirá: ‘¿Cómo van a ser levantados los muertos? Sí, ¿con qué clase de cuerpo vienen?’ ¡Persona irrazonable tú! Lo que siembras no es vivificado a menos que primero muera; y tocante a lo que siembras, tú siembras, no el cuerpo que se desarrollará, sino un grano desnudo, puede ser, de trigo o cualquier otro de los demás; pero Dios le da un cuerpo tal como le ha agradado, y a cada una de las semillas su propio cuerpo.”—1 Cor. 15:44, 35-38, NM.
13, 14. ¿Qué clase de cuerpo reciben los coherederos de Cristo en la resurrección?
13 Como dice Pablo, no a todos los resucitados se les da la misma clase de cuerpo. Él ilustra que ahora hay cuerpos diferentes—cuerpos espirituales que pertenecen a ángeles en el cielo, y cuerpos carnales de los que están sobre la tierra: “Y hay cuerpos celestes, y cuerpos terrestres; pero la gloria de los cuerpos celestes es de una clase, y la de los cuerpos terrestres es de una clase diferente.” (1 Cor. 15:40, NM) Luego muestra que los coherederos con Cristo, que reciben una resurrección celestial, reciben cuerpos de calidad muy superior a los de carne. Él explica: “Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, se levanta en incorrupción. Se siembra en deshonra, se levanta en gloria. . . . Se siembra cuerpo físico, se levanta cuerpo espiritual. Si es que hay cuerpo físico, también lo hay espiritual. Así también está escrito: ‘El primer hombre Adán vino a ser alma viviente.’ El postrer Adán vino a ser un espíritu dador de vida. . . . Tal como el uno hecho de polvo es, así aquellos hechos de polvo son también; y tal como el celestial es, así aquellos que son celestiales son también. Y así como hemos llevado la imagen de aquel hecho del polvo, llevaremos también la imagen del celestial. Empero, esto digo, hermanos, que carne y sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni tampoco la corrupción hereda la incorrupción.”—1 Cor. 15:42-50, NM.
14 Los 144,000 miembros de la “novia” entregan la vida terrenal en la muerte y son resucitados perfectos, divinos, inmortales, incorruptibles. (1 Ped. 1:4; 2 Ped. 1:4) Sus cuerpos son gloriosos, brillantes, resplandecientes, de hecho, tan brillantes que ningún humano podría contemplarlos y vivir. Siendo más altos que los ángeles, están fuera y más allá de cualquier poder o influencia que aun los ángeles pudieran emplear para perjudicarlos o estorbarlos. Sólo dependen del Todopoderoso Jehová mismo. Él siempre está mucho más alto que ellos, como su Dios.
15. (a) Muestre que no es idénticamente el mismo cuerpo el que es resucitado. (b) En la resurrección terrenal ¿es el cuerpo un duplicado exacto del que se poseyó al morir?
15 ¿Qué cuerpo da Jehová a los que le agrada a él levantar a una resurrección terrenal? No podría ser el mismo cuerpo, de exactamente los mismos átomos. Si un hombre muere y es enterrado, por el proceso de descomposición su cuerpo se reconvierte en productos químicos orgánicos que son embebidos, digamos, por un manzano. Algunas personas comen las manzanas de ese árbol. Los elementos, los átomos de esa persona original, ahora están en muchas personas. En la resurrección es obvio que los mismos átomos no pueden estar en la persona original y en todas las demás al mismo tiempo. Tampoco podría ser un cuerpo construido como el duplicado exacto del cuerpo al momento de la muerte. Si a una persona se le ha mutilado el cuerpo antes de morir, ¿volverá de la misma manera? No. Digamos que una persona muere porque perdió toda la sangre de su cuerpo. ¿Regresará sin sangre? Usted contestará, No, porque no podría vivir sin sangre, la cual la Biblia dice que es la vida (o alma) de la persona. (Gén. 9:4) Mediante el mismo razonamiento, si murió con un corazón atravesado, no será resucitado en esa condición.
