Desnúdese de la vieja personalidad si quiere vivir para siempre
“Desnúdense de la vieja personalidad con sus prácticas, y vístanse de la nueva personalidad.”—Col. 3:9, 10.
1, 2. ¿Qué puntos interesantes se pueden sacar de la ilustración de árboles productivos y no productivos?
UN VIAJERO que iba por un camino rural se topó con lo que parecía ser una granja abandonada. Su dueño era un tipo perezoso, que no servía para nada y deshonraba a Dios. Los campos estaban llenos de hierbas y los huertos solo producían fruto plagado inservible para comer o siquiera para recoger. “¡Qué vista tan triste y repugnante!” expresó con lamento el forastero. Sin embargo, al dar la vuelta a la curva del camino su estado de ánimo deprimido de repente fue levantado al toparse con una granja muy próspera con campos fértiles y huertos exuberantes. Observando que cada árbol estaba cargado del fruto más excelente, el viajero pasmado exclamó: “¡Miren! ¡Aquí hay belleza agradable, viva, que se asemeja a la del Paraíso!”
2 Con el tiempo el agricultor vigoroso compró el huerto descuidado de su vecino y comenzó un programa de restauración. Trabajó duro cortando la madera muerta, quitando todos los brotes, abonando los sistemas de las raíces y vigilando y protegiendo los árboles contra las plagas y la peste. Además este agricultor temeroso de Dios dio gracias a su Magnífico Creador cuando los árboles comenzaron a producir buen fruto. En todas partes la gente se llenó completamente de asombro ya que la fama de esta transformación espectacular se esparció por todas partes a través del distrito rural. Un huerto silvestre había sido hermoseado por medio del trabajo duro y el cuidado vigilante de un agricultor diligente ¡cuyos esfuerzos habían sido bendecidos por Jehová!—1 Cor. 3:6, 7.
3. ¿Qué cambio ha acontecido que es mucho más maravilloso que el hermosear un huerto?
3 Ahora bien, quizás usted nunca tenga la oportunidad de ver cambio tan radical en un huerto literal productor de fruto. Pero quienquiera que usted sea, dondequiera que usted viva o cualquiera que sea el idioma que usted hable, usted solo tiene que mirar a su alrededor para observar algo mucho más maravilloso que está teniendo lugar. Porque en realidad este relato de un huerto solo es una ilustración pequeña de lo que está aconteciendo ahora en una escala global en más de 190 países e islas del mar, entre personas que hablan más de 160 diferentes idiomas. Centenares de miles de estas personas realmente están cambiando tanto su manera de pensar como su conducta. ¡Están transformando o rehaciendo las características de sus mismísimas personalidades para poder vivir para siempre!
4. ¿En qué respectos sorprenden los testigos de Jehová a muchas personas?
4 Estas personalidades rehechas son conocidas como testigos de Jehová. Sin duda, al platicar con ellos cuando llegan a su puerta, usted ha reconocido que ellos son totalmente diferentes de otras personas en muchos respectos, por ejemplo, en su expectativa de la vida, la manera en que hablan y las cosas que dicen, la manera en que se comportan, etc. Sin embargo, la cosa verdaderamente sorprendente es que en un tiempo, quizás muy recientemente, estos individuos hablaban y obraban exactamente como otras personas en su comunidad. Entonces, al llegar a ser testigos de Jehová, desarrollaron personalidades enteramente nuevas. ¡Verdaderamente muy asombroso!
5, 6. Después de considerar las condiciones mundiales de hoy en día, ¿a qué conclusiones llega usted?
5 Al hacer una comparación se puede apreciar mejor cuán grande ha sido este cambio de personalidad. Mire su propia comunidad en conjunto. ¿Qué ve usted? ¿Qué clase de personas son la mayor parte de aquéllos entre quienes usted tiene que vivir y trabajar? ¿Es buena o mala la clase de fruto que producen estas personalidades? Si usted es una persona que vive en una población tranquila o aldea pequeña muy religiosa, donde sus vecinos no constituyen una amenaza declarada para la vida y propiedad de usted, probablemente usted observa que los individuos a menudo son exclusivistas e intolerantes y muy hipócritas en su manera de vivir, especialmente para con extraños y forasteros. A menudo calumnian y difaman solapadamente y son vengativos unos para con otros. No son inmunes a la inmoralidad social y sexual ni a la conducta relajada. El lenguaje profano, el lanzar denuestos y el habla obscena son parte de su habla de cada día.
