El poder de la bondad
“Sigan amando a sus enemigos y haciendo el bien y prestando sin interés, sin esperar que se les devuelva algo, y su recompensa será grande, y ustedes serán hijos del Altísimo, porque él es bondadoso para con los ingratos e inicuos. Sigan haciéndose compasivos, así como su Padre es compasivo.”—Luc. 6:35, 36.
1. ¿Por qué cómo es la bondad un poder?
LA BONDAD es un poder porque tiene su fuente en Jehová, el Altísimo Dios, el gran Dador de “todo don bueno y toda dádiva perfecta.” Poniendo el ejemplo supremo, Jehová muestra bondad a todos, aun a “los ingratos e inicuos.” Porque la bondad ayuda al cristiano a ser como su Padre en los cielos, es un poder recompensador. ¡Qué recompensas hay en ser un hijo del Altísimo! En verdad como Jesús dijo: “Su recompensa será grande.” Estas palabras nos recuerdan la regla divina declarada hace mucho en cuanto al poder de la bondad: “El hombre de bondad amorosa está tratando recompensadoramente con su propia alma.” La persona bondadosa quizás piense que regala su bondad; en realidad la bondad regresa para recompensar al que ama y practica la bondad porque quiere ser como su Padre en el cielo.—Sant. 1:17; Luc. 6:35; Pro. 11:17.
2, 3. (a) ¿Cómo son deficientes los escritos mundanos sobre bondad y con qué resultados? (b) ¿Cuál es el móvil correcto para mostrar bondad?
2 Mucho puede leerse en cuanto a las recompensas de la bondad en los libros de este mundo; es una cualidad que es alabada por los filósofos y escritores sobre modales, etiqueta y gracia. Pero los que confían en estas Obras mundanas no producen el fruto del espíritu de Dios, y su sumamente pulida apariencia de cortesía y de lo que es correcto a menudo cubre corazones enteramente antagónicos al espíritu de Dios. ¿Qué sucede? Faltan el ardor y el amor, porque Jehová y su voluntad son excluídos.
3 Porque se excluye a Jehová de estas consideraciones mundanas de la bondad no debe extrañar el que algunas personas usen la bondad para beneficiarse ellas mismas de un modo egoísta. Muestran bondad pero esperan que se les devuelva algo, algún favor en recompensa. Usan la bondad como el dinero—para comprar lo que quieren. Su móvil es incorrecto. Cuando el cristiano manifiesta su bondad de modos prácticos, lo hace ‘sin esperar que se le devuelva algo.’ Es bondadoso porque ama a su Padre celestial. Cuando amamos a alguien a menudo nos sorprendemos cómo imitamos, aparentemente sin esfuerzo, algunos de los buenos rasgos y cualidades de esta persona amada. ¡Cómo debe impelernos el amor, entonces, a cultivar expresamente las cualidades que distinguen a Jehová Dios! “Háganse imitadores de Dios,” es el mandato divino. Es solamente siendo un imitador de Dios que uno puede demostrar ser hijo del Altísimo. La bondad ayuda al cristiano a imitar a su Padre en el cielo.—Efe. 5:1.
4. Explique cómo uno manifiesta bondad.
4 ¿Cómo manifiesta uno bondad? De muchos modos: Estando dispuesto a hacer el bien a todo hombre, siendo misericordioso, siendo compasivo, siendo benévolo, siendo paciente, siendo amigable, siendo hospitalario, siendo generoso, siendo considerado, siendo benigno y siendo servicial. La bondad está arraigada en el amor. Pablo dijo: “El amor es paciente y bondadoso.” (1 Cor. 13:4, UTA) O como la Traducción del Nuevo Mundo lo expresa: “El amor es sufrido y servicial.” Más que amistad y cortesía, la bondad es servicial, sí, dispuesta a hacer más de lo acostumbrado para ayudar a otros tanto en lo que es temporal como en lo que es espiritual.
UN REQUISITO DIVINO
5, 6. Dé razones del porqué el practicar bondad es un requisito divino.
