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  • ¿Cómo da usted las gracias?

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  • ¿Cómo da usted las gracias?
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1968
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1968
w68 15/9 págs. 568-570

¿Cómo da usted las gracias?

EL DAR gracias a Dios es uno de los temas repetidos de la Biblia. Los escritores inspirados con frecuencia expresan la idea de “dar gracias” a Jehová al mencionar su santo nombre. Parece cosa tan común el expresar gratitud por los beneficios recibidos. Pero, ¿es eso todo lo que está incluido en el asunto de dar gracias?

Lo que verdaderamente vale es lo que está en el corazón, y del corazón se originan tanto palabras como hechos. Se desprende, entonces, que las “gracias” de gratitud genuina deben estar respaldadas por hechos que estén en plena armonía con la expresión vocal. Pero, ¿qué hay si alguien absolutamente desconocido le ha hecho un favor o servido de alguna manera? Usted le da las gracias, pero no lo ve más. ¿Cómo es posible demostrar que son genuinas las gracias que usted le dio? Tratando de hacer actos semejantes de bondad a otros que lo necesitan, aunque sean extraños para usted. Las gracias genuinas deben estar acompañadas de un deseo intenso de demostrar gratitud en acción.

DAVID UN EJEMPLO EXCELENTE

Considere al rey David de Israel. Las gracias que él daba a Dios no estaban limitadas a las hermosas expresiones vocales que abundan en el libro bíblico de Salmos. Abarcaban mucho más. David ciertamente se esforzó, a pesar de las influencias de la carne pecaminosa, por tratar con otros de la misma manera misericordiosa que Dios trató con él. Esa fue una manera excelente de expresar su gratitud también. Tal como Dios fue lento para encolerizarse y magnánimo en sus tratos, David en sus años más maduros rehusó acalorarse a causa de los malhechores y los enemigos. Verdaderamente fue un hombre ‘agradable al propio corazón de Dios.’ Su acción de gracias a Jehová procedió del corazón.—1 Sam. 13:14.

De otra manera práctica, también, David demostró que su agradecimiento estaba libre de hipocresía o fingimiento. La gratitud intensamente sentida que llenaba su corazón buscaba maneras y medios de expresarse. Gozosamente dispuso donaciones generosas de su tesoro para que se emplearan en la gloriosa casa santa que habría de ser construida por su hijo Salomón. No contento con hacer las inmensas donaciones de oro, plata, cobre y hierro del tesoro del estado, él declaró, según se registra: “Puesto que me estoy complaciendo en la casa de mi Dios, todavía hay una propiedad especial mía, oro y plata; la doy en efecto a la casa de mi Dios además de todo lo que he preparado para la casa santa: tres mil talentos de oro del oro de Ofir, y siete mil talentos de plata refinada, para revestir las paredes de las casas.”—1 Cró. 29:3, 4.

Por supuesto, no todos podemos dar a los intereses de la adoración verdadera inmensas cantidades de cosas valiosas como lo hizo David. Pero sí podemos demostrar lo genuino de nuestro “dar gracias” esforzándonos por adoptar hacia otros la misma actitud misericordiosa que Jehová nos ha mostrado. Quizás, también, podamos respaldar nuestra acción de gracias oral mediante modestas contribuciones a los intereses del Reino según la medida que Dios nos haya prosperado. Pero, ¿cómo? Hay varias maneras de hacerlo, y ninguna de ellas requiere que uno sea acaudalado.

OTRAS MANERAS DE DECIR “GRACIAS”

Es posible que usted haya asistido a las reuniones de los testigos de Jehová en una ocasión u otra. ¿Se alegró usted de que haya tales lugares cómodos y limpios donde la gente pueda reunirse para considerar la Biblia en congregación? ¿Sabía usted que fue precisamente tal alegría junto con gratitud lo que impulsó a personas como usted mismo a proveer estos Salones del Reino, usando para ello sus recursos limitados? Ahora usted y otros que asisten a las reuniones en tales salones tienen la oportunidad de manifestar la misma gratitud práctica poniendo de su parte, de serles posible, para ayudar a sufragar los gastos del mantenimiento de estas estructuras. ¿Había usted pensado en esto como una manera excelente de expresar gracias?

Pero usted ha notado que no se ha pasado ningún platillo de colectas. Eso es cierto, pero sin duda hay una caja pequeña y no conspicua de contribuciones para comodidad de los que quieren decir “gracias” de esta manera. Nunca se solicitan fondos. Jehová provee para que su obra se lleve a cabo por toda la Tierra por medio de, entre otras cosas, las dádivas no solicitadas de adoradores individuales. Si usted se siente impulsado a poner una contribución en la caja de vez en cuando, se debe a que la gratitud a Dios lo impulsa, y nadie más sabe la identidad del donador ni la cantidad donada.

A veces quizás suceda que una persona apreciativa se abstenga de hacer una contribución porque cree que lo que puede ofrecer es muy poco. Pero no se debe permitir que eso suprima el impulso de expresar gracias, porque ninguna cantidad es demasiado pequeña. La obra del Señor en estos “últimos días” se sostiene no tanto por la generosidad de los acaudalados como por las muchas contribuciones pequeñas que hacen los de recursos modestos. ¿Recuerda usted la viuda pobre que contribuyó “dos monedas pequeñas” de muy poco valor? Jesús elogió la expresión de gratitud abnegada y práctica de ella.—Mar. 12:42-44.