6 O, quizás usted viva en uno de los grandes centros de población donde usted se enfrenta de manera más estrecha con el fruto podrido producido por la presente sociedad degenerada de la humanidad. El temor a su prójimo le impulsa a usted a cerrar bien con llave sus puertas por la noche. A menudo los padres se preocupan por el peligro de que sus hijos sean secuestrados. No hay muchas personas en las que usted se atreva a confiar, especialmente en el mundo comercial. Los acuerdos que envuelvan cualquier grado de riesgo generalmente se especifican en contratos legales, expresados con fraseología especial para hacerlos obligatorios, simplemente porque no se puede confiar en la palabra de la gente. Los encabezamientos y comentarios de los periódicos, la radio y la televisión, las estadísticas sobre el crimen y la delincuencia, y las protestas generales de un público excitado, todo da testimonio del fruto malo y venenoso producido por la generación presente. En cada nivel social y gubernamental de la sociedad la gente de este presente sistema de cosas es muy egoísta y codiciosa. Riñe y a menudo pelea como animales salvajes. Muchísimos son mentirosos, obradores de extorsión, ladrones y fraguadores de gratificaciones especiales. Algunos son desesperados criminales del hampa y fugitivos de la justicia. Muchos son asesinos que usan de sadismo y depravados sexuales que acechan a víctimas inocentes e indefensas. Más y más personas por preferencia son fornicadoras, adúlteras, masturbadoras y sodomitas. Algunas han alcanzado gran notoriedad en altos círculos sociales como prostitutas profesionales, amantes, “buscaplaceres” y alcahuetes. Muchísimos miles son adictos a drogas y borrachos consuetudinarios. No es exageración decir que, en su mayor parte, todo el mundo, moralmente hablando, parece ser una embrollada selva de confusión infestada de sujetos semejantes a bestias que devoran a sus semejantes.
¿POR QUÉ TALES CONDICIONES INICUAS?
7. ¿Cómo ha sido la herencia una influencia mayor en las características de la personalidad?
7 La persona pensativa indaga más allá de la evidencia superficial, la que aparece a primera vista, y trata de aprender la causa de estas condiciones atroces, así como el remedio, si es que hay alguno. Tal indagación revela que las características de la personalidad mala como las que se describen arriba se adquieren, en parte, tanto por medio de herencia como por el ambiente. Los padres han transmitido a sus hijos la impresión de casi 6,000 años de pecado y muerte. “Por medio de un solo hombre [Adán] el pecado entró en el mundo y la muerte por medio del pecado, y así la muerte se extendió a todos los hombres porque todos habían pecado.” “Por la desobediencia de un solo hombre muchos fueron constituidos pecadores.” (Rom. 5:12, 19) Por consiguiente David confesó, aunque era ‘un hombre agradable al corazón de Jehová,’ “En pecado me concibió mi madre.” (Hech. 13:22; Sal. 51:5) De la prole del pecador Adán “no hay justo, ni siquiera uno.” “¿Quién puede producir a alguien limpio de alguien inmundo?” preguntó Job.—Rom. 3:10; Job 14:4.
8. ¿Qué efecto ha tenido el ambiente en las personalidades?
8 El clima y ambiente en que las plantas recién nacidas son obligadas a crecer tienen mucho que ver con su desarrollo y calidad de producir fruto. Esto no es menos cierto en lo que toca a la prole de la humanidad. Desde la infancia los hijos están rodeados del ambiente depravado de este mundo corrompido. La atmósfera creada en el hogar por los padres quizás sea bastante buena, lo cual, por supuesto, es la excepción rara hoy en día, no obstante la asociación fuera del nido de los padres es, en su mayor parte, despiadada y cruel. El niño que proviene de un buen hogar tan a menudo juega y se asocia con niños menos afortunados. La educación pública de los jóvenes, sea dentro o fuera de la cristiandad, se encuentra bajo la influencia de un inicuo sistema de cosas gobernado por Satanás el Diablo y sus demonios.—Juan 12:31; 2 Cor. 4:4; Efe. 2:2.
9. ¿Por qué se han empeorado las condiciones, particularmente desde 1914?
9 No olvide que, desde 1914 y el comienzo de la I Guerra Mundial, vivimos en un tiempo de gran calamidad y ayes. La Biblia predijo lo que tendría lugar después de ese año, diciendo: “De modo que hacia abajo [del cielo] fue arrojado el grande dragón, la serpiente original, el que es llamado Diablo y Satanás, que está extraviando a toda la tierra habitada; fue arrojado abajo a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él. [Por consiguiente] . . . ay de la tierra y del mar, porque el Diablo ha descendido a ustedes, teniendo gran cólera, sabiendo que tiene un corto período de tiempo.”—Rev. 12:9, 12.
10. ¿Con qué exactitud describió Pablo las personalidades de la gente que vive hoy en día?
10 Ahora estamos viviendo en este “corto período de tiempo,” los “últimos días” de este sistema de cosas gobernado por el Diablo, concerniente a los cuales el apóstol Pablo bajo inspiración divina advirtió: “Mas sabe esto, que en los últimos días se presentarán tiempos críticos, difíciles de manejar.” Al decir cuán crítico y cuán difícil de manejar sería este tiempo, en seguida Pablo describe las personalidades malolientes que andarían en la Tierra en estos últimos días. Su descripción es tan exacta y fiel a los hechos que pudiéramos imaginarnos el estar leyendo un comentario en nuestro periódico diario en vez de la carta de mil novecientos años de duración de Pablo a Timoteo. “Porque los hombres serán amadores de sí mismos, amadores del dinero, presumidos, altivos, blasfemos, desobedientes a los padres, desagradecidos, desleales, sin tener cariño natural, no dispuestos a ningún acuerdo, calumniadores, sin gobierno de sí mismos, feroces, sin amor de la bondad, traicioneros, testarudos, hinchados de orgullo, amadores de placeres más bien que amadores de Dios, teniendo una forma de devoción piadosa más resultando falsos a su poder.”—2 Tim. 3:1-5.
BASE SÓLIDA PARA ESPERANZA
11, 12. A pesar de las condiciones mundiales, ¿por qué no es desesperanzada nuestra situación?
11 A pesar de este comienzo malo que cada uno de nosotros ha tenido por medio de la herencia, así como la influencia degradante que hemos sufrido por nuestra asociación de ambiente con un mundo que está bajo el control de demonios enfurecidos, no obstante, la situación no es totalmente desesperanzada. La esperanza tranquilizadora se basa en el testimonio digno de confianza que Jesús dio al gobernante judío, Nicodemo, cuando declaró: “Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna.”—Juan 3:16.
12 ¿A qué mundo amó Dios? Pues, al mundo de la humanidad pecaminosa caída, la prole del pecador rebelde Adán. “Cristo Jesús vino al mundo para salvar a pecadores,” no a los impecables, escribió el apóstol Pablo a Timoteo. En el mismo tono también escribió a los romanos, diciendo: “Siendo nosotros todavía pecadores, Cristo murió por nosotros.” De modo que el magnífico privilegio de entrar en el glorioso nuevo orden de perfección y justicia de Jehová, y el tener vida eterna bajo ese maravilloso arreglo de cosas, se extiende, no a una raza impecable de personas, sino solo a criaturas humanas que nacen en pecado y se educan bajo un sistema de iniquidad demoníaca.—1 Tim. 1:15; Rom. 5:8.
13. ¿Significa esto que el nuevo orden de Dios estará poblado de personalidades malas?
