Evitándolo dentro de las ciudades de refugio
1. ¿Por qué necesitamos un lugar de refugio en el Armagedón, y cómo lo representó Dios proféticamente para nosotros?
LA CULPABILIDAD por derrame homicida de sangre está pegada a todo el mundo. Aunque aparentemente se esfuerza por lograr la paz internacional a su propia manera, la cristiandad a la misma vez lleva la delantera en la preparación de la guerra más sangrienta de todo tiempo. ¿Dónde hay un lugar adonde podamos ir para escaparnos de tener parte alguna en la culpabilidad que por derrame homicida de sangre tiene el mundo al tiempo del Armagedón, para que no se demande de nosotros nuestra vida en conformidad con el pacto de Jehová respecto a la santidad de la sangre? Jehová ha provisto el único lugar de escape y refugio, y él nos lo representó proféticamente en las ciudades de refugio para las que él hizo arreglos en la tierra de Israel.
2. ¿Qué eran los lugares de asilo entre las naciones paganas, y por qué fué reducido finalmente el número de ellos?
2 Estas no eran como los lugares de refugio que estaban de boga entre las antiguas naciones paganas. Esos lugares eran lugares religiosamente sagrados, tales como arboledas, templos y altares, y a éstos se les daba el derecho de asilo, es decir, el derecho de suministrar abrigo con protección contra castigo por cualquier mal que se hubiera cometido. El poder protector que se daba a estos lugares abarcaba un área de considerable extensión alrededor del lugar santo y éste se vigilaba y preservaba rigurosamente por medio de castigar severamente a los que violaban la protección que se ofrecía en el lugar. Sin embargo, estos lugares de refugio o asilo eran lugares donde, bajo la cubierta de religión, tanto el culpable como la persona desafortunada podía hallar abrigo y protección contra los oficiales de la ley o contra los que querían hacerse justicia por sí mismo e imponer el castigo. El famoso templo de Ártemis (o Diana) en Éfeso era un lugar de refugio o asilo pagano y sus privilegios en conexión con esto se extendieron con el transcurso del tiempo. Con el tiempo el número de estos lugares de asilo se multiplicó en gran manera entre los griegos y romanos, pero se abusó mucho del privilegio de asilo y esto dió por resultado un gran aumento en el número de criminales. Por eso el emperador romano Tiberio, del tiempo de Jesús, hizo que se llevara a cabo una investigación solemne en cuanto a los efectos de estos asilos, y esto resultó en reducir el número de los asilos y limitar sus privilegios.
3. ¿Se permitió que aumentara el número de ciudades de refugio en Israel, y cuándo fué que por primera vez Jehová mencionó un lugar futuro de asilo para Israel?
3 Las ciudades de refugio de la tierra de Israel estaban limitadas en cuanto a número y éstas no proveían asilo al que era culpable de haber dado muerte a alguien, sino que proveían asilo sólo al que había dado muerte a alguien sin intención. Algunos entienden que, durante los cuarenta años que los israelitas anduvieron vagando por el desierto antes de entrar en la Tierra Prometida de Palestina, se proveyó asilo entre el campamento de los siervos del templo a quienes se conocía como levitas, grupo al cual pertenecían el sumo sacerdote y su cuerpo de sacerdotes subalternos. Al principio cuando dió la ley al profeta Moisés en el monte Sinaí, Jehová Dios hizo mención de un lugar futuro de asilo, al decir: “Al que hiera a un hombre de modo que verdaderamente muera se le ha de dar muerte sin falta. Pero cuando uno no acecha y Dios permite que ocurra a mano de él, entonces debo arreglarte un lugar adonde pueda huir. Y en caso de que un hombre se acalore contra su semejante al grado de matarlo con astucia, has de llevarlo, aun de estar a mi altar, a morir.”—Éxo. 21:12-14, NM.
4. ¿Qué se quiere decir por llevarse a alguien culpable de asesinato hasta de estar al altar de Jehová?
