¿Qué puedo hacer yo?
¿QUÉ puedo hacer yo? Esa es una buena pregunta. Pero más al grano, ¿qué quiere hacer usted? ¿Ha dedicado su vida al Dador de toda cosa buena, Jehová Dios? ¿Le gustaría cumplir esa dedicación ahora de la manera más plena posible?
Quizás ahora usted esté empleado en alguna clase de trabajo seglar. Pero si usted es ministro dedicado de Dios jamás puede hacer una carrera de ese trabajo, ¿no es verdad? Quizás hasta disfrute a cierto grado de los lujos de estos días modernos. Pero, ¿no es un hecho que éstos pronto llegan a ser comunes? Auto, televisión, casa cómoda, etcétera... todavía no satisfacen plenamente. Nada que sea menos que el participar de la manera más plena que le sea posible en la obra principal de los siervos dedicados de Dios aquí en la Tierra puede satisfacer verdaderamente.
Bueno, hay una manera en que los solteros, hombres y mujeres, y los matrimonios jóvenes, sí, y los de mayor edad también, pueden obtener más gozo y paz en el servicio dedicado. Es en una carrera de predicación de tiempo cabal. En vez de dar la mayor parte de su tiempo y energía a la actividad seglar, ¿por qué no darla al trabajo del Reino, con solo suficiente trabajo seglar para sufragar los gastos diarios? Confíe en Jehová, cuya Palabra, la Biblia, promete: “Sigan, pues, buscando primero el reino y Su justicia, y todas estas otras cosas [necesarias] les serán añadidas.”—Mat. 6:33.
Pero, ¿no está usted tan seguro? ¿Por qué no darle a Jehová Dios la oportunidad de que cumpla su promesa en el caso de usted? Los que han probado la certeza de las promesas de Dios han descubierto que éste es el camino del éxito.
TESTIMONIO DEL PARAGUAY
Esto es lo que dice un misionero en el Paraguay: “El arreglar mis asuntos personales para no estar abrumado de obligaciones financieras y otras resultó ser lo único que estorbaba el que yo emprendiera la obra misional. Después de servir por más de diez años aquí en el Paraguay, aún estoy firmemente convencido de que he tomado la decisión sabia. El ayudar con la Palabra de Dios a los que se hallaban espiritualmente empobrecidos y el ayudar a compañeros Testigos a crecer a la madurez ha sido una fuente de gran felicidad espiritual para mí.”
Y una joven, que no tiene todavía dos años en su asignación misional, explica: “Deseaba ser utilizada al grado más pleno en el servicio de Jehová. El leer el Anuario de los testigos de Jehová estimuló mi deseo de enseñar la verdad bíblica a personas de otros países que no habían tenido el privilegio de oír el mensaje de la Biblia. De modo que empecé como precursora. Después vino la llamada a la Escuela de Galaad para entrenamiento como misionera. Ahora, aquí estoy en el Paraguay, feliz de haber alcanzado tan maravilloso privilegio.”
Y las oportunidades en el Paraguay no se han acabado. Refiriéndose a Concepción, una ciudad de 30.000 habitantes, un informe dice esto: “Los misioneros han servido aquí en el pasado, y la pequeña congregación de siete continúa esparciendo fielmente el conocimiento bíblico. Pronto esperamos poder reforzar sus esfuerzos con ayuda de precursores especiales. Su ubicación, a lo largo de la ribera oriental del río Paraguay, y la amigabilidad de la gente la hacen una asignación sumamente deseable.”
“Considere también a Villarrica,” continúa el informe: “Los precursores especiales locales (ocupados en predicación de tiempo cabal) ahora están cuidando esta congregación de treinta personas. Si hubiera el personal necesario la Sociedad volvería a abrir una casa misional allí, porque debido a las nuevas industrias que hay la población de seguro aumentará. Los Testigos que ya están allí apreciarían ayuda, y darían su cooperación más plena a cualquiera que viniera a ayudarlos.
“Aunque la Sociedad mantiene dos excelentes hogares misionales en Asunción, la capital del Paraguay, y aunque hay tres congregaciones allí con un total de unos 300 Testigos, todavía hay bastante territorio y tantos interesados que los Testigos aquí no pueden hallar tiempo para volver a visitar a todos. Hay muchos entre la población de 350.000 de la ciudad que escuchan pacientemente el mensaje del Reino, aunque se diga en español incorrecto. Aquí la gente todavía tiene tiempo para hablar de la Biblia y de los propósitos de Dios.”
Por supuesto, hay muchos otros lugares en el Paraguay que contestan con igual elocuencia su pregunta: ¿Qué puedo hacer yo?
DEBE CONSIDERARSE EL URUGUAY
Note, también, las experiencias que han tenido en el Uruguay los que vinieron de otros países, aprendieron el idioma y las costumbres locales y se establecieron para una carrera de ayudar a los uruguayos humildes a obtener un conocimiento exacto de la Palabra de Dios. Hay una Testigo de los Estados Unidos, ex-católica, que dejó la comodidad de su casa para emprender la predicación de tiempo cabal. Fue invitada a la Escuela de Galaad para entrenamiento misional, y ahora ha estado en su asignación extranjera por más de veintidós años. Ella dice: “No querría cambiar un solo día de ello.”
Y otro misionero aquí en el Uruguay se graduó en la primera clase de la Escuela de Galaad allá en 1943 y ha estado activo aquí desde entonces. ¿Se lamenta por la manera en que han resultado las cosas? “¿Por qué debería lamentarme,” dice él, “cuando he sido testigo presencial del crecimiento de la obra del Reino en este país? He visto la cifra de 33 Testigos aumentar hasta más de 2.400, y he participado en ese crecimiento.” Hasta este día se acuerda de cómo, cuándo comenzó la campaña de conferencias públicas, veinte personas a quienes había dado el testimonio acerca del Reino vinieron a oír. Hoy, varios de ese primer auditorio son Testigos activos.