16. ¿Qué clase de cuerpos se les dará a los que reciben una resurrección terrenal?
16 Mientras está vivo, la mayor parte del cuerpo humano cambia a través de un período de años, siendo reemplazados los tejidos gastados, aunque la apariencia general y características de la persona permanecen. Por eso ¿por qué debería una persona volver en la resurrección con idénticamente el mismo cuerpo o uno señalado con mutilaciones afeadoras? Por medio del milagroso poder que Jehová le otorgó, Cristo puede construir, para los resucitados, cuerpos razonablemente sanos. El cuerpo de Lázaro estaba en un estado de descomposición. Cuando Jesús lo levantó, el milagro reemplazó y reedificó tejidos estropeados, decaídos. Salió siendo un hombre sano. Asimismo será en la resurrección.—Juan 11:38-44.
17. ¿Se les dará cuerpos perfectos al tiempo de su resurrección a los que son resucitados sobre la tierra?
17 Por lo tanto Jehová les dará cuerpos adecuados. ¿Son cuerpos carnales perfectos? No. Son cuerpos razonablemente fuertes y sanos, pero hasta que reciban la enseñanza e instrucción de Cristo durante su reinado de mil años y aprendan a vivir correctamente y sus cuerpos y mentes lleguen a estar plenamente en armonía con Dios, no sólo en voluntad, sino en todo pensamiento y movimiento, todavía no son perfectos. Así, al continuar en la senda de obediencia, se les aplicarán a ellos los poderes curativos del rescate de Cristo, removiéndose el proceso de muerte hasta que desaparezca todo vestigio de imperfección y ellos queden con toda célula y tejido de su cuerpo llenos de una fuerza de vida rutilante y vigorizante.
18. ¿Por qué es la resurrección un milagro tan estupendo?
18 Medite por un momento en qué asombrosa y milagrosa exhibición de poder y sabiduría muestra Jehová en la resurrección. Él no sólo combina ciertas cualidades para hacer que nazca una personalidad, sino que reproduce exactamente cada uno de los millones de rasgos y características del individuo, no sólo los heredados, sino todos los que son el resultado del sinnúmero de influencias que afectan al individuo durante toda su vida—las cosas que ha leído, estudiado, visto, hecho, experimentado—la personalidad compuesta que resulta de toda una vida. Jehová reconstruye todo esto con exactitud infalible en el detalle más pequeño, en un cuerpo adecuado para el lugar donde Dios se propone que viva el individuo. Una ilustración es el caso de Jesús, como se notó previamente en el artículo anterior, “El milagro de la resurrección” (§ 13).
UNA FALSIFICACIÓN SEUDOCIENTÍFICA
19. ¿Qué falsificación propone una teoría a la que se ha querido llamar “científica”?
19 Un argumento disparatado se presentó recientemente en una revista popular, en el sentido de que la ciencia había descubierto el secreto de la resurrección. Aquí está la esperanza que se da a conocer:
“Para duplicar al individuo a su imagen original, todo lo que uno necesitaría sería sólo una célula de tejido cicatrizal, un pedacito microscópico tomado de una herida leve que apenas hubiera comenzado a sanar. Esta semilla fénix sería plantada en un lecho fénix, o jardín fénix, en el cual la ‘tierra’ sería impregnada de los productos químicos adecuados y adicionalmente provista de los elementos que necesita el escultor magistral [el poder reedificador del tejido cicatrizal] para formar seres vivientes del barro elemental del tejido cicatrizal regenerador.
“El primer paso esencial para la inmortalidad física resulta ser una cosa muy sencilla. Todo lo que se requiere es una incisión superficial pequeña no más profunda que la piel, para estimular el proceso de curación. Tan pronto como el tejido cicatrizal comienza a formarse, un pedacito de él se quita para ser conservado, ya sea mediante cultura de tejido o congelación intensa. Es este pedacito lo que constituye la semilla fénix, de la cual una réplica exacta del individuo del cual vino puede ser creada en el futuro.
