El gozo de compartir las verdades de Dios
PAREDES CON OÍDOS
Un testigo de Jehová de Nueva Jersey informa lo que sucedió cuando conducía un estudio bíblico de casa con una señora en una casa de apartamientos. “Un día después de terminar nuestro estudio y después de haber salido yo, la vecina de la siguiente puerta visitó a la persona con quien yo había acabado de estudiar. ¡La vecina explicó que ella había estado escuchando el estudio de la Biblia a través de las paredes! Le había parecido tan interesante que quería saber si podría yo estudiar con ella también. Se me contó de esta conversación cuando regresé la semana siguiente. Después de terminar el estudio, visité a la vecina de la siguiente puerta e hice arreglos para un estudio bíblico con ella. Estoy muy contenta de informar que está progresando muy bien en conocimiento bíblico, y su hermana también está mostrando interés, participando en el estudio.”
VIVIENDO AHORA CON UNA ESPERANZA
Una testigo de Jehová que vive en Kentucky tuvo esta experiencia: “Nuevos vecinos se mudaron a la siguiente casa—un señor y su hijo de 17 años. Poco después de habernos conocido, el muchacho fue muerto en un accidente automovilístico. Puesto que el funeral se llevó a cabo fuera del estado, le ofrecí recoger la correspondencia cada día. Me dio mucho gusto enterarme que él estaba suscrito a La Atalaya y a ¡Despertad! Esperé con gozo la oportunidad para considerar verdades bíblicas con él. Pronto se presentó la oportunidad cuando vino a visitarnos a mi esposo y a mí. Surgió el tema de la muerte y señalamos qué maravillosa esperanza de resurrección ofrece la Biblia. Esta era una nueva idea para él. Buscamos textos en la Biblia mostrando que el hombre es un alma, que el alma muere y que la única esperanza del hombre estriba en una resurrección. Escuchó atentamente y eran las primeras horas de la mañana cuando se fue a casa.
“A la mañana siguiente y cada noche de esa semana regresó con preguntas. Sugerí que celebrara un estudio bíblico de casa, lo cual aceptó ansiosamente. Se ha interesado profundamente en el estudio y ha estado asistiendo al Salón del Reino con regularidad los domingos. La madre de este señor recientemente nos trajo gran gozo cuando dijo: ‘Les estaré eternamente agradecida a ustedes por lo que han hecho por mi hijo. Acostumbraba levantarse por la mañana y no podía comer. Decía: De qué sirve—no tengo ningún propósito para vivir ahora. Pero desde que ha estado estudiando la Biblia con ustedes, puede comer y, lo mejor de todo, tiene una esperanza para el futuro.’ Ciertamente las palabras de Jesucristo en Hechos 20:35: ‘Hay más felicidad en dar que la que hay en recibir,’ no podrían jamás ser más ciertas.”