¿Puede usted también disfrutar de los gozos del misionero?
“EL OTRO día dos de nosotros caminamos más de tres kilómetros por una pequeña vereda para carretas, con surcos profundos, para llegar a la casa donde íbamos a conducir un estudio bíblico. Imagínese que nos ve sentados allí en banquitos de poca altura en una pequeña choza con techo de paja, paredes de adobe y piso de tierra apisonada. En un rincón, y aún en el nido sobre el piso, dos palomas cuidaban a sus hijuelos, mientras unos pollos entraban por la puerta abierta para comer arroz de los puñados de grano no trillado amontonados nítidamente en otro rincón.”
Así dice una carta escrita por misioneros de los testigos de Jehová que sirven en territorio de Panamá apartado de los caminos trillados, pero no muy lejos de la carretera pavimentada y de la bulliciosa y moderna ciudad de Panamá. “Ciertamente apreciamos la mano de obra de nuestro Creador aquí en este trópico,” continúa la carta. “Todo crece tan rápidamente aquí y es tan exuberante que lo que se inició como estacas para nuestros tendederos terminó floreciendo y con el tiempo ha llegado a ser árboles de sombra para nuestro patio. Ahora entendemos por qué la mayoría de los postes de las cercas por aquí son árboles. Y las puestas del Sol están llenas de un colorido asombrosamente hermoso; lo sabemos, porque las vemos por nuestra ventana que da al oeste. Esta, con sus mamparas, sirve de marco a las palmeras que se mecen suavemente contra el fondo del cielo vespertino. Pero más hermoso todavía es que estamos hallando oídos que oyen.”
Usted, también, podría emocionarse por las vistas y sonidos de la vida en las secciones rurales y poblaciones pequeñas de un país tropical. Si usted es testigo de Jehová, usted, también, podría deleitarse al conducir estudios bíblicos con personas en tales lugares y notar la ansiosa interrogación en sus ojos brillantes al hacer usted accesible a ellos un entendimiento de los propósitos de Dios. ¿Realmente hay necesidad de que preste ayuda usted? Aquí está la respuesta del representante de la Sociedad Watch Tower en Panamá: “Sí, hay lugar para más misioneros y se les necesita. En nuestra provincia más occidental descuella majestuosamente El Volcán (el cual se extinguió hace mucho tiempo) a más de 3.350 metros sobre el nivel del mar. Lo rodea un distrito próspero, agrícola, que produce excelentes legumbres para los mercados de la ciudad. El clima es fresco, la gente frugal, el paisaje arrobador. ¡Qué asignación para los que tienen el verdadero espíritu misional, que estarían contentos sin mucha diversión y hallarían gozo y tranquilidad de ánimo con una vida más sencilla... una vida de alabanza a Jehová!”
Y ése solo es uno de los distritos en Panamá donde hacen falta más predicadores y maestros de la Palabra de Dios. ¿Puede usted contar el costo y luego ofrecerse anuentemente? Este es el tiempo para hacerlo.
TAMBIÉN ES EL TIEMPO EN LA REPÚBLICA DOMINICANA
La República Dominicana es otro país que por largo tiempo ha dormitado bajo control católico romano. Pero hoy existe una agitación de cambio a medida que personas humildes hacen preguntas, leen la Biblia y quieren saber más. Aun en distritos que todavía no son alcanzados por los misioneros hay personas leyendo la Biblia, separándose de la religión falsa y buscando la adoración correcta de Dios. Un sábado uno de esos moradores de una sección rural visitó la población de Santiago y por casualidad vio a los Testigos en la calle ofreciendo las revistas de la Sociedad Watch Tower ¡Despertad! y La Atalaya. Obtuvo dos revistas y regresó la semana siguiente pidiendo más literatura. Invitó a los Testigos a visitar a las personas con quienes había estado estudiando la Biblia.
Se hicieron arreglos con un Testigo que era dueño de un ómnibus, y grupos de Santiago comenzaron a hacer visitas regulares a estas personas semejantes a ovejas. Como resultado más de cincuenta personas progresaron en el entendimiento de los propósitos de Dios al grado de bautizarse en símbolo de haber dedicado su vida a Jehová. Hoy existen cuatro congregaciones con 102 publicadores del Reino en la misma localidad.
Escribe el representante de la Sociedad en la República Dominicana: “Queda un campo muy grande en el cual no se lleva a cabo obra de predicación. Si los hermanos que tienen autos o aun motocicletas vinieran y nos ayudaran a predicar a la gente en las secciones rurales y poblaciones distantes, sin duda el aumento en unos años más sería verdaderamente grande. ¡Ciertamente hay muchos aquí que simplemente están esperando que ministros del Dios verdadero toquen a sus puertas! Hay lugar para que otros participen de los gozos del trabajo misional aquí.” ¿Puede usted aceptar de corazón la invitación implícita en estas palabras?