4 Es posible que esta última declaración signifique que aun si un hombre es un sacerdote que sirve en el altar de Dios no se le ha de tratar como inculpable, sino que ha de ser llevado a la ejecución por un asesinato planeado con astucia. O si algún asesino intencional huyera al altar como asilo y se prendiera de uno de sus cuernos con la esperanza de ser protegido por lo sagrado del altar, ha de ser llevado y ajusticiado como merece. Dios no protege a los criminales intencionales ni por su ley ni por cosas santas de su organización. Un ejemplo de esto es el caso del general Joab. Durante el tiempo en que David era rey Joab fué culpable de derramar la sangre de hombres inocentes porque fué impulsado por venganza y envidia. A esto él agregó el crimen de prestar apoyo a un usurpador del trono de David en vez de a aquel que Dios había escogido para el trono, a saber, a Salomón, el hijo de David. Cuando el que intentó la usurpación todavía manifestó ambiciones de ocupar el trono y el rey Salomón hizo que lo mataran, el general Joab huyó y se prendió de los cuernos del altar y rehusó apartarse, diciendo: “¡No! Porque aquí es donde moriré.” De consiguiente el rey Salomón hizo que lo ejecutaran allí, diciendo: “Jehová ciertamente volverá su sangre sobre su propia cabeza, porque él cayó sobre dos hombres más justos y mejores que él y procedió a matarlos con la espada, cuando mi padre David mismo no había sabido de ello.” (1 Rey. 2:28-34, NM) Ningún asesino o persona que intencionalmente participa en derramar sangre puede esperar que el sacrificio del gran altar de Jehová, a saber, Jesucristo, expíe su crimen o tome parte en un crimen.
5. ¿Cuántas ciudades de refugio habían de ser designadas, y por qué no eran ciudades comunes?
5 En el año cuadragésimo de su viaje errante los israelitas llegaron a los llanos de desierto de Moab al este del río Jordán frente a la ciudad de Jericó. Entonces a Jehová Dios le fué grato mandar que ellos separaran seis ciudades de refugio, tres al lado oriental del río y tres al lado occidental. Estas no eran simplemente ciudades comunes, sino ciudades que pertenecían a los siervos especiales de Jehová asignados a su templo; una ciudad, Hebrón, era ciudad de sacerdotes y las cinco otras pertenecían a los levitas. En armonía con el hecho de que éstas servían como lugares de refugio donde al refugiado no lo podía tocar el verdugo, se les dió un estado sagrado. De modo que leemos de la asignación de las ciudades: “Dieron estado sagrado a Cades . . . y a Siquem . . . y a Kiryat-arba, es decir, Hebrón, . . . a Bezer . . . y a Ramot en Galaad . . . y a Golán.” (Jos. 20:7, 8, NM) Por lo tanto las ciudades de refugio tuvieron el reconocimiento especial de Dios, y era correcto el que se les respetara el poder que tenían de proveer refugio.
6. ¿Con el propósito de que se evitara qué cosa se establecieron las ciudades de refugio, y qué resultaría si los israelitas trataran de desviarse de esta ley o pasarla por alto?
6 Las ciudades de refugio tenían como propósito impedir el que la tierra fuera corrompida con sangre inocente, no la sangre de la persona a quien alguien matara sin intención, sino la sangre del que la matara sin intención que era inocente por no tener malas intenciones: “para que no se derrame sangre inocente en medio de tu tierra que Jehová tu Dios te está dando como herencia y no tenga que haber sobre ti ninguna culpa por derrame homicida de sangre.” (Deu. 19:10, NM) Además de eso, si los israelitas dejaran de cumplir la ley de las ciudades de refugio y trataran de echar a un lado o pasar por alto la ley, tal cosa resultaría en corromper la tierra con la sangre de la persona inocente, fuera que se le hubiera dado muerte intencionalmente o sin intención. “No deben corromper la tierra en que están, porque es la sangre lo que corrompe la tierra y para la tierra no puede haber expiación respecto a la sangre que se ha derramado en ella salvo por la sangre del que la derrame. Y no debes contaminar la tierra en que están morando, en medio de la cual yo estoy acampando en tiendas, porque yo Jehová estoy acampando en tiendas en medio de los hijos de Israel.”—Núm. 35:33, 34, NM.
7. Para vengar la sangre derramada, ¿a quién se hizo a la imagen de Dios, y adónde había de huir un homicida para escapar de este?