“Estas semillas podrían mantenerse indefinidamente en un estado de conservación perfecta, la chispa de vida en un estado de animación suspendida, no obstante siempre lista para entrar en acción.
“En realidad, en vez de recrear sólo a un Einstein o un Chúrchill, podríamos producir varios de ellos, a la manera de gemelos idénticos.” (Look, 24 de marzo de 1953) Modestamente, el escritor agrega: “¿Cuáles son las condiciones adecuadas [para cultivar dicho cuerpo]? No sabemos y todavía estamos lejos de saberlo.” Sí, aunque se propone como ciencia, sólo es teoría sin ninguna verdadera evidencia en apoyo.
20. Describa una ley de Dios que gobierna las cosas naturales la cual hace imposible tal cosa.
20 La investigación biológica verdadera ha mostrado que en las etapas embrionarias más tempranas todas las células del embrión son iguales. Pero un poco después, fuerzas genéticas que los hombres no entienden hacen que estas células lleguen a estar sumamente especializadas de modo que algunas edifican sólo fibras musculares, algunas sólo partes del ojo sensitivas a la luz, algunas sólo piel, etc. Un científico explica: “En la embriología vemos a células jóvenes que gozan de libertad y que tienen potencialidades tremendamente amplias llegando a estar sujetas en un modelo mediante el cual son atadas estrechamente en las formas y funciones sumamente especializadas de fibras musculares alargadas o células sensitivas a la luz o fábricas de ácido hidroclórico en el estómago.” Ninguna de éstas, si se cultivara separadamente, produciría un nuevo cuerpo entero. El mismo científico dice: “El ser humano joven, por ejemplo, posee un directorio detallado de su futuro desarrollo para el fin del primer mes.” (Scientific American, febrero de 1950) Y aunque es cierto que la sangre, junto con los tejidos del cuerpo, cierra las heridas, ¿quién jamás ha visto al cuerpo humano producir un nuevo brazo o una nueva pierna después de ser amputados éstos? o ¿un nuevo riñón, hígado, o un ojo?
21. ¿Cómo es que la “esperanza” ofrecida por dicha teoría no puede compararse con la esperanza de la resurrección?
21 Si los lectores de dicho artículo en Look están buscando la verdad querrán comparar su “esperanza” con la esperanza bíblica de la resurrección. Según el artículo el “desarrollado de nuevo” poseería sólo aquellas características que sus genes le dieron originalmente. Toda su experiencia de la vida y memoria se perderían. No se identificaría como habiendo vivido antes, sino que sería como un bebé recién nacido. Tendría que envejecer y morir un sinnúmero de veces, sólo para comenzar de nuevo de “nada.” Algún error o descuido por parte de otros cuidando su “jardín fénix” podría impedir el que fuera “renacido.” Además no se les ofrece ninguna esperanza a los que ya han muerto. ¡Verdaderamente una falsificación fraudulenta, ruin, indeseable y totalmente inadecuada para reemplazar las promesas verdaderas de Dios!
22. ¿Pueden los hombres en algún caso ejecutar una resurrección?
22 El estupendo milagro de la resurrección es exclusivamente de Jehová. Él es el único que tiene este poder originalmente, y se lo ha confiado a su Hijo: “Porque así como el Padre tiene en sí mismo el don de la vida, así ha concedido que el Hijo tenga en sí mismo el don de la vida.” (Juan 5:26, NM) Los hombres pueden resucitar a personas mediante respiración artificial o mediante drogas o electricidad después que el corazón y la respiración paran. Pero se admite que después que las células se deterioran, especialmente las células cerebrales, las cuales con sólo unos cuantos minutos de falta de oxígeno se degeneran sin que puedan ser reparadas, la persona está muerta. Está más allá de la ayuda humana. Sólo mediante el poder de Dios de la resurrección puede volver a la vida. Y no tendrá Dios que hacerlo mediante un lento proceso de crecimiento, sino instantáneamente, por su poder ilimitado. Cuando estuvo sobre la tierra Jesús no hizo que manos secas u ojos ciegos fueran curados de manera lenta, sino que los restauró instantánea, milagrosamente.—Mar. 3:1-5; 10:51, 52.
