‘El extrañarse de Dios’
La siguiente declaración concerniente a las iglesias de la cristiandad se hizo en la asamblea que el Concilio de Iglesias Mundial celebró en Ámsterdam, y se publicó en el libro Treasury of the Christian Faith: “En nuestras iglesias divididas, hay mucho que confesamos con penitencia ante el Señor . . . , porque es en el extrañarnos de él que tiene su origen todo nuestro pecado. A esto se debe el que los males del mundo hayan penetrado tan profundamente en nuestras iglesias, de modo que entre nosotros también hay normas de éxito mundanas, división de clases, rivalidad económica, una mente seglar. Aun donde no hay diferencias de teología, idioma o liturgia, existen iglesias segregadas según raza y color. . . . Estamos en peligro de ser sal que ha perdido su sabor y que no sirve para nada.”
Un escritor de la Biblia, Santiago, comenta que la mundanalidad resulta en un extrañamiento de Dios: “¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Cualquiera, pues, que desea ser un amigo del mundo se está constituyendo un enemigo de Dios.”—Sant. 4:4.