7 Jehová reconocía el derecho del pariente más cercano de la persona inocente que había sido muerta de matar al que le dió muerte cuando lo alcanzara. Jehová reconocía a este pariente más cercano como el vengador de la sangre y por lo tanto le asignó a él el derecho y poder de verdugo. De esa manera Dios hizo al vengador de la sangre “a la imagen de Dios,” porque Dios mismo tiene el derecho y poder de ajusticiar a los asesinos. (Gén. 9:6, NM) La ley de Dios decía: “El vengador de la sangre es el que dará muerte al asesino. Cuando suceda que se encuentre con él él mismo le dará muerte.” (Núm. 35:19, NM) Sin embargo, pudiera suceder que un hombre matara a otra persona o causara la muerte de otro accidentalmente, sin intención, sin premeditación maliciosa. Para proteger al hombre que se hallara en dichas circunstancias Dios proveyó las ciudades de refugio, para que se salvara la vida del hombre que había dado muerte a otro sin intención hasta que tuviera su juicio y probara que no había tenido ninguna intención de matar ni ningún odio asesino. (Jos. 20:9) Así que a la ciudad de refugio de su distrito podía huir el que había dado muerte a otro inocentemente. “Y deben escoger ciudades que les sean convenientes. De ciudades de refugio les servirán a ustedes, y debe huir allí el homicida que hiera fatalmente a un alma sin intención. Y las ciudades deben servirles como refugio del vengador de la sangre, para que el homicida no muera sino hasta que comparezca ante la asamblea para juicio. Y las ciudades que darán, las seis ciudades de refugio, estarán a disposición de ustedes.”—Núm. 35:11-13, NM.
8. ¿Qué arreglo de la cristiandad católica no fué tipificado por las ciudades de refugio, y por qué se abolió al fin ese arreglo?
8 El pacto de la ley que Jehová hizo con el Israel natural tenía ciudades de refugio literales. El nuevo pacto de Jehová con el Israel espiritual hace provisión para un refugio parecido. De modo que las ciudades de refugio israelitas representaron o prefiguraron algo bueno que había de venir, que tenía que ver con Cristo. (Col. 2:16, 17; Heb.10:1) ¿Qué fué lo que representaron o prefiguraron? No los edificios de iglesia y recintos católicos romanos donde solía proveerse asilo a los que violaban la ley. Cuando los que pretendían ser cristianos empezaron a adoptar las cosas del paganismo y darles una apariencia cristiana, la costumbre pagana de conceder el derecho de asilo en lugares santos fué trasladada a la cristiandad. Ya en el tiempo del emperador Constantino de Roma las iglesias católicas romanas fueron hechas asilos donde personas desafortunadas podían refugiarse cuando las perseguían oficiales de la ley o enemigos poderosos vengativos. En 681 el sínodo de Toledo ensanchó el derecho de asilo para que abarcara hasta treinta pasos desde cada iglesia. Desde ese tiempo el privilegio eclesiástico predominó en toda la cristiandad católica y continuó, por lo menos en Italia, durante todo el tiempo que el papa permaneció independiente y tuvo su propiedad. Pero esta arrogación eclesiástica tendía a trasladar poder del magistrado civil al sacerdocio y trabajaba contra la ley y la debida administración de la justicia. Ayudaba al culpable o a los aprobadores del culpable a abusar del privilegio. Dice la Encyclopedia Americana: “Fué los abusos que este sistema suscitó en el sentido de que tendía a vencer los fines de la justicia, lo que resultó en su abolición en todos los países cristianos.”—Tomo 24 bajo Sanctuary (Asilo).
9. ¿Desde cuándo tienen su cumplimiento antitípico las ciudades de refugio, y por qué hay ahora gran necesidad de un antitipo tal?
9 Las ciudades de refugio típicas tienen su cumplimiento antitípico desde que nació el reino de Dios en los cielos en 1914 (d. de J.C.), puesto que éste ha de efectuar la venganza de la sangre de todos los que han sido muertos injustamente. Se acerca el tiempo en que debe vengarse la sangre inocente y hace mucha falta la ciudad de refugio antitípica, puesto que desde 1918, cuando el Señor Jehová vino con su Ángel del pacto al templo espiritual, ha estado en progreso el tiempo de juicio para decidir en cuanto a la culpabilidad de la humanidad por derrame homicida de sangre.
10. ¿Qué constituye la antitípica ciudad de refugio hoy? ¿Con quiénes se encuentra, y para el beneficio de quiénes es?
10 ¿Qué cosa es la ciudad de refugio antitípica hoy día? Así como las ciudades de refugio típicas fueron ciudades de los siervos del templo, incluyendo al sumo sacerdote de Jehová, la ciudad antitípica tiene que ser la provisión que Jehová ha hecho para protegernos de la muerte por haber violado el pacto divino respecto a la santidad de la sangre por medio de venir nosotros y permanecer bajo los beneficios del servicio activo de Jesucristo, el Sumo Sacerdote de Jehová. Esa provisión de protección se hallará unida a la organización teocrática del pueblo de Jehová. Es únicamente para los que fueron prefigurados por el que mataba a otro accidentalmente o sin intención: “Cuando hiera a su semejante sin saberlo y no le tuviera odio anteriormente, . . . él mismo debería huir a una de estas ciudades y debe vivir. De otro modo, puede que el vengador de la sangre, porque le arda el corazón, persiga al homicida y ciertamente lo alcance, dado que el camino es grande, y puede que él en verdad hiera su alma fatalmente, cuando el caso es que no hay sentencia de muerte para él, porque no le tenía odio anteriormente.”—Deu. 19:4-6, NM.
