BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • w66 15/8 págs. 489-494
  • Apreciando el Libro de sabiduría dadora de vida

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • Apreciando el Libro de sabiduría dadora de vida
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1966
  • Subtítulos
  • Información relacionada
  • ESTABLECIENDO EL CANON DE LA BIBLIA
  • La Biblia... la guía del Creador para el hombre
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1972
  • Canon
    Ayuda para entender la Biblia
  • La Biblia... nuestro principal libro de texto
    Guía para la Escuela del Ministerio Teocrático
  • Canon
    Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
Ver más
La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1966
w66 15/8 págs. 489-494

Apreciando el Libro de sabiduría dadora de vida

“Estoy dando testimonio a todo el que oye las palabras de la profecía de este rollo: Si alguien hace una añadidura a estas cosas, Dios le añadirá a él las plagas que están escritas en este rollo; y si alguien quita algo de las palabras del rollo de esta profecía, Dios le quitará su porción de los árboles de la vida.”—Rev. 22:18, 19.

 1. ¿De qué valor es la vida, y en qué han resultado los esfuerzos de los hombres para prolongar la vida?

¡VIDA! De todas las posesiones que tengamos, ¿qué podría ser más preciosa que la vida misma? Sin ella no podríamos disfrutar de ninguna de las otras cosas que poseemos. Razonablemente, pues, el más grande de los hombres que ha vivido en la Tierra preguntó: “¿De qué provecho le será al hombre si gana todo el mundo pero lo paga con perder su alma?” (Mat. 16:26) El deseo de vivir, el instinto de autoconservación, es una de las principales fuerzas que impulsa al hombre. Desde tiempos antiguos los hombres imperfectos, moribundos, han tratado de descubrir el secreto de la vida y así escaparse de la inevitabilidad de la muerte. Pero ni la sabiduría de los antiguos ni el conocimiento técnico de los doctores y científicos modernos han resultado tener éxito en esta búsqueda. A pesar de toda la sabiduría humana, aún muere el hombre, y la meta de una vida perfecta continúa eludiéndolo.

 2. ¿Qué reconoce acerca de la vida la persona verdaderamente sabia, y qué por lo tanto llega a ser esencial?

2 Pero la persona verdaderamente sabia reconoce la verdad esencial de que la vida es una provisión del gran Creador de todas las cosas animadas e inanimadas. El libro conocido como la Biblia identifica a Este como Jehová, “el Dios que hizo el mundo y todas las cosas que hay en él . . . él mismo da a todos vida y aliento y todas las cosas. Por él tenemos vida y nos movemos y existimos.” (Hech. 17:24, 25, 28; Gén. 2:4, 7) Como Creador, el Dios verdadero puede ser el Único que tiene la clave para la vida eterna, y Él ha prometido ésta como un don a los que fielmente le adoran. (Rom. 6:23) Si usted es una persona que profesa el cristianismo, sin duda estará de acuerdo completamente con esa declaración. Pero considere por un instante qué es exactamente lo que significa. Significa que cada uno de nosotros se halla enteramente en manos del Creador en cuanto a conseguir la vida. Él nos concede la vida, no bajo nuestras condiciones, si no como a él le agrada y según si nos amoldamos a su voluntad o no. Por consiguiente, el llegar a un conocimiento exacto de la voluntad de Dios es tan esencial para la vida como lo es el alimento y la bebida temporales, de veras, aun más.

 3. ¿Cómo se le demostró indisputablemente a los israelitas la dependencia del hombre de alimentarse de las palabras de Dios?

3 Este principio para vivir fue puesto palpablemente a la atención de toda una nación, la nación de Israel, y por el Creador mismo de la vida. A aquella nación, demasiado preocupada como estaba con su necesidad física inmediata de alimento en el desierto, Moisés explicó: “De modo que [Jehová] te humilló y dejó que tuvieras hambre y te alimentó con el maná, . . . para hacerte saber que no únicamente de pan vive el hombre sino que de toda expresión de la boca de Jehová vive el hombre.” El primero en recibir vida del Creador fue “el principio de la creación por Dios,” y llegó a ser Cristo Jesús. Cuando fue tentado por el Diablo en el desierto, citó de esas palabras de Moisés, verificando así no solo la historicidad del suceso sino también recalcando el principio esencial: Para vivir el hombre tiene que alimentarse de las palabras de Dios.—Deu. 8:3; Rev. 3:14; Mat. 4:4.

 4. ¿Qué provisión haría lógicamente Dios para el hombre?

4 Se desprende lógicamente que, habiendo hecho esencial para la vida el alimentarse de sus palabras, Dios haría accesibles a la humanidad a través de los siglos las ‘expresiones de su boca.’ Él ha hecho esto al hacer que estas expresiones se conservaran por escrito en lo que hoy llamamos la Biblia. Ese libro, entonces, puede llamarse apropiadamente la Palabra de Dios.—Compare Marcos 7:13.

 5. (a) ¿Por qué es esencial un conocimiento exacto de la Biblia para que uno adore a Dios? (b) ¿Para qué oró Pablo a favor de sus compañeros cristianos?

5 Es en la Biblia donde Jehová Dios se revela y revela sus propósitos al hombre. Por consiguiente, para que uno pueda adorar a Dios tiene que llegar a conocer exactamente lo que la Biblia dice acerca de Él. Es en la Biblia donde el hombre puede aprender la grandeza de Jehová Dios, para que ‘generación tras generación encomie sus obras.’ Sus páginas revelan la ‘abundancia de la benignidad de Dios’ y muestran cómo “Jehová es benigno y misericordioso, lento para airarse y grande en bondad amorosa.” Solo es por medio de apreciar estas cualidades de Dios según se manifiestan en sus tratos con la humanidad que el corazón de los hombres es despertado a dar a Jehová la adoración que le corresponde y así vivir de una manera que le agrada. Comprendiendo la necesidad de tal conocimiento, el apóstol Pablo escribió: “Por eso es que nosotros . . . no hemos cesado de orar por ustedes y de pedir que sean llenos del conocimiento exacto de su voluntad en toda sabiduría y discernimiento espiritual, para que anden de una manera digna de Jehová a fin de que le agraden plenamente mientras siguen llevando fruto en toda buena obra y aumentando en el conocimiento exacto de Dios, siendo hechos poderosos con todo poder al alcance de su gloriosa potencia para aguantar plenamente y ser sufridos con gozo.”—Sal. 145:4, 7, 8; Col. 1:9-11.

 6. ¿Qué fue lo que modeló la actitud mental de Jesús, y cómo podemos ser como él en lo que a esto se refiere?

6 Sí, tenemos que llegar a estar bien familiarizados con la Biblia, “la palabra de justicia,” si queremos hallarnos entre los verdaderos adoradores de Dios. Jesucristo estuvo bien familiarizado con su Padre celestial y con las expresiones que procedían de él. Este conocimiento personal e íntimo de Dios modeló su entera actitud mental. Lo condujo a servir apreciativamente como el predominante adorador del Creador, con el único deseo de glorificarlo. (Juan 17:1) Si su deseo sincero es seguir a Jesús en el camino de la adoración verdadera, entonces, al leer usted la Biblia, que contiene “cosas que fueron escritas en tiempo pasado . . . para nuestra instrucción,” usted también puede aumentar en conocimiento y aprecio semejantes, y de veras por este medio Jehová Dios puede concederle benignamente el privilegio de tener “la misma actitud mental que Cristo Jesús tuvo, para que de común acuerdo y con una sola boca glorifiquen al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.”—Rom. 15:4-6.

 7. ¿Cómo suministra entrenamiento Jehová para que nuestras facultades perceptivas distingan lo correcto de lo incorrecto?

