La Biblia o la tradición—¿cuál es la guía del hombre?
Hace mucho un hombre de entendimiento dijo que cuando no hay visión la gente perece. Para evitar las cosas deplorables que resultan del carecer de visión espiritual el hombre necesita una guía segura. Este artículo le ayudará a usted a escoger la guía correcta—la guía de la cual depende su vida.
“LÁMPARA es a mis pies tu palabra, y luz a mi camino.” Esas palabras se hallan en la Biblia, Libro que no sólo contiene la Palabra de Dios, sino que es la Palabra de Dios. Esa Palabra es una lámpara inspirada. Ilumina nuestros caminos.—Sal. 119:105.
Pero algunos dicen que la tradición es una lámpara que provee igual luz, si no mayor luz, que la Palabra escrita de Dios. Esto es especialmente cierto respecto a la Iglesia católica romana. Las tradiciones de la Iglesia católica romana se colocan a la par con la Palabra escrita de Dios y, en la práctica real, por sobre ella, porque el monte de tradiciones de la Iglesia casi ha extinguido para su rebaño la lámpara inspirada de la Biblia.
“¡No—La Biblia NO es nuestra única guía!” “¡Los cristianos primitivos nunca vieron la Biblia!” Estos son títulos de anuncios patrocinados por la organización de los Caballeros de Colón que recientemente han aparecido en varias revistas y periódicos. Estos anuncios, diseñados para persuadir a la gente a aceptar la tradición, dicen:
“El Salvador no nos mandó que leyéramos cosa alguna, pero sí nos mandó que oyéramos a su iglesia.” “No estamos de acuerdo con la teoría moderna de que la Biblia es la única fuente de verdad religiosa.” “La Biblia no es—ni se propuso que fuera—la única fuente de enseñanza y creencia cristianas.” “Los cristianos de los primeros siglos nunca vieron la Biblia completa. Pasaron 400 años después de la muerte de Cristo antes que los libros de la Biblia fueran compilados en su forma presente. Y pasaron 1,400 años antes de que se inventara la imprenta y se hiciera posible la distribución en masa de las Escrituras. Si Cristo hubiera intentado que la Biblia fuera la única guía a Su enseñanza, ¿habría permitido él esta demora?”
¿Prueban estas declaraciones de los Caballeros de Colón que la Biblia no es la única guía para el hombre y que la tradición es una lámpara necesaria?
“ESCUDRIÑAD LAS ESCRITURAS”
¿Cuál fué la actitud de Jesús hacia la Palabra escrita, las santas Escrituras? Según el anuncio de los Caballeros de Colón parecería que Jesús nunca habló a nadie acerca de la importancia del estudio de las Escrituras. Sin embargo, según la Biblia católica de Nácar-Colunga, Jesús les dijo a los judíos en Jerusalén: “Escudriñad las Escrituras, ya que en ellas creéis tener la vida eterna, pues ellas dan testimonio de mí.” (Juan 5:39, NC) “Escudriñad las Escrituras,” dijo Jesús.
Aunque Jesús les dijo a los judíos que escudriñaran las Escrituras, los judíos emplearon su tiempo siguiendo la tradición. Para el tiempo de Jesús los judíos habían acumulado una cantidad grande de tradiciones. Cuando tenía que decidirse algún asunto, ¿recurría Jesús a esas tradiciones? ¡Jamás! Jesús siempre recurrió a la Palabra escrita de Dios como final y autoritativa. En el día de Jesús la Biblia completa constaba de las Escrituras Hebreas inspiradas, desde el primer libro de Moisés hasta la profecía de Malaquías. Jesús hizo de éstas una luz a su camino. Cuando surgió la pregunta: “¿Es lícito que un hombre se divorcie de su esposa por motivo cualquiera?” Jesús recurrió al capítulo dos de Génesis como respuesta final sobre el asunto. Cuando el Diablo trató de quebrantar la integridad de Jesús por medio de ofertas tentadoras, Jesús rechazó al tentador citando la Palabra escrita, diciendo tres veces: “Está escrito.”—Mat. 19:3-8; 4:1-10, NM.
¿A qué se deben los errores, equivocaciones y desavenencias? A que no se haya hecho como Jesús hizo, a no escudriñar las Escrituras. A un grupo de líderes religiosos seguidores de tradiciones el Hijo de Dios dijo: “¿Nunca han leído ustedes esta escritura?” Cierto grupo de líderes religiosos estaba todo confuso respecto a la doctrina de la resurrección. ¿Por qué estaban ellos completamente errados y enseñándoles el error a sus seguidores? Jesús les dijo a los clérigos: “Ustedes están equivocados, porque no conocen ni las Escrituras ni el poder de Dios. Respecto a la resurrección de los muertos, ¿no han leído lo que Dios les habló a ustedes?” De esta manera Jesús recalcó la importancia vital de leer y seguir las Escrituras.—Mar. 12:10; Mat. 22:29, 31, NM.
NINGUNA TEORÍA MODERNA
Cuando el Hijo de Dios no hizo caso de la tradición, de hecho, cuando la condenó, e hizo de la Palabra escrita su única guía, él les puso el ejemplo a todos los cristianos. Dijo el apóstol Pedro: “Cristo sufrió por ustedes, dejándoles un modelo para que siguieran cuidadosamente sus pisadas.” (1 Ped. 2:21, NM) Para que un cristiano siga “cuidadosamente sus pisadas,” tiene que hacer de la Biblia su única guía. Cuando los Caballeros de Colón dicen que este punto de vista respecto a la Biblia es una “teoría moderna,” de nuevo se equivocan. No es “moderno,” en el sentido de ser un punto de vista reciente, ni es una “teoría.” Es la enseñanza de Cristo.
Después de su resurrección Jesús siguió mostrándose opuesto a la tradición. Acerca de un aparecimiento de Jesús después de su resurrección, la Biblia dice: “Y comenzando desde Moisés y todos los Profetas él les interpretó cosas tocantes a él mismo en todas las Escrituras.” Sí, Jesús acudió a “todas las Escrituras,” nunca a la tradición. A un grupo de sus discípulos el Jesús resucitado dijo: “‘Estas son mis palabras que yo les hablé cuando todavía estaba con ustedes, que todas las cosas escritas en la Ley de Moisés y en los Profetas y en los Salmos acerca de mí tienen que cumplirse.’ Luego cabalmente les abrió la mente para que pudieran entender el significado de las Escrituras.”—Luc. 24:27, 44, 45, NM.
El hecho de que los cristianos tienen que dirigirse a la Biblia para recibir dirección y no a la tradición, Jesús también lo mostró después que ascendió al cielo. Al debido tiempo Dios le dió a Jesús la Revelación o Apocalipsis. Cristo, por medio de su ángel, le dió la Revelación a su apóstol Juan. Advirtiendo contra el añadir cosa alguna a la Palabra escrita de Dios, Jesús dijo: “Estoy dando testimonio a todo el que escucha las palabras de la profecía de este rollo: Si alguien hace una añadidura a estas cosas, Dios le añadirá a él las plagas que están escritas en este rollo.” El seguir la tradición, tradición que a menudo choca con las Escrituras, es añadir a la Palabra escrita.—Apo. 22:18, NM.
Los apóstoles de Cristo nunca siguieron la tradición; se guiaron por la Palabra escrita. Tome, por ejemplo, a Pedro. En el templo de Jerusalén Pedro citó de los escritos de Moisés y se refirió a los profetas “desde Samuel en adelante y los que siguieron en sucesión.” (Hech. 3:22-25, NM) Nunca dijo Pedro que la tradición era la lámpara para guiar nuestros caminos. Fué acerca de la Palabra escrita que Pedro dijo: “Tenemos la palabra profética hecha más firme, y hacen bien en prestarle atención como a una lámpara que resplandece en un lugar oscuro.” (2 Ped. 1:19, NM) La Biblia es esta lámpara, no lo es la tradición.
ANTIGUOS CRISTIANOS TENÍAN LA BIBLIA COMPLETA
Según los anuncios de los Caballeros de Colón los antiguos cristianos no tenían la Biblia completa. Usan esto como argumento para defender el uso que hace de la tradición la Iglesia católica. No obstante, lo que los antiguos cristianos tenían de la Palabra escrita de Dios era completo—en el sentido de que tenían todo lo que era necesario para la salvación. Timoteo había leído la Biblia, las Escrituras Hebreas, desde su juventud. Aunque él no tenía todos los libros de la Biblia que nosotros tenemos hoy, tenía todos los que precisaba para recibir la aprobación de Dios. Le escribió a Timoteo el apóstol Pablo: “Desde la infancia has conocido las santas escrituras que te pueden hacer sabio para la salvación por medio de la fe en conexión con Cristo Jesús.”—2 Tim. 3:15, NM.
Cuando los Caballeros de Colón dicen que los cristianos antiguos “nunca vieron la Biblia completa,” usan razonamiento especioso. Suena lógico. Pero, realmente, ¿qué es completo? Para los antiguos cristianos todos los escritos que se habían terminado para cualquier tiempo específico constituían la Biblia completa. Aunque el canon de la Biblia siguió creciendo hasta que el apóstol Juan terminó sus escritos alrededor de 98 d. de J.C., sin embargo, todo cuanto se había escrito bajo el espíritu de Dios hasta cualquier tiempo en particular era todo lo que se necesitaba.
¿Qué hay de la declaración de los Caballeros de Colón de que pasaron 400 años después de la muerte de Cristo antes que los libros de la Biblia fueran compilados en su forma presente? Otra vez están equivocados. Para 98 d. de J.C. quedó completa la escritura del tal llamado “Nuevo Testamento” o las Escrituras Griegas. Estos libros fueron compilados en el segundo siglo—mucho antes del desarrollo de la Iglesia católica romana, la cual data desde el tiempo de la promoción de la religión fusionada por el emperador romano Constantino en el siglo cuarto. Dice The Encyclopædia Britannica: “Es seguro que para el fin del segundo siglo una colección de documentos apostólicos se reconoce generalmente como Escritura auténtica.”
Dicen los Caballeros de Colón: “Pasaron 1,400 años antes que se inventara la imprenta y se hiciera posible la distribución en masa de las Escrituras.” De nuevo el esfuerzo que hacen por apocar la importancia de las Escrituras como lámpara es engañoso. Porque, ¿qué más da que los cristianos hayan tenido Biblias impresas o copias manuscritas? Ambas son la Palabra escrita de Dios. Los antiguos cristianos fueron editores de la Biblia. Hacían copias a mano.
LA PALABRA ESCRITA NOS EQUIPA COMPLETAMENTE
Mientras más escudriñamos las Escrituras más claro se hace el hecho de que la Palabra escrita de Dios equipa completamente al cristiano. Es verdad, los Caballeros de Colón, en sus anuncios, citan con gran frecuencia la conclusión del evangelio de Juan. Pero ¿apoya este texto la opinión de que hay que tener la tradición antibíblica? Veamos.
Juan dijo en su conclusión: “Hay, de hecho, muchas otras cosas también que Jesús hizo, las cuales, si se escribieran alguna vez en todo detalle, supongo que el mundo mismo no podría contener los rollos que se habrían de escribir.”—Juan 21:25, NM.
Las palabras del apóstol ciertamente no quieren decir que Jesús autorizó una colección de tradiciones cristianas no escritas. No, lo que Juan quiso decir es esto: que había muchas otras cosas que hizo Jesús y muchas otras palabras que él pronunció que nunca se pondrían en forma escrita. Hay por lo menos dos razones obvias para esto: (1) No sería práctico debido a la cantidad escribir cada palabra que Jesús habló y (2) esto no sería necesario. Así como Juan explicó: “En realidad, Jesús ejecutó muchas otras señales también delante de los discípulos las cuales no están escritas en este rollo. Pero éstas han sido escritas para que ustedes crean que Jesús es el Cristo el Hijo de Dios, y que, a causa de creer, tengan vida por medio de su nombre.”—Juan 20:30, 31, NM.
¡Qué claro está, entonces! Las cosas que es vital que sepamos están escritas. Las cosas que necesitamos saber, todas las cosas que necesitamos saber para que podamos creer “que Jesús es el Cristo” y para que consigamos vida eterna por medio de su nombre—“éstas han sido escritas.”
De hecho, se nos amonesta que estemos alerta contra las tradiciones antibíblicas. Dijo el apóstol Pablo: “Cuídense: quizás haya alguien que se los lleve como su presa por medio de la filosofía y el engaño vacío según la tradición de los hombres.”—Col. 2:8, NM.
Cristo Jesús estaba tan cabalmente opuesto a la tradición antibíblica que él jamás dejaría que sus enseñanzas se transmitieran en forma no escrita. Jesús preguntó a los líderes religiosos de su día: “¿Por qué es que ustedes también traspasan el mandamiento de Dios a causa de su tradición?” Luego Jesús explicó el efecto de esta tradición: “Han hecho la palabra de Dios inválida a causa de su tradición.” (Mat. 15:1-6, NM) Puesto que Jesús amonestó en contra de la tradición antibíblica, él ciertamente no usaría un método de esa clase para transmitir verdades vitales.
Deje usted que la Palabra escrita de Dios sea una lámpara para sus pies y una luz a su camino. Ella hará el trabajo completamente, sin que haga falta la tradición antibíblica: “Toda Escritura es inspirada por Dios y es benéfica para enseñar, para reprender, para rectificar las cosas, para disciplinar en justicia, para que el hombre de Dios sea enteramente competente, completamente equipado para toda buena obra.”—2 Tim. 3:16, 17, NM.