CULPA COLECTIVA DE DERRAME HOMICIDA DE SANGRE
11. ¿Desde cuándo se ha derramado más sangre que nunca antes, y especialmente debido a qué gran punto en disputa?
11 Desde que el reino de Dios mediante Cristo nació en 1914 se ha derramado más sangre que en cualquier otro tiempo de la historia humana, no sólo en matanzas individuales, particulares y muertes que se han dado accidentalmente sino especialmente en destrozos colectivos, en las dos matanzas más grandes de toda la experiencia humana, las Guerras Mundiales núms. I y II. Ambas facciones de las desenfrenadas orgías de carnicería humana tratan de justificarse y tratan de lavarse las manos y dejarlas limpias de culpabilidad de derrame homicida de sangre en el agua de diferentes argumentos con que buscan disculparse. Pero sabemos que ambas facciones participaron en la matanza en masa por el punto en disputa de la dominación del mundo, aunque el pueblo de Jehová les informó antes de 1914 y más especialmente desde 1914 respecto al fin en ese año del “tiempo señalado de las naciones” y el establecimiento del reino de Dios a ese tiempo. Estas guerras se pelearon con un esfuerzo bélico total, porque para que se consiguiera la victoria en la prosecución de ellas se movilizó a toda la nación y a todos los ciudadanos se les hizo contribuir su parte al esfuerzo nacional; y los centros poblados no militares detrás de las líneas llegaron a ser puntos de bombardeo estratégico.
12. De modo que, ¿qué textos bíblicos deben recordar las organizaciones mundanas que tratan de justificarse a sí mismas, y por qué no está limpia en este respecto la religión?
12 Por eso que las naciones y las organizaciones mundanas que no tienen ningún sentido de culpa ante Dios recuerden las palabras de Pablo: “Yo no estoy consciente de cosa alguna en mi contra. Sin embargo por esto no quedo vindicado, sino que el que me examina es Jehová.” (1 Cor. 4:4, NM) También el proverbio: “Todos los caminos del hombre son rectos en su propio concepto; pero Jehová pesa los corazones.” (Pro. 21:2) También las palabras apostólicas: “Porque no el que se recomienda a sí mismo es aprobado, sino el hombre a quien Jehová recomienda.” (2 Cor. 10:18, NM) A los ojos de Dios, el Dador y Sostenedor de la vida, yace sobre la humanidad una culpabilidad de derrame homicida de sangre que abarca a todos, tanto a los que derramaron la sangre directamente como a los que prestaron su apoyo moral o materialmente. En este respecto las faldas de la religión no están limpias, puesto que en estas matanzas los líderes religiosos de todas las naciones que participaron en las guerras, aun el clero de la cristiandad, han orado a sus dioses religiosos pidiendo la bendición del cielo para sus propios ejércitos militares. Por eso aplican a la cristiandad las palabras proféticas que se dirigieron a la Jerusalén infiel: “También en tus faldas ha sido hallada la sangre de la vida de los inocentes pobres.”—Jer. 2:34.
13. ¿Qué ilustración típica dió Jehová de que él coloca una responsabilidad de copartícipes sobre la gente en cuanto a la sangre derramada?
