Misioneros animados a reflejar cualidades piadosas
“¿QUÉ ven ustedes cuando miran en un espejo?” Esta pregunta estableció el tema del discurso que N. H. Knorr, el presidente de la Sociedad Watch Tower, pronunció en la mañana del 8 de septiembre de 1968. La ocasión era la graduación de la clase 46 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower en la ciudad de Nueva York.
Sosteniendo en alto un espejo grande, el presidente preguntó al auditorio de 2.045 personas qué podían ver cuando miraban en él. Sería el reflejo de ellas. Pero ese reflejo sería solo el de la apariencia física, o externa, de uno. No revelaría lo que la persona verdaderamente era en lo interior.
Entonces, el presidente levantó una Biblia abierta y preguntó: “¿Qué ven ustedes cuando miran en este espejo?” Cuando uno mira en este libro, ¿se ve? Al leer la Biblia, escuchamos a Jehová Dios hablarnos. Así veremos lo que Jehová exige de nosotros y podemos comparar lo que verdaderamente somos con las normas de Dios. ¡Cuánto mejor se puede ver un cristiano cuando mira con cuidado en la Palabra de Dios que cuando mira en un espejo literal! El auditorio apreció esta excelente ilustración.
Usando el libro de Santiago, el capítulo 1, se señaló que si un individuo es solo un oidor de la Palabra de Dios, pero no un hacedor de ella, entonces “éste es semejante al hombre que mira su rostro natural en un espejo. Pues se mira, y se va e inmediatamente se olvida qué clase de hombre es.” (vs. 23, 24) Pero el que persiste en mirar con cuidado en la ley perfecta de Dios y que toma en serio su consejo cambiará su personalidad de modo que se conforme a la ley de Dios. Entonces este individuo, “por cuanto se ha hecho, no un oidor olvidadizo, sino un hacedor de la obra, será feliz al hacerla él mismo.”—v. 25.
Este consejo fue especialmente apropiado para los noventa y nueve misioneros a quienes se enviaba a otros países después de su entrenamiento en la Escuela de Galaad. Se les recordó que su apariencia física no es lo que cuenta para Dios, porque “Dios no se rige por la apariencia exterior del hombre.” (Gál. 2:6) Mucho más importante es la apariencia que presentan cuando se les compara con la Palabra de Dios. Puesto que estos misioneros estarán llevando las verdades de las Escrituras inspiradas a personas de otros países, es vital que dejen que la gente vea lo que verdaderamente son, que sostengan a Dios y su Palabra y vivan por sus leyes.
Después de este discurso, los graduandos recibieron sus diplomas, y se anunció el país adonde sería enviado cada uno para que lo supiera el auditorio. En total, los noventa y nueve graduandos habían venido de ocho países y serían enviados a treinta y dos diferentes tierras, la mayoría de las cuales están en la América latina y el África.
Antes de esto, el vicepresidente de la Sociedad, F. W. Franz, mostró que el aliento o respiración literal de una persona da evidencia de su condición física o emocional o de lo que ha tomado por su boca, de modo que lo que una persona figurativamente ‘respira,’ es decir, aquello a que da salida, es evidencia de su personalidad, o su yo más interno. (Pro. 20:27) Se hizo referencia al capítulo 9 y el versículo 1 de Hechos, donde se relata que Saulo ‘respiraba amenazas y asesinato contra los discípulos del Señor.’ Pero después de convertirse al cristianismo, éste llegó a ser el apóstol Pablo y expresó declaraciones que resultaron en beneficio para otros.
El vicepresidente señaló que los que inhalan la atmósfera de este mundo inicuo bajo Satanás reciben influencia para exhalar o respirar lo que resulta en daño para otros. Pero los que continúan adquiriendo conocimiento de Dios y aplicándolo en su vida reciben influencia para obrar lo que resulta en bien para otros. Lo que ‘respiren’ será un aliento de amor, paz, misericordia y un deseo de salvación para muchos. Los misioneros, y otros, al exhalar o respirar las buenas nuevas del reino de Dios recibirán el favor de Dios y serán bendecidos con el aliento literal de vida para siempre en el nuevo sistema de Dios.
Después de un intermedio para la comida del mediodía, el programa de la tarde incluyó selecciones musicales y una sobresaliente consideración del tema “Cuando habla la experiencia, ¿escucha usted?” Las experiencias edificadoras de hermanos y hermanas cristianos de más edad sirven de gran estímulo a los más jóvenes cuando éstos contemplan efectuar obra de tiempo cabal como la actividad misional, o trabajo en hogares Betel como el que aloja a la central de la Sociedad Watchtower en Nueva York.
Después de esto, el programa concluyó con una electrizante dramatización del tema “Manténgase animoso confiando en Jehová.” Se dio énfasis al hecho de que hoy día, como en el pasado, el pueblo de Jehová puede tener confianza plena en que lo que Jehová ha prometido sucederá sin falta. Se pintó vívidamente la fe que el profeta Daniel tuvo en las promesas de Jehová durante el reinado del rey Belsasar de Babilonia. Después de este drama inspirador los ejercicios de graduación terminaron con un cántico final y una oración. Los que asistieron expresaron profundo aprecio por la información verdaderamente edificadora que ayuda a fortalecer a los cristianos para la obra del futuro.