“Hágase tu voluntad en la tierra” (Parte 39 de la serie)
Ahora llegamos al capítulo décimoquinto y último del libro “Hágase tu voluntad en la tierra,” que hemos estado publicando en forma de serie en esta revista desde nuestro número del 1 de enero de 1959. Se ha dado consideración a la pregunta: ¿La voluntad quién se hará por fin en nuestro globo terráqueo? Por medio de la profecía que Daniel registró hemos repasado la marcha de las siete potencias mundiales a las que se da atención en la historia y profecías de la Biblia, y hemos seguido la lucha que ha durado milenios entre el rey del Norte y el rey del Sur. Hemos visto como ésta ha culminado en la “guerra fría” de hoy día entre el bloque comunista de naciones y el bloque democrático de naciones. Una pregunta vital ahora nos confronta a cada uno de nosotros.
CAPÍTULO 15
¿LA VOLUNTAD DE QUIÉN FAVORECE USTED?
1. En la selección entre voluntades que Oriente y Occidente están tratando de imponer a todo hombre, ¿por qué los que aman la Biblia y están informados no sienten ninguna incertidumbre en cuanto a si deben escoger entre los dos?
TODA persona de disposición práctica y corazón recto desea ponerse de parte de la voluntad que de seguro saldrá triunfante. Hoy los gobernantes y partidos políticos están luchando cruelmente por imponer su voluntad a los pueblos o por hacer que la voluntad de ellos sea la voluntad suprema sobre la tierra. ¿Cuál voluntad o propósito saldrá triunfante al fin? ¿Cuál voluntad debería escoger uno? En el asunto de escoger, parece que el hombre está prendido entre las quijadas de un movimiento en forma de pinzas, el Norte comunista y el Sur democrático teniéndolo cercado. Mientras cada lado lucha por hacer prevalecer su voluntad, personas que carecen de la información debida se preguntan qué parte de algún modo saldrá triunfante. Las personas que aman la Biblia y que están informadas en cuanto a las profecías de Jehová Dios saben que ni una parte ni la otra saldrá triunfante. El comunismo no enterrará la democracia occidental. La democracia occidental no desarraigará el comunismo. Ambas partes fracasarán. ¿Por qué, entonces, favorecer una parte o la otra?
2. ¿El favorecer la voluntad del uno o del otro quiere decir favorecer a quién, y por medio de qué está desviando a toda la tierra habitada éste a quien se favorece?
2 El favorecer al uno o al otro de ellos es favorecer a su gobernante invisible, el dios de este mundo, del cual ellos son una parte. La Biblia habla claramente respecto a este gobernante. Dice que Satanás el Diablo es el ‘dios de este presente sistema de cosas.’ (2 Cor. 4:4) Es la voluntad de él la que se está imponiendo en la mente de todos los que se conforman a este mundo, este sistema de cosas, el sistema de Satanás. Ora que sean del bloque oriental, del bloque occidental o del bloque neutral, todas las naciones están siendo juntadas por los demonios de Satanás para la “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso.” (Apo. 16:14, 16) Todas están siendo juntadas a un lado general, para una guerra universal. Por medio de las ideologías políticas de todas las partes en conflicto la “serpiente original, aquel que es llamado Diablo y Satanás, . . . está desviando a toda la tierra habitada.” (Apo. 12:9) Es más claro que nunca que “el mundo entero está yaciendo en el poder del inicuo.” (1 Juan 5:19) No se puede negar a la Palabra de Dios en lo que concierne a estas observaciones.
3, 4. (a) ¿Entre las voluntades de quiénes tiene que hacerse la decisión final y de toda importancia, y en qué le resultará a uno el trabajar junto con el Diablo? (b) ¿En qué nos resultará el que nos conformemos a este mundo, y qué nos aconseja a hacer Romanos 12:2?
3 No podemos ocultarnos del hecho. No podemos escabullirnos del hecho. La decisión que todos tenemos que hacer no es entre las voluntades de los hombres en conflicto, puesto que todos los hombres están sujetos a la voluntad sobrehumana del opositor de Jehová Dios. La decisión final, la de toda importancia, es entre la voluntad de Satanás el Diablo y la voluntad de Jehová Dios. Nos hallamos obligados a favorecer la voluntad de Satanás o la de Dios. Deberíamos preguntarnos: ¿Deseamos estar trabajando junto con Satanás el dios de este mundo? Podemos ser trabajadores junto con Jehová el Dios del justo nuevo mundo, como lo fue el apóstol Pablo, quien dijo: “Trabajando junto con él, nosotros también les suplicamos que no acepten la bondad inmerecida de Dios y pasen por alto su propósito.” (2 Cor. 6:1) El que uno trabaje junto con Satanás el Diablo resultará en que sea destruído con él cuando la voluntad de Jehová triunfe.