Los misioneros mismos escriben acerca de su asignación en esta parte del campo: “Ciertamente la vida misional es feliz. Especialmente aquí en la América latina el campo es tan fructífero y es un gozo tan grande trabajar con la gente que ningún misionero siquiera consideraría por un instante cambiar su privilegio de servicio por cualesquier beneficios materiales que se le ofrecieran en su país natal. De hecho, los que han servido por varios años en el campo extranjero, y que luego van de vacaciones a su propio país de origen, pronto están deseosos de regresar a lo que ahora ha llegado a ser su hogar adoptivo, y donde tienen vínculos espirituales que son mucho más fuertes que los vínculos carnales.”
EL ECUADOR UN CAMPO ABIERTO DE PAR EN PAR
Aparte de la población esparcida en las secciones rurales y en los pueblos más pequeños y en las aldeas del Ecuador, la sucursal de la Sociedad Watch Tower allí informa que a la obra de predicación en las dos ciudades más grandes, Quito y Guayaquil, le falta mucho para completarse. Ambas ciudades siguen creciendo más aprisa de lo que pueden los Testigos trabajarlas adecuadamente. La mayoría de los misioneros y ministros precursores de la Watch Tower dicen que no les es posible atender a todos los que quieren estudiar la Biblia.
¿Está usted titubeando en cuanto a si ha de ofrecerse para el servicio donde la necesidad es mucho mayor? Considere esta declaración de la oficina sucursal de la Sociedad:
“Sí, el Ecuador es un campo abierto de par en par que solo se ha cultivado parcialmente. Los materiales están aquí y se hallan listos, aguardando el ser formados en cristianos verdaderos. Después de veinte años de servicio misional aquí los trabajadores todavía son comparativamente pocos y parece que la cosecha está haciéndose mayor. Aun en nuestras ciudades más grandes los ministros precursores especiales están cultivando y cosechando como si virtualmente fuera territorio que no se hubiese tocado. Otras ciudades y poblaciones más pequeñas continuamente envían su ‘llamada de Macedonia’ a la oficina sucursal.
“En Cuenca, una ciudad de 80.000 personas, media docena de Testigos están esforzándose por demostrar la adoración correcta en medio de una población enteramente católica. Ibarra, la ‘ciudad blanca’ del Ecuador, con su hermoso clima primaveral, solo tiene un puñado de Testigos perseverantes para servir a unos 25.000 habitantes. La tropical Esmeraldas, tan verde como la esmeralda de la cual saca su nombre; éstas, y media docena de otras ciudades en climas fríos, frescos, templados o calurosos están diciendo: ‘¡Vengan y ayúdennos!’ Aun con nuestro máximo más reciente de más de 2.000 publicadores del Reino, todavía somos demasiado pocos para el trabajo futuro.”
ESCOJA SU CLIMA EN BOLIVIA
Los primeros misioneros de la Watch Tower que fueron a Bolivia comenzaron a predicar en las ciudades más grandes y luego transfirieron su ministerio a las poblaciones más pequeñas. Estas se hallan en las tierras bajas tropicales o en las altiplanicies frescas. Las casas son de adobe y sus techos están protegidos con hojalata o tejas. Los misioneros, como los demás, tenían que llevar agua desde el patio o desde el río o manantial más cercano. Por la noche la electricidad estaba racionada a unas tres o cuatro horas, y aun entonces la energía no era de suficiente fuerza para los aparatos eléctricos modernos. Utilizaban una lámpara de aceite la mayor parte del tiempo, y cocinaban en una estufa de aceite. No obstante, algunas de las bendiciones más ricas provinieron de predicar y enseñar en estos lugares distantes.
Los misioneros de la Watch Tower se han ajustado casi completamente a la manera de vivir boliviana. Están satisfechos con la vida sencilla de la gente, puesto que les proporciona más tiempo para estudiar la Biblia y desempeñar su ministerio entre la gente. La vida no está trastornada con el materialismo, y la gente está más feliz con menos. Dios no ha muerto en la mente de la gente. Está muy vivo. Esto no quiere decir que la gente esté satisfecha con el dominio de la Iglesia Católica. De hecho, en algunos lugares la prensa está ridiculizando y criticando a la iglesia, y muchas dudas están surgiendo entre los católicos comunes.
Lo que los misioneros más tempranos de los testigos de Jehová han efectuado y están efectuando, usted también lo puede hacer. Bolivia todavía tiene lugar para mucha más testificación, desde la llanura baja hasta las elevadas altiplanicies andinas. Por todas partes hay personas que tienen hambre y sed del alimento y bebida que verdaderamente dan vida, el refrescante sustento espiritual que Jehová Dios ha hecho disponible para ellas. ¿Quién se los va a llevar y quién va a ayudarles a apreciar el alimento espiritual que puede nutrirlas para la vida eterna? ¿Usted?