LA ESPERANZA DE LA RESURRECCIÓN UN ESTÍMULO PARA SERVIR A DIOS
23. ¿Cómo suministra la esperanza de la resurrección un yelmo para nuestra integridad, ya seamos miembros de los ungidos o de las otras ovejas?
23 De esta manera el cristiano tiene una esperanza sobresaliente, muchísimo más excelente que cualquier cosa que el hombre haya soñado. Por eso Pablo dice: ‘Pongámonos como un yelmo la esperanza de la salvación.’ (1Tes.5:8, NM) Uno de los fuertes rasgos de esa esperanza es la resurrección. No permite que nuestra “cabeza” sea fracturada por los asaltos del enemigo que de otra manera romperían nuestra integridad a Dios. Ni siquiera el golpe de muerte puede lograr eso, porque sabemos que si pertenecemos a los 144,000 celestiales seremos resucitados a la gloria inmortal “en un abrir de ojos.” (1 Cor. 15:52) Si somos de las otras ovejas será justamente como dormirse un segundo y despertar al siguiente. No será para nosotros una espera larga, miserable. Porque la muerte es la completa ausencia de vida y del estado consciente—nada. Al despertar en el nuevo mundo el primer pensamiento de uno probablemente sería la terminación del pensamiento con que murió. Enoc, que despertará con su visión del nuevo mundo todavía en la mente, es un ejemplo. (Heb. 11:5) Aunque todos los testigos de Jehová desean vivir y predicar mientras Jehová quiera que lo hagan, no temen la muerte.
24. ¿Cómo deben los cristianos considerar la muerte en vista de esta esperanza?
24 Al morírseles personas queridas los cristianos no son como otros. No se afligen demasiado. Aunque reconocen la muerte como enemigo, no van más allá del amor y cariño naturales ni permiten que la tristeza afecte su proceder determinado de mantener integridad en el servicio de Jehová. Más bien, continúan más firmemente en él, sabiendo que el servicio fiel les asegurará un lugar en el nuevo mundo, de modo que puedan ver a sus amados otra vez en la resurrección.
25. ¿Por qué debe animarnos la esperanza de la resurrección a mayor actividad ahora?
25 ¡Qué amoroso y considerado el Dios que servimos! Su promesa de resurrección debe animarnos a mayor actividad ahora. Más y más se acerca el tiempo en que la resurrección será una realidad, no sólo para los miembros de los 144,000 que han sido resucitados desde 1918, sino para los que vivirán sobre la tierra. Piense en el gozo que Cristo y sus coherederos celestiales tendrán a medida que sus manos amorosamente administren el mérito del sacrificio del rescate de Cristo durante el gran sábado del reinado de Cristo para levantar a miles de millones de los muertos de la tierra del hoyo de la muerte. (Luc. 14:5; Juan 5:26; 6:53) Piense en el gozo de las otras ovejas de Jehová en la tierra paradisíaca cuando venga la notificación de Jehová, diciendo a su organización que se prepare para recibir a los muertos resucitados. Entonces tendrán gozo sobreabundante haciendo arreglos para alimentar, alojar, educar y entrenar a las multitudes resucitadas para que éstas ocupen sus lugares en la sociedad del Nuevo Mundo. ¡Qué grandiosa convención será ésa! Maravilloso, alentador del corazón el esperar el tiempo cuando Sheol-Hades, “el sepulcro común de la humanidad,” sea destruído por la resurrección y cuando, finalmente, los de la sociedad humana perfeccionada estén ante Dios al fin de los mil años y, pasando la prueba, oigan la aprobación expresada por Dios, justificándolos como dignos de vida permanente en este globo hermoseado. El milagro de la resurrección, multiplicado mil millones de veces, habrá efectuado brillantemente los propósitos de Dios consiguiendo la victoria sobre la muerte, sin que haya necesidad de que sea repetido en las infinitas edades venideras.