4 El mundo de Satanás está acercándose al término de su “tiempo del fin.” Está yéndose. Esto es cierto de acuerdo con la evidencia abrumadora al alcance. ¿Por qué conformarnos insensatamente a este mundo o a cualquier parte de él y por eso sufrir desilusión con él y tener que irnos con él para siempre? El consejo de la Palabra del Dios victorioso dice: “Dejen de amoldarse a este sistema de cosas, mas transfórmense rehaciendo su mente, para que prueben para ustedes mismos la buena y la aceptable y la completa voluntad de Dios.”—Rom. 12:2.
5. Cuando repetimos la oración modelo del Señor pidiendo que venga el reino de Dios, ¿qué es lo que pedimos, y si esto es nuestra propia voluntad, entonces qué pasos debemos dar concerniente a Dios?
5 ¿Ponemos en nuestros labios el padrenuestro que puso de modelo el Señor y decimos: “Nuestro Padre en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Cúmplase tu voluntad, como en el cielo, también sobre la tierra”? Si en efecto repetimos esta oración, entonces estamos pidiendo que el reino de Dios destruya todos los reinos y dominios de este mundo. En este respecto, ¿es Su voluntad nuestra propia voluntad? Si no lo es, entonces deberíamos dejar de orar el padrenuestro. Pero si lo es, entonces debemos honradamente hacer que la voluntad de Dios sea la voluntad de nuestra vida. Debemos querer dedicarnos completamente a él para hacer su voluntad, para vivir en armonía con su voluntad. No es demasiado temprano para hacer esta dedicación a Él por medio del Maestro que enseñó el padrenuestro. La hora es tardía.
6. ¿Qué potencias mundiales están a punto de caer?, y de acuerdo con el modelo de la historia, ¿por qué no podría esperarse otra cosa salvo angustia, y a manos de quién vendrá la destrucción?
6 Toda la tierra está en una angustia semejante a la cual no se ha conocido una desde el Diluvio. Hay buena razón para que esto sea así. La destrucción de la séptima potencia mundial, la potencia mundial binaria angloamericana, se ha acercado. ¡Considérelo! Tal como aconteció en la misma noche en que Daniel interpretó lo que estaba escrito a mano sobre la pared del comedor del rey Belsasar, ¡una potencia mundial, la más poderosa de la historia humana, está a punto de caer! El fin no será tan suave y pacífico como cuando la cámara de los lores aprobó el Estatuto de Westminster en 1931, creando el Commonwealth Británico de Naciones, en cual ocasión el Spectator de Londres dijo: “El viejo Imperio Británico falleció con la guerra y ha tomado su lugar el Commonwealth Británico.” (26 de noviembre de 1931) Adicionalmente, se ha acercado el fin de la favorita de la potencia angloamericana, a saber, la octava potencia mundial, las Naciones Unidas. En tiempos pasados la caída de potencias mundiales, Egipto, Asiria, Babilonia, Medo Persia, Grecia, Roma y la Sociedad de las Naciones, fue acompañada de gran angustia. Ahora, las últimas potencias mundiales de toda la historia están a punto de caer, sí, ¡el comunismo también! De acuerdo con el modelo histórico, no podría esperarse otra cosa salvo angustia. La angustia ya nos ha sobrevenido. Pero lo peor está aún por venir. Porque viene una destrucción, no por las manos de los hombres alzadas en guerra nuclear suicida, sino por la mano del Todopoderoso Dios, por medio de su reino con Cristo en el poder. ¡Un mundo entero terminará!
7. Si deseamos repetir el padrenuestro sin hipocresía, ¿qué nos es preciso hacer, y qué pondrá en nuestra vida el hacer esto?
7 Si deseamos repetir el padrenuestro sin hipocresía, nos es preciso dedicarnos sinceramente al Padre celestial, cuya voluntad oramos que se haga. No deberíamos acercarnos a él simplemente con los labios pero teniendo nuestro corazón alejado de él y de su voluntad. El dedicarnos a él pone un propósito inspirador en nuestra vida, ¡el vivir para Dios y su reino celestial del bendito nuevo mundo, un propósito para la eternidad!
8. El dedicarnos así quiere decir seguir ¿a quién?, y ¿qué modelo nos dejó para que lo copiemos ahora cuando el reino de Dios reina y está siendo predicado en todas partes?
8 Esto no quiere decir que nos hacemos miembros de una llamada iglesia o denominación sectaria religiosa de la cristiandad o del judaísmo. Quiere decir que seguimos al Pastor Propio de Jehová, Jesucristo mismo. Él fue una vez hombre y como hombre él puso el modelo perfecto para que los hombres lo copiaran. Cuando el reino de Dios estaba siendo proclamado por Juan el Bautista, tal como hoy está siendo predicado en todas partes por los testigos de Jehová, Jesús se ofreció para hacer la voluntad de Jehová en conexión con ese reino. Él obró de acuerdo con el texto profético de la Biblia: “Entonces dije yo: ‘¡Mira! yo he venido (en el rollo del libro está escrito acerca de mí) para hacer tu voluntad, oh Dios.’” (Heb. 10: 5-7; Sal. 40:7, 8) Entonces delante de Dios y de sus santos ángeles, Jesús se hizo bautizar como símbolo público de su dedicación a Dios. El fiel cumplimiento de esta dedicación resultó en que llegara a ser el Rey de Jehová, sí, Rey que ya reina en ese reino celestial. Su dedicación para hacer la voluntad de Dios estaba en completo acuerdo con la oración que él enseñó: “Venga tu reino. Cúmplase tu voluntad.” Asimismo, también, armonicemos honradamente nosotros nuestra vida con nuestra oración. ¡El reino de Dios está reinando!
9. Para descubrir cuál es la voluntad de Dios, ¿el estudio de qué cosa no podemos eludir, y mediante esto a quién seremos atraídos para que nos dediquemos?
9 La voluntad de Dios para nosotros está escrita en la Santa Biblia. Además de eso, Jesús nos ilustró lo que es hacer la voluntad de Dios. Para descubrir cuál es la voluntad de Dios no podemos eludir el estudio de la Palabra de Dios misma. Los libros religiosos que nos alejan de la propia Palabra escrita de Dios no nos darán la verdad concerniente a la voluntad de Dios. Debemos hacer como hicieron los creyentes de la ciudad macedónica de Berea cuando el apóstol Pablo fue echado de Tesalónica, ciudad rechazadora de la Biblia, y vino y les habló a ellos: “Ahora estos últimos eran de ánimo más noble que los de Tesalónica, porque ellos recibieron la palabra con la más pronta disposición, examinando las Escrituras cuidadosamente cada día para ver si estas cosas eran así. Por lo cual muchos de ellos se hicieron creyentes.” (Hech. 17:11, 12) Cada uno que busca conocer la voluntad de Dios con el propósito de hacerla debería poseer su propio ejemplar de las Santas Escrituras, sí le es posible. Dijo Jesús a personas que poseían la Palabra escrita de Dios: “Ustedes están escudriñando las Escrituras, porque creen que por medio de ellas tendrán la vida eterna; y éstas son las mismas que dan testimonio de mí.” Así, es por la Palabra escrita que Jehová nos enseña y nos atrae a su Hijo Jesucristo nuestro Caudillo. (Juan 5:39; 6:45) Entonces es que mediante Jesús nosotros podemos venir en fe y dedicarnos a Jehová Dios. Ahora venimos a ser seguidores de Jesús.
10. Para comprender la Palabra de Dios, ¿qué ayuda necesitamos, y en este “tiempo señalado del fin” en quiénes provee Dios esta ayuda que se necesita?