13 Nos es preciso recordar que el Dios de justicia impone sobre la gente una responsabilidad de copartícipes respecto al derramamiento de sangre. Este punto él lo hizo muy definido y claro en su ley a Israel respecto a una persona que fuera muerta y cuyo asesino nunca fuera descubierto: “En caso de que se hallara a alguien muerto en el suelo que Jehová tu Dios te está dando para que tomes posesión de él, caído en el campo, y no se haya llegado a saber quién le hirió fatalmente, entonces tus hombres de mayor edad y tus jueces deben salir y medir hasta las ciudades que están todo alrededor del muerto, y debe resultar ser la ciudad más cercana al muerto.” Al absolverse de culpa los hombres más ancianos de la ciudad aparentemente culpable tenían que sacar una vaca joven con la cual no se hubiera trabajado y quebrarle la cerviz en un valle de torrente donde no se hubiera sembrado, y tenían que hacerlo ante los sacerdotes levitas, “porque ellos son los que Jehová tu Dios ha escogido para que le ministren a él y para bendecir en el nombre de Jehová y de cuya boca debería ponerse fin a toda disputa sobre todo acto violento.” Los hombres de mayor edad de esa ciudad entonces se lavaban las manos sobre la vaca de la cerviz quebrada y tenían que decir: “Nuestras manos no derramaron esta sangre, ni la vieron ser derramada nuestros ojos. No lo cargues en la cuenta de tu pueblo Israel a quien redimiste, oh Jehová, y no pongas la culpa de sangre inocente en medio de tu pueblo Israel.” Únicamente entonces, decía la ley de Dios, “no debe cargarse en su cuenta la culpa de derrame homicida de sangre. Y tú—tú quitarás la culpa de sangre inocente de en medio de ti, porque harás lo que es correcto a los ojos de Jehová.”—Deu. 21:1-9, NM.
14. Así que, ¿cómo participan hoy todas las gentes en una comunidad de responsabilidad por la sangre que ha empapado la tierra?
14 Así que todos los pueblos, especialmente en estos días de guerra total, de movilización nacional, y de amistades, tratados y tráfico internacionales, participan en una comunidad de responsabilidad por la sangre que ha empapado la tierra, toda la cual se ha derramado porque las naciones han rehusado reconocer la soberanía universal de Jehová e inclinarse pacíficamente ante Jesucristo, el Rey entronizado de Jehová, buscando su favor.
15. ¿Quiénes hoy son como el homicida de Israel que mató sin saberlo o sin odio anterior, y cómo es eso?
15 ¿Quién está libre de culpa por derrame homicida de sangre hoy día, ya sea directamente o por asociación, ya sea en tiempos de guerra o en tiempos de paz? Puede que algunos hayan matado a alguien por descuido al conducir un automóvil o por algún otro accidente o intencionalmente. Después se han arrepentido y, aunque tal vez la ley haya impuesto sobre los culpables un castigo que tiene que pagarse para que “devuelvan, por lo tanto, las cosas de César a César,” sin embargo han rogado por la misericordia de Dios el Dador de vida. Tal vez otros hayan participado en matanzas colectivas, creyendo concienzudamente que éste era su deber, o lo hayan hecho al ser persuadidos por los líderes y maestros religiosos de que era la voluntad de Dios y que el hacerlo era rendirle servicio sagrado a Dios. Desde entonces han confesado que cometieron un error y ven cuánta falta les hace la misericordia divina. Otros han sido incitados por los siseos serpentinos venenosos del clero de la cristiandad u otros líderes religiosos a tomar parte en la persecución de los testigos de Jehová, persecución que ha resultado en la muerte de miles de ellos por causa de su integridad a Dios. Ahora se dan cuenta de los errores que les enseñaron y cómo los desviaron y cuánta falta les hace la misericordia de Dios, lo mismo que sucedió con Saulo de Tarso. Probablemente todos estamos conscientes de alguna responsabilidad de comunidad por la pérdida violenta de vidas humanas. Creemos que, si hubiéramos estado más bien enterados y hubiéramos recibido instrucción mejor, no lo habríamos hecho o tenido parte alguna relacionada con ello. Todo fué accidental o sin intención debido a nuestra falta de conocimiento y entendimiento de la ley y voluntad de Dios. Todos los que se hallan en circunstancias como ésas son semejantes a la persona en el Israel antiguo “que mata a su semejante sin saberlo, cuando no le tenía odio anteriormente.”
16. (a) ¿Qué representa el huir a una ciudad de refugio? (b) ¿Para qué nacionalidades eran las ciudades de refugio de Israel?
16 El huir a una ciudad de refugio representa que vamos lo más pronto posible, sea que nos hayamos dedicado a Dios o no, y le confesamos nuestro pecado de culpabilidad por derrame homicida de sangre y le rogamos que tenga misericordia de nosotros por medio de su gran Sumo Sacerdote Jesucristo, quien proveyó el sacrificio de rescate para toda la humanidad. Desde entonces en adelante nos esforzamos por probarle a Dios que nuestro arrepentimiento es genuino apegándonos estrechamente a nuestro refugio dentro de su provisión y organización teocrática. Nos es preciso tener presente para quiénes eran las antiguas ciudades de refugio, para poder apreciar quiénes pueden sacar provecho de su antitipo hoy día. La ley de Jehová decía: “Como ciudades de refugio servirán. Para los hijos de Israel y para el residente temporario y para el poblador en medio de ellos estas seis ciudades servirán como refugio, para que huya allí cualquiera que hiera fatalmente a un alma sin intención.” “Estas llegaron a ser las ciudades designadas para todos los hijos de Israel y para el residente temporario que reside por un tiempo en medio de ellos, para que huya allá cualquiera que hiera fatalmente a un alma sin intención, para que no muera por la mano del vengador de la sangre hasta su comparecencia ante la asamblea.”—Núm. 35:14, 15 y Jos. 20:9, NM.