POSIBILIDADES DE EXPANSIÓN EN COLOMBIA
Colombia, también, es un país de variedad climática que invita, no simplemente a los turistas, sino a los que son impulsados por espíritu de Dios a ir y esparcir las “buenas nuevas” donde ansiosamente las espera la gente. Hace unos cuantos años era común el que los misioneros encontraran hostilidad violenta, fomentada por sacerdotes influyentes. Sin embargo, hoy la actitud ha cambiado tan radicalmente que los misioneros a menudo contestan el timbre de la entrada de la casa misional y encuentran a alguien que solicita ayuda para estudiar la Biblia.
Aquí está un país donde, por décadas, a la gente se le desanimaba de leer la Biblia. Pero ahora se puede obtener fácilmente en librerías y en otras partes. En solo unos cuantos años los Testigos locales y los misioneros han distribuido 37.000 Biblias. Y la gente quiere entender este Libro de libros. Esto se indica claramente por la demanda de ayudas para el estudio de la Biblia. Mientras que la sucursal de la Sociedad Watch Tower en Colombia envió 20.000 ejemplares del libro “Sea Dios Veraz” en ocho años, la publicación más reciente, ‘Cosas en las cuales es imposible que Dios mienta,’ ha tenido la fenomenal distribución de 22.270 ejemplares en solo diez meses.
Por lo tanto, surge una pregunta pertinente. ¿Cómo van a efectuar los 4.700 Testigos en Colombia la obra vital de ayudar a esos millares de lectores de la Biblia a obtener un entendimiento claro de los propósitos de Dios? Definitivamente necesitan ayuda. Y esto es cierto, aunque el gozo de la predicación impulse a muchos de los Testigos locales a ganarse su subsistencia durante la mitad de cada mes para poder emplear la otra mitad en las secciones rurales o en las poblaciones y aldeas más pequeñas, llevando la Palabra de vida a otros.
La expansión de los intereses del Reino en Colombia ha sido gradual. Podría acelerarse con la ayuda de los que tienen la actitud que se expresa en las palabras de Isaías: “¡Aquí estoy yo! Envíame a mí.” (Isa. 6:8) ¿Y será posible que no se entienda la urgencia de este informe procedente de la oficina de sucursal de la Sociedad: “Con la excepción de Barranquilla, que tiene más de mil ministros del Reino, las otras ciudades pueden utilizar cualquier cantidad de ayuda, especialmente hermanos para servir como siervos en las congregaciones. Aparte de las ciudades grandes hay varias poblaciones de 40.000 a 100.000 habitantes todavía sin Testigos”? ¡Esta llamada de ayuda bien puede estar dirigida a usted!
ALCANZANDO UNA VIDA DE LOGRO GOZOSO
¿Ama usted a Jehová Dios con toda su mente y corazón? ¿Tiene usted fe firme en Su horario de acontecimientos terrestres que aparta a este período en el cual estamos viviendo para la proclamación del Reino, la cual proclamación constantemente se ensancha? ¿Se halla usted libre de trabas? ¿Tiene salud razonable? ¿Ve usted, satisfecho, que en su distrito se están predicando adecuadamente las “buenas nuevas”? ¡Entonces ciertamente es hora de que usted dé un paso adelante y se valga de la oportunidad de llevar una vida de gozo y logro satisfaciente en un país donde hay mayor necesidad de ayuda!
Si usted no tiene obligaciones que lo aten a su presente ubicación, ¿por qué no escribe a “Office of the President, Watch Tower Bible and Tract Society, 124 Columbia Heights, Brooklyn, New York 11201,” y solicita información en cuanto a predicar en otros países? Y, si usted ha pensado en algún país específico, también puede escribir a la oficina sucursal de la Sociedad allí, solicitando detalles en cuanto al trabajo seglar de tiempo parcial o de tiempo cabal, arreglos de inmigración, etc. También sería provechoso el que usted suministre información en cuanto a su edad, estado marital, salud, ocupación y asignaciones de servicio teocrático para que se pueda determinar cómo usted puede servir mejor en el país que esté considerando.
Para poder predicar y enseñar eficazmente en estos países latinoamericanos es necesario saber español, y lo mismo es cierto de los idiomas que se hablan en otros países. Pero eso no presenta un problema insuperable, porque los Testigos locales y los misioneros pueden ofrecer sugerencias y ayuda que lo encaminarán en el estudio del idioma. Los visitantes norteamericanos a las Asambleas de Distrito “Hijos de Libertad de Dios” en la América latina el año pasado se asombraron de lo fácilmente que pudieron comenzar a participar en la obra de testimonio. Muchos de ellos acompañaron a Testigos locales en el ministerio de casa en casa y se deleitaron con la manera cordial en que los recibió la gente local. Otros utilizaron tarjetas impresas que llevaban un mensaje breve en español. Todos concordaron en que la mejor manera de ver un país —cómo vive la gente, sus costumbres y el grado de su amor a la justicia y la verdad— es haciendo visitas de casa en casa y hablando con la gente acerca de “las cosas magníficas de Dios.”—Hech. 2:11.