10 Para poder comprender la palabra de Dios y discernir su voluntad necesitamos ayuda. Además de la oración necesitamos su espíritu santo. También necesitamos la ayuda de su pueblo dedicado y organizado. El etíope lector de la Biblia reconoció ese hecho. Cuando Felipe el evangelizador le preguntó: “¿Sabe usted verdaderamente lo que está leyendo en voz alta?,” él contestó: “¿Verdaderamente cómo podría saberlo, a menos que alguien me guiara?” Él invitó a Felipe a que lo guiara en el estudio. Ayudado de esta manera discernió la voluntad de Dios, se dedicó sin demora e hizo que Felipe lo bautizara en agua en símbolo de su dedicación por medio de Cristo. (Hech. 8:28-39) El apóstol Pablo ayudó a los de Berea en su estudio de la Biblia, de modo que muchos se hicieron creyentes. Ahora, en este “tiempo señalado del fin” desde 1914, Jehová ha puesto de manifiesto al “pueblo que conoce a su Dios,” su clase del santuario. Con ellos muchas “otras ovejas” se han asociado en dedicación al Dios a quien ellos conocen, Jehová. Estas también han llegado a ser testigos de Jehová. En cumplimiento de Daniel 11:32, 33; 12:3 estos “sabios” entre el pueblo ‘instruyen a muchos.’ Sí, ellos brillan “como el resplandor del firmamento” y han “vuelto a justicia a muchos.” (Mod) Estos testigos de Jehová son comisionados por él para ayudar a cualquier lector de este libro que desee ayuda y la acepte de buena gana.
11. Todos los que llegan a ser discípulos de Jesús por medio de dedicarse tienen que obedecer ¿qué mandamiento, en armonía con Mateo 28:19, 20?
11 Jesucristo les ha mandado: “Vayan pues y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo, enseñándoles que observen todas las cosas que yo les he mandado. Y, ¡miren! estoy con ustedes todos los días hasta la consumación del sistema de cosas”—donde nos hallamos ahora. (Mat. 28:19, 20) Todos los que llegan a ser discípulos de Jesús por medio de dedicarse a Jehová Dios como él se dedicó tienen que obedecer el mandamiento de bautizarse en agua. También tienen que aceptar la enseñanza que Dios provee por medio de su organización visible en la tierra.
12. Aun después de la dedicación, ¿por qué tiene uno que seguir estudiando la Biblia, y en armonía con esto uno está bajo mando de asistir a qué?
12 Aun después que uno se dedica hay que continuar estudiando la Biblia para crecer en el conocimiento de la voluntad de Dios, para que uno llegue a ser fructífero por medio de enseñar a todavía otras personas. Pablo oró por los santos cristianos. ¿Por qué? A fin de “que sean llenados con el conocimiento acertado de su voluntad en toda sabiduría y discernimiento espiritual, para poder andar dignos de Jehová a fin de agradarle plenamente mientras siguen llevando fruto en toda buena obra y aumentando en el conocimiento acertado de Dios.” (Col. 1:9, 10) Teniendo esta mira, el cristiano dedicado tiene que buscar la compañía del pueblo dedicado de Jehová y asistir a todas sus reuniones, si le es posible, obedeciendo el mandato: “Mantengamos firmemente la declaración pública de nuestra esperanza sin titubear, pues fiel es el que prometió. Y considerémonos unos a otros para incitar al amor y a las obras rectas, no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino animándonos y tanto más al ver que el día se acerca.” (Heb. 10:23-25) De esta manera segura uno podrá adorar a Jehová en su santuario.—Sal. 150:1.
13. Para evitar el que se nos rechace y para que se nos salve, ¿qué es lo que tenemos que hacer?
13 No queremos ser “obradores de lo que es contrario a ley” y que se nos rechace como indignos de salvación. Para que se nos salve, es la voluntad de Dios la que tenemos que hacer. Jesús dijo: “No todo el que me dice: ‘Señor, Señor,’ entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.”—Mat. 7:21-23.
14. ¿Qué, principalmente, es la voluntad de Jehová para nosotros ahora?
14 ¿Qué, principalmente, es la voluntad de Dios para nosotros en este “tiempo del fin”? Jesús predijo lo que era en estas palabras: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada con el propósito de dar un testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin cabal.” (Mat. 24:14) Tenemos que dar este testimonio final. Tenemos que ser testigos de Jehová por medio de predicar estas buenas nuevas, hasta el mismo fin.
15. ¿Cuán recompensador es para nosotros el hacer la voluntad de Jehová ahora en la tierra, y en conformidad con qué oración queremos vivir obedientemente?
15 Eternamente recompensador es para nosotros el hacer la voluntad de Jehová ahora en la tierra. Significa vida para siempre en su favor. “El mundo está desapareciendo y también su deseo, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.” (1 Juan 2:17) Con amorosa obediencia leal a nuestro Padre en los cielos vivamos continuamente en conformidad con nuestra oración: “Hágase tu voluntad en la tierra así como también en el cielo”—¡para siempre!
(Continuará)