17. ¿Quiénes, entonces, fueron los primeros que se aprovecharon de la protección divina para los homicidas no intencionales, y por qué fué eso así?
17 Así que los miembros del cuerpo espiritual de Cristo, la congregación de cristianos ungidos, necesitan esta provisión, también, puesto que ellos son los “hijos de Israel” antitípicos; son miembros del Israel espiritual. Los miembros originales de este resto pasaron a través de los años de la I Guerra Mundial, durante los cuales entraron en cautiverio al mundo babilónico porque se dejaron llevar por el temor a los hombres que estaban en puestos encumbrados y su manera de proceder no estuvo del todo limpia y separada de este mundo, no estuvo enteramente neutral en cuanto a los combates mortales de este mundo. Cuánta culpabilidad por derrame homicida de sangre juzgó Jehová en su templo que estaba sobre ellos, no sabemos definitivamente. Pero después que él los libró de su cautiverio a Babilonia en 1919 ellos se arrepintieron de cualquier medida de pecado que en respecto alguno pudieran tener, confesaron su culpa y se esforzaron por limpiar la adoración que le rendían a él bajo su guía por Cristo. Además, desde entonces, y especialmente hasta 1931, miles de personas que definitivamente estaban manchadas con la culpabilidad por derrame homicida de sangre oyeron el mensaje del Reino y del Armagedón que venía y empezaron a huir a la ciudad de refugio antitípica. Se arrepintieron y se volvieron a Dios en busca de misericordia. Con fe en su Sumo Sacerdote Jesucristo se dieron a Dios en una dedicación cabal a él para hacer su voluntad desde entonces y para siempre y para quedarse estrictamente dentro de sus provisiones misericordiosas para ser protegidas de la ejecución que habrá en el Armagedón de todos los culpables de derrame homicida de sangre. En este tiempo de ‘acortar los días de la tribulación por causa de los escogidos’ los israelitas espirituales fueron los primeros que se valieron de esta protección divina para el que hubiera matado a alguien sin intención.
18. ¿Para quiénes más es la ciudad de refugio antitípica, según predijo el tipo, y qué prueba esto en cuanto al tiempo del cumplimiento del tipo?
18 Pero las antiguas ciudades de refugio también eran “para el residente temporario y para el poblador” de Israel. Puesto que éstos no eran israelitas, representan a los que no son del Israel espiritual, los que no son del resto espiritual hoy día, pero que se vuelven al Dios del Israel espiritual y quieren valerse de sus arreglos misericordiosos por medio de su Sumo Sacerdote. Se les han abierto los ojos de modo que vean la culpabilidad que tiene todo el mundo por derrame homicida de sangre y no quieren tener más parte en ella ni en pagar la pena por ella con este mundo en el Armagedón. De modo que ellos, también, están huyendo de la ejecución inminente y están entrando en la ciudad de refugio antitípica bajo el Sumo Sacerdote Jesucristo. Al huir a ésta muestran que su arrepentimiento es sincero y que se fían de la misericordia de Dios, de que Él les salvará la vida mediante Cristo. ¿Cómo? Dedicándose a Dios para estar sujetos a la voluntad divina desde ahora en adelante hasta la eternidad. Por eso hoy día, para ser protegidos de la muerte que les vendrá a los que son culpables de derrame homicida de sangre, se hallan centenares de miles de refugiados de la clase del “residente temporario” y el “poblador” dentro de la provisión de Jehová en compañía con los miembros del resto, dentro de la sociedad del Nuevo Mundo. Ahora es el tiempo, desde 1931, para que estas “otras ovejas” del Señor Jesús sean recogidas a su redil, para formar “un solo rebaño” junto con el resto del Israel espiritual. Este hecho hace más definitiva la prueba de que ahora, desde 1914, es el tiempo de la aplicación de este cuadro profético de las ciudades de refugio.