13 ¿Significa esto que Jehová permitirá que el Paraíso restaurado sea poblado de personalidades aborrecibles que ahora infestan la Tierra? ¡Ciertamente que no! Verdaderamente, ciertos cambios, algunos siendo muy drásticos, en las personalidades de los que llenen los requisitos para la vida en el reino impecable de justicia de Dios serán absolutamente necesarios.
14, 15. (a) ¿Qué asociación tuvo Jesús con los pecadores, y con qué resultados? (b) ¿Qué aprendemos de esto?
14 En Capernaum durante el gran ministerio galileo de Jesús se removió toda duda sobre este punto. Jesús, según el relato histórico, “vio a un recaudador de impuestos de nombre Leví [también llamado Mateo] sentado en la oficina de los impuestos.” Ahora bien, los recaudadores de impuestos aun en ese tiempo primitivo tenían una mala reputación como obradores de extorsión. No obstante, “[Jesús] le dijo: ‘Sé mi seguidor.’ Y dejándolo todo atrás se levantó y se fue siguiéndole. También, Leví le hizo un gran banquete de recepción en su casa; y había una grande muchedumbre de recaudadores de impuestos y otros que estaban con ellos reclinados a la mesa. Por esto se pusieron a murmurar los fariseos y sus escribas, diciendo a sus discípulos: ‘¿Por qué es que ustedes comen y beben con recaudadores de impuestos y pecadores?’ Respondiendo, Jesús les dijo: ‘Los que están sanos no necesitan médico, pero los que se hallan mal sí. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores a arrepentimiento.’” En otra ocasión, esta vez en la ciudad de Jerusalén solo unos cuantos días antes de ser muerto, Jesús recalcó otra vez esta verdad cuando se enfrentó a los hipócritas caudillos religiosos santurrones de su día. “En verdad les digo que los recaudadores de impuestos y las rameras [despreciados y pecaminosos] van delante de ustedes al reino de Dios.”—Luc. 5:27-32; Mat. 21:31.
15 De esta conversación aprendemos varias cosas importantes. Pecadores fueron llamados para ser seguidores de los pasos de Jesús, y en el caso de Mateo él también fue llamado para ser uno de los doce apóstoles. Sin embargo, tales pecadores no son llamados para continuar en su derrotero pasado de desafuero y pecado, sino, más bien, son llamados a arrepentimiento. Los obradores de extorsión y las rameras vivirán para siempre en el nuevo orden de Dios, no simplemente porque son lo bastante humildes para confesar su culpa como pecadores, sino, más importante, porque están ansiosos y felices de cambiar su pasada manera de pensar y su pasada manera de vivir, sí, cambiar sus enteras personalidades del pasado.
16. ¿Qué, entonces, se requiere de todos los que esperan vivir para siempre?
16 El rehacer nuestras personalidades, por lo tanto, es un requisito divino sobre todos los que vivirán para siempre en el nuevo orden de Dios. Sin embargo, esto no significa que es un requisito que será puesto en vigor por primera vez después de que Jehová destruya a Satanás y su influencia inicua sobre la sociedad humana. Más bien, es un requisito que tienen que llenar ahora todos los que esperan sobrevivir al Armagedón, en este lado de la Batalla, ahora, “antes que venga sobre ustedes la ira ardiente de Jehová.”—Sof. 2:2.
NO UN REQUISITO RECIENTE
17. ¿Es el desnudarse de la vieja personalidad un requisito algo reciente? ¿Cómo lo sabe usted?
17 Este requisito del nuevo orden, el de adquirir una personalidad completamente nueva, no es algo que se exija solo de los cristianos del siglo veinte que se enfrentan a la inminencia del Armagedón. Los seguidores de Cristo del primer siglo tuvieron que trabajar con la misma diligencia para rehacer y cambiar su manera de vivir. Observe lo que escribió el apóstol Pablo en 55 E.C. a los de la congregación en Corinto. “¡Qué! ¿No saben ustedes que los injustos no heredarán el reino de Dios? No se extravíen. Ni fornicadores, ni idólatras, ni adúlteros, ni hombres que se tienen para propósitos contranaturales, ni hombres que se acuestan con hombres, ni ladrones, ni avarientos, ni borrachos, ni injuriadores, ni los que practican extorsión heredarán el reino de Dios. Y sin embargo eso es lo que algunos de ustedes eran.”—1 Cor. 6:9-11.
18. Tocante a esto, ¿qué escribió también Pablo a los colosenses?
18 A otra congregación, “a los santos y fieles hermanos en unión con Cristo en Colosas,” el apóstol Pablo escribió en 60-61 E.C.: “Amortigüen, por lo tanto, los miembros de su cuerpo que están sobre la tierra en lo que toca a fornicación, inmundicia, apetito sexual, deseo perjudicial y codicia, que es idolatría. Por causa de esas cosas la ira de Dios viene. En esas mismísimas cosas ustedes, también, anduvieron en un tiempo cuando vivían en ellas. Mas ahora en verdad deséchenlas todas de ustedes, ira, cólera, nocividad, habla injuriosa y habla obscena de su boca. No estén mintiéndose los unos a los otros.”—Col. 1:2; 3:5-9.
19. ¿Se consideró Pablo exento de este requisito divino?
19 Pablo el apóstol del Señor Cristo Jesús no fue exceptuado, porque él se incluyó en el resto de los cristianos primitivos cuando escribió: “Porque hasta nosotros en un tiempo éramos insensatos, desobedientes, siendo extraviados, siendo esclavos a diversos deseos y placeres, actuando con malicia y envidia, odiosos, odiándonos los unos a los otros.” En otra carta este apóstol de Cristo otra vez se incluyó, diciendo: “Es a ustedes que Dios vivificó aunque estaban muertos en sus ofensas y pecados, en los cuales ustedes en un tiempo anduvieron conforme al sistema de cosas de este mundo, conforme al gobernante de la autoridad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de la desobediencia. Sí, entre ellos todos nosotros en un tiempo nos comportamos en armonía con los deseos de nuestra carne, haciendo las cosas que eran la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos naturalmente hijos de ira así como los demás.”—Tito 3:3; Efe. 2:1-3.
20. ¿Qué escribió Pedro tocante a esto?
20 El apóstol Pedro también dijo cómo los cristianos verdaderos del primer siglo transformaron o rehicieron sus personalidades, diciendo: “Porque basta el tiempo que ha pasado para que ustedes hayan obrado la voluntad de las naciones cuando procedían en hechos de conducta relajada, lujurias, excesos con vino, diversiones estrepitosas, partidas de beber e idolatrías ilegales. Porque ustedes no continúan corriendo con ellos en este derrotero al mismo bajo sumidero de disolución, están perplejos y siguen hablando injuriosamente de ustedes.”—1 Ped. 4:3, 4.
21. ¿Es el desnudarse de la vieja personalidad con sus prácticas un asunto optativo para los cristianos verdaderos hoy en día?
21 Si los cristianos del primer siglo a quienes se dirigieron originalmente estas palabras tuvieron que hacer tales cambios drásticos en sus personalidades a fin de abrigar la esperanza de vida eterna, entonces con una mayor fuerza de argumento tenemos que obrar igualmente, nosotros que vivimos en este violento y corrompido siglo veinte en el mismísimo umbral del nuevo orden esperado por mucho tiempo. La ley de Jehová es igual de exigente sobre nosotros como lo fue sobre los efesios y colosenses a quienes se les dijo: “Desechen la vieja personalidad que se conforma a su manera de proceder anterior y . . . [vístanse] de la nueva personalidad.” “Desnúdense de la vieja personalidad con sus prácticas, y vístanse de la nueva personalidad.”—Efe. 4:22-24; Col. 3:9, 10.
DESNÚDESE AHORA DE ESA PERSONALIDAD BABILÓNICA
22. ¿Qué evidencia prueba que sí es posible que individuos se desnuden de sus viejas personalidades?
22 La gran mayoría de la gente hoy en día que públicamente despliega el fruto podrido de su personalidad mala parece estar bastante contenta en continuar haciendo las obras de su amo y dueño el Diablo. (Juan 8:44) Los testigos cristianos de Jehová, por lo tanto, resaltan en vívido contraste con ésta, porque ellos alegremente se colocan bajo la pertenencia y cultivo de Jehová y Cristo Jesús. El número que siempre va en aumento de estos Testigos ya alcanza un total de más de un millón y está creciendo a una proporción fenomenal a través de la Tierra. Durante el año fiscal de 1964 más de 68,000 se bautizaron en símbolo de su dedicación para hacer la voluntad de su dueño Jehová.
23. (a) ¿De dónde proviene el número que siempre va en aumento de testigos de Jehová? (b) ¿Cómo eran sus personalidades anteriores?
23 Y, ¿de dónde provienen estos Testigos? Principalmente de los sistemas religiosos organizados de este mundo, identificados colectivamente de otra manera en las Escrituras como “Babilonia la Grande, la madre de las rameras y de las cosas repugnantes de la tierra.” Estas personas que vienen a ser testigos de Jehová responden rápidamente al llamamiento divino: “Sálganse de ella, pueblo mío,” y al hacerlo se desprenden de su vieja personalidad que se conformaba a su manera de proceder anterior mientras estaban bajo la tutela de ese sistema inicuo. Si todos los pensamientos, dichos y hechos babilónicos anteriores de estos individuos se escribieran en un libro abierto para que todos los leyeran, ciertamente dirían un relato pasmoso. Revelaría que anteriormente algunos habían sido calumniadores, envidiosos, contenciosos, individuos codiciosos y chismosos odiosos. Más pasmoso, revelaría que anteriormente algunos habían tenido la personalidad de mentirosos, ladrones, asesinos, sodomitas, fornicadores, prostitutas, adictos a drogas y borrachos. ¡Arboles indisciplinados silvestres eran éstos, cuyo fruto era una deshonra para Dios y para el hombre!—Rev. 17:5; 18:4.
24. Habiéndose desnudado de sus personalidades babilónicas, ¿qué imagen presentan ahora los testigos de Jehová al mundo de la humanidad?
24 Pero ahora considere la reputación que se han forjado estos mismos individuos desde que se asociaron con los testigos de Jehová. En todas partes de la cristiandad, en el paganismo y en las tierras comunistas a los testigos de Jehová se les reconoce como un pueblo recto, limpio y honrado, un pueblo de verdad e integridad, hombres y mujeres santos y niños de fe, fidelidad y ánimo. Ciertamente los que producen fruto delicioso y noble como éste son como oasis en el desierto estéril de la sociedad humana. ¡De veras, solo “árboles grandes de justicia, el plantío de Jehová,” podrían producir tal fruto precioso dador de vida como éste!—Isa. 61:3.
25. ¿Qué invitación se extiende urgentemente a todos?
25 Quienquiera que usted sea, si usted suspira y se queja a causa de las cosas repugnantes que usted ve que se hacen en la Tierra, si usted quiere vivir para siempre, ¡usted también puede salirse de Babilonia la Grande y escaparse hacia la libertad y la vida en el nuevo orden de Jehová! Usted también puede desnudarse de la vieja personalidad babilónica junto con sus prácticas mortíferas. ¡Pero apresúrese! Queda poco tiempo antes de que el juicio de Dios destruya a esta monstruosa “madre de las rameras” junto con todos los que permanecen en ella.—Rev. 17:1, 2, 15, 16.
26. ¿Qué preguntas se hacen surgir, y dónde se hallarán respuestas satisfactorias a ellas?
26 Pero, quizás pregunte usted, ¿cómo pueden hacerse tales cambios colosales en la entera personalidad de un individuo? ¿Cómo puede hacerse el cambio en este tiempo crucial cuando la presión es tan grande para obligar a todos a conformarse a la manera de pensar y de obrar del mundo? ¿Cómo se ha efectuado esto en el caso de centenares de miles de testigos de Jehová de todas las nacionalidades? Todos los que quieren vivir para siempre hallarán las respuestas bíblicas a estas preguntas importantes presentadas en el siguiente artículo.