Pero todavía hay mucha oportunidad para ayudantes anuentes. Una Testigo misionera relata que ella y otras tres fueron asignadas en 1963 a trabajar una sección de Montevideo, un inmenso territorio que se extiende a lo largo de la costa e incluye la agradable zona residencial de Carrasco. Al principio cuando comenzaron a trabajar allí conducían un estudio bíblico en su apartamiento para provecho de un puñado de estudiantes animados. Ahora la asistencia por mucho ha sobrepasado al grupo de estudio que cabía en el apartamiento. E informan que aun ahora gran parte del territorio solo se alcanza una vez al año. Verdaderamente se necesita ayuda para poder concentrar mejor en las semillas plantadas de la verdad bíblica, si han de producir más alabadores de Dios.
CONTESTANDO SU PREGUNTA
De modo que hay algo que usted puede hacer, si está dispuesto, si está preparado para prescindir de las cosas no esenciales, si usted verdaderamente quiere llenar su vida de trabajo satisfactorio, trabajo que Dios siempre recuerde. (Heb. 6:10) Quizás no necesite salir de su propio país, si en éste hay zonas donde todavía haga falta proclamación más intensa del Reino. Usted pudiera, bajo la dirección de la oficina sucursal de la Sociedad en su país, mudarse a otra zona y hallar alguna clase de trabajo seglar de tiempo parcial con el cual mantenerse en un ministerio fructífero.
Hasta quizás haya necesidad urgente de más actividad de predicación en su propio vecindario. En tal caso el que usted se matriculara como representante de tiempo cabal de la Sociedad le proporcionaría el tiempo extra. Es posible que su patrón actual considere mantenerlo empleado sobre una base de tiempo parcial, dejándole bastante tiempo para que usted lleve a cabo el vital ministerio del Reino. De no ser así, usted pudiera considerar seriamente cambiar de lugar y hasta de clase de trabajo seglar, simplemente para poder dar al Reino y sus intereses el primer lugar en su vida.
Sin embargo, si usted puede mudarse a otro país, tiene el privilegio de escribir a Office of the President, Watch Tower Bible and Tract Society, 124 Columbia Heights, Brooklyn, New York 11201, y pedir información básica que les es necesaria a los que desean entrar en una tierra extranjera. También, ayudaría el escribir a la oficina sucursal de la Sociedad en el país al cual le gustaría a usted mudarse. Tal correspondencia debe enviarse a la Sociedad Watch Tower a la dirección apropiada que se publica en la página de conclusión del Anuario de los testigos de Jehová para 1969.
Si usted explica sus circunstancias a la oficina sucursal, francamente informándoles acerca de su salud, su condición financiera, sus planes y su conocimiento del idioma, sus hermanos cristianos que están allí podrán justipreciar la situación y notificarle acerca de las posibilidades que hay disponibles para usted. Debe tenerse presente, por supuesto, que la oficina sucursal de la Sociedad no puede hacerse responsable de usted. Sin embargo, proporcionará plena cooperación en asuntos como el ponerlo en comunicación con Testigos locales, informarle acerca de las clases de trabajo seglar disponibles, darle a conocer los requisitos para los que entran en su país, etc.
OTRAS CONSIDERACIONES
Entretanto, usted pudiera obtener un libro elemental del idioma del país al cual piensa ir. Si usted ha estudiado previamente un idioma extranjero, tendrá la ventaja de saber cómo emprender el estudio. Si hay alguien que conozca el idioma, posiblemente usted pueda obtener su ayuda. Si usted puede asistir a clases del idioma en una escuela nocturna, sin que estorben su ministerio y estudios teocráticos, esto podría ser provechoso.
Por supuesto, ha de esperarse que surjan obstáculos al dar pasos hacia una vida de mayor utilidad en el ministerio del Reino. ¿No es obvio que el “dios de este sistema de cosas” tratará de desanimarlo a usted en tal propósito? (2 Cor. 4:4) Pero persevere. Rehúse desanimarse fácilmente. Recuerde, la voluntad de Dios es que “en todas las naciones primero tienen que predicarse las buenas nuevas.” (Mar. 13:10) El ciertamente bendecirá el esfuerzo consistente de usted por aumentar su participación en este servicio sumamente altruista.
Finalmente, ¿puede usted pensar en alguna respuesta más eficaz a la pregunta: ¿Qué puedo hacer yo? que la que se lee en la página 62 del Anuario de los testigos de Jehová para 1968? Dice:
“En vista de la maravillosa expansión que ahora está aconteciendo en países extranjeros y la gran necesidad de más hacedores de discípulos, cada uno de los testigos de Jehová que tiene salud y la libertad para emprender el trabajo de misionero debería dar muy seria consideración a decir: ‘¡Aquí estoy yo! Envíame a mí.’ La más elevada profesión que uno puede seguir es servir a Jehová de tiempo cabal. El servicio misional en particular es un privilegio que, si se efectúa celosamente entre ahora y el Armagedón, asegurará felicidad inconmensurable en las eras por venir. Considere el gozo de tener como experiencia, en el nuevo orden, la feliz compañía de aquellos a quienes usted ahora ayude a escapar de la destrucción de este sistema de cosas.”
Aun si usted no llena los requisitos para el entrenamiento en Galaad como misionero, es muy posible que su madurez y años de experiencia como ministro del Reino lo hayan equipado para cumplir con alguna otra asignación donde es urgente la necesidad de predicar el Reino. ¿Por qué no contestar con acción positiva la pregunta: ¿Qué puedo hacer yo?