7 Jesús estuvo familiarizado exactamente con el punto de vista que Jehová tiene sobre las cosas, de cómo considera Él lo que es correcto y lo que es incorrecto. Jamás estuvo en duda en cuanto a qué derrotero debía emprender para agradar a su Padre celestial. Provechosamente para nosotros, Jehová Dios ha conservado en su Palabra la Biblia sus expresiones en cuanto a lo que es bueno para el hombre y lo que es malo para el hombre. Al haber hecho que se registraran las historias de hombres y naciones según se relacionan con Sus propósitos, Jehová también instruye al hombre mediante ejemplo en cuanto a qué proceder aprueba o desaprueba, y las consecuencias de él. Así nos entrena a distinguir claramente entre lo correcto y lo incorrecto. Bien expresó Pablo esto bajo inspiración: “Todo el que participa de leche no conoce la palabra de justicia, porque es pequeñuelo. Pero el alimento sólido pertenece a personas maduras, a los que por medio del uso tienen sus facultades perceptivas entrenadas para distinguir tanto lo correcto como lo incorrecto.”—Heb. 5:13, 14.

 8. ¿Qué, entonces, tiene que cultivarse, y a qué consejo deseará reaccionar de todo corazón la persona sincera?

8 Si, entonces, el deseo de usted es el ser hallado entre los que adoran a Dios “con espíritu y con verdad,” usted querrá cultivar un apetito de su Palabra escrita, anhelando sinceramente aprender la sabiduría dadora de vida que contiene este libro. Usted querrá responder de todo corazón al consejo inspirado: “Hijo mío, si recibes mis dichos y atesoras contigo mis propios mandamientos, de modo que con tu oído prestes atención a la sabiduría, para que inclines tu corazón al discernimiento; si, además, clamas por el entendimiento mismo y das tu voz por el discernimiento mismo, si sigues buscándolo como a la plata, y como a tesoros escondidos sigues buscándolo, en tal caso entenderás el temor de Jehová, y encontrarás el mismo conocimiento de Dios.”—Pro. 2:1-5.

 9. ¿Qué preguntas en cuanto a la Biblia pudieran desear hacer algunos?

9 Pero, quizás usted pregunte: ¿podemos estar seguros de que, cuando abrimos la Biblia y la leemos, estamos leyendo un libro verdaderamente inspirado por Dios? ¿Tenemos razones sanas para creer que la Biblia según la tenemos de veras es la propia revelación de Dios de él mismo y de sus propósitos para la humanidad? ¿No será que la Biblia solo es una colección de escritos de origen simplemente humano que, a través del tiempo, ha llegado a ser aceptada por la tradición como de origen divino pero sin alguna evidencia verdadera de tal origen?

10. (a) Si la Biblia fuese de origen humano, ¿qué esperaríamos hallar? (b) Pero, ¿de qué testifica el contenido de la Biblia?

10 Es cierto que la Biblia es una colección de diferentes documentos compuestos y compilados en forma escrita a través de un período de unos dieciséis siglos. Tal colección escrita por treinta y nueve hombres por lo menos de casi todo ramo de actividad, si simplemente fuese de origen humano, sin duda, tendría deficiencia de cohesión y unidad y, debido a la imperfección humana, estaría llena de contradicción y error. Aquí en el mismísimo principio nos enfrentamos a una de las más notables cualidades de la Biblia. A pesar de haber sido escrita a través de un período tan largo de tiempo y habiendo estado implicados muchos escritores en su compilación, este libro exhibe la clase de unidad de composición y armonía interna de hechos y enseñanza que uno solo podría esperar de un autor común. Y eso es exactamente lo que la Biblia reclama para sí misma: que, aunque se usaron diferentes hombres en su escritura, este libro solo tiene un autor, Jehová Dios, cuyo poder o espíritu invisible impulsó a los que lo escribieron. Y por eso está escrito: “Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa para enseñar, para censurar, para rectificar las cosas, para disciplinar en justicia, para que el hombre de Dios sea enteramente competente, completamente equipado para toda buena obra.”—2 Tim. 3:16, 17.

ESTABLECIENDO EL CANON DE LA BIBLIA

11. ¿De qué maneras es apropiado el vocablo canon para la Biblia?

11 A veces la colección de Escrituras inspiradas se llama el canon de la Biblia. Originalmente esta palabra canon se refería a una caña que se usaba como vara para medir. De modo que, los libros de las Escrituras inspiradas forman una regla o norma para medir que determina la fe y doctrina correctas y lo que es conducta acepta para con Dios. Además, la unidad y armonía internas de la Biblia han servido como regla para determinar la derechura de la reclamación de los libros individuales a un lugar en la colección de sesenta y seis libros que forman la Biblioteca Divina.

12. ¿Qué clase de comienzo tuvo el canon de la Biblia, y qué testimonio señala a este principio como verdadero y confiable?

12 Pero, ¿cómo comenzó esta colección? ¿Qué determinó cuáles escritos a través de los años deberían incluirse como parte del canon que crecía de las Escrituras sagradas? Lógicamente el canon de la Biblia tuvo su comienzo con los escritos que hablan de los mismísimos orígenes de la humanidad y de los tratos más primitivos del Creador con la familia humana. En contraste con los relatos supersticiosos e ilógicos de los orígenes del hombre que se hallan en la mitología pagana, los primeros escritos que habrían de incluirse en el canon de la Biblia contienen una explicación lógica y entendible de la creación de la Tierra y del hombre. Al hacerlo, su presentación del orden en que fueron creadas las cosas vivas está enteramente en armonía con lo que ha establecido la ciencia moderna de la paleontología, el estudio de los períodos geológicos pasados y los fósiles. Estos mismos escritos hablan de una manera sencilla, directa, de cómo cayó el hombre de la perfección, y así colocan la base para entender la razón por la que el hombre ha heredado el pecado, la imperfección y la muerte. El más grande maestro que ha vivido sobre la Tierra se refirió a este relato como verdadero y confiable, y sobre éste él y sus seguidores basaron sus enseñanzas.—Mat. 19:4, 5; 23:35; 24:37-39; Rom. 5:12-14; 1 Cor. 15:45; etc.

13. (a) ¿Qué es el Pentateuco? (b) ¿Cómo consideró la nación de Israel estos escritos?

13 Aquellos primeros escritos de la Biblia vinieron a llamarse el Pentateuco (griego para “cinco rollos”) y fueron escritos por el único escritor Moisés. Formando originalmente un solo libro, más tarde el Pentateuco fue dividido en cinco rollos para fácil manejo, y éstos llegaron a llamarse en las Biblias hispanas modernas: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. Desde el principio la nación de Israel aceptó estos escritos como un canon o regla para la conducta y la adoración correctas. El sucesor de Moisés, Josué, dijo: “Tienen que ser muy valerosos para guardar y hacer todo lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés nunca apartándose de él a la derecha ni a la izquierda. Y deben estar en constante guardia por sus almas amando a Jehová su Dios.” (Jos. 23:6, 11) Los judíos también los aceptaron como inspirados y como documentos enteramente fidedignos. Por eso, el salmista relata más tarde, en los primeros cincuenta y cuatro versículos del Salmo 78, muchos de los sucesos registrados en el Pentateuco como hechos históricos indisputables.

14, 15. ¿Qué otras evidencias se pueden presentar para apoyar la autenticidad del Pentateuco?

14 “El libro de la ley de Moisés,” como Josué llamó al Pentateuco, tiene toda evidencia de inspiración. Además de lo que se considera antes en el párrafo 12, se podrían presentar muchas otras pruebas de inspiración. El escritor Moisés reclama haber escrito bajo mandato divino y que lo que escribió procedió de Jehová. De modo que la reclamación de inspiración no fue algo que haya producido gradualmente la tradición, sino que se reclamó desde el principio. (Éxo. 17:14; 24:4) Además, siempre que es posible probar los escritos de Moisés en cuanto a su historicidad y exactitud geográfica, resisten el escrutinio más cuidadoso. Por ejemplo, el relato del Génesis señala las llanuras de Sinar (ahora parte del moderno país de Irak) como el lugar donde la familia humana se estableció después del Diluvio y donde los idiomas de los hombres se confundieron después de su intento desastroso para edificar la torre de Babel. Sobre este punto el arqueólogo sir Enrique Rawlinson observó: “Si fuésemos a ser guiados por la mera intersección de senderos lingüísticos, e independientemente de toda referencia al registro bíblico, todavía seríamos conducidos a escoger las llanuras de Sinar, como el foco del cual habían irradiado las diversas líneas.”a

15 Así mismo, la investigación geológica moderna ha dado apoyo convincente al relato bíblico de la destrucción de las ciudades de Sodoma y Gomorra, cuya existencia había sido puesta en tela de juicio por largo tiempo por críticos de la Biblia. (Vea el libro “All Scripture Is Inspired of God and Beneficial,” páginas 331, 332.) Por lo tanto, se puede decir acerca del Pentateuco, como se puede decir para el resto de las Escrituras inspiradas: “Siempre que hay suficiente evidencia documental para hacer una investigación, las declaraciones de la Biblia en el texto original han resistido la prueba. . . . Las declaraciones cronológicas y geográficas son más exactas y confiables que las que suministran cualesquier otros documentos antiguos; las narraciones biográficas y otras narraciones históricas armonizan maravillosamente con la evidencia que suministran los documentos extrabíblicos.” Así escribió el profesor R. D. Wilson en su libro A Scientific Investigation of the Old Testament, página 213.

16. (a) ¿Qué prueba que el Pentateuco es más que solo historia exacta? (b) ¿A qué, por lo tanto, pertenece innegablemente, según testifica quién?

16 Pero el Pentateuco es más que una historia exacta de acontecimientos pasados. Aunque la exactitud histórica, geográfica y geológica apoyan fuertemente la reclamación de que Moisés escribió bajo inspiración divina, debería haber más evidencia que ésa para que la cuestión esté fuera de toda duda. Y hay esa evidencia, en abundancia. Por ejemplo, simples humanos no pudieran haber diseñado las leyes sabias y justas que registró Moisés. Las instrucciones en cuanto a dieta, enfermedades, trato de cadáveres, el poner en cuarentena a los enfermos, etc., que se encuentran en el libro de Levítico, fueron del más elevado valor práctico y se anticiparon literalmente miles de años a la aplicación del presente conocimiento médico. Aunque normalmente no se consideran como libros proféticos, los libros del Pentateuco no obstante contienen profecías que tuvieron cumplimientos exactos, como ha mostrado la historia registrada.b Pero la más alta autoridad para la autenticidad de los escritos de Moisés es la Biblia misma. Tan evidentemente pertenecen al un solo libro del un solo autor Jehová, porque están en completa armonía con él. Jesús, cuando estuvo en la Tierra, claramente reconoció esto, porque se registra acerca de él: “Y comenzando desde Moisés y todos los Profetas les interpretó cosas tocantes a él mismo en todas las Escrituras.” (Luc. 24:27) Vez tras vez Jesús y los inspirados escritores bíblicos cristianos citan de los escritos de Moisés como escritos de origen inspirado.c

17. (a) ¿Qué, entonces, proveyó el Pentateuco? (b) ¿Qué evidencias de canonicidad suministra cada libro subsiguiente?

17 Así con los escritos de Moisés tan evidentemente compilados bajo inspiración de Dios se estableció una base firme para los otros escritos inspirados que habrían de seguir. Estos tendrían que seguir lógicamente en cuanto a contenido, tanto históricamente como en conexión con doctrina, estando en armonía con los principios fundamentales de la adoración verdadera que se establecen en el Pentateuco. Y un examen cuidadoso de los libros bíblicos revela que eso es el caso. No solo cada libro sucesivo contiene dentro de sí (como el Pentateuco) evidencias de inspiración, sino que cada libro da evidencia de ser producto de la misma paternidad literaria divina, de su unidad y armonía con lo anterior probando que constituye parte de la única colección de escritos inspirados divinamente.

18. Además de inspirar la escritura de los libros individuales de la Biblia, ¿qué otra operación del espíritu santo se requirió para producir el canon de la Biblia?

18 Aunque hubo otros escritos contemporáneos a los que se incluyeron en el canon de la Biblia, no todos llevaban evidencia de inspiración ni pretendían serlo en su mayor parte, aunque contenían relatos históricamente verdaderos. Sin duda, Jehová Dios, mediante su espíritu guió el cotejo de los escritos inspirados. Así como cada libro individual daba evidencia de su inspiración, y por consiguiente de su paternidad literaria, así la colección en conjunto tenía que dar evidencia de su guía y dirección inspiradas. Y lo hace. No tendría que haber nada en ninguno de los escritos individuales que estuviese en pugna con la armonía interna del conjunto. A este respecto la Biblia cual colección de libros por diferentes escritores subsiste como singular, verdaderamente no hay nada más como ella en existencia. Ningún otro libro puede sostener con éxito la reclamación de ser la revelación progresiva de la voluntad y propósitos de Dios y de sus tratos con la humanidad.

19. (a) ¿Qué consideraciones guiarían a Esdras y la Gran Sinagoga para establecer el canon de las Escrituras Hebreas? (b) ¿Para cuándo, probablemente, se terminó este canon, y en qué consistía?

19 Sin duda fue teniendo presente estas consideraciones y bajo la dirección de la fuerza invisible guiadora de Dios que el escriba Esdras y los de la Gran Sinagoga después de él redactaron el catálogo de los libros canónicos de las Escrituras Hebreas. Parece probable que, como sostiene el punto de vista judío tradicional, el canon de las Escrituras Hebreas se determinó para fines del quinto siglo a. de la E.C. Este canon no incluía los escritos apócrifos que se incluyen en algunas ediciones de la Biblia, sino solo alistaba a los treinta y nueve libros que generalmente se aceptan y se incluyen en la mayoría de las Biblias del día moderno. Jesús y la iglesia cristiana primitiva aceptaron ese canon, y de él Jesús y sus discípulos citaron como autoridad, como la Palabra de Dios.d—Juan 17:17.

20. ¿De qué maneras manifestó el canon que crecía de la Biblia armonía interna y testificó de su única paternidad literaria?

20 Al crecer el canon de la Biblia, las revelaciones originales en cuanto a Dios y su propósito para el hombre que se registran en Génesis permanecieron sin ser contradichas. Más bien, éstas fueron confirmadas, aclaradas y ensanchadas por los escritos posteriores. Con una sola voz continuaron testificando que hay un solo Dios, el Creador, cuyo nombre es Jehová. Siendo él el Dios que no puede mentir, se sostienen sus normas de justicia verdadera, que se expresaron primeramente en su juicio sobre Adán y Eva. Pero la revelación en desarrollo lo da a conocer como un Dios de bondad inmerecida para con los otros que por desgracia les nacieron a los padres humanos imperfectos. Además, las declaraciones proféticas del primer libro de la Biblia prueban ser piedras de fundamento sobre las cuales se construyen firmemente las revelaciones posteriores de la voluntad divina. Por eso, la promesa de la Descendencia en Génesis 3:15 inicia una serie maravillosa de revelaciones proféticas que está enhebrada a través de la Biblia como un collar de piedras preciosas. Al mismo tiempo éste, junto con otros temas bíblicos conmovedores, une a los libros individuales de la Biblia como testimonio a su única paternidad literaria común.

21. (a) En vez de considerar la Biblia como una serie de sucesos desunidos y cuadros no relacionados, ¿cómo debemos considerarla? (b) ¿A qué conduce al hombre?

21 A medida que se escribía cada libro, se desplegaba el propósito conmovedor de Dios—no como una serie de episodios desunidos o cuadros proféticos no relacionados, sino, como un tapiz magistral, la Biblia revela los propósitos de Dios como un cuadro compuesto, todas sus partes estando relacionadas una con otra, cada incidente o suceso de historia bíblica teniendo algún papel que desempeñar en el entendimiento del todo. Cada pensamiento, doctrina, suceso, revelación o profecía encaja en el cuadro en su lugar apropiado, nunca chocando ni contradiciendo, sino contribuyendo a que entendamos el único propósito magnífico de Jehová Dios. Sobre todo, este maravilloso libro, la Biblia, nos ayuda a llegar a conocer a Dios, y ese conocimiento significa nuestra vida.—Juan 17:3.

[Notas]

a The Historical Evidences of the Truth of the Scripture Records, página 287.

b “All Scripture Is Inspired of God and Beneficial,” páginas 18, 26, 343 y 345.

c Ib., páginas 346 y 347.

d “All Scripture Is Inspired of God and Beneficial,” páginas 299 y 300.

[Mapa de la página 493]

(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)

En las llanuras de Sinar se confundieron los idiomas del hombre

Río Éufrates

Babel

Río Tigris

Llanuras de Sinar

(Golfo Pérsico)

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir