“Testigos flamantes”
“Frecuentemente me ha asombrado el movimiento rápido de los escritos del Nuevo Testamento,” dijo en una ocasión el clérigo estadounidense Elmer G. Homrighausen. “Evidentemente a los escritores no les interesaba escribir libros de los que más se venden. No les pagaba algún director según el número de líneas. No les interesaba el estilo literario. Son pocos los adjetivos que hay en toda la Biblia. Está llena de substantivos y verbos, y por eso se mueve tan rápidamente y es tan excitante. Estos hombres no escribieron para hacerse ricos ni para cobrarse fama o popularidad. Eran testigos flamantes.”