5 La bondad está unida estrechamente con el amor en las Escrituras, como en la locución “bondad amorosa.” Esta es bondad que proviene del amor, la clase de amor que es constante y leal. La persona que tiene esta bondad amorosa muestra que el espíritu santo mora en ella, porque el fruto del espíritu de Dios incluye “amor, gozo, paz, gran paciencia, benignidad, bondad, fe, apacibilidad, gobierno de uno mismo.” El espíritu de Dios transforma a la persona capacitándola a ponerse la “nueva personalidad” que se requiere de los cristianos verdaderos: “Vístanse de los tiernos afectos de la compasión, la bondad, la humildad de mente, la apacibilidad y la gran paciencia.” De modo que la bondad es tanto una evidencia convincente del amor cristiano como un requisito divino.—Gál. 5:22, 23; Col. 3:12.
6 En toda parte de las Escrituras hay testimonio abundante de que Jehová requiere el amor de la bondad por parte de todos los que quieren conseguir su aprobación: “Él te ha dicho, oh hombre, lo que es bueno; ¿y qué es lo que Jehová pide de ti, sino hacer justicia, y amar la misericordia [bondad, AN], y andar humildemente con tu Dios?” No es raro que Jehová Dios requiera de nosotros que amemos la bondad. ¡Cuán a menudo ensalzan los escritores inspirados la bondad amorosa de Dios! ¡Cómo debemos apreciar esta cualidad del Padre celestial! “¡Cuán preciosa es tu bondad amorosa, oh Dios!” Jehová justamente requiere esta cualidad en el hombre: “La cosa deseable en el hombre terrestre es su bondad amorosa.” No podemos agradar a Dios con sacrificio y nada más. Mediante el profeta Oseas Jehová dice: “Quiero la misericordia [bondad, AN, margen] y no el sacrificio.” Grandes podrían ser los sacrificios hechos por el cristiano en el servicio de Dios, sin embargo sin bondad amorosa él no podría demostrar ser un hijo del Altísimo. Es algo en que pensar: que Jehová Dios ha colocado la bondad amorosa en esta posición preeminente. Sin el móvil y las manifestaciones del amor, uno no podría recibir una recompensa de Dios a pesar de lo grande que fuesen los sacrificios: “Si doy todas mis posesiones para alimentar a otros, y si entrego mi cuerpo, para poder jactarme, pero no tengo amor, en nada he aprovechado.”—Miq. 6:8, Mod; Sal. 36:7; Pro. 19:22; Ose. 6:6, Mod; 1 Cor. 13:3.
7. ¿Qué es lo que el Padre celestial busca principalmente en el hombre?
7 Cuán evidente es que los móviles del hombre y las cualidades de su corazón significan más ante Jehová Dios que la capacidad mental. Si Jehová estuviese interesado principalmente en la capacidad mental habría escogido a los hombres sabios e intelectuales del mundo para llevar a cabo la gran obra de predicar las buenas nuevas del Reino en toda la tierra. Pero no ha colocado su espíritu en los orgullosos y sabios de este mundo; el apóstol dice “que no muchos sabios según la carne fueron llamados, no muchos poderosos, no muchos nobles . . . con el fin de que ninguna carne se jacte a la vista de Dios.” El que se esfuerza para ser como su Padre celestial es la persona a quien Dios puede usar y cuya “recompensa será grande.”—1 Cor. 1:26-29.
8. ¿Qué recompensa trae en la vida diaria el practicar la bondad?
8 Muchas son las recompensas por practicar la bondad ahora. Es un poder que nos ayuda a hacer lo que es correcto en todos los asuntos de la vida. La prudencia o el obrar con tacto, por ejemplo, puede entenderse mejor cuando comprendemos que está arraigada en la bondad. Si hacemos lo bondadoso descubrimos que estamos obrando con tacto, haciendo lo prudente. ¡Cuántas reglas de etiqueta prescritas a semejanza de las del Talmud son innecesarias, porque en la base de los modales por excelencia se halla la bondad! La cortesía podría definirse como bondad en las pequeñeces; la urbanidad como bondad en cosas pequeñas. La bondad se expresa tanto con palabras como con hechos. Quizás parezca cosa pequeña usar la locución “por favor,” pero cuando refleja bondad amorosa en vez de etiqueta indiferente, tiene grande significado. No podemos pensar que el uso de tal locución por Abrahán, Lot y Jehová fue mera formalidad.—Gén. 12:11-13; 19:1, 2, 18-20; 15:5; 22:1, 2.
9. ¿Cómo le ayuda a uno la bondad al ir en pos de la paz?