A medida que usted lee La Atalaya, número tras número, el que ésta aclare tantas preguntas difíciles probablemente haya hecho que usted se maraville. ¿Cómo, quizás se pregunte, es posible seguir suministrando estas revistas? Luego usted aprende que todo esto es posible debido a que Jehová Dios tiene ocupada a su clase del “esclavo fiel y discreto” en la Tierra en estos días y la ha comisionado para que dé este “alimento [espiritual] a su debido tiempo” a la entera casa de los que aman a Dios. (Mat. 24:45-47) ¡Cuán agradecidos a Dios podemos estar de que él haya hecho tan amorosa provisión!

Ese mismo “esclavo fiel y discreto” nombra a hombres maduros para que cuiden de las congregaciones de los siervos de Dios en 197 países e islas del mar. Envía a hombres maduros como representantes viajeros para ayudar a las congregaciones a funcionar en armonía con la voluntad de Dios. Organiza sobre una base local, regional, nacional e internacional asambleas para el estímulo y edificación de los amadores de la justicia. Mantiene a ministros misioneros y precursores especiales en muchos países del mundo. Pero, ¿cómo se sufragan los gastos de toda esta actividad? Por medio de contribuciones modestas de personas agradecidas que envían las prendas de su aprecio directamente a la oficina de la Sociedad Watch Tower Bible and Tract en el país en el cual residen. En los Estados Unidos ésta se encuentra en el número 124 de Columbia Heights, Brooklyn, Nueva York 11201.

Otra manera de dar significado más intenso a nuestra acción de gracias a Dios estriba en ofrecernos para el trabajo que tiene que hacerse en relación con la promoción mundial de la adoración verdadera. Jesús predijo acerca de este mismísimo tiempo en que vivimos que “en todas las naciones primero tienen que predicarse las buenas nuevas” antes de que venga el fin de este sistema de cosas condenado a la destrucción. (Mar. 13:10) ¿Se ofrece usted mismo o puede ofrecerse como persona que, en aprecio, quiere participar en ese servicio de predicar?

Luego hay el trabajo que ha de hacerse con las manos, trabajo de limpieza y mantenimiento, para la conservación de los Salones del Reino. En las asambleas hay departamentos donde se necesitan trabajadores voluntarios. Durante meses recientes un buen número de Testigos respondió a una invitación para ayudar en el trabajo de construcción en una de las granjas de la Sociedad Watchtower en el estado de Nueva York. Gozosamente se negaron trabajo lucrativo en otros lugares para hacer esto. Saben que la granja producirá gran parte del alimento para los miembros de la familia del Betel central en Nueva York.

A los niñitos, también, se les puede entrenar a dar gracias a sus padres y a Jehová con sinceridad. Por ejemplo, los padres pueden enseñar a sus hijos a tener y mostrar aprecio. De hecho, conocemos a algunos niños muy jóvenes que, de su propia ayuda pequeña, insisten en hacer sus propias contribuciones personales para adelantar el trabajo del Reino. Podemos estar seguros de que tales manifestaciones de gracias sinceras no pasan inadvertidas por el Dios amoroso que es el dador de toda dádiva buena y todo don perfecto.—Sant. 1:17.

ORACIÓN Y ACCIÓN DE GRACIAS

La oración tanto antes como después de nuestras comidas es otra oportunidad de expresar gratitud a Jehová. Pero, ¿no es obvio que tal oración tendría poco significado si hubiese queja o descontento acerca del alimento que se sirve? Así mismo en las comidas espirituales, las discusiones bíblicas, donde participamos de la sabiduría de la Palabra de Dios, es preciso que prestemos atención cuidadosa y ansiosa para que nuestras acciones estén en la más completa armonía con la oración que hacemos pidiendo que Dios dirija la reunión. “Hállense persistiendo en la oración,” insta el apóstol Pablo, “permaneciendo despiertos en ella con acción de gracias.”—Col. 4:2.

Se ve, pues, que hay varias maneras en que los cristianos apreciativos pueden respaldar su expresión verbal de gracias a Jehová por todas sus bondades. Se hace patente que la persona que ofrece gracias orales que son genuinas se siente impulsada a dar prueba de esa sinceridad haciendo algo. No adopta la actitud que se expresa en las palabras: “Si tuviera un millón de dólares haría una donación grande para la obra del Señor.” Más bien, dice: “¿Hay algo que puedo ofrecer como prenda de mi aprecio sincero por las provisiones amorosas de Jehová?”

Dios prosperará a los que son agradecidos de corazón, que respaldan su acción de gracias por medio de dar generosamente de sí mismos y de sus recursos para la buena obra. Note, por ejemplo, estas palabras inspiradas de consejo y promesa: “Que cada uno haga así como lo ha resuelto en su corazón, no de mala gana ni como obligado, porque Dios ama al dador alegre. Dios, además, puede hacer que toda su bondad inmerecida abunde para con ustedes, para que . . . tengan en abundancia para toda buena obra.” (2 Cor. 9:7, 8) Es provechoso que nos examinemos en cuanto a este asunto.

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