Preguntas de los lectores
● Si una soltera embarazada que ha hecho arreglos para que el bebé sea adoptado llega a conocer la verdad antes que nazca el bebé, ¿debe ella sentirse obligada a quedarse con el bebé para enseñarle la verdad de la Palabra de Dios?
Tal vez arguya alguien que al ser adoptado el bebé tendrá más de las cosas materiales y no tendrá que soportar el estigma que la ilegitimidad conlleva. Pero las provisiones espirituales son más vitales que las cosas materiales, y si es necesario, el estigma social puede evitarse por medio de cambiarse la madre a otro lugar.
Jehová manda a los padres: “Estas palabras que yo te estoy mandando hoy tienen que resultar estar en tu corazón, y tienes que inculcarlas en tu hijo y hablar de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino y cuando te acuestes y cuando te levantes.” ¿Cómo podría una madre hacer esto si ella regala su bebé? ¿Cómo podría darle el principio correcto en la vida: “Críese al niño en el camino en que debe andar, y cuando fuere viejo no se apartará de él”?—Deu. 6:6, 7, NM; Pro. 22:6.
Por el momento quizás parezca prudente descargarse del problema por medio de hacer que se adopte al bebé, pero esto sería violar los instintos maternales y con el transcurso del tiempo puede que haya remordimiento amargo debido a este proceder. Sería contrario al cariño natural, a pesar de que se nos dice que en estos últimos días de tiempos críticos y difíciles habría muchas personas que no tendrían “cariño natural.” Parece que sería mejor seguir los principios del cariño maternal y amor a los hijos y de mantener limpia la conciencia. Aun parece que sería una violación de los principios de la fe cristiana el dejar de cuidar al niño a quien uno ha dado existencia. Pablo escribió: “Ciertamente si alguno no provee para los que son suyos, y especialmente para los que son miembros de su casa, ha repudiado la fe y es peor que una persona sin fe.”—2 Tim. 3:3; 1 Tim. 5:8, NM.
De manera que parecería más valiente y más cristiano soportar la carga de quedarse con el bebé y criarlo, arrostrando cualesquier consecuencias que pudieran seguir, tales como pérdida de reputación. Esto es especialmente cierto ahora que la madre ha llegado a conocer la verdad y puede enseñar la verdad a su prole y tal vez hacer que sea posible que ésta viva para siempre en un nuevo mundo de justicia. La persona que se halla en esta situación difícil tendrá que hacer su propia decisión en cuanto al proceder que va a seguir.
● ¿Es el “calor con la sombra de una nube” (Isa. 25:5) una referencia al calor y nube destructivos que acompañan la explosión de una bomba atómica?—M. E., Estados Unidos.
La contestación a esta pregunta es definitivamente: ¡No! Al tratar de aplicar de esta manera esta expresión bíblica según se halla en la Versión Moderna uno está sacándola de su contexto. Note lo que dice todo el texto de Isaías 25:5: “¡Como el calor en lugar de sequía se mitiga, así abates [tú, Jehová] la algazara de los extraños; como se reduce el calor con la sombra de una nube; así se humilla la canción triunfal de los tiranos!” ¿Qué hace aquí la profecía de Isaías? No llama atención al calor que se halla bajo la nube de forma de hongo de la explosión atómica, sino que muestra cómo Jehová Dios en este “tiempo del fin” reduciría por medio de la nube de su presencia y protección el calor de las pruebas y persecución que les vendrían a sus testigos. En un día de calor una nube da alivio bienvenido por medio de su sombra; baja o reduce el calor. Jehová Dios hace lo mismo por medio de su “nube.”
Aquí es apropiado citar de La Atalaya del 1 de marzo de 1944, la cual comenta sobre Isaías 25:5:
“Mediante la nube de su presencia con ellos, trayendo aprobación divina y bendiciones por su fidelidad bajo premura, los protegió e hizo posible que aguantaran el calor de la ferocidad religiosa. El Hijo de Dios [Jesucristo] en el templo está con ellos en el horno de fuego. (Dan. 3:19-25) Su entendimiento de que el punto en cuestión primario de la dominación universal de Dios está ligado con la retención de su integridad hacia él los capacita para estar inmovibles contra la tempestad de la conspiración religiosa, política, judicial y comercial que los azota sin cesar. La demostración ruidosa con que los tiranos babilónicos emprenden su campaña de guerra contra la obra de los testigos de Jehová se reduce a un murmullo de desilusión amarga al fracasar su lucha contra Dios. Bien dijo la profecía [Isaías 25:5]: ‘Se humilla la canción triunfal de los tiranos’; o, traducida mejor: ‘la canción de los tiranos se abate’ (Roth. [en inglés]); ‘el cantar de los terribles es humillado.’—Young (en inglés).”