9 La bondad es un poder porque ayuda los cristianos a ir en pos de la paz y mantener armonía. Ahuyenta las desavenencias y despeja el camino para el perdón. En el arte difícil de comunicarse, uno no siempre expresa pensamientos con la exactitud deseada; desavenencias pueden acontecer. Aquí la bondad viene al rescate y preserva la paz. Es fácil llegar al entendimiento correcto por medio de la paciencia y la bondad; es fácil perdonar a la persona bondadosa. Aun si se le trata a uno sin bondad la propia bondad de uno contrarresta el aguijón de la falta de bondad. La bondad ayuda a todos a obrar en conformidad con el consejo del apóstol: “Continúen tolerándose y perdonándose mutuamente sin reserva si alguno tiene causa de queja contra otro.”—Col. 3:13.
10. ¿Por medio de aplicar qué principio bíblico puede uno resolver problemas?
10 La bondad resuelve los problemas. Cuando se encara a una situación de que las Escrituras no tratan exactamente, el cristiano busca un principio que ayude a resolver el asunto. Lo encuentra en Efesios 4:32: “Háganse bondadosos los unos con los otros.” Por eso cuando uno pregunta: ‘¿Qué debe hacerse?’ la manera de proceder está clara: Haga lo bondadoso, porque lo bondadoso es lo correcto.
LA BONDAD NO ES DEBILIDAD
11. ¿Cuál es el punto de vista equivocado en cuanto a la bondad, y por qué no es debilidad la bondad?
11 Para ser un poder para hacer lo correcto, tanto a la vista de los hombres como a la vista de Dios, la bondad tiene que ser sin debilidad. Es un error pensar que el ser bondadoso encierra un proceder sereno que permite prácticas o condiciones incorrectas en la congregación cristiana. El superintendente cristiano no puede perdonar lo que es bíblicamente incorrecto con la creencia equivocada de que así está siendo bondadoso. La bondad no tiene los ojos vendados al mal o a lo que no está en armonía con la voluntad de Dios. Los padres verdaderamente no son bondadosos cuando dejan que sus hijos hagan cualquier cosa que desean. La bondad equivocada ha resultado en mucha delincuencia juvenil. En una congregación cristiana puede resultar delincuencia espiritual si el superintendente considera que la falta de firmeza es bondad. La bondad verdadera es firme para lo que es correcto a la vista de Dios; insiste en la obediencia a los mandamientos de Dios. No hay por qué la bondad verdadera resulte en la pérdida del respeto, impulsando a otros a aprovecharse indebidamente de uno. El Señor Jesucristo ejemplificó la combinación perfecta de la bondad y la firmeza.
12. ¿Qué se dice en cuanto a la bondad de Jesucristo?
12 ¿Ha existido algún hombre tan bondadoso como el Señor Jesús? Siendo él un imitador de su Padre en el cielo, puso el ejemplo perfecto para sus seguidores. Los reyes y gobernantes de este mundo rara vez son abordables; de todas maneras están demasiado ocupados. Pero el Hijo de Dios siempre fue abordable y nunca estuvo demasiado ocupado para ayudar a otros tanto de maneras materiales como espirituales. ¡Qué compasión mostró! Al ver las muchedumbres de personas, “sintió tierno afecto por ellas, porque estaban despellejadas y arrojadas acá y allá como ovejas sin pastor.” Gente de toda clase social se sentía libre para acercarse a Jesús. Los padres no vacilaban en traerle los niños: “Algunas personas empezaron a traerle jovencitos para que él los tocara; pero los discípulos las reprendieron. Al ver esto Jesús se indignó y les dijo: ‘Dejen que los jovencitos vengan a mí, no traten de detenerlos, porque el reino de Dios pertenece a personas de esa clase.’ Y tomó a los niños en sus brazos y comenzó a bendecirlos, poniendo las manos sobre ellos.” Bondadoso en todo sentido, Jesús no obstante fue firme en defensa de lo que era correcto.—Mat. 9:36; Mar. 10:13, 14, 16.
13. ¿Por qué no se mostró Jesús falto de bondad al poner de manifiesto la falsedad del clero hipócrita? ¿al reprender a Pedro?
13 Algunas personas quizás piensen que el Señor Jesús fue falto de bondad, cuando leen el capítulo veintitrés de Mateo 23, que relata cómo Jesús mostró la falsedad de los líderes religiosos hipócritas y los denunció. En realidad los líderes religiosos fueron las personas faltas de bondad, que habían despreciado la bondad inmerecida de Dios por medio de su Hijo. Dijo Jesús: “Jerusalén, Jerusalén, la asesina de los profetas y apedreadora de los que son enviados a ella,—¡cuántas veces quise recoger a tus hijos, de la manera que la gallina recoge a sus polluelos bajo sus alas! Pero ustedes no lo quisieron.” ¡La bondad amorosa de Dios rechazada! Siendo firme para hacer la voluntad divina, Jesús reprendió no únicamente al clero hipócrita sino también a sus propios discípulos cuando el no reprenderlos hubiese sido faltarles en bondad. Cuando Jesús informó a sus discípulos que él “tendría que pasar por muchos sufrimientos y. . . ser muerto,” diciéndoselo “con franqueza,” Pedro objetó. “Pedro le llevó aparte y comenzó a levantarle fuertes objeciones, diciendo: ‘Ten consideración de ti, Señor; tú absolutamente no tendrás este destino.’” Pero Jesús respondió: “¡Ponte detrás de mí, Satanás! Me eres un tropiezo, porque tú piensas, no los pensamientos de Dios, sino los de los hombres.” Jesús no estaba siendo falto de bondad. La bondad verdadera es un poder porque obra para animar a uno a hacer la voluntad de Dios. Nadie está siendo bondadoso si hace o anima a otros a hacer lo que no está en armonía con la voluntad de Jehová. Jesús había declarado la voluntad divina de una manera enérgica; sin embargo ante esto Pedro expresó fuertes objeciones. Estas merecían una reprensión firme.—Mat. 23:37; Mar. 8:31, 32; Mat. 16:22, 23.
14. ¿Qué halló Pablo que era necesario administrar de vez en cuando, y por qué el hacerlo fue en realidad bondad?
14 El apóstol Pablo igualmente administró reprensiones duras cuando el no hacerlo hubiera sido incorrecto y falto de bondad. Pablo escribió a los corintios: “Algunos están hinchados como si en realidad yo no fuera a ir donde ustedes. Pero iré a ustedes en breve, si Jehová quiere, y llegaré a conocer, no el habla de los que están hinchados, sino su poder. Porque el reino de Dios no yace en el habla, sino en el poder. ¿Qué quieren ustedes? ¿Iré a ustedes con una vara, o con amor y apacibilidad de espíritu?” Para con los quebrantadores de la paz, hinchados y arrogantes, Pablo no asumió la actitud: ‘Mi bondad requiere de mí que los deje que se salgan con la suya.’ No, él tuvo suficiente valor como para usar la vara de su boca para administrar la disciplina apropiada; esto tendría resultados provechosos tanto para los individuos envueltos como para la congregación cristiana. Los resultados de la corrección muestran que es bondadosa. Jehová mismo no se retrae de corregir a todos los que quieren ser sus hijos: “Dios está tratando con ustedes como con hijos. Pues ¿cuál es el hijo a quien un padre no disciplina? Pero si ustedes están sin la disciplina de la cual todos han venido a ser partícipes, son realmente bastardos, y no hijos. Además, tuvimos padres que fueron de nuestra carne para disciplinarnos y los respetábamos. ¿No nos hemos de someter con más razón al Padre de nuestra vida espiritual y vivir? Cierto, ninguna disciplina parece gozosa por el momento, sino dolorosa; sin embargo después a los que han sido entrenados por ella les produce fruto pacífico, a saber, justicia.”—1 Cor. 4:18-21; Heb. 12:7-9, 11.
15. ¿Cómo trata el superintendente apropiadamente al rebaño de Dios, y cómo puede tratar con un ofensor?
15 El superintendente cristiano hoy día tratará al rebaño de Dios con amor y apacibilidad de espíritu. Esto no lo estorba, sin embargo, en cuanto a tratar firmemente con los que perjudicarían la limpieza y paz de la congregación. Tratará con un ofensor de manera bondadosa; sin embargo si no hay mejora, el superintendente quizás tenga que usar habla fuerte. Si el ofensor persiste en su injusticia, el superintendente tal vez tenga que hablar de una manera que reprenda severamente. Cuando Jesús y Pablo reprendieron a otros, no se encolerizaron ni hablaron de un modo indigno de un siervo de Dios. Por eso hoy el superintendente es firme pero bondadoso. Escribiendo a Tito, el apóstol Pablo dijo: “El superintendente tiene que ser libre de acusación como administrador de Dios, no debe ser obstinado, ni propenso a la ira. . .sino que debe ser amador del extraño, amador de la benignidad, de mente sana, justo, teniendo bondad amorosa.” La felicidad y salud espiritual de una congregación cristiana dependen a un grado grande de la bondad amorosa del superintendente.—Tito 1:7, 8.
16. (a) ¿Cómo trató Pablo al rebaño de Dios, y qué consejo dio a un superintendente en cuanto a cómo mostrar bondad? (b) ¿Cómo trata apropiadamente el superintendente a los de mayor edad y a los enfermizos?
16 El apóstol Pablo dijo mucho en cuanto a mostrar bondad amorosa en la congregación. Él mismo puso un ejemplo excelente para todos los superintendentes. Escribió a los tesalonicenses: “Nos hicimos afables en medio de ustedes, como cuando una madre que cría acaricia a sus propios hijos. Ustedes son testigos, Dios lo es también, de cuán fieles a la bondad amorosa y justos e irreprensibles resultamos ser para con ustedes los creyentes.” Dando instrucciones sobre cómo mostrar bondad a cada persona en la congregación, Pablo escribió al superintendente Timoteo: “No critiques severamente al hombre de mayor edad. Al contrario, ínstale como a un padre, a los de menos edad como a hermanos, a las mujeres de mayor edad como a madres, a las de menos edad como a hermanas con toda castidad. Honra a viudas que realmente son viudas.” En el círculo de familia donde existe amor verdadero, cada miembro trata al otro con consideración y bondad. Así debe ser con la congregación cristiana. A algunos los superintendentes les deben mostrar el mismo respeto y bondad como si ellos fueran sus padres, a algunas como si fueran sus madres y a algunos como si fueran hermanos y hermanas naturales. Haciendo esto, el superintendente también sabrá tratar bondadosamente con los enfermos y los enfermizos. Los de esta clase quizás no puedan hacer lo que les gustaría hacer en el ministerio cristiano; solamente pueden hacer lo que su fuerza les permite. A éstos no los debe tratar el superintendente como si fueran infieles a la verdad de Dios; el que se les anime es lo que les hace falta, no el que se les desanime. El superintendente bondadoso, entonces, es ‘tiernamente compasivo’; trata de entender las limitaciones de otros. Mediante su propia bondad amorosa el superintendente anima a todos a hacer lo que pueden en adelantar las buenas nuevas del reino de Dios. “Sigan haciéndose compasivos,” dijo el Señor Jesús, “así como su Padre es compasivo.” Al tratar de entender los problemas de los de mayor edad y enfermizos y por medio de ofrecer la ayuda que pueda dar, el superintendente muestra compasión y bondad amorosa.—1 Tes. 2:7, 10; 1 Tim. 5:1-3; Efe. 4:32; Luc. 6:36.
PODER ATRAYENTE DE LA BONDAD
17. ¿Cuál es la respuesta correcta a la bondad amorosa de Jehová?
17 La bondad atrae, la falta de bondad repele. ¡Cómo se le atrae a uno a Jehová a causa de su bondad amorosa! “Su bondad amorosa es hasta tiempo indefinido”—esta seguridad aparece en cada versículo del Salmo 136. Por lo tanto al leer uno la Palabra inspirada y enterarse de las cualidades bondadosas de Jehová y de su arreglo bondadoso para el perdón de pecados, uno es atraído a Jehová por medio de su Hijo. Tal bondad hace que uno se arrepienta y se aleje de un derrotero de mundanalidad, como Pablo muestra en Romanos 2:4: “¿Desprecias las riquezas de su bondad y longanimidad y gran paciencia, porque no sabes que la cualidad bondadosa de Dios está tratando de conducirte al arrepentimiento?” Viendo que la bondad tiene tal poder atrayente, el cristiano encarecida, ferviente e intensamente desea ser como su Padre en el cielo, para que mediante su propia bondad atraiga a otros a la adoración de Jehová Dios.
18. Contraste el poder de la bondad con el de la falta de bondad, y por eso ¿cómo puede una esposa cristiana ganar a un cónyuge incrédulo a la verdad de Dios?
18 La esposa cristiana que tiene un esposo incrédulo puede atraer a su cónyuge a la verdad de Dios mediante consideración y bondad. No trata de hacer que su esposo oiga la verdad a fuerza, porque conoce la voluntad divina según la expreso Pedro: “De la misma manera, ustedes esposas, sométanse a sus propios esposos, para que, si algunos no son obedientes a la Palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, por haber sido testigos oculares de su conducta casta junto con profundo respeto.” Tal vez en otro tiempo la esposa haya sido irrespetuosa para con la jefatura de su esposo; quizás haya sido criticona y exigente en su manera de obrar, regañando y criticando en toda oportunidad. Quizás ignoraba ella lo que declaran los Proverbios inspirados, que “las contiendas de una esposa son como un techo que gotea que lo ahuyenta a uno,” que “mejor es morar en tierra desierta que con una esposa contenciosa junto con vejación.” Tal vez no haya leído el comentario que el Dr. Felipe Lai, un doctor australiano con doce años de experiencia en expediciones polares, dio a estos textos. Informando sobre un discurso que él pronunció, el Times de Nueva York del 24 de noviembre de 1959 dijo: “Las esposas regañonas, los matrimonios imposibles y la fatiga de ir a la par con los vecinos pudientes se alistaron hoy como algunas de las razones por las cuales ciertos hombres se fueron a vivir en las extensiones congeladas de la Antártida.” La falta de bondad repele, repeliendo a algunos, aparentemente, ¡tan lejos como a la “tierra desierta” del Polo Sur! La bondad obra de modo diferente; tiene tremendo poder atrayente. La esposa que se pone la “nueva personalidad que fue creada de acuerdo con la voluntad de Dios en verdadera justicia y bondad amorosa” tal vez gane a su esposo a la verdad de Dios “sin palabra.” ¡Tal es el poder de la bondad!—1 Ped. 3:1, 2; Pro. 19:13; 21:19; Efe. 4:24.
19. Explique cómo las mujeres cristianas consiguen atracción verdadera.
19 El consejo del apóstol a las mujeres cristianas muestra qué es básico para atraer. En algunos países quizás envíen a las muchachas a las llamadas escuelas de gracia para que aprendan a ser encantadoras. ¿El resultado? Muy a menudo un encanto mundano llamado glamour. La falta de simplicidad y el glamour quizás engañen a los que se rigen por normas del viejo mundo, pero los que tienen discernimiento espiritual no son embaucados; saben que las cualidades del corazón—altruísmo, aprecio, bondad, compasión y apacibilidad—son básicas para la atracción verdadera: “No sea su adorno el de trenzados externos del pelo ni el de ponerse ornamentos de oro ni el usar prendas de vestir exteriores, sino que lo sea la persona secreta del corazón en la indumentaria incorruptible del espíritu sereno y apacible, que es de gran valor a los ojos de Dios”—y a los ojos del hombre. Al cultivar los frutos del espíritu, la mujer cristiana posee encanto que ninguna cantidad de glamour y etiqueta mundanos jamás podría darle. Otra vez equivale a poner la voluntad de Dios primero, siempre esforzándonos por ser como nuestro Padre en el cielo.—1 Ped. 3:3, 4.
20. ¿Cuáles son las recompensas del poder de la bondad?
20 La bondad es un poder recompensador. Es un fruto del espíritu de Dios y es parte de la “nueva personalidad.” Es un requisito divino. Ayuda a resolver problemas. Es un poder que está en el corazón de la prudencia o tacto, de los modales por excelencia y la atracción verdadera. Ahuyenta las desavenencias. Facilita el perdonar a otros. Es firme a favor de lo que es correcto. Ayuda al cristiano a ir en pos de la paz y a atraer a otros a Jehová y a su verdad. Nos ayuda a obedecer el mandamiento: “Háganse imitadores de Dios.” Si hemos ido en pos de la benignidad y la compasión y la bondad por esta razón, será como Jesús dijo: “Su recompensa será grande, y ustedes serán hijos del Altísimo.”—Efe. 5:1